Por Toni Roberto, tonirobertogodoy@gmail.com

Hoy es el aniversario de la Madre de Ciudades y Toni nos lleva a su interior a partir de los recuerdos y del encuentro con la serie “interiores” del recordado artista Michael Burt.

Hace muchos años, allá a mediados de los años 80, entusiastas de la Asunción recorríamos el centro y sus alrededores tratando de salvar de la picota alguna casa colonial, esas salidas casi siempre le tenía a monseñor Agustín Blujaki como líder defendiendo el patrimonio histórico de la ciudad. Un telefonazo a su línea baja de Antelco avisándole de algún intento de demolición era lo único que se necesitaba para que, con su eterna sotana beige y su vieja doble cabina de una popular marca alemana, del mismo color, esté en instantes en primera fila, siendo muchas veces maltratado por los representantes de ciertas empresas constructoras de la época, que empezaban a cambiar la fisonomía del centro de Asunción apuntado a los cielos de la madre de ciudades.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

De esa época data la demolición de las últimas casas asuncenas de la era colonial, entre ellas la casa Zabala y Delgadillo al lado del legendario Lido Bar. Pasaron los años, los intentos de salvataje se iban diluyendo, hoy muchos siguen tratando de salvar la arquitectura italianizante del centro a la que algunos la llaman popularmente “colonial”, sin serlo. Incontables grupos en las redes sociales haciendo fuerza para detener virtualmente el –tal vez– inexorable destino.

Michael Burt. Sala de música. Asunción, 2004.

LOS INTERIORES

Muy pocas veces viajamos al interior de las casas para ver cómo vivían las familias en la ciudad que nos vio nacer, en muchos casos las eternas “viviendas chorizo” en las que el espacio familiar se circunscribía a un corredor abierto que acompañaban a un “koty guasu”. De ellas recuerdo vívidamente la de Josefina Plá, una sencilla casa con un corredor que hacía de escritorio, donde estaban, una mesa con dos sillas, su eterno secretario, la máquina de escribir y sus gatos que recibían amablemente ahí en las alturas de la calle Estados Unidos y República de Colombia.

Los caminos a esos interiores, casi siempre, un zaguán con una puerta cancel, de aquellos quedan algunos en el centro y sus barrios aledaños. El recordado artista Michael Burt realizó una serie de obras de los interiores de las casonas asuncenas, espacios vacíos, mudos, que nos llevan a imaginar una vida mucho más lenta en una ciudad que hacía la siesta hasta bien entrados los años 80.

UNA VISITA DEL DR. NOGUÉS Y LA VIEJA SALA ASUNCENA

Un día cualquiera de principios de esos años, tocan el timbre, salgo a la puerta, era un señor elegante y refinado que traía unos paquetes envueltos en papel madera que me pregunta por mi abuela, lo hago pasar, al entrar a la casa dice: “Esta sala está como hace 40 años, aquí nada cambió, es una de esas casas de antes”. Esas fueron las palabras de quien después supe era el canciller Alberto Nogués, aquellas palabras valorizaron en mi imaginario esa vieja sala con un living bordó, cortinas rosadas y paredes en un verde viejo. Unos años después, a pocas cuadras de esa antigua casa, me encuentro con la sala de Rosita Romero Luces donde veo casi la misma escena, el juego de sofá y sillas en rojo, el mismo color de cortinas, unas rosas de plástico y un teléfono negro de antaño ubicado al entrar dando la bienvenida al hogar.

Hoy es el aniversario de la Madre de Ciudades, y me pregunto ¿cómo es Asunción? y me respondo volviendo a mirar el interior de estas obras de Burt, con las palabras del gran crítico de arte argentino Rafael Squirru, dichas en 1988 en ocasión de la muestra de este gran pintor asunceno, en la desaparecida galería Magister y que se encuentra en el precioso libro/catálogo “Michael Burt”, editado en 1988, que me acercara mi amiga Verónica Torres:

“Color, espacio, no embretado aún por las moles de las grandes urbes; cielos límpidos, vibrantes. Y por encima de todo, o volviendo a todo, un clima, una atmósfera, hecha de silencio, de recato, de ausencias, de nostalgia, muy particular, de paciencia y de gran voluntad, capaz de estoicismo, de fiereza llegado el caso”.

Yo termino diciendo: “Eso también es Asunción”.

Michael Burt, El zaguán. Asunción, 2007.
Michael Burt. Interiores. Asunción, 1997.
Michael Burt. El mirador. Asunción, 2004.
Michael Burt. La sala. Asunción, 2007.


Déjanos tus comentarios en Voiz