Eduardo Palacios

Varios fueron los protagonistas de acontecimientos que marcaron el rumbo de la radiofonía. Sus historias están contenidas en cientos de revistas, fotografías, folletos y páginas de diarios antiguos que hemos venido recopilando en esta tarea investigativa que tiene por objeto valorar la riqueza histórica de la radio de las pasadas décadas.

COMPAÑÍA RADIAL PARAGUAY

Con ese título se presentaba en los escenarios radiales de los años 30 y 40 el grupo que encabezaba el actor Francisco F. López, ofreciendo representaciones radioteatrales no solamente en las emisoras de radio existentes en esa época, sino también los fines de semana en los cine-teatros barriales asuncenos, con una obra adaptada a la representación teatral con la agrupación conformada por actores ya consagrados y otros recién iniciados en el arte teatral.

Eran años muy difíciles para todo lo vinculado al arte. Sin embargo, la actividad artístico-teatral estaba en auge, más aún con el importante aporte de la radio, por donde pasaba la mayoría de las compañías y grupos, sin toda la tecnología que hoy se ofrece como parte de la logística que hace al teatro y la radio.

En el libro “Ecos de voces y aplausos. Vivencias de J. Aníbal Romero R.”, otro gran protagonista de la radio y el teatro en los años pasados, sobre quien ya nos referimos en capítulos anteriores, en la página 140 del citado libro se publica una parte de una entrevista en la que se señala como título: “Francisco F. López nos recuerda andanzas por otras tierras y nos trae entusiasmo por el teatro paraguayo” y se agrega: “Francisco F. López lo conocemos ya de antiguo. La radio popularizó sus interpretaciones de novelas radioteatrales. Comenzó a actuar ante el micrófono allá por el año 1931″.

Sigue señalando la publicación que “sus actividades fueron muy diversas, pero siempre consagradas al teatro y a la radio. Creó conjuntos que triunfaron plenamente en nuestras principales broadcasting. Y, naturalmente, al constituirse la Compañía de Comedias del Ateneo Paraguayo ingresó en ella actuando en la obra ‘La mala ley’, de Manuel Linares”. Francisco F. López había comenzado a actuar en el año 1928 en el elenco teatral paraguayo que dirigía Roque Centurión Miranda, en el que participó en obras de Florencio Sánchez, de Benavente y de otros autores españoles y americanos.

A más de sus condiciones actorales, Francisco López fue prestidigitador actuando en tal carácter en escenarios de la Argentina, Chile y Brasil, regresando en el año 1933 al Paraguay para incorporarse a la compañía teatral Karr-Prandi hasta su disolución un año después. En los años 40 al frente de su propia compañía teatral actuaba en ZP9 Radio La Capital conforme a la foto de la Revista Ysapy que publicamos, en la que se hace referencia a su actuación en la emisora citada.

UN HISTÓRICO

En esta tarea de rescate histórico, en ocasiones encontramos varios aspectos sobresalientes de lo que fuera la radio en Paraguay en los años pasados como también figuras muy queridas de personas y profesionales a quienes hemos conocido y admirado. Uno de ellos es un hombre muy conocido por quienes pasamos por los medios de comunicación.

Pablito Acosta fue sin duda alguna uno de los históricos profesionales de la fotografía y del periodismo gráfico, tarea que ha venido desarrollando en varios de los medios periodísticos escritos de nuestra capital, tanto en el área deportiva como en los otros campos del periodismo, donde supo ganarse el afecto de sus compañeros por su profesionalidad y por el carácter bonachón como era conocido. Lamentablemente hace algunos años nos dejó.

Una antigua publicación de la Revista Popular Paraguaya Ysapy, bajo la dirección del periodista Arnaldo Riquelme, correspondiente a los meses de junio-julio de 1954, cuya fotografía de tapa publicamos aquí, nos permite conocer otra faceta de Pablito Acosta en su rol de periodista radial al frente de un equipo especializado de cronistas del deporte de esos años, en ZP9 Radio La Capital, emisora que por esos años estaba ya en su local de la calle Iturbe n° 1172 casi Rodríguez de Francia. En ese año ya bajo la dirección y propiedad de J. Manuel Chamorro Damús y Agustino Rocholl, hasta el año 1955, en que sería adquirido por Juan Bernabé Apodaca y se trasladarían sus estudios en la avenida Estados Unidos y Novena, en Barrio Obrero, donde se convertiría en una de las emisoras de mayor arrastre popular en la comunicad asuncena.

El epígrafe de la foto de tapa de la Revista Ysapy –que forma parte del archivo de Luis Melgarejo– señala: “El destacado director de la audición deportiva Cóndor, Pablito Acosta, aparece en la presente bis fotográfica en compañía de sus colaboradores Raúl Gómez (vicedirector), Felidio Fernández, Domingo Cuevas y Martín Báez, al cumplir 4 años de la dignificación y exaltación del deporte nacional, prestigiándolo desde las ondas de ZP9 Radio La Capital”.

En los años siguientes a este programa de su conducción, Pablito Acosta se dedicó de lleno a la cobertura de las divisiones inferiores de los clubes y sus respectivos torneos, promoviendo y dando a conocer a las figuras emergentes en las páginas de los diarios capitalinos. Asimismo, participó del programa deportivo “Ronda del deporte”, de Radio Cáritas, siempre con informaciones vinculadas al campeonato de las inferiores. La última parte de su tarea profesional fue en el diario Patria.

Nuestro capítulo de hoy es sobre un gran exponente de la literatura nacional, el escritor, narrador y dramaturgo Alcibiades González Delvalle. Sus orígenes como libretista, locutor y periodista de la radio. Una trayectoria impecable en los medios radiales y varias distinciones en su carrera de periodista y escritor, entre ellas el Premio Nacional de Literatura 2013, lo que lo ubica como una de las más encumbradas personalidades de la cultura paraguaya.

• Por Eduardo Palacios
• Foto: Archivo

El dramaturgo, narra­dor y escritor nacio­nal fue un hombre de radio como muchas de las figuras sobresalientes que dieron realce a las letras paraguayas. Doña Josefina Plá fue la primera locutora en Radio El Orden en 1928. Augusto Roa Bastos, libre­tista de Radio Teleco en los años 40, al igual que el periodista y escritor Néstor Romero Valdovinos, quien precisamente se iniciara en Teleco como libretista del programa “La pensión de doña Liga”, y Mario Halley Mora, entre otros, en Emiso­ras Paraguay, también libre­tista del programa cómico “La pensión de ña Lolita”, uno de los más populares de los años 50 y 60.

“Comencé en radio muy jovencito, escribiendo libretos para el actor Car­los Gómez, en Cáritas”, nos cuenta el maestro Alcibia­des, una siesta cualquiera, café de por medio, senta­dos en un local céntrico de Asunción, conforme acor­dáramos para entrevistarlo sobre su paso por la radio. Dijo que en la decana de las emisoras conoció a gran­des figuras que aportaron mucho a la tarea cultural de esa emisora, como Arsenio Urbieta, quien por muchos años fue el principal promo­tor y difusor del movimiento artístico cultural asunceno, con sus programas “Mundo once”, “Panorama cultural” y “Agenda dominical”, entre los espacios de gran relevan­cia en la radiofonía para­guaya de los años pasados.

“Poco después pasé a Radio Teleco, propiedad de Papo­tín Recalde, que se encon­traba a la vuelta de Cáritas, sobre la calle Iturbe casi Herrera. Ahí conocí a Gra­ciela Pastor, quien ya era una actriz y locutora de renom­bre. Más adelante Teleco se trasladó a la zona de Tri­nidad y ahí se incorpora­ron Fernando Álvarez, Ire­neo Román, Albino Aquino Amarilla y como operador un señor siempre bien ves­tido, de impecable traje, Claudelino Otazú. Recuerdo que en esa época los locuto­res también teníamos que hacer de operadores y naturalmente cambiar la púa que al girar el disco grabado pro­ducía el sonido después de cada tema musical difun­dido”, relata sobre su expe­riencia en la cabina o “estu­dios” de radio Teleco.

En los años 40, 50 y 60 la mayoría de las emisoras de radio tenían todos sus pro­gramas libretados. La lite­ratura radiofónica era un soporte importantísimo en la puesta en el aire de los espacios creados y el libre­tista desarrollaba sus tareas escribiendo muchas veces en la propia cabina de locución, conforme al desarrollo y la continuidad del tema que se abordaba, generalmente del género artístico-musical, sin olvidar a las radionovelas –difundidas por capítulos–, muy populares en los pasa­dos años, que a mediados de la década del 60 fueron susti­tuidas por la televisión con la aparición de canal 9 TV, hito importante, ya que a partir de ese momento el rol de la radio vino a ser modificado sustancialmente hasta lle­gar a lo que es hoy.

Su inicio como libre­tista radial fue también el comienzo de lo que años después sería una exitosa carrera como escritor y narrador. “Hacía glosas para introducir la música que se difundiría inmediatamente. Entonces eso después fue dándome mayor seguridad y conocimiento porque la práctica es fundamental. Estuve en eso –como libre­tista– 3 o 4 años posible­mente y de ahí, en 1958, ya pasé como periodista pro­fesional en el diario El Inde­pendiente”, refirió.

Agregó que “siempre me gustaba meterme en temas más o menos polémicos. En radio Cáritas, por ejemplo, con Carlos Gómez tenía a mi cargo los libretos del pro­grama “Amores célebres”, en el que en cada programa abordábamos esas histo­rias. En los últimos capítu­los nos referimos al maris­cal López y madame Lynch. Varias personas llamaron a la radio pidiendo que se levante el programa”.

El maestro recuerda con admiración a las figuras sobresalientes de la radio de esa época, como Anto­nio Montórfano, cuando entonces ya en Radio Nacio­nal; Alejandro Noguera, el recordado relator de noti­cias en el informativo “El repórter Esso”, al mediodía en Radio Cáritas, y Gerardo Halley Mora, quien intro­dujo los servicios infor­mativos y una orientación periodística a la radio. De los programas más importantes recuerda “Un día como hoy”, de música clásica con bio­grafía de los autores y libreto de Víctor Barrios, en la época encargado de programas de la decana de las emisoras nacionales, ZP11.

Eran otros tiempos de la radio y su ambiente diferente al de hoy, en el que primaba la bohemia en el marco del arte y los artistas que des­filaban por los medios, a los que se sumaba la gran convo­catoria en las campañas soli­darias de ayuda a la comu­nidad. Al pasar a la prensa escrita, Alcibiades Gonzá­lez Delvalle dejaba atrás la radio de ese época y la rica experiencia acumulada fue la base para la gran tarea de creación literaria que desa­rrollaría en los años siguien­tes. Después vendrían otros desafíos caracterizados por la lucha por la democracia y las libertades ciudadanas, en los que estuvo como uno de los protagonistas princi­pales desde el periodismo y los foros de discusión, acom­pañando firmemente a los movimientos culturales y a las organizaciones sociales.

Por Eduardo Palacios

El reconocimiento a la trayectoria de Jacinto Herrera, el más grande actor y locutor paraguayo con su imagen en los sellos postales nacionales, y una gran locutora y actriz que recorriera exitosamente los escenarios forman parte de nuestro capítulo dedicado a rescatar la memoria histórica de la radio en Paraguay.

UN JUSTICIERO HOMENAJE

Por primera vez en la historia de la radiofonía nacional y de la filatelia del país, un locutor paraguayo –Jacinto Herrera– fue reconocido por su trayectoria radial y actoral, así como por su aporte a nuestra cultura. El reconocimiento fue mediante la emisión de sellos postales con su retrato, emprendimiento llevado adelante por la institución responsable, la Dirección Nacional de Correos del Paraguay (Dinacopa), a través de su Asesoría Filatélica, poniendo en circulación 5.000 estampillas de la serie denominada “103 años del natalicio de don Jacinto Herrera, actor y locutor paraguayo”.

La disposición gubernamental que autoriza al Ministerio de Hacienda la impresión de los sellos postales señala en el considerado, entre otras cosas, que “los temas seleccionados ilustrados en el sello concuerdan con la política de emisiones que buscan graficar asuntos de interés nacional en sus aspectos económicos, sociales, deportivos, científicos y culturales”.

El petitorio a la Dinacopa fue una presentación de la Fundación Cinemateca del Paraguay y la Sociedad de Locutores del Paraguay. Al solicitar la emisión de sellos postales a la Dinacopa, ambas instituciones peticionantes señalaron, entre otras cosas, que “un testimonio impreso de tal naturaleza será recordado hasta la eternidad y será también, de concretarse, un digno homenaje a quien ha sabido honrar a su patria, el Paraguay, en los medios de comunicación y en los escenarios nacionales, como también de las naciones hermanas”.

5.000 ESTAMPILLAS

La impresión de los timbres postales fue autorizada por decreto del Poder Ejecutivo número 7460, del 15 de julio del 2022. Son 5.000 estampillas las que están a disposición del público y su valor es G. 10.000 cada unidad. En el diseño de la estampilla se puede observar, en la parte superior derecha, la fotografía de Jacinto Herrera y del lado izquierdo se encuentra una escultura del artista Hugo Pistilli, correspondiente al premio Panambí del Festival Internacional de Cine.

Los sellos postales se constituyen en embajadores de la cultura paraguaya porque retratan en cada motivo hechos históricos, significativos y reconocimientos a protagonistas como, sin lugar a dudas, son los timbres que estarán en el mercado para resaltar la prolífica labor en el campo artístico de Jacinto Herrera. Un justiciero homenaje para este compatriota que tanto hizo desde su carrera actoral en el teatro y el cine argentinos, así como en los escenarios de la radio en Paraguay y en el vecino país.

MIRIAM CELESTE

Locutora y actriz de alto quilate desempeñó papeles importantes en las diferentes compañías teatrales con las que se presentó en los principales escenarios teatrales capitalinos y en las emisoras existentes en las pasadas décadas en Asunción.

Su incursión en el teatro fue a través de la Compañía de Comedias del Ateneo Paraguayo, invitada por Mario Prono, donde en las pasadas décadas surgieron grandes estrellas de la escena nacional como Leandro S. Cacavelos, Ernesto Báez, Jacinto Herrera, Emigdia Reisofer, Carlos Gómez, Aníbal Romero, Mari Helena Sachero y otros. A más de las numerosas otras compañías teatrales que contaron con su concurso, Miriam Celeste integró también la compañía del gran actor argentino Luis Sandrini y Malvina Pastorino.

En la prensa de los años 70 se recoge la presencia de Miriam Celeste en las obras “En busca de María”, de Mario Halley Mora, con la compañía teatral de Ernesto Báez, “Ha llegado un inspector”, con el elenco del Ateneo Paraguayo, y “Plata yvyguy rekávo”, con la compañía Álvarez Blanco Rojas Doria, por citar solo algunas de las más exitosas presentaciones.

LA RADIO

Miriam Celeste era el nombre artístico de Amalia Concepción García, nacida en Asuncion el 7 de diciembre de 1930 y fallecida el 25 de octubre de 1995 a consecuencia de problemas de salud que la mantuvieron internada en un sanatorio capitalino hasta su deceso.

Su ingreso a la radio fue en radio Teleco, considerada en las pasadas décadas como una de las mejores en cuanto a programación y plantel de locutores. En los años 50 pasaron por sus micrófonos Miguel Ángel Rodríguez, Lionel Enrique Lara y Blanca Navarro, por citar solo a los más caracterizados.

En los años siguientes Miriam Celeste fue también locutora de radio Guaraní, radio Stentor y Emisoras Paraguay, en donde también tuvieron un destacado papel como locutores, entre otros, Rodolfo Schaerer Peralta, Juan Manuel “Papote” Fretes, Simón Nicolás Casola, Pablo R. Benítez, Amado Nery Farina y Carlos Penayo. A fines de la década del 50, como tantos otros artistas paraguayos emigró a Buenos Aires, por entonces “la meca” del arte en esta parte del continente, donde se encontraban ya ocupando sitios de preferencia, unos como locutores y otros como actores, figuras de la talla de Jacinto Herrera, Nelly Prono y Manuel González Godoy, además de una colonia de compatriotas músicos, compositores e intérpretes.

Por Eduardo Palacios

Ninica Segura y Nicolás Argüello, dos voces de generaciones diferentes que han pasado por la radio. Fueron sobresalientes en la tarea cumplida. Los años no podrán borrar el aporte significativo que han hecho en los medios de antaño y sus nombres serán siempre recordados.

Esta es la historia de una mujer talentosa que llegó a la radio de la mano de una figura también importante de las emisoras por los años 40 como fue el gran locutor Dante Benedetti. Yodamia Isabel Segura Villasanti adoptó el nombre artístico de Ninica Segura para presentarse en los escenarios de la radio y el teatro en una década muy floreciente de la actividad teatral asuncena. En nuestra capital estaban en funcionamiento en esa década Radio La Capital, Radio Charitas, Teleco, Stentor y Radio Nacional. En los años 50 se incorporarían Radio Guaraní, Emisoras Paraguay y Comuneros. Benedetti fue en los años 60 el primer paraguayo que llegó como locutor de la radio “La voz de América” (VOA), del Estado norteamericano.

Como locutores sobresalían en la década del 40 Jacinto Herrera, antes de su partida a Buenos Aires, en 1944; Nelly Prono, Alex Solberg, Celestino Álvarez, Juan Bernabé, Lionel Enrique Lara, Luis G. Benítez, Enrique Bierdermann, Gerardo Halley Mora, Óscar Ortiz Molinas, Dante Cazal, Juan B. Cazal y Mercedes Jané, entre otras. Una de sus tres hijas, Vilda Rojas Segura, nos cuenta con admiración los recuerdos de su madre, señalando, entre otras cosas, que aun mucho tiempo después de haber dejado la radio, Humberto Rubin, por los años 70 aproximadamente, la llamaba siempre desde Ñandutí para solicitarle recitar una poesía, pedido al que siempre accedía, ya que era una de sus pasiones.

Ninica Segura fue también destacada actriz tanto de radionovelas que se difundían en Charitas como en obras teatrales y zarzuelas, resaltando su participación en la Compañía de Comedias del Ateneo Paraguayo, bajo la dirección escénica de don Fernando Oca Delvalle con la primera zarzuela paraguaya estrenada en el Teatro Municipal, el 14 de agosto de 1956 con motivo del aniversario de fundación de Asunción, como fue “La tejedora de ñandutí”, de Juan Carlos Moreno González y Manuel Frutos Pane. La puesta contó con un elenco de primeras figuras del canto y del teatro paraguayo, considerada en la época un acontecimiento artístico relevante para el arte teatral nacional.

Ninica Segura trabajó como locutora en los años 40 en Radio Stentor, Teleco y Charitas, y a fines de los años 50 en Emisoras Paraguay, bajo la dirección de Gerardo Halley Mora. Compartió su labor radial y teatral con la docencia, ya que era profesora normal graduada con medalla de oro. Era una época de no muy buena paga, por lo que debía diversificar su trabajo. Como locutora estuvo entre los años 1947 a 1959 como una voz femenina de gran prestigio en los medios por donde pasó. Su fallecimiento se produjo el 23 de abril del 2015.

NICOLÁS ARGÜELLO

Pertenecía a la generación de locutores que se iniciaron en la década de los años 60 en las emisoras locales. Trabajó como locutor en Radio Charitas, Emisoras Paraguay, Carlos Antonio López, de Pilar, a inicios de su salida al aire convocado por Miguel Ángel Rodríguez, el primer director de la radio, y Radio Ñandutí, hasta el momento de su jubilación, emisora donde su voz identificaba el relato de los noticiarios y más tarde tuvo a su cargo la conducción de programas nocturnos. Un extraordinario hombre de radio que, a más de su gran dedicación a la actividad radial, fue un profesional solidario con sus colegas y con los requerimientos de los sectores menos favorecidos de nuestra sociedad, así como con las personas carentes de recursos que necesitaban una asistencia para salvar sus necesidades, principalmente derivadas de problemas de salud, que recurrían a él. En ese sentido, la radio en otras épocas era la fuente segura para los contactos con la audiencia en busca de paliar las necesidades más urgentes. Muchas vidas se salvaron por medio de las campañas para conseguir un medicamento o dinero en efectivo, y en otras ocasiones conseguir una sillas de ruedas para personas sin recursos.

Nicolás fue puntal de esas campañas solidarias compartidas con una audiencia de la noche y madrugada maravillosa que tenía, y que respondió siempre a sus llamados de solidaridad o golpeando las puertas de autoridades ministeriales y del sector privado hasta conseguir lo que la gente necesitaba en ese momento. Oriundo de Atyrá, donde había nacido el 10 de setiembre de 1948, era el segundo hijo de seis hermanos, como nos cuenta su hija, Mónica Argüello Zerba, nuestra fuente para conocer un poco más sobre el recordado colega Nicolás, quien en su juventud y antes de su incursión en los medios radiales fue arquero del Club Sportivo Ameliano, equipo que milita esta año en la división de honor del fútbol paraguayo.

Puntos resaltantes de su tarea radial fueron su conducción de los programas nocturnos “Camino a la medianoche”, en Emisoras Paraguay, uno de los programas de la radio más tradicionales en los años 70 y 80, por donde pasaron las voces más importantes de la radiofonía paraguaya, y “La vida sigue igual” en las madrugadas de Radio Ñandutí, donde asistió hasta poco antes de su jubilación, en muchas noches incluso con problemas de salud. Fue ahí donde Nicolás desarrolló una tarea de gran relevancia por su contenido solidario y donde comenzó a gestar y concretar sus grandes proyectos como la Escuela “Lo mío primero” en la ciudad de Ñemby, a más de una escuela de fútbol y una orquesta juvenil, esta última con el apoyo del maestro Luis Szarán. Lamentablemente falleció el 4 de febrero del 2014 a raíz de los problemas de salud que lo aquejaban.