El guionista, escritor y productor argentino Andrés Gelós habló con el programa “Expresso” del canal GEN. En la entrevista con Augusto dos Santos, dijo que están próximos a dar a conocer la fecha de estreno de una nueva película paraguaya y que la idea es hacer más series en nuestro país para atraer al mundo. Su vida, sus pasiones y las cosas que un “cuentacuentos” tiene que saber para trabajar en el mundo de los guiones.

  • Fotos: NADIA MONGES

Augusto dos Santos (ADS): La vida es como un cardu­men llena de historias, y probablemente para pro­tegerlas, ¿cómo haces para para elegir una?

–Generalmente no elijo, o en realidad, la manera mía de ele­gir es agarrar absolutamente todos los peces que pasan, pero es una suerte de tenta­ción que no puedo resistirme. Soy una persona fácil, fácil de convencer, fácil de entusias­mar, trato de entusiasmar a los demás para no ir solo, pero tengo una suerte de sensación de que no hay que perderse el tren, no hay que perder el tren.

ADS: ¿Y eso es bueno malo o para para un guionista?

Hay una película que se lla­maba “La dama y el vaga­bundo de Disney”, que me marcó. A otros la han marcado del cine ruso, a mí me marcó una película con dos perros. En un momento el vagabundo le dice a la dama, vamos a pro­ceder unas gallinas para jugar un rato y en la frase le dice, “construyamos recuerdos”, construye recuerdos. Yo creo que ando con esa suerte de que esa frase me sigue picando en la cabeza todo el tiempo, y estoy tratando todo el tiempo de construir recuerdos, que es lo único que uno puede como guardar, atesorar.

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–ADS: ¿Sos hijo de qué tiempo, en términos de identidad, de qué espacio? ¿Qué te tocó como como escenario?

–A mí me alegra saber que tengo una pata metida en lo analógico y un pata metida en lo digital. Estoy en el mundo digital y nadie se enteró que no sé absolutamente nada lo digital y todo lo que sé es de lo analógico. Pero soy parte de refugiado en el mundo digi­tal que viene de un país que es completamente analógico. Me crié en un almacén, en un barrio muy trabajador, que es el barrio San Telmo, con un abuelo almacenero, gallego en un sótano que para mí era gigante. Fue una desilusión volver ese sótano 20 años des­pués y ver que era diminuto.

–ADS: ¿Estudiaste en cole­gios católicos?

–Estudié en muchos colegios, y me fueron sacando de colegio en colegio, a veces invi­tado y a veces por decisión propia, pero mi formación es fuertemente católica y tuvo una participación ya más de adulto que de adolescente, vinculado al arzobispado de Buenos Aires, a la Comisión Arquidiocesana. Después el mundo me llevó para el otro lado. Pero sí tuvo en el cole­gio Santa Catalina, un colegio salesiano del barrio.

–ADS: ¿Cómo es un pibe que estudia periodismo, comunicación, termina escorando hacia el lado del arte, de la literatura?

–Me hubiera gustado estu­diar materias duras, si no hubiera sido tan duro mi cerebro. Pero creo que todo el tiempo estoy tratando de sumar carreras que ya no lo son de manera académica, porque creo que nosotros los guionistas, lo que con­tamos cuentos no podemos contar desde la observa­ción, tenemos que contarlo desde la vivencia. Bueno, al menos yo. Creo que cada uno tiene que hacer lo que pueda hacer, pero yo trato de con­tarles la vivencia. Por eso esto de subirme a todos los trenes para que me lleven a la mayor cantidad de lugares posibles y después narrar la cantidad la mayor cantidad de viajes que he vivido.

–ADS: Akira Kurosawa decía que el cine es la suma de todas las artes, ¿es real­mente así o lo es sencilla­mente porque lo dijo él?

–Yo pienso que es eso. Es la suma de todas las artes, o sea, tenés todo metido ahí, todo metido ahí. O en reali­dad me parece que es un club que invita a todos estos depor­tes a jugar y arma una octava arte que es la construcción del hecho artístico hasta con el público, ¿no? Pero ahora lo que tiene bueno el cine es que muta y no se modifica en su esencia inicial, pero ensaya modelos nuevos todo el tiempo, y ahora con las nuevas plataformas vuelve a mutar una vez más.

–ADS: Pero el cine siempre como que tuvo más claro los linderos entre ser guionista y de ser productor hoy en día, está claramente más integrado esto.

–Apareció un personaje nuevo que es el showrunner.

–ADS: Qué sos vos.

–Soy un personaje nuevo, igual no vuelvo a hacer showrunner, pero no sé si quiero volver a ese lugar. Te consume mucho tu tiempo.

ADS: ¿Y qué sos, hoy?

–Creo que soy un facilitador de eventos audiovisuales y en algunos momentos soy pro­ductor, en algunos momen­tos soy guionista, en algún momento, puedo llegar a ser hasta productor ejecutivo, pero trato, a ver, ser showrun­ner es ser como director, te consume tu vida durante seis meses, un tiempo que vivís solamente para eso. Y medio como que es una atención que yo no puedo, no puedo retener, no puedo mantener. Entonces prefiero, por ejemplo, esto de ser guionista te permite estar escribiendo cinco o seis pro­yectos casi al mismo tiempo.

ADS: Acabas de mencionar en un minuto, dos ocasio­nes acepciones que tiene que ver con el tiempo, ¿te parece fascinante esto de filmar en cuatro días como pasó últimamente?

–Desde que cumplir 50 años, el año pasado, tengo una suerte de obsesión más para mayor aún con el tiempo. Creo que la pendiente se está haciendo casi más inclinada y es me da pánico.

–ADS: ¿Por qué te daba miedo?

–Ah, por nada, por una cues­tión inevitable, porque se te sienta la muerte en los pies de la cama, y te dice no sos inmortal, entonces bueno, vamos a tratar de exprimir el limón hasta que no quede ni la cáscara. Por esto tratar de hacer la mayor cantidad de cosas posibles en el menor tiempo posible no sé para qué, creo que para estar entrete­nido y no estar pensando en eso. Y lo que terminamos de hacer no tiene sentido, tiene sentido todo este proceso con la gente que nos juntamos, el camino, el camino, no la lle­gada. Y lo estoy viendo.

–ADS: La tele, el canal como productor audiovisual y su tensión con las plata­formas actuales de conte­nidos, cómo ves esa situa­ción y cómo ves el futuro al respecto?

–No viste que está esta frase que todo el tiempo decimos que es, cuando vino la televi­sión y va a matar al cine, y des­pués iba a matar a la radio, y el streaming que iba a matar a la tele, y lo que hasta ahora tene­mos demostrado es que nadie mató nada. Lo único que pasa es que le va bajando el precio a cada una de estas estadías. La radio con orquestas en vivo con radioteatro como movili­zar a toda una sociedad, dejó de ser esa radio, ahora es otra. Es radio, se llama igual, tiene el valor nominal es ese, pero es más pobre. La televisión venía con todo, pero hoy las grandes superestrellas de la televisión, están en programas, te diría que aleatorios de la grilla, de lo que lo consume gente día a día, o sea, también le bajó el precio. Ahora el streaming, es la plataforma actual. Pero yo creo que ahora en esta bata­lla, con estos grandes pesos pesados en el ring, van a que­dar dos, si no es que queda uno, y los que quedan para terminar repitiendo o com­partiendo contenido, este, estamos en el momento, en el mejor momento de Alí, arriba en el ring, de las plataformas.

ADS: ¿Te parece que las escuelas de audiovisuales están a la altura de las sub­terraneidades que se dan en el sector ahora, o falta que se aggiornen un poco?

–Yo creo que la capacitación tiene que ser en el campo de batalla. A mí parece muy bien todo el espacio teórico porque si no, no promovería que mis hijas mismo se estén capaci­tando y en cosas similares a la que yo hago, pero creo que eso es indispensable, pero es indispensable que en la etapa formativa estés en el campo de batalla viéndolo, vas a apren­der mucho en la facultad, pero vas a aprender, no todo, no más, pero mucho también este en el set, en el teclado, al lado de, esto que hacían antes los viejos maestros.

–ADS: ¿Otra cuestión que me fascina, Andrés, es esto de los simbolismos que representan al bien y al mal, y de cómo estos sim­bolismos van cambiando con el correr de los tiempos. ¿Contra qué monstruos pelea la ética del cine hoy?

–Y estamos en un momento donde lo políticamente correcto es una bandera que toman como cualquiera, o sea, tomando un lado del otro. Creo que hasta incluso hay un concepto que el perso­naje gris más rico que el perso­naje blanco, que el personaje negro, o sea, no toleramos la oscuridad absoluta y no tole­ramos la claridad absoluta. Queremos que todo sea como brilloso. Yo creo que hay dos batallas y tiene que ver con los nuevos valores, con lo que se viene, o con lo que trata que se vengan muchos y los que tratan de conservar el status quo. Creo que por eso mutan. Los que antes eran malos hora son buenos pero dentro de dos semanas lo que son bue­nos serán los malos. Yo puedo elegir poner al héroe que salva al pueblo como el Bueno, pero inmediatamente puedo decir pero en realidad estoy impo­niendo sobre la mayoría, y es un tirano, no es un héroe. Y es el mismo personaje, con las mismas situaciones y las mis­mas circunstancias.

–ADS: Igual me parece imperdonable que el cine haya marginado, desde los 70 en adelante, aproxi­madamente, a las arenas movedizas como una forma de eliminar a la gente.

–El tema de que ya no haya más arenas movedizas es terrible, es una ausencia que no sé quién se la llevó. Desapa­reció. Y los hombres disfraza­dos de gorilas también faltan.

ADS: ¿Y eso tiene que ver con cada época y la cons­trucción de sus miedos también, no?

–No, pasa que ahora el miedo es cualquiera que está sentado con nosotros, es el tío que está sentado en la mesa, o sea, me parece que lo que se plan­teó es que antes era el miedo estaba en los monstruos, cosas así. Ahora el monstruo no se esconde en la oscuridad, es el que comparte la mesa, ni siquiera es peludo. Y o sea, el monstruo soy yo, eh, sos vos, que tiene esa cosa acusato­ria, que también es una moda, donde el criminal somos todos y está bien eh, está bien.

ADS: Una sociedad en sos­pecha.

–Sí, sí, triste..

ADS: ¿Qué les diría a los jóvenes que están empe­zando en esto del cine, sobre trabajar un guion?

–Somos todos cuenta cuen­tos, o sea viste que está el tema de la storytelling, y la mar en coche, a lo corto o a la larga somos cuentacuentos. Yo creo que es alguien que empezó a contar cuentos, chistes, anéc­dotas, un ahorrador de plaza, alguien que magnifica un momento, ese es un guionista. Eso simplificarlo por otro lado. Lo que sí, que yo trato de decirles a todos que cuando yo creía que quería ser guio­nista o vivir del cine, en ese momento en la Argentina era como querer ser astronauta. Tenía las mismas posibilida­des de ser astronauta que de vivir del cine, era realmente imposible. Y yo vivo del cine hace muchos años.

–ADS: ¿Hubo un tiempo en el que el proceso crea­tivo era como más riguroso de una persona y ahora es como más participativo o no?

–Ahora es completamente participativo. Yo en este momento estoy trabajando con 16 guionistas, o sea, nosotros somos una comuni­dad de gente que está escri­biendo diferentes proyectos en diferentes lados, esto que se escriben acá en Paraguay, que se escriben en Colombia, en México, otros están en Chile, en España o una com­pañera viejita que está en Bél­gica. El problema son los usos horarios, pero lo creativos es mucho más rico así. He escrito muchas series que han salido al aire, que están firmando ahora exactamente con gente que no conozco físicamente, y que les he contado cosas más íntimas que a mis vecinos.

ADS: ¿Y en el proceso, en qué porcentaje es el direc­tor el dueño de una idea que se traduce en el laburo de un guionista y en qué por­centaje es al revés?

–Y en dos casos que son claves; Uno es el cine-autor es decir, el autor-director es todo. Tim Burton es Tim Burton, es su concepto, su concepción, su universo, su mundo, su visión, su decisión y su corte final. Después están las produccio­nes que son producciones que son delivery, no, o sea, donde el productor realmente es el que toma decisiones en función de sus capacidades y no el direc­tor, o sea qué hay que hacer? esto hay que hacer y cómo hay que hacerlo como esta otra película. Y los tipos tienen la capacidad de poder hacerlos. De todo el proceso, yo el que más admiro es al director. El director tiene la tarea titánica y el que finalmente queda aca­bado física, mental y emocio­nalmente.

ADS: ¿Querés recordar tres producciones tuyas, en materia de producción y de guion que te parecen son inolvidables?

–Creo que todas son olvi­dables. Ahora puede ser que salga una que no lo sea, que irá por Amazon, que se llama “Iosi, el espía arrepentido”, donde yo formo parte de un equipo de gente talen­tosísima como Sebastián Borensztein, como Daniel Burman, como Natacha Caravia, que aparte de paso, es mi mujer, que esa puede ser que me rompa, esa con­tinuidad de productos olvi­dables. Sí hay algunos que quiero más que otros, el pri­mero que fue el mío en su totalidad, que fue “Reinas magas”, que era para chicos, y estaba lleno de fantasía y magia. Después obviamente “Cumbia ninjas” que me sir­vió para abrirme la puerta en montones de lados y me sirvió para hacer decenas de series más, y fue lo más popular, lo cual es necesario tener algo popular para que la gente confíe en vos en este sistema. Así que si tuviera que elegir, elijo a esas dos.

–ADS: ¿Es fuerte la serie de vuelta de las series, no?

–Nosotros que empezamos con Kdabra, que fue la pri­mer serie original de habla hispana que hizo Fox, abri­mos tres temporadas, y ahí descubrimos que había algo.

–ADS: ¿Por qué te parece que una serie que mues­tra algo de 20 años atrás como pasó con Okupas, te impacta en un público que probablemente está pen­sando diferente?

–Si hay una serie que se banca el archivo es Okupas, es estu­penda, pero son estos momen­tos, pasa que ahí hay directo­res que tiene una mirada, una visión y es de alguna manera. Yo sé que no es dogma como está firmado, pero es el dogma, argentino, porteño llamado como quieras, hay como una mirada. Lo que sí aprendí es que no hay ninguna fórmula. Yo no te puedo decir cómo hacemos algo bien ni cómo hacemos un éxito, no tengo manera de decírtelo.

ADS: ¿Cómo andan tus pro­yectos en Colombia?

–Estoy viajando el 6 (set) para empezar a firmar una serie de Disney, Colombia a mí me atraviesa, es mi latiguillo, o sea, yo le debo mi formación a Argentina, mi profesión a Colombia y le debo mi salud emocional y física a Paraguay. Lo tengo partido así y lo tengo bien claro. Volver a Colom­bia ahora con dos series para Disney Plus, con figuras muy importantes, que les doy la mano en realidad, no par­ticipo del rodaje de nada, pero para mí es muy emo­cionante y muy lindo. Hoy es el mayor productor audiovi­sual de Sudamérica, sin lugar a dudas. Se están firmando decenas de series en Colom­bia mientras en Argentina estamos tratando con una mano llenar la cantidad de producciones.

–ADS: ¿Y tus proyectos en Paraguay cómo andan?

–Tenemos una película ahí en la gatera, que ya está ter­minada, que ya está editada, a punto de estrenarse cuando, bueno, nada nos pasó esta noche que nos visitó, que parece ser que está empe­zando a terminar o queremos creer, entonces estamos pen­sando, imaginando en poner una fecha para el estreno. Estamos programando gra­bar un piloto, también para una plataforma muy impor­tante ya en 20 días, estamos firmándolo.

–ADS: ¿De qué?

–Una serie infanto-juvenil musical en Paraguay.

–ADS: Si tuvieras que elegir un héroe, ¿Messi o Mara­dona?

Messi, no lo dudo un segundo. Obviamente que hay un cariño entrañable sobre Maradona. Yo si veo algún tipo de logro tiene que ver con eso de la constancia, no tanto del talento. Viste esto de la famosa risiliencia de que le vamos a dar hasta que el clavo entre por la madera, y esa forma de ser me identifica con Messi. Me parece que es un tipo que no se detiene y cuando pierde, muerde y se para de vuelta y se para de vuelta, y me parece que a nosotros nos viene muy bien como ejemplo a seguir, esta persona. Este normal que no quiere ser Dios en ningún momento, que no juega con eso, y que insiste e insiste. Y me pasó que ganaron la Copa América, yo no soy futbolero, el fútbol no me atraviesa, pero me llamaban amigos españo­les, colombianos, paraguayos, felices por el triunfo de él. Y a mí me conmueve eso, que no es que se quiera que gane un país, sino que gane una forma de ser, porque él no es una per­sona, es una forma de ser.

ADS: ¿Conocés al papa Francisco?

–Lo conocí, compartimos espacio cuando yo estaba tra­bajando en la Comisión Arqui­diocesana para la Cultura. Fue en mi juventud, cuando él estaba justamente vincu­lado directamente a la iglesia de Buenos Aires. No lo conocí mucho, no lo conocí íntima­mente, pero fue gracioso para mí cuando me enteré que el humo blanco venía con él. Es como un poco irreal, es como mirás y decís, mirá quién es el papa. Medio como que va por ese lado.

–ADS: Podríamos decir que fue una cuestión así, de tra­bajo de inteligencia o des­cuido de la iglesia su elec­ción?

–Arriesgo una opinión. Yo creo que fue una necesidad. Yo pienso que fue una nece­sidad inevitable

–ADS: Te acordás de aque­llo de abrir las puertas y ventanas para que entre el aire nuevo que se hablaba en el Vaticano Segundo, que era lo que necesitaba la Iglesia en este momento ¿Te quedas con alguna pro­ducción sobre el papa Fran­cisco que se realizaron en todo este tiempo, ¿o no?

–No, para mí ninguna, y lo que hizo De la Serna me parece genial como todo lo que hace, pero es que me parece que no lo conocemos. Me parece que es lo mejor que tiene él, lo humano, lo imperfecto, yo qué sé la cantidad de gestos buenos y los equivocados, pero viene con esto de que iniciamos, se acabó el blanco y negro.

–ADS: ¿Argentina?

–Un dolor enorme. Pero más que nada por un presente que me silencia a las amistades, que es por un lado es culpa mía y por el otro de otra gente también. Es un país partido, como está partido el mundo, no somos original. Los argen­tinos siempre creemos que somos originales en algo, y ni somos originales en eso. Esa gran brecha la veo en Colom­bia, que adoro, la veo en Esta­dos Unidos. Y bueno en Argen­tina llegó y nos mantiene completamente alejados. Está todo muy partido y yo caigo en ese defecto a veces, trato de frenarlo pero es medio inevitable. El bombardeo de noticias, de información, no somos impermeables a eso. Estamos muy influenciados por las redes, más allá de que haya realidades objetivas. Pero no creo que sea un dolor mío por ser una parte extran­jero, porque soy extranjero, he pasado la mitad de mi tiempo afuera de Argentina. Pero creo que todos lo sufrimos.

–ADS: ¿Cómo estás viendo a Paraguay en materia de educación cinematográ­fica, ¿cuál es el camino?

–Yo creo que ahora se está ins­titucionalizando, todo estos nuevos avances que se está viendo, a partir de diferentes sectores. Institucionalizar el cine es seguro, la base de algo fundamental y tenés que tener guerreros cotidianos, porque no es fácil burocratizar con la necesidad que hay, el cine. El tema es que estamos llegando al cine cuando tenemos que estar empezando a pensar -y esto es lo crítico- en las pla­taformas, entonces, o sea, tenemos que hacer películas sí, pero tenemos que hacer series. Tenemos que hacer formato, tenemos que hacer contenido, pero bueno, ahora con los estudios HEI, es una excusa para traer el mundo a Paraguay. Es lo que creo que vamos a hacer y lo que se está haciendo.

–ADS: ¿La plata seguirá siendo un gran diferencia­dor a la hora de hacer pro­ducciones, me refiero a la inversión que se necesita para hacer algo en Para­guay, por ejemplo?

–Y sí, yo pienso que sí. Que para las megas producciones, sí, es que es inevitable. Aparte vos ves los costos y son abis­males, pero eh, por más que nosotros tuviéramos la deci­sión política acá en Paraguay de hacer una mega produc­ción, no tenemos manera de acceder a esos valores. Y si yo te cuento los valores con los que estás haciendo en las series en Latinoamérica son valores altísimos.

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