El edificio del Puerto de Asunción es actualmente objeto de intensos trabajos que apuntan a su recuperación y revalorización, en el contexto de un ambicioso programa de reconversión urbana de la capital que lleva adelante el Gobierno. Con este rescate patrimonial se preserva también un importante sitio histórico que ha tenido gran relevancia en la vida asuncena.

El emblemático edi­ficio del Puerto de Asunción, que posee su acceso sobre la calle El Paraguayo Independiente, vive actualmente un intenso movimiento de gente. Obre­ros van y vienen recorriendo entre andamios que cubren gran parte del sitio. Se trata de los trabajos de restaura­ción y puesta en valor del his­tórico edificio, en el marco del Programa de Reconver­sión Urbana que lleva ade­lante el Gobierno a través de Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). Este trabajo permitirá recu­perar y revalorizar esta anti­gua construcción que ha sido testigo de parte importante del proceso de desarrollo de la ciudad de Asunción.

La primera edificación del puerto se remonta a 1907; es decir, hablamos de un asen­tamiento de más de un siglo de historia. Por ello, la labor de restauración tiene que ser de una gran precisión y cui­dado. “Hay una serie de tra­bajos que se fueron haciendo con ciertas tecnologías espe­ciales. Se fue investigando, se usaron cámaras térmicas, también un resistógrafo, que es un aparato para diagnos­ticar el estado del madera­men y otras estructuras. Son protocolos y procedimientos no invasivos. Cuando se hace una obra de restauración de este tipo se debe elaborar pri­mero un protocolo de inter­vención, que recomienda que el trabajo sea lo menos inva­sivo posible a lo que sea origi­nal. Si se va a hacer un cambio en esa obra, por algún motivo, tiene que estar justificado. Si se va a agregar una pieza tiene que notarse la diferen­cia entre lo que es original y lo que es nuevo, debe quedar diferenciado. Esto ya forma parte de la Ley de Protección del Patrimonio Cultural, la 5621/2016, que inclusive es clara en dictar que si uno hace una mala intervención o praxis en temas de patrimo­nio histórico, se puede pagar con pena carcelaria”, explica el arquitecto Ricardo Riego, quien es coordinador del Pro­grama Reconversión Urbana que implementa el MOPC. Las labores en obra están a cargo de la empresa contratista ABH SA (Alberto Barrail e Hijos), mediante Licitación Pública Internacional (ID 348526) y demandan una inversión superior a los 22.000 millo­nes de guaraníes.

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“Esta obra es la puesta en valor de lo que fue un centro neu­rálgico y de arranque de nues­tra ciudad. Es un lugar emble­mático en ese sentido. Todas las grandes ciudades surgen a través de los puertos y en el caso específico de Asunción, aquí (en el puerto) llegaban los primeros barcos a lo que anteriormente eran los atra­caderos, que no eran aún puer­tos. Después se construye ya el primer edificio del puerto en 1907”, explica Riego.

Al terminar las obras, entre fines de este año e inicios del próximo, según estimaciones, el edificio volverá a funcionar como sede de la Administra­ción Nacional de Navegación y Puertos (las oficinas fueron trasladadas temporalmente), ya con las mejoras como ofici­nas nuevas y mejor distribui­das, con aire acondicionado central, sistemas de luces LED, nuevo sistema informá­tico, etc., pero todo bajo el con­cepto de mantener la esencia histórica del edificio.

Recuperación de los arcos originales del edificio.

La edificación de dos plantas, según explica Riego, brindará espacios abiertos y de libre acceso, incluido un salón auditorio reacondicionado que podrá albergar espectá­culos artísticos y culturales, con un aforo de 150 lugares.

HALLAZGOS

Durante las prospecciones y trabajos de restauración y remodelación fueron sur­giendo también varias sor­presas. Como por ejemplo, una serie de murales que están siendo recuperados y que estaban extrañamente cubiertos por paredes, como una especie de tapia. “Cuando demuelen unos muros que no eran origina­les, se encuentran con que había unos murales que son de varios artistas. No se sabe por qué fueron tapados. Son siete y dos ya están restau­rados”, explica el arquitecto.

Los trabajos están a cargo de personal capacitado en restauración.

Riego señala que durante los trabajos, que ya están en el rango de un 80% de avance, se ha tratado de preservar la identidad del edificio. “Hubo varios cambios a largo del tiempo. Se hizo una inter­vención bastante importante allá por 1960 y en ese enton­ces se hicieron cambios en la estructura que tenía original­mente el edificio, como son los famosos arcos de medio punto que se hacía con ladri­llos o piedras. Estos se taparon y se cambiaron por aberturas cuadradas con revestimien­tos (los arcos también están siendo recuperados), pero el edificio en sí conversa su estructura original”, dice el coordinador.

Tras la culminación de los trabajos, aunque el edificio volverá a cumplir su función administrativa, también se van a prever visitas guiadas, atendiendo que es un patri­monio de mucho valor para comprender la historia de la ciudad de Asunción. “Todavía tenemos que ver varios aspec­tos según lo que especifica el protocolo de intervención. El tema de los murales, por ejem­plo, tendrá alguna medida en espacial para protegerlos”, añadió Riego.

Arquitecto Ricardo Riego.

Comentó también que a raíz de la bajante del río descu­brieron que en la zona del muelle, que no es de tan anti­gua data, había varios daños en las armaduras de hormi­gón. “Hay desprendimiento, eso por ejemplo exige otro trabajo en particular. No es parte de restauración. Eso puede colapsar en cualquier momento y puede afectar también al edificio”, explicó.

UNA NUEVA ASUNCIÓN

“El plan maestro del puerto tiene un montón de virtudes que la gente todavía no puede apreciar demasiado. Toda la zona de puertos, hasta antes de que se empezaran estas construcciones, estaba llena de prostíbulos, un montón de propiedades abandonadas donde nadie quería inver­tir en mejoras, casas caídas... era una zona roja. A partir de que empieza la construcción de las oficinas de gobierno, en el marco de Programa de Reversión Urbana, surge un efecto de plusvalía. Las pro­piedades, por más que sean antiguas, empezaron a valo­rizarse. Ahora hay un montón de gente que está comprando propiedades”, explica el arqui­tecto Riego, subrayando el enorme valor urbano que ten­drá este proyecto para revita­lizar no solo la zona ribereña, sino toda la ciudad.

Amplios salones cobran nueva vida tras la restauración.

Para Riego, las nuevas ofici­nas de gobierno serán el tema ancla por el cual va a venir la inversión privada a invertir en Asunción. “Cuando esté terminada la obra de las ofi­cinas, que comprende cinco edificios, guardería y come­dor para funcionarios, audi­torio para 600 personas, el eje cívico, proyectos cultura­les, así como la restauración del puerto, eso va a atraer la inversión en comercio, ocio, gastronomía. Se va a tener ahí un movimiento cercano a 10 mil personas, solo funciona­rios, a lo que hay que sumarle la gente que va a hacer gestio­nes. Definitivamente, esto le va a dar otra dinámica a la ciu­dad”, señaló finalmente.

Una vista de la zona del puerto.
Una placa marca el nivel que alcanzó el agua en la gran inundación del 83.
Un mural recuperado que estaba escondido y en deterioro en una zona usada como estacionamiento.

UN SITIO DE MUCHA HISTORIA

Plano del terreno donde se construiría la estación y caballerizas del Tranway Puerto de Asunción 1872. (Durán Estragó, Margarita. Asunción en planos 1869 – 1876).

“El actual Puerto de Asunción se con­virtió a partir de la segunda mitad del siglo XIX en el portal de acceso a la ciudad y uno de los principales nodos urbanos. Este pro­ceso se inicia con algunas acciones del gobierno de don Carlos Anto­nio López den­tro de una polí­tica de renovación urbana. La cons­trucción del edi­ficio de la Recova, cuyo nombre ori­ginal era la Nueva Aduana de Rivera, que se empezó a construir en 1861 para albergar fun­ciones aduaneras, en ese entonces el puerto era un espa­cio prácticamente vacío, la ciudad se diluía a partir de la actual calle Colón –antigua calle De la Aduana de Rivera– al oeste,es­taba el arsenal”, explica la arquitecta Prof. Msc. arquitecta Silvia R. Rey Méndez, quien rea­lizó varias investigaciones en torno a la historia patrimonial de la zona del puerto asunceno.

Agrega que “casi al mismo tiempo se emprendía la construcción del Muelle de Puerto de Marte, una estructura de piedra que permitió consolidar en ese sitio el puerto principal. Las obras en el sitio habían sido de las primeras emprendidas por López padre. En su primer mensaje al Congreso en 1849, don Carlos informaba: ‘Asimismo se han construido dos ramplas de piedra, cal y ladrillos en los puertos de Marte y Bahía Negra’. Cinco años después, en 1854, informó: ‘Se han construido otras murallas firmes en los puertos de Aduana, de Ribera, de Marte y del arroyo Jaén’. La inauguración del primer tramo urbano del ferrocarril conectó al Puerto de Marte con la Estación Central del Ferrocarril, uniendo los dos accesos a la ciudad de aquel entonces. Estas acciones afianzaron el posterior desarrollo del sitio. Ya en la posguerra del 70, a fines del XIX se inicia la construcción del edificio portuario, el que permanece hasta hoy. Esta edificación se fue construyendo por partes y su apariencia actual corresponde a la inter­vención realizada en 1961, cuando se amplía y ‘moderniza’ el edificio acorde a las influencias del movimiento racionalista”.

Postal de Puerto de Asunción de 1904.

En cuanto a la ubicación del puerto y su relación con la época fundacional de Asunción, Rey aclara un dato poco conocido, y es que la actual Bahía de Asunción y el Banco San Miguel se empezaron a conformar recién a partir del siglo XIX, por lo que “algunas hipótesis sostienen que el desembarco de los españoles se habría dado en una rada o ensenada del río conocido como el Riachuelo o Laguna de los Patos, formado por la confluencia de dos arroyos –el del Pozo Colorado y el de Los Patos– en su desembocadura hacia el río Paraguay. El Riachuelo, que habría sido la antigua Bahía de Asunción y puerto de resguardo de los barcos españoles, estaba ubicado al borde del que se asume como lugar de fundación de la Casa Fuerte en la Loma Cavará, sitios que coinciden con la ubicación del nuevo edificio del Congreso y la Plaza Comu­neros, respectivamente. Al respecto, cita un documento de mitad del siglo XVII encontrado en el Archivo Nacional, que habla de la desaparición de dos puertos: “El 12 de abril de 1655, el Cabildo de Asunción escribía al obispo Cárdenas culpándolo de los males de la ciudad: ‘...los dos puertos, por donde con tantas ynauditas violensias fue expelido Vuestra Señoría Ylustrí­sima, no pudiendo sufrir el peso de tan grandes pecados, se an hundido he ido al fondo...’ (1).

La arquitecta cita también a Francisco de Aguirre, quien refería a fines del siglo XVIII: “Nos dice la tradición que hoy tienen la ciudad de menos una calle entera... (2)”, y explica que según recogen varias otras crónicas, los raudales fueron erosionando el borde de la ciudad hacia el río e hicieron desaparecer varias edificaciones, sobre todo en el sector vecino al Riachuelo, situación que se solucionó en parte con la construcción del muro de contención realizado por los jesuitas en el borde del sitio. “Llama la atención que el plano de Azara levantado en 1786 no da referencia alguna sobre la ubicación del puerto, en tanto el de 1793 lo ubica a lo largo del borde que se extiende entre la proyección de las actuales calles Ayolas y Hernandarias”, agrega.

Una imagen antigua del depósito de la aduana.

“Según Esperanza Gill (3), el principal puerto interno de Asunción fue el Puerto de los Patos, instalado por el cabildante José Díaz de Bedoya y que funcionó hasta la dictadura del Dr. Fran­cia, cuando la Laguna de los Patos fue segada; según crónicas, cuando este falleció en 1840, sus restos fueron llevados a la antigua iglesia De la Encarnación desde la Casa de Gobierno y el Arroyo del Pozo Colorado ‘ya era solo un charco que se cruzaba por un tablado’ (4)”, sigue explicando Rey.

Recuerda además un hecho interesante al que solía referir el arquitecto Jorge Patiño Migone en sus clases de Historia de la arquitectura del Paraguay, y es que durante la construcción del edificio 14 de mayo, ubicado en la esquina de Paraguayo Independiente y 14 de mayo, se habrían encontrado remanentes de cascos de bergantines españoles. “Lastimosamente, hasta hoy no se han realizado estudios arqueológicos sistemáticos en el sitio o si se hicieron, los resultados no fueron publicados”, acota.

En su más de siglo de vida, el puerto de Asunción fue testigo de importantes acontecimientos históricos de relevancia nacional. “Como portal de acceso a la ciudad, fueron muchos los hechos de importancia que tuvieron como escenario al sitio, entre ellos podemos citar el embarque y traslado de soldados, materiales de guerra y toda la logística necesaria para la Guerra del Chaco, o la llegada de los hidroaviones, que se hizo habitual a partir de marzo de 1941. En ese entonces el puerto también funcionó como aeropuerto”, agrega finalmente la arquitecta Rey.

Referencias:

1) ANA, Sección copia de actas capitulares, vol. 9. Citado por Duarte de Vargas, Alberto (2001). El sitio de la nueva sede del Congreso Nacional. Investigación histórica. Munici­palidad de Asunción. Pág. 9.

2) Duarte de Vargas, Alberto (2001). El sitio de la nueva sede del Congreso Nacional. Inves­tigación histórica. Municipalidad de Asunción. Pág. 14.

3) Gill, Esperanza. 1987. Testimonio de la Asunción crecimiento y desarrollo en sus 450 años. Asunción, Ediciones El Arte.

4) Duarte de Vargas, Alberto (2001). El sitio de la nueva sede del Congreso Nacional. Investigación histórica. Municipalidad de Asunción. Pág. 28.

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