• Un poema de un diplomático argentino de los años 40, unas viejas fotos en blanco y negro y un lapacho amarillo en flor es la inspiración de Toni Roberto en este primer domingo de primavera del 2021.
• Por Toni Roberto
• tonirobertogodoy@gmail.com

Es la noche del 21 de setiembre. Desde mi ventana puedo ver el gran lapacho amarillo que engalana la vieja casa de los Gómez Vaesken, iluminado intermitentemente por una luna llena que aparece y des­aparece en el cielo seminu­blado de una fresca noche de primavera. Trato de engazar recuerdos buscando fotos de momentos inolvidables de una época que ya no volverá, tal vez no sea necesario decir mucho y aunque las fotos ten­gan un desteñido blanco y negro se llenan de color con los recuerdos.

En mi afán de recolector historias voy a las fuen­tes y me encuentro con la primera sorpresa, un debut realizado en pleno invierno, que fue el de Cristina Gómez Sanjurjo, quien había debutado en el año 1961 en el Centena­rio, y nos cuenta algo muy particular: “El 10 de junio de 1961, debíamos debu­tar Alba Gutiérrez Yegros, Blanca Mersán y yo, pero como Alba había viajado a vivir a Buenos Aires y Blanca estaba con proble­mas de salud, debuté sola”, nos cuenta Cristina emo­cionada recordando aquel inolvidable momento, hace exactamente 60 años.

Sigo buscando vestigios de viejas primaveras por la ciu­dad y voy hasta el barrio San Vicente, donde vive Mag­gie Brugada. Ella extrae del baúl de los recuerdos una foto del corso de las flores en el parque Caballero allá por 1978; un “setentoso” jeep Samurái convertido en la sencilla carroza del Club de Leones del Barrio Hos­pital conducido por Ricar­dito Brugada, que llevaba a su representante y al lado a la niña Maggie con ape­nas 6 años, quien lucía una banda que decía “reina de papá”, toda una era de gloria de aquellos corsos de pri­mavera donde la ciudadanía se volcaba a elegir su reina y su carroza preferida.

A la vuelta, paso por el cora­zón del barrio Nazareth, donde se encuentra el Club Social y Deportivo Prima­vera, un club de barrio fun­dado el 21 de setiembre de 1964, como reza el viejo car­tel a la entrada. Recorro la zona a la búsqueda de vie­jas imágenes de las fiestas de debut de las señoritas del barrio en los años 60, pero el resultado es infructuoso. Al respecto nos cuenta su presidente y vecino Jorge Spindler: “La verdad es que con el transcurrir de las décadas –el club está a pocos años de cumplir 60 años de vida– se fueron per­diendo los archivos de las fiestas anuales y hoy solo tengo unas pocas fotos de la coronación de reina de principios de este siglo”. Era una época en que la presencia de un fotógrafo profesional era muy impor­tante, sin ellos no había registro, muy poca gente tenía una cámara fotográ­fica y si la tuvieran, casi siempre era el fotógrafo convocado el que hacía las instantáneas y luego ven­día las fotos reveladas.

Una imagen me transporta al primer año de la década del 60. La debutante, una señorita de la sociedad asuncena de aquella época, Juanita Berthomier, quien había debutado en setiem­bre de 1960. “En aquellos años venía exclusivamente de Buenos Aires un famoso fotógrafo retratista de ape­llido Shönfeld contratado por los padres de algunas debutantes del Centenario, él era muy prestigioso”, nos cuenta Nuria Costa Martí de Rojas Vía, quien debutó en el año 1961 con otras seño­ritas entre las que se encon­traban Graciela y Griselda Pecci. Esta primera parte del pequeño recorrido por las primaveras de antes tam­bién nos lleva a una primo­rosa foto de parejas de debu­tantes del Centenario de setiembre de 1973 y otra de señoritas del mismo club del mes más florido del año 1981.

En muchos casos, la memo­ria gráfica de algunas ins­tituciones se encuentra extraviada. Es deber de todos restaurarla a pesar de tantos archivos desapare­cidos, pero en la constante búsqueda de las minúscu­las historias urbanas cree­mos poder recomponerla, porque sin recuerdos del pasado no hay futuro.

Al final de este domingo ter­mino con una genial pieza poética del diplomático argen­tino José María Cantilo –que me acercara nuestro amable lector el Arq. Hugo Cataldo– que escribió en su estadía en Asunción en la década del 40 una poesía denominada “En Asunción ha nevado”:

En Asunción ha nevado….

Desde la selva al barranco la villa se ha despertado toda cubierta de blanco Cada árbol alta la frente bajo el sol que se derrama tiende en virginal presente una albura en cada rama Es una nieve infinita cuya gracia sintetiza todo lo hermoso y lo breve Dicha, juventud y amor es la pura y fragante nieve de los naranjos en flor en Asunción ha nevado…

Parafraseando a este poeta y diplomático argentino, hoy termino diciendo:

En Asunción ha nevado lapachos amarillos en flor, que me inspiraron desde mi ventana estas “primaveras de antes” en este domingo de setiembre del 2021.