Por Gonzalo Cáceres, diario Hoy, twitter @gonzatepes
Los primeros registros de la presencia asiática en el fútbol paraguayo datan de mediados de los años ‘80. Fueron los japoneses los de mayor llegada a nuestro país. Aquí algunos de los más destacados casos.
De las fuentes consultadas, en 1986 se tiene quizá la primera operación que trajo a un valor asiático: el surcoreano Hong Choi (que vino a Guaraní). Seguidamente, hace su aparición el también surcoreano Jim Sek Balg en filas del General Caballero de Zeballos Cué, en 1988.
Y en los ‘90 desembarcaron los primeros japoneses: se tiene constancia de Satio Nakagoe, que militó en Presidente Hayes y Atlético Tembetary entre 1990 y 1994. Luego se da una nutrida oleada con Takeda, Hiroyama, Kitawaki, Fukuda, Ozawa, entre otros.
El idioma, el entrenamiento, el tereré (?), el clima o el ritmo de vida, por A o B motivo, lo cierto es que ninguno rindió lo suficiente como para perpetuarse en los registros de la Asociación Paraguaya de Fútbol.
NOBUHIRO TAKEDA
El Sportivo Luqueño recurrió a la inspiración japonesa en más de una ocasión.
El veterano Nobuhiro Takeda llegó a la “república auriazul” en el 2000 solo para jugar dos partidos al mando de Raúl Vicente Amarilla. Hoy en día es un influyente empresario y cotizado agente de jugadores. No le va nada mal.
NOZOMI HIROYAMA
Oriundo de Sodegaura, parte de la Prefectura sureña de Chiba, Nozomi Hiroyama, entonces con 24 años, dejó el Jef United en el 2001 y se aventuró en Cerro Porteño.
El volante peleó por ganarse un lugar en el de César Jacquet, entonces dominado por Jorge Luis Campos, Silvio Garay, Guido “Mago” Alvarenga o Virgilio “Ka’i” Ferreira.
Debutó en la Copa Libertadores 2001, donde el Ciclón alcanzó octavos antes de caer ante el Cruz Azul mexicano. En total jugó 29 partidos y anotó 3 goles.
Partió de Barrio Obrero a Recife, Brasil, donde encontró trabajo en el Sport Recife. Luego siguió su carrera en el Braga portugués. Pasó a Francia, donde defendió al Montpellier y más tarde regresó a su país al Cerezo Osaka, una cesión al Tokyo Verdy y otra al Thespa Kusatsu. De nuevo abandonó su feudo para probar suerte en el Richmond kickers de Virginia, Estados Unidos. Se retiró en el 2012. Jugó dos partidos con su selección nacional.
RIKY KITAWAKI
2004. Riki, entonces de 24 años, recorrió el ascenso con 29 de Septiembre y luego en Presidente Hayes para finalmente debutar en Primera de la mano de Tacuary, entonces bajo el gerenciamiento de Francisco Ocampo. Jugó 38 partidos y anotó dos goles. Se retiró hace un par de años, su último equipo fue el Numazu.
KENJI FUKUDA
La sensación con Kenji Fukuda era otra. Alto, de anguloso físico y dueño de un potente juego aéreo, no tuvo problemas para adaptarse en Guaraní. Llegó en el 2004 y jugó la Copa Libertadores, anotó un gol en cinco partidos y tuvo activa participación en el certamen local (36 juegos).
Se marchó al año siguiente al Pachuca mexicano. Rápido lo destinaron al Pachuca Juniors (filial), trámite que no le gustó y salió a iniciar un recorrido por Irapuato (México), Castellón (España), Numancia (España), Las Palmas (España), Lonikos (Grecia) y Ehime FC (Japón). Terminó su carrera en el Dream Metro Gallery, este año, con 39 cumplidos.
HIDEAKI OZAWA
Cuando Hideaki Ozawa llegó al Sportivo Luqueño (2010) no era un joven soñador ni mucho menos, estaba ya curtido con 35 años y más de 300 partidos (cuatro títulos) en cuatro equipos a sus espaldas.
El experimentado portero mostró sus condiciones, respondió durante toda la temporada e incluso se encaminó su renovación. No se sabe a ciencia cierta qué frustró la operación. Lo cierto y lo concreto es que terminó su carrera en el Albirex Niigata en el 2012.
HIROKI UCHIDA
Probó suerte en Cerro Porteño de Presidente Franco en el 2012 y tres años más tarde, en enero de 2015, reapareció a orillas del Tapiracuai en el Deportivo Santaní. Ni siquiera debutó en Primera, vivió en el campo de deportes del club santaniano y tras denunciar su situación a la prensa, su representante le consiguió los pasajes para que a finales de julio pueda volver a Japón. No se sabe qué es de su vida.
TAKAYUKI MORIMOTO
Un famoso futbolista japonés (le decían el “Zlatan japonés”) que en el 2004 se transformó en el jugador más joven en hacer un gol en la J-League, con apenas 15 años. Esto le permitió ser fichado por el Catania de Italia, club con el que consiguió un ascenso a la Serie A. También jugó en el Novara, el Al-Nasr de Emiratos Árabes Unidos y el AEP Kozani FC de Grecia, y en las selecciones menores y absoluta de su país.
Llegó al Paraguay a comienzos del 2021 para jugar en Luqueño. Tenía ya 32 años. De su rendimiento… ni hablemos. Lo suyo se resume en 10 minutos ante Nacional en el Arsenio Erico y un accidente de tránsito (alcohol mediante) por el cual estuvo cerca de ser expulsado del país.
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