El Club Capitán Pintura resiste entre la más indescriptible precariedad. Disputas entre caciques, inundaciones, la lucha por la subsistencia diaria y el nulo retorno económico al cual se encuentran sometidos sus jugadores no le han desanimado y sigue agregando éxitos deportivos a su palmarés. Un club cuyo nombre encierra una peculiar historia.

  • Por Gonzalo Cáceres DIARIO HOY
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Ya lo decía el céle­bre escritor espa­ñol Manuel Váz­quez Montalbán: “El fútbol es la religión diseñada en el siglo XX más extendida del planeta”, y tiene mucho de verdad.

Como pasión de multitudes, llega a las locaciones más recónditas sin discriminar raza, sexo, condición social o ideología política; la pelota es de todos.

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A 527 kilómetros de Asunción, en las áridas planicies del intra­table Chaco paraguayo, en el Departamento de Alto Para­guay, se extiende sobre la mar­gen derecha del río Paraguay la inmutable Bahía Negra. Terri­torio salvaje casi impenetra­ble de no ser por las dos cau­telosas rutas que la alcanzan y el par de vuelos civiles que llegan diariamente. Mirando al Sur, a unos 45 minutos a pie del centro de la ciudad, se encuentra la comunidad indígena de Puerto Diana, hogar de unas 400 familias de la etnia yshyr chamacoco y génesis de nuestra historia.

Campeones de la Liga Bahianegrense en el 2011, 2015 y Clausura del 2016.FOTO:GENTILEZA

Los jóvenes chamacocos le profesan un cariño especial a la pelota. Es tanto así que tie­nen organizada una interna de fútbol conformada por cua­tro equipos amateurs: Spor­tivo Puerto Diana, Atlético Basybyky, Sport Chaqueño y el Club Capitán Pintura; este último es el más fuerte y lau­reado con tres títulos (2011, 2015, C-2016) en la Liga Bahia­negrense de Fútbol, de hecho es el más ganador por encima de los otros nueve conjuntos que compiten en los torneos del núcleo creado en el 2011 y dependiente de la Federación de Fútbol del Decimosexto Departamento.

EL ORIGEN

Capitán Pintura, o CCP, nació allá por el 2005 como centro para la recreación deportiva y asociación cultural de los nativos de Puerto Diana. No fue sino hasta setiembre del 2011 que se plasmó el nombre y colores del equipo.

El nombre surge en honor de uno de los ‘abuelos’ de la comu­nidad que sirvió al Ejército paraguayo durante toda la con­tienda del Chaco (1932-1935). Fue ascendido a capitán por los superiores y enaltecido por las tropas por sus imprescindibles servicios como guía e instruc­tor en la consecución de agua y alimentos naturales, vitales en tan implacable terreno.

“En reconocimiento por su buen desempeño, su valen­tía y su coraje fue ascendido a capitán, vistiéndole con el uni­forme (del Ejército) y con todos los derechos (del rango) hasta su muerte”, asegura uno de los tantos testimonios que hablan sobre la vida y obra de tan pin­toresco personaje. Según el acta de fundación “en home­naje a su mérito, por su desem­peño en la Guerra del Chaco, esta comisión por unanimi­dad decidió poner el nombre de Capitán Pintura al club”.

“Pintura”, conforme nos hacen llegar distintas versiones, sería el apellido de este individuo, pero hay quien dice que en rea­lidad es un cariñoso mote ya que –según indica la fuente– el hombre combatió pintado con las características de su tribu.

LA LUCHA

Es loable la tenaz dedicación que le mantienen estos hom­bres y mujeres al deporte rey. No cobran por partido ganado u objetivos, ni siquiera han tocado una sola moneda de la Unión de Fútbol del Interior (UFI) por sus conquistas, sin rédito alguno. El único pre­mio que han conocido es el grito del público que se agolpa a la cancha 13 de Octubre de la comunidad y el acompañamiento que obtienen cuando les toca trasladarse a Puerto Esperanza (30 km) y 14 de Mayo (22 km) para la dis­puta de sus partidos. Sus jugadores se dedican en su gran mayoría a la pesca, algunos realizan labores de limpieza y alambrado de terrenos y otros aseguran el plato de comida cazando animales en los montes cer­canos o cultivando la tradi­cional huerta familiar.

En estas condiciones el Capi­tán Pintura se ha impuesto en la Liga Bahianegrense con tanta fuerza que los ‘equipos paraguayos’ (así denomi­nan a todo ajeno a la comu­nidad) no han podido bajarle de los primeros puestos. De los siete torneos disputados hasta ahora, los albiverdes se han llevado tres títulos y dos segundos puestos. El Spor­tivo Puerto Diana demues­tra que no es un hecho ais­lado en la comunidad ya que con dos títulos es el segundo más ganador.

“Acá botines es lo que falta. Están los que pueden com­prar y los que no… usan todoterreno. Necesita­mos de alguna ayudar para (seguir) jugar, nosotros ponemos nuestro pasaje, comida y todo”, nos decía Osmar Escobar, jugador del tricampeón chaqueño.

A la escasez monetaria, pre­cariedad logística y material, y ausencia de los organismos deportivos y estatales corres­pondientes,

hay que sumarle el factor social propio de la comunidad: actualmente se vive un ambiente agitado con la aparición de un nuevo aspi­rante a cacique, lo que puede acarrear consecuencias den­tro de la actividad comunitaria en general. El clima también es juez ya que cuando las lluvias azotan con fuerza la región las canchas se inundan y forman un inmenso estero, lo que fue motivo de suspensión del cam­peonato en el 2014.

Escudo del Club Capitán Pintura. El verde y blanco de su camiseta están dedicados a la naturaleza y la esperanza, así como la paz, respectivamente.FOTO:GENTILEZA

Los monarcas bahianegren­ses se sienten apartados por la falta de interés de las auto­ridades deportivas para con ellos. En la última convoca­toria para la selección de pue­blos originarios los yshyr cha­macoco prácticamente no han tenido representación ya que las pruebas se habían realizado en Filadelfia, lo que suponía un viaje “muy lejos” desde Puerto Diana. Solo exigen la inclusión de las comunidades más leja­nas en estos proyectos.

Pese a tantas dificultades, los jóvenes nativos solo tienen en mente una cosa: seguir dán­dole al esférico. “Los atuen­dos y botines lo que son lo más importante para nosotros. La gobernación donó atuendo al Atlético Norteño, pero a noso­tros no nos alcanzó. Acá hay dos torneos y solo tenemos un atuendo”, sentencia nuestro entrevistado.

Mientras aguardan algún tipo de ayuda o aportes, la idea es seguir entrenando tres veces por semana como lo vienen haciendo desde hace ya 12 años. Con el tiempo de testigo y la voluntad de bastón.

Es la historia de un equipo especial, de una comunidad especial. El Club Capitán Pin­tura de Puerto Diana, Alto Paraguay.

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