La experiencia del “otro teatro” representado por “Tu panza respira”, de Jorge Báez y David Amado, que se despide este martes 30 de noviembre en el Teatro Municipal, en un análisis de especialista.
- Por Julio de Torres
- Fotos
- Tais Estrada.
Irrumpir es lo que vino haciendo la Posdramática hace un par de años cuando el momento escénico era desplazado por la tensión entre la ficción y la realidad, una tensión ya concebida burdamente para la teoría canónica que necesita etiquetas. “Ahmad-Amado” ya había irrumpido el río en el 2019 para presentar una vivencia aguas arriba. Los ojos confundidos de los espectadores que iban en barco fueron prueba de su acostumbramiento al teatro tradicional; ojos ávidos de presenciar una representación y no la inmediatez vivencial de “otro” teatro. En “Es sobre nosotros (también)”, presentada ese mismo año, el susurro de una espectadora se asomó detrás de mí a minutos de empezar la pieza: “Parece que ya empezó”. La disyunción ficción/realidad causó estragos y confundió a más de uno.
“NECESIDAD DE IRRUMPIR”
Tener la visión clara de la necesidad de “irrumpir” a veces no es suficiente. Quizás, solo “siendo”, la irrupción amenaza por añadidura. Es por eso que “irrupción” se cuela aquí para coronar también el fenómeno de “Tu panza respira” de Jorge Báez y David Amado que se despide este martes, 30 de noviembre, en el Teatro Municipal. La irrupción que comporta la obra deconstruye el pronóstico que depara al espectador ávido de ver una obra en el coliseo principal de la ciudad, acaso dentro de los límites de la tradición teatral, para luego salir aplastados por el solo “ser” del acontecimiento escénico –etiqueta que merece ser erradicada al menos por ahora– que no solo presenta una realidad, sino que la cuestiona.
“Tu panza respira” emplaza el espacio escénico dentro del escenario mismo del Teatro Municipal, lo cual constituye un símbolo con un trasfondo contundente y necesario: cuestionar la manera, repetitiva quizás, de hacer escena en Paraguay, o los modos, o los estilos, o la tradición y sus usos o sus costumbres. Pero, por encima de todo, lo hace en “ese” lugar, situación que multiplica con creces los efectos de la solapada denuncia a la tradición.
DESAFÍO A LA ESTRUCTURA
El espacio escénico es mutable y no es la primera vez que se desafía a la estructura edilicia del teatro, en este caso, a la italiana. En el 2008, en la Sala Manuel de Falla del Centro Cultural de España, William Valverde había utilizado, con “4:48 Psicosis” de Sarah Kane, montada por Equipo Teatro, la misma estrategia de alternar los espacios dejando, literalmente, atrás a la sala, permitiendo la exploración del escenario como espacio de la expectación sumergida en la representación. La diferencia es que, en el caso de “Tu panza respira”, el propósito de alternar los espacios es potenciado por irrumpir con derivadas de la realidad. La concepción que tenemos de la realidad nos permite derivarla y, al pretender cerrar el cálculo, chocamos con la realidad “presentada” por la obra teatral.
JUEGO, POSDRAMA Y REALIDAD
Este logro de presentar una realidad que, al inicio, creíamos que era otra, otros tipos de teatro no lo logran durante el acontecimiento escénico. De hecho, no es su propósito pero solo llegarán a la empatía del público, o a socavar prejuicios, o a alterar conceptos pero nunca cuestionar la noción que tiene el público de la realidad en el momento de la expectación. “Tu panza respira”, en ese sentido, comporta un juego que se tambalea entre la necesidad de empañar la rancia y maniquea tensión entre realidad y ficción, y se decanta por el único deseo del ser inmediato en la escena. Es entonces que todo el propósito que puede dar peso al equipaje de amado y Báez, cargado de buenas o malas intenciones, se va desvaneciendo y da lugar al ser desnudo que se muestra en toda su realidad.
¿Quiénes somos para cuestionar una realidad? La posmodernidad, de hecho, evita cuestionarla. Esto es, desde un enfoque social, contraproducente, pues existen modelos que no quieren que los individuos se piensen y luego miren alrededor y, luego, retornen la mirada y, quizás, ejercer un cambio desde el individuo. No importa. Probablemente, necesitemos un mensaje que nos diga que no es necesario cuestionar la realidad porque la que se nos muestra es una sola y nada más.
La presencia del posdrama en Paraguay vino asomándose mediante iniciativas que ya tienen décadas. Sin embargo, La Posdramática consolida su presencia local dialogando con iniciativas teatrales de gran relevancia como la compañía catalana Agrupación Señor Serrano, donde las estrategias estéticas de su espectáculo “Birdie” cosecharon tendencias. Mientras “Birdie” revisita “Los pájaros” de Hitchcock para construir una metáfora que posiciona a la migración, representada por los pájaros, entre las guerras, las precariedades sanitarias, las crisis sociales, las deportaciones ilegales, etc. “Tu panza respira” se apoya en “La Divina Comedia” de Romeo Castelucci, donde se presenta en pantalla una escena crucial: personaje, como tal, conociéndose farsante, es atacado por perros. ¿Cuál es la intención final de nuestra obra entonces? ¿Cuestionar toda la labor escénica?
Mediante estrategias multimedia, objetos y dos, más que actores, personas y perritos en escena, el espectador podrá responderse las mil preguntas que brotarán luego de ver “Tu panza respira” en su última función, este martes 30 de noviembre, a las 20:30, en el Teatro Municipal de Asunción.
FICHA
Julio de Torres: actor, dramaturgo, músico e investigador en artes escénicas y cine. Sociólogo y máster en estudios teatrales.