Por Jimmi Peralta
El músico paraguayo radicado en Francia desde hace 40 años sueña con volver a vivir en Paraguay. Celebra estas cuatro décadas con un nuevo disco y da por concluida su labor autoasignada de promotor de su tierra natal.
Paraguay no es un país donde la originalidad y lo diferente pasen inadvertidos sin generar sospecha. La labor artística de fundar nuevos mundos de comprensión y sensaciones no acoge siempre aplausos o respaldo. Ismael Ledesma es uno de los cientos de músicos paraguayos que emigraron décadas atrás, en su caso, ya en el final del apogeo de la música paraguaya internacional.
Ismael, un ser sensible que pertenece a dos culturas, vive en Francia desde 1982, donde desarrolló toda su carrera profesional y donde tiene a su familia. Un paraguayo arpista pareciera a priori un estereotipo predecible; sin embargo, su necesidad de encontrar nuevos caminos y modos lo llevaron a explorar diversas facetas, entre ellas componiendo dentro del world music, el new age y la música tradicional paraguaya.
Después de padecer la falta de trabajo por la pandemia, ahora tiene una agenda de conciertos que tienen fechas hasta noviembre. Ismael sueña con tocar hasta donde pueda, con vivir nuevamente en Paraguay, y poder jubilarse.
En las últimas semanas anunció en redes sociales que se encontraba en el final de una etapa, sin mayores detalles. Ahora tiene la palabra.
- Tu vínculo con la música es familiar, ¿cómo fue para vos poder hacer tu carrera y llegar tal vez a dar unos pasos más que tus padres en el reconocimiento?
- A la edad de 19 años elegí definitivamente la carrera de artista profesional. Mis opciones eran diversas, tenía futuro como futbolista, además trabajaba en el Banco Central del Paraguay, pero mi vínculo familiar de artistas me atraía mucho porque el arte me permitiría buscar otros horizontes y poder desarrollar mi espíritu independiente, como eran mis padres: Raimundo Ledesma, arpista; y Luisa Ysabel Lucena, guitarrista y cantante. Ellos lucharon por sobrevivir con lo que sabían hacer y creo que yo seguí los mismos pasos, honrando lo que ellos hicieron, lo que pudieron hacer en Argentina a finales de los ‘50 y principios de los ‘60. Digamos que pudieron sobrevivir, pero no adquirir notoriedad. Fueron luchadores dignos en el arte y creo que por mi parte tengo ese mismo espíritu: sobrevivir de lo que sé hacer y estar al margen del orden establecido. Mi carrera la sobrellevé con esa base, simplemente sobrevivir, luego, de a poco, he conseguido afirmarme y explotar al máximo mi potencial.
- ¿De dónde surgió la necesidad o idea de hacer tu carrera fuera del Paraguay?
- Siempre fui un vagabundo, un sediento de conocer cosas nuevas y diferentes, y eso desde muy niño. Cuando tuve la oportunidad de buscar suerte fuera de nuestro país, lo hice. Fue en 1982, cuando recibo la invitación de mi tío Kike Lucena, ya instalado en Francia en los años ‘70. Decidí salir del país para poder desarrollar y luchar por mis propias ideas. Siempre tuve ganas de crear y componer, pero en nuestro país ni mi propia familia me tomaba en serio. Así que necesitaba salir del país para encontrarme conmigo mismo y renacer.
- ¿A los cuántos años empezaste con la música, y cuándo elegiste el arpa?
- Empecé con la música a la edad de 5 años. Mi primer maestro fue mi padre, como él era arpista, yo estaba muy atraído por el instrumento. Los sonidos del arpa me apasionaban y muy pronto aprendí, prácticamente en dos meses ya tocaba unas tres piezas.
- ¿Desde cuándo estás trabajando dentro del world music?
- Empecé a entrar en el mundo del world music a principios de los años ‘90. Primeramente, tuve proyectos con Jacqueline Tarta, la primera productora de Los Gypsis Kings. Ella me abrió las puertas para probar en el world music. Fui integrándome en el sistema, hasta comprender que ese era el género al cual pertenecía mi música. Luego me introduje en el circuito new age, y finalmente seguí la línea de la world music con mi editora Editions Encore Merci, desde 1999 hasta hoy.
- ¿Qué eventos podrías decir fueron para vos los más significativos en estos 40 años de carrera fuera del país?
Lo más importante en mi carrera en estos 40 años fueron los escenarios más difíciles en este país. En 1985 y 1998 tuve la oportunidad de presentarme en el Olympia de París.
- Como migrante, ¿dónde sentís que está tu hogar?
- Definitivamente mi hogar es el Paraguay. Actualmente estoy dividido en dos partes, por tener una familia creada en Francia, mi esposa es francesa y mis dos hijas también. Llevo 40 años en este país que me recibió y que me dio mucho; pero donde yo soy totalmente feliz es en nuestro país. Mi familia lo sabe, y no me ponen obstáculos. Mi familia se identifica como muy paraguaya, no tengo ningún problema de vivir dos culturas.
- ¿Qué propuestas musicales y sonoras presentás en este nuevo disco?
- He realizado un sueño lanzando este nuevo disco titulado “Ismael Ledesma symphonique”. Es como una victoria en estos 40 años de carrera porque cuando llegué, empecé de cero, y concluir una etapa de 40 años con una orquesta sinfónica es algo muy especial para mí. He vivido discriminación por aquí. Soy autodidacta, y terminar este ciclo de esta manera me llena de orgullo, es la conclusión de un largo período de lucha.
- Publicaste que cerrás una etapa en tu carrera como promotor del Paraguay, ¿qué significa?
- Cuando digo que concluyo una etapa en mi carrera, es verdad. Estuve al servicio de mi país a todo pulmón durante estos 40 años. Lo hice porque amo a nuestro país, personalmente me digo: “Misión cumplida con mi país”. Si me reprochan algo, será injusto porque di todo por mi país. Mucho me preocupé durante estos años en defender y mostrar la mejor faceta de nuestro país. Los tiempos han cambiado, y creo que ya no seré útil porque en la actualidad se le da más importancia a mises, influencers, youtubers, etc. Ya no valorizan a sus artistas, me siento triste de ver que la imagen de nuestro país en el extranjero se haya deteriorado tanto, por aquí se sabe todo. Yo, después de mis presentaciones, estoy expuesto a las preguntas del público que vino a verme, siempre defiendo y evito todo lo que sea político, ya que es lo que la gente quiere saber. Mucho quebranto paso defendiendo a nuestro país, yo veo lo que no va por allí, pero ya no puedo mentir diciendo que todo va bien. Defendí la naturaleza, veo que nuestro país se está deforestando totalmente, a beneficio de cultivos de soja u otras cosas, ¿qué puedo decir, que no es verdad? También se sabe el grado de corrupción que existe en nuestro país, ya no sé qué decir. Ya que aquí la gente está bien informada. Lo que puedo decir es que ya no podré mentir. La nueva etapa comienza para mí, pero ya de manera más serena. Eludiré las preguntas que me hagan daño, seguiré defendiendo nuestra cultura y al arpa paraguaya.
- ¿Volverás para vivir en Paraguay?
- Mi deseo mayor es volver al Paraguay dentro de algunos años. Tengo la gran dicha de que mi esposa ama el Paraguay. Desearía posarme en la ciudad de Areguá, donde llevaría una vida tranquila y sin estrés.
- ¿Es Paraguay hoy un lugar más amigable para desarrollar una carrera musical?
- El Paraguay es un mercado chico para desarrollar una carrera. Los artistas están obligados de competir entre ellos para ganarse un espacio. Es una pena, hay muchísimos buenos artistas, pero todo termina muy rápido, y los proyectos se frustran rápidamente. El que realmente desea hacer una carrera duradera está obligado de salir del país. En nuestro país actualmente ya quieren ser estrellas en algunos meses, pero como todo es efímero, el talento se pierde por falta de espacio.
- ¿Qué proyectos pensás desarrollar a futuro?
- Mi proyecto para el futuro es seguir tocando el arpa hasta que ya no pueda más. Una vez que yo detecte que haré el ridículo queriendo seguir tocando, dejaré de tocar y seré un abuelo tranquilo, seré un jubilado que trabajó toda su vida, y que por fin puede descansar y ocuparse de las cosas simples de la vida.