Por Gonzalo Cáceres, twitter @gonzatepes, DIARIO HOY

Esta es la historia de cómo un empresario sin escrúpulos alejó a Saturnino “Nino” Arrúa de Cerro Porteño con promesas de fichar por un club de la élite del fútbol francés, en un momento de definición del torneo de 1971, y que terminó en la nada.

Luego de la brillante conquista del Ciclón, teniendo al crack azulgrana como goleador absoluto del año, con 11 goles, las propuestas para ir al exterior no paraban, especialmente desde Europa.

En setiembre de aquel 71, el empresario Arturo Boggossian trajo a la directiva cerrista una tentadora oferta para la época. La ida de Arrúa al Nancy de Francia, valorada en 100.000 dólares limpios. Sin embargo, el agente sorprendió con la condición de que el traspaso debía ser sin pérdida de tiempo.

El Nancy había tenido un mal inicio de campeonato, especialmente por la falta de goles y Boggossian había prometido a los directivos galos tener la solución, con la compra inmediata de Arrúa.

En medio de ese panorama, Cerro marchaba puntero del campeonato, pero en la última fecha de la segunda rueda, el Ciclón perdió el clásico ante Olimpia (2-1) y el Decano pasaba a comandar la tabla de puntuaciones.

Luego de la derrota frente al rival de todos los tiempos, la directiva cerrista decidió que el ciclo de Arrúa en el club había terminado. Cuatro días después de aquel clásico, el jueves 28 de octubre de 1971, Saturnino Arrúa viajaba a Francia para fichar por el Nancy de la serie A, acompañado por Boggossian.

Ya en Francia, el “10″ realizó algunos partidos de práctica, marcando muchos goles y el fichaje estaba prácticamente hecho.

Sin embargo, a Arrúa le extrañaba que el contrato estuviera redactado en francés y pidió que se le traduzca. Tamaña sorpresa se llevó cuando se enteró que el vínculo que debía de firmar tenía una extensión de 10 años.

Consecuentemente, Arrúa se negó a acordar el documento y dejó de asistir a los entrenamientos del club, deambulando unos días por Francia. Para entonces, Arturo Boggossian, el empresario que había gestionado su traspaso, ya se desentendió de él y lo dejó a la deriva, en un acto de evidente falta de profesionalismo.

La solución llegó por la vía legal. El jugador paraguayo no volvió con el empresario ni con los dirigentes del club y pudo contactar con la Embajada de Paraguay en Francia, consiguiendo los pasajes de vuelta al país, luego de tres semanas de haber migrado.

Arrúa regresó al Paraguay y un mes después de su último partido, se produjo la reaparición en el primer equipo de Cerro Porteño, con la intención de recuperar el terreno perdido. Pero ya era tarde, el Decano había adquirido una ventaja casi inalcanzable en la punta y no paró hasta llegar al título.

Tiempo después, Arrúa tuvo su recompensa con el salto al fútbol español, donde libró temporadas de ensueño y llevó al Real Zaragoza hasta un histórico segundo puesto, llegándose a codear con el mismísimo Johan Cruyff, la estrella de la Naranja Mecánica y del Barcelona.

Pero esa es otra historia.

Portada del diario Abc Color. 1971- “Nino” viaja a Francia acompañado del empresario Arturo Boggossian.



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