Melissa Tillner y Rodrigo Hermosa superaron sus marcas en esta primera participación de atletas paralímpicos nacionales en los Juegos. La necesidad de generar espacios para que las Personas con Discapacidad (PCD) puedan practicar deportes es analizada por los atletas en esta charla con La Nación. Nacidos como un aliciente para la recuperación de los heridos de guerra, los deportes paralímpicos pueden ayudar en mucho a la actitud de vida de las PCD y es por ello que están consagrados como un derecho humano en la Convención Internacional que rige la materia.

Los deportes para­límpicos nacieron hace más de 100 años pero fue recién tras la Segunda Guerra Mun­dial que se desarrollaron intensamente. La idea era ayudar a la rehabilitación de los veteranos heridos que se habían convertido en personas con discapa­cidad (PCD). Desde ese momento a esta parte fue­ron evolucionando hasta convertirse en deportes recreativos, a la par de que se fueron dando las luchas que concluyeron en el 2008 con la puesta en vigencia de la Convención de Naciones Unidas (ONU) sobre Dere­chos de las Personas con Discapacidad.

Allí se consagra el derecho de las PCD al acceso e igual­dad de condiciones a activi­dades recreativas, de des­canso, de esparcimiento y deportivas.

La norma internacional obliga a los Estados parte a tener disponibles activi­dades culturales, cine, tea­tro; museos y monumentos en formatos accesibles, por ejemplo que haya intérpre­tes en lengua de señas, tex­tos explicativos en Braille, subtítulos para sordomu­dos, etc.

También se expone allí que el Estado debe garantizar que las PCD deben poder acceder al deporte como práctica, trabajo, recrea­ción, etc. porque es un dere­cho humano.

Mario González fue el jefe de la misión nacional que viajó por primera vez a los Juegos Paralímpicos. “El Comité Paralímpico Para­guayo (CPP) cuenta con el apoyo de la Secretaría de Deportes (SND) y así fue como llegamos a Tokio”, dice desde Japón descri­biendo la primera red de soportes que se viene cons­truyendo en el país.

“Hoy en día la pandemia cortó muchos de los pro­yectos en los que al regre­sar avanzaremos. Vamos a reforzar el vínculo con la Secretaría por los Dere­chos de las Personas con Discapacidad (Senadis) y con el Ministerio de Edu­cación (MEC) para que los cursos que dictemos tengan aval para que poco a poco la gente con discapacidad pueda acercarse y conocer los deportes paralímpicos y adaptados y a partir de ahí comenzar a entrenar”, apunta.

“La participación paraguaya por primera vez nos permi­tió ingresar a este mundo. El hecho de que nuestros parat­letas pudieran mejorar sus marcas, da muestras de que pese a la pandemia y a los momentos duros se puede llegar”, agregó.

“Tenemos la posibilidad de que más gente se pueda con­vertir en paratletas, abrimos una puerta muy grande, y tenemos la meta de ir mejo­rando día a día, y comenzar a tener más personas con dis­capacidad haciendo depor­tes, llegar a más eventos y tener más deportes y más espacios para ellos”.

González se muestra entu­siasmado: “El trabajo de los chicos fue espectacu­lar, fabuloso, nos va ir per­mitiendo que la gente mire a Paraguay de otra forma al ver que se hicieron las cosas bien. Demostrando la capa­cidad de llegar lejos. Pode­mos decir misión cumplida”, apunta.

Higinia Giosa es presi­denta del Comité Para­límpico Paraguayo (CPP): “En nuestro país muy poca gente conoce los deportes paralímpicos y el movi­miento que representa, así que espero que esto esti­mule el interés. Esperamos que los medios periodísti­cos en sus páginas deporti­vas apoyen nuestra partici­pación de manera que haya visibilidad. Todavía hay ignorancia sobre las acti­vidades físicas y deportivas a las que la gente con dis­capacidad puede acceder y los beneficios que traen a la salud, a la mejora de la cali­dad de vida y, sobre todo, que pueden representar a un país entero”, comentó la también.

RODRIGO

“Rodrigo Hermosa hizo his­toria”, tituló La Nación tras la espectacular carrera del nadador paralímpico que nació sin parte de su brazo derecho.

Con sus 18 años, Rodrigo fue el primer paraguayo en competir en los juegos para­límpicos y obtuvo el puesto 22 nadando los 50 metros libres en 29.72 segundos, tiempo que es récord para­guayo. Compitió en el Tokio Acuatics Center, ganando su serie clasificatoria aun­que no pudo ingresar a la final.

“Es difícil de explicar, son muchas emociones encon­tradas, porque llevar la ban­dera del país es totalmente diferente. Nos recibieron con muchísimo cariño, te hacen sentir muy bien y cuando llegás a la villa sen­tís el ambiente competi­tivo y amigable a pesar de que todos los atletas tienen el mismo objetivo de ganar”, cuenta desde Tokio.

“La sensación es de ner­vios, de querer dar todo lo que se puede en la compe­tencia, en los minutos antes, te da mucha ansiedad por­que querés que todo te salga bien, de la mejor manera y al darte la vuelta y ver que salí primero en mi hit, que bajé mi tiempo, me pasaron por la cabeza todos los años que invertí para lograr eso”, expone.

“Creo que es también una oportunidad para corregir errores, aunque pude bajar mi marca y me sentí muy bien viendo la bandera”, considera.

La idea es “a futuro viajar a Santiago 2023 e ingresar a la final de nuevo y por­qué no, traer una meda­lla a Paraguay. En el 2019 tuve la oportunidad de ir a buscar la medalla, así que bueno, quiero llegar a París y seguir con este camino que voy cosechando poco a poco”, se ilusiona.

También dejó un mensaje para los futuros paratletas nacionales: “La gente tiene que seguir lo que le apasiona. El deporte es algo muy bonito que te abre muchas puertas y te ofrece muchas oportuni­dades. Nada es imposible en el deporte. Les animo a que entren en este mundo lleno de posibilidades, en la vida no hay límites. Esto tiene su esfuerzo pero todos dan fru­tos, les pido que se animen a hacer deportes y a dar pasi­tos que pueden comenzar una gran historia así como yo comencé la mía”, alienta.

Rodrigo llegó a Tokio tras ser doble finalista en los Juegos Para Panamerica­nos de Lima en el 2019 en los 50 y 100 metros estilo libre. “Hermosa se reveló como una promesa de la natación paraguaya al ganar dos medallas de bronce en su primera competición internacional, el Abierto de Barranquilla, cuando tenía tan solo 15 años”, reportó en estos días la agencia espa­ñola de noticias EFE.

MELISSA

“Me siento absolutamente feliz, emocionada, todavía me cuesta creer”, cuenta Melissa Tillner desde Japón luego de competir en la carrera de 100 metros. “Traté de estar tranquila, relajada, confiada en el tra­bajo que hice y bajamos la marca que teníamos desde el 2019 y quedé 10 en el mundo, lo que es demasiado increíble para mí con el poco tiempo que llevamos en deportes paralímpicos y al ser la pri­mera participación me pone muy contenta”, expuso. “A futuro quiero prepararme de mejor manera para dejar más alto el nombre de Para­guay”, agrega.

La tarea es prepararse para los Para Panamericanos de Santiago de Chile que se realizarán en el 2023, luego para el mundial de atletismo y hacer todo lo posible para llegar a París 2024.

Una tarea más que ardua tras esta primera participa­ción paraguaya en los juegos Paralímpicos.

“Queremos que más perso­nas se sumen, que las perso­nas con discapacidad sepan que podemos practicar los deportes y llegar a un alto nivel, que hay un mundo afuera, yo no sabía por ejem­plo y mirá ahora dónde estoy. La idea es que no seamos 2, que crezca la actividad que nos hace bien y nos beneficia a todos”, dice Melissa.

Como mensaje final pide se consigne “mi agradecimiento al guía Víctor Duarte Adorno y a mi entrenador Edgar Galeano por acompañarme y sacar lo mejor de mí siempre”.

“Con un tiempo de 14.77 y tercera en su heat, Melissa logra su mejor marca perso­nal (anterior 16.39)”, reportó la página de Facebook del Comité Paralímpico Para­guayo (CPP). “Quedó ter­cera en las eliminatorias en el heat número 1 en el Olympic Stadium de Tokio en donde la paraguaya pulverizando su propio récord no pudo avan­zar a semifinales”, agregó.

A FUTURO

Las participaciones vienen creciendo, como es el caso del paraciclista Iván Cáceres, que cuenta que desde muy niño comenzó en la práctica. “Toda mi vida desde los 3 años prac­tico deporte, empecé con nata­ción”. Después las cirugías que debió practicarse lo hicieron ver “otros deportes y me quedé con handbike por mi cirugía de escoliosis. Tengo una barra que va por toda mi columna con 20 tornillos”. Para Iván la participación de sus compa­ñeros en Tokio es “histórica” y recuerda que también lo fue la incursión que hicieran los 3 en Lima 2019.

Dice del presente que “falta concienciación y sobre todo solidaridad humana que viene de la educación en la familia y en las escuelas para entender que la vida es un privilegio y que todos tenemos algo para dar”. Cáceres dice que hay unos 15 o más para atletas preparán­dose en el país, pero que hay una camada de niños que los están mirando como un ejem­plo que pronto seguirán.

DOS DEPORTES ÚNICOS

En los Paralímpicos hay 22 deportes, es decir, 11 menos que en los Olímpicos, pero sin embargo tienen más pruebas que dan medallas (540 contra 339). También las medallas son algo distintas, la mascota no es la misma y, sobre todo, hay dos disci­plinas que son exclusivas de los paralímpicos: boccia y golbol, recordó un informe de la BBC.

Estos dos deportes fueron creados para personas con dificultades de movilidad o con discapacidad visual, a diferencia de los demás deportes que son una adaptación de los que se compiten en los Juegos Olímpicos. El golbol surgió hacia 1946, cuando el austríaco Hans Lorenzen y el alemán Sepp Reindle diseñaron un juego con la idea de rehabilitar a estos veteranos de gue­rra. Consiste en dos equipos de tres integrantes cada uno que defienden un arco que mide unos nueve metros de largo.

La idea es evitar que una pelota –que lleva un cascabel o campanas en su interior– entre dentro de ese arco y se convierta en una anotación. Todos los jugadores tienen los ojos cubiertos (para estandarizar la competencia y evitar ventajas) y la idea es utili­zar todo el cuerpo para cubrir la portería. El boccia tiene su origen en el juego de bochas y es deporte paralímpico desde 1984.

La idea del juego es lanzar primero una pelota llamada “diana” o “blanco” y después ir lanzando otras seis pelotas de color rojo o azul, dependiendo del equipo. Los puntos se acumulan en la medida en que se logre dar en la “diana” o se ubiquen pelo­tas lo más cerca posible de este blanco.

Para hacerlo, los jugadores, que están enfrentados en dos equipos, tienen la opción de hacer rodar la pelota, lanzarla con la mano o patearla. Además, en algunos casos pueden utilizar unos dispositivos de ayuda para completar el lanzamiento.

Al ser un juego táctico, algunos jugadores pueden hacer uso de un asistente que lance la pelota por ellos. El boccia –que viene de la palabra latina bottia, que significa pelota– fue diseñado originalmente para personas con parálisis cerebral severa, sin embargo, se ha ampliado a otros competidores con alguna discapacidad física.

En los Paralímpicos se premia en tres categorías distintas: individual, parejas o equipos. Y cada una de estas categoría tiene subdivisiones que dependen de la mayor o menor movilidad de los deportistas.

PARAGUAY PUEDE

A iniativa del presidente del Comité Olímpico Paraguayo (COP) Camilo Pérez López Moreira, se creó recientemente la fundación “Paraguay Puede” a efectos de apoyar el desa­rrollo del atletismo nacional. “Recorriendo el mundo uno se da cuenta de lo que nos falta. Y mucho para que eso mejore depende de la gestión con la que podemos cambiar muchas vidas ayudando a atletas a que puedan alcanzar logros y estu­diar afuera, a que se formen entrenadores y dirigentes”, dijo Pérez durante el lanzamiento del organismo que también preside. “Paraguay Puede quiere ayudar al necesitado, capa­citar a profesionales y atletas, propiciar campamentos y obte­ner becas que los ayude a mejorar en el alto rendimiento y sus mismas condiciones de vida”, puntualizó Camilo Pérez.

Enfatizó que gracias al trabajo y a la gestión toda pode­mos alcanzar los más elevados objetivos, subrayando “que el deporte es una herramienta que puede ayudar mucho a la sociedad con salud y progreso. Añadió que “la intención de personas amigas y profesionales de primer nivel reuni­das en torno a Paraguay Puede es ayudar a todos a crecer y salir adelante y a tener una fuerte incidencia en la sociedad paraguaya”.

Herbert Aceituno, héroe nacional salvadoreño

Herbert Aceituno fue el aban­derado de la delegación de El Salvador en la apertura de los juegos paralímpicos y no decepcionó. Ganó la primera medalla paralímpica para su país. Fue bronce en levanta­miento de pesas en la categoría de los 59 kg. Tras conseguir el oro en los Juegos Parapaname­ricanos de Lima 2019 su vida deportiva entró bajo el radar.

Aceituno nació con acondro­plasia, lo que le limitó sus posi­bilidades de crecimiento a una temprana edad, así como con hidrocefalia. “Los médicos le dijeron a mi madre que sola­mente viviría tres meses”. Un pronóstico fallido que sin duda le dio la resiliencia suficiente para sobrellevar una infan­cia y adolescencia complica­das debido al rechazo de sus compañeros. Fue el universo deportivo y Paralímpico el que le dio un propósito cuando cumplió 20 años de edad. “El deporte es importante por­que te abre muchas puertas. A veces uno piensa que no va a pasar nada con el deporte y sí, abre hasta amistades. Incluso, yo con el deporte me siento motivado. Muchas per­sonas que dicen no puedo, ven mi caso y dicen ‘si él pudo salir, yo también puedo’”, afirma en el salvador.com.

Adiaratou Iglesias huyó por su vida y ganó el oro olímpico

Nacida en Mali, tuvo que fugarse por ser albina y representando a España, ganó la medalla de oro en los 100 metros T13 (deficien­cia visual) con un tiempo de 11.96. Adiaratou Iglesias se subió al podio en Tokio y los medios se apuraron a recor­dar su azarosa vida. En Mali la gente cree que los albinos traen “mala suerte” cuando están vivos y “buena suerte” cuando muertos, por lo que los suelen matar para que­darse con alguna parte de su cuerpo como amuleto. Hasta los 11 años la niña vivió escon­dida hasta que su familia pudo enviarla a España junto a un hermano donde fue adoptada por una mujer que la incentivó a practicar deportes.

Iglesias vivió su infancia escondiéndose para evitar poner en riesgo su vida, hasta que a los 11 años su familia la envió a España junto a un her­mano, donde fue recibida en un centro de menores y luego adoptada por una mujer, que la motivó a involucrarse en el deporte. “Con sólo el 10% de visión, comenzó con su carrera en el atletismo de pequeña y este martes ganó la medalla de oro en los Jue­gos Paralímpicos a sus jóve­nes 22 años, cumpliendo el sueño de todo deportista y dejando una nueva historia de superación en la compe­tencia disputada en Tokio”, reportó el diario deportivo español As.

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