Hoy Toni Roberto nos trae una novelesca historia que se desarrolla en Sajonia; pasen y léanla.

Un barrio es una parte de la ciudad con carac­terísticas particula­res, desde su arquitectura, su gente, sus costumbres, eso es lo que sentí al volver al “leerme” en el libro “Un viaje a Sajonia”, en el capítulo “Nury­mar Blaires, una historia y la elección de reina”.

Recuerdo al primer “asun­cenólogo”, Manolo Prieto, quien hizo un libro a partir de sus publicaciones en el legen­dario Correo Semanal. En mi caso, de la publicación del libro traigo estas historias al diario de los domingos.

Nurymar Blaires, en la noche de coronación de reina. Asunción, 1962.

NURYMAR, LA REINA DEL MOTO CLUB PARAGUAYO

Era un día cualquiera de 1962 cuando le proponen a Nury­mar Blaires Franco ser reina representante del Moto Club Paraguayo para los corsos de aquel lejano año. Ella se pre­paró de manera sencilla para tan importante evento que se realizaba en cuatro noches en importantes avenidas de Asunción y no se hacía ilusio­nes de ganar, como ella misma dice: “Habiendo tantas lindas chicas y con carrozas mejor preparadas”.

DESDE EL PALCO EN LO DE FUSTAGNO

Llegó el importante momento, un sencillo “jeep” abierto que llevaba una moto en la que iba la hermosa reina. El cuarto y último día se realizaba el corso sobre la elegante ave­nida Carlos Antonio López, que en aquellos años sesenta lucía su mejor momento resi­dencial con elegantes chalés con mucho patio. Justo frente a uno de ellos –la casa del señor Fustagno– estaba el palco ofi­cial al que asistía el entonces presidente Stroessner.

En un momento dado, se detiene la carroza frente al palco por más de veinte minu­tos, nadie sabía qué pasaba. Constantino Aranda, novio de esta hermosa miss de tan legendario club, conducía la del Star Club, que estaba detrás y que llevaba a su reina Gloria Gusinky. Él pensaba que se había descompuesto el móvil, pero repito, nadie supo respon­der qué pasaba.

LA CARROZA SIN REINA

Al final siguió el desfile y al llegar frente a la Marina, para hacer la segunda y última pasada antes, llega su novio y le dice que se baje, ella le res­ponde: “¿Pero cómo si tene­mos que hacer otra pasada?”. Y él con voz firme le dice: “Yo te llevo a tu casa”. Ella no enten­dió, se quedó curiosa y al día siguiente le preguntó qué pasó y él le respondió: “El presidente preguntó quién eras vos, cómo te llamabas y demás”, y le dijo que eso le había puesto muy nervioso a él. ¿Quién le contó tan pronto?, nunca se supo.

BOCINAZOS EN LA MADRUGADA

A las dos de la mañana del día siguiente se escucharon boci­nazos y ruidos de motos frente a la casa de Nurymar, que des­pertó a todo el barrio. Le dice su hermano: “¡Saliste reina del corso!”. Así ocurrió un hecho inédito. “La carroza sin reina” fue la ganadora de la noche en aquella apacible Sajonia de principios de los años 60, una novelesca historia, digna de escribir un libro.

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