Por Toni Roberto, tonirobertogodoy@gmail.com
Hoy Toni nos vuelve a llevar a la vieja cuadra de Mariscal Estigarribia casi México, una arquitectura que hasta hoy da la bienvenida al centro histórico de Asunción y que albergaba al legendario “Café Literario” de Mario “Paco” Sandoval.
¿Hace falta buscar nuevos recuerdos, u ordenar los que tenemos guardados en el corazón? Esa pregunta me hago en esta segunda parte de estos “Cuadernos de barrio” dedicada al ex “Café Literario”, ese espacio casi cúbico, parte de una antigua casa patrimonial en la calle Mariscal Estigarribia casi México. Con el deber de enfrentarme con un pasado asunceno reciente, que, si bien sólo duró 20 años, fueron lo suficientemente intensos para ser hoy un lugar depositario de tantos recuerdos a pesar de su cierre.
“EMILITO” PÉREZ CHAVES EN EL RECUERDO DE PACO SANDOVAL
Son las 15:15 de una tarde asuncena del hermoso mes de octubre, con mis elementos de dibujo: una vieja banqueta “Mercado 4″, mi cuaderno y mucha tinta, me siento en la vereda frontal al extinto café para esbozar “recuerdos dibujísticos”, justo en la acera del local donde Anita Schvartzman tenía “Iluminación Real” en otras décadas. En ese mismo momento me vienen a la mente los personajes que pasaron por el café, entre ellos, Emilito Pérez Chaves, a quien me había recordado días pasados Mario “Paco” Sandoval, único propietario del “Café Literario” diciendo: “era un gran intelectual, le llevaba a sus alumnos para dar clases rodeado de libros y retratos de grandes personalidades del Paraguay”. Siempre se lo veía enseñando en un rincón del local, “donde tuve el placer de tomar más de un café con este gran paraguayo que falleció muy joven”.
EL LUGAR DE REUNIÓN DE ASOCIACIONES CULTURALES
El Café fue una especie de sede oficial de muchas asociaciones y movimientos culturales de las dos primeras décadas de este siglo. Alejandro Bovino Maciel daba en el café sus charlas de ópera y literatura. Recuerdo especialmente un curso de literatura inglesa a cargo de María del Carmen Florentín, ambos grupos eran muy concurridos, el de ópera tenía un preludio que era un programa radial donde pasaban las piezas musicales. Las tertulias literarias se intercalaban con estos cursos donde participaban, por ejemplo, las hermanas Amanda y Mabel Pedrozo, también el escritor Luis Hernáez, ya fallecido y otros invitados. Se realizaban los domingos a la tarde donde acompañaba siempre el infaltable café y un alfajorcito. “Fue también el lugar elegido por la comisión directiva 2018-2020 de Escritoras Paraguayas Asociadas EPA, integradas por Estela Asilvera, Mirtha Gubertini, Cilia Romero y yo; los sábados de tarde nos reuníamos periódicamente y ahí coordinábamos las actividades”, nos cuenta su ex presidenta Lourdes Talavera.
Sigo sentado en la vereda tratando de encontrar algún parroquiano, pero no, está llegando el atardecer y así como el día tiene su ciclo, también lo tuvo El Café Literario, que indefectiblemente, como a todo, le llegó su noche, pero quedarán para siempre los imborrables momentos de un café que no pasó desapercibido y sigue viviendo en los recuerdos de los “cafeteros asuncenos” y sus visitantes.