Fotos: Carlos Juri
Todo un referente del mundo del humor gráfico en Paraguay, Nicodemus “Nico” Espinosa charla con Augusto dos Santos para el programa “Expresso”, del canal GEN. El artista habla de la evolución del sector en el país y de lo que se viene en estos tiempos turbulentos. Habla un poco de sus años en el rubro, de la política, de sus referentes y de la necesidad de buscar que el sector busque su sitial en la nueva plataforma, que es lo digital, para hacer llegar su mensaje.
Augusto dos Santos (ADS): Artista plástico, caricaturista, dibujante, botones no pegamos, ¿verdad?
–Llegué hasta cajero. Fui cajero un tiempo y me despidieron porque daba mal el vuelto. No duró mi carrera como cajero.
–ADS: ¿Cómo va la vida en este arte de producir el humor gráfico en estos tiempos?
–En esta sitaución es como dice la gente, tomamos tranquilidol. Porque está bastante complicada la cosa, verdad. Y gracias a Dios yo tengo un espacio en el diario y una cosa que a muchos colegas le falta verdad, tuvieron que salir de empresas y qué se yo. Entonces estamos como todo el mundo batallando y tratando de hacer lo mejor posible y sobre todo en mi trabajo, que es el de hacer reír por lo menos, intentar arrancar una sonrisa. Y con esta situación que todo el mundo está nervioso, entonces hay que redoblar el esfuerzo.
–ADS: ¿Cómo es el arte de generar humor gráfico. ¿Es una tarea cotidiana, hay que dedicarle tiempo?
–Es información sobre todo. Después el resto viene como en un mecanismo personal que cada uno desarrolla. Pero primero hay que informarse en el día a día, ver los diarios, cuál es la información digamos generalizada o que el público más está tocando ese tema. Porque de repente uno quiere un tema que una franja del público, muy poco toca, y cae como perdido, solo para ese sector. Entonces tratar de tirar al arco bien arco, verdad...
–ADS: ¿Puede suceder que a las 8 AM yo te haga decir “este es mi tema de mañana”?
–Sí, así es. O a veces hay informaciones que se vienen desarrollando y a mediados de la tarde tiene su conclusión y entonces tiene que esperar.
–ADS: Y la política es la fuente inagotable.
–Los políticos te ofrecen en bandeja los temas. Y lastimosamente siempre son los mismos actores.
–ADS: Justo te iba a preguntar sobre eso. ¿Hay políticos que te rinden más?
–Sí, claro, por supuesto. Están las vedettes, te voy a decir.
–ADS: Portillo, por ejemplo.
–Claro, sí o sí. Hay un montón en realidad. Portillo sí es la estrella y creo que va a seguir siendo un buen tiempo hasta que deje de salir en los diarios.
–ADS: ¿En quién te reflejás para decir “este tipo me motivó para meterme en este negocio”?
–En Paraguay y en realidad, viste en mi casa se consumía la revista Ñande, y ahí dibujaba Boti, dibujaba Gugliota, que después desapareció del espectro humorístico porque me enteré que se hizo arquitecto y dejó. Pero Boti siguió y tuve la suerte de haber trabajado con él y me sirvió mucho su experiencia.
–ADS: ¿Cómo era Fiorelo Boti?
–Era un cascarrabias.
–ADS: Como muchos humoristas... eh
–Sí, sí... pero él era un tipo que a mí me trataba bien. Estábamos juntos en el diario Última Hora y si se daba cuenta que no me salía nada me decía “andá pegá una vuelta a la manzana y vas a ver que te va a salir la cosa y era así”. Era un tipo, sabés, Fiorelo era mucho mayor que yo y de otra escuela, su humor era más el juego de palabras. De repente y lo mío por ejemplo era la parte gráfica. Jugar no solamente con las palabras, sino con lo gráfico, tenés ese elemento gráfico para explotar.
–ADS: ¿Y cuándo nació el perrito?
–En el periódico La Tarde, que era un apéndice del diario Hoy. El director era Arturo Shaerer y ahí nació. Iba el dibujo al lado del editorial, entonces intenté con muchos animales de mascota. Primero intenté un loro, un gato, así, pero el común de los mortales en las mascotas es el perro y puede estar en cualquier lugar, en una casa, en una parada de colectivo, en una calle. Entonces me decidí por el perro, no quería hacer yo, porque había otros humoristas, sobre todo argentinos, que tenían su perro. Famoso por ejemplo Fontanarrosa que tenía su perro Mendieta. Al final, sin embargo, quedó. Años después le inventé un compañero a Delmer, viste que Delmer es un nombre de los perros callejeros porque era del mercado. Era en ese tiempo un hábito de entonces que la gente iba a dejar a los cachorros de sus mascotas al mercado, porque sabía que ahí no le iba a faltar comida y también porque ahí la gente podía recogerlos. Por eso viene aquello de Delmercado.
–ADS: Ahh... mirá vos...
–Y bueno, después le inventé un amigo y hacían dupla, con Jagua Piru. Ahora suelo subir en lo digital verdad y sigue teniendo, vamos a decir, seguidores. Incluso gente que te dice “no lo veía hace rato” y todo eso.
–ADS: ¿Cómo empezó tu carrera, ¿recordás?, ¿qué hacías antes?
–Sí, claro. Yo trabajaba como dibujante de agencia de publicidad.
–ADS: En los tiempos en que se dibujaba todo.
–Sí. En esa época. Ndaipóri (no había) compu, ndaipóri archivo de imágenes, entonces todo se tenía que dibujar para cada día. Me acuerdo tenía un maestro, Ricardo Yustman, un gran dibujante, jefe de arte publicitario de Nasta. Bueno, me dice: “Necesito alguien que tenga un puño con un canasto lleno de cosas, alguien que sale de un supermercado”, más o menos. Y luego me dice: “Bueno, ahora trabajale”. Y yo no entendí eso. Pero después con el tiempo entendí que había que darle volumen, sombras, detalles que enriquecen el dibujo. Aprendí por el camino. Hacía eso hasta que tuve un accidente.
–ADS: Rockero y motoqueiro.
–Sí... (risas) y durante mi convalecencia me pasaba haciendo dibujos de humor. Pasé todo ese tiempo en la casa de mi mamá, en Yaguarón, tranquilo. Y cuando terminé eso, vine de vuelta a Asunción a retomar mis actividades. Primero el laburo y seguía comunicación en la Universidad Católica. Y cuando se estaba formando el diario Hoy. Uno de los profesores era Juan Rómulo Gauto, una buenísima persona, y él era el jefe de redacción. Y en el curso teníamos un tablero donde cada uno hacía lo que sabía hacer. Ese curso, esos compañeros eran mirá, todos estuvieron en los medios. Juanita Carracela, Manuel Trinidad, Manuel Bernardes, todos éramos compañeros. En ese tablero iba todo lo mejor que hacía, lo que hacía poesía, crónica. Yo hacía dibujos, chistes. Y ahí Juan Rómulo se interesó por eso y preguntó quién hacía. Me preguntó si tenía una carpeta, porque se está formando un diario y me interesa mucho. Andate pues vamos a hablar con el director, me dijo. El director era Óscar Paciello. Bueno, fui a la reunión con una voluminosa carpeta que mediante ese accidente tenía hecho. Y cuando entró Juan Rómulo con la carpeta y escuché la risa de Óscar, ahí ya dije, bueno, estoy adentro. Y ahí empecé.
–ADS: Diario Hoy, década del 70.
–Fue en el 77. Anteriormente con otros amigos dibujantes hicimos una revista que fracasó con todo éxito. Hacer una revista acá es una quijotada, no.
–ADS: También estabas metido en la música, en la radio.
–En la radio sí. En el 78 empecé a hacer radio con Juan Pastoriza, en radio Chaco Boreal, cuando estaba sobre la calle Cnel. Bogado. Ahí. Me invitó una vez Juan, buenísima persona, gran amigo. No querés hacer radio, me dice. Y claro, le dije. Le presenté un proyecto de un programa guionado. Se llamaba “El ómnibus mágico”, que era el título de un grupo de rock inglés. Yo le di el saber de guionar. Y alguien hacía la parada, mirá, mirá fulano de tal, era un músico y se subía y ponía la música. En eso se basaba.
–ADS: Tu recorrido después fue en casi todos los diarios.
–Sí, en los de Asunción en todos y en Ciudad del Este también. Y llegué a publicar en una revista de Oslo, Noruega. Después, cerca del 2000 llegó esa crisis y empezaron a cortar todos los colaboradores que tenían.
–ADS: ¿Nico, los políticos paraguayos tienen humor? ¿Ves humor en ellos? ¿O la política te causa gracia o los políticos son?
–No sé si tienen humor, pero lo que tienen es una indiferencia enorme. No les calienta nada. Pero hay una anécdota muy simpática, cuando estaba en el diario La Tarde, le hice una caricatura a no sé si te acordás de este político, que ya falleció, no recuerdo del nombre, uno de los hermanos Almada, y le hice una caricatura, creo que era uno de los que le atacaba a los de Clínicas durante la dictadura, en esa época difícil. Entonces le hice un cavernícola y me decían que era jodido ese tipo, que esto y aquello. Y un día, accidentalmente, me encuentro con él en la calle, sobre 25 de Mayo y Tacuary, y me mira así, él era un ropero... y me pasa la mano y me dice “me gustó tu caricatura”. Y me reconoció seguramente porque con Alberto Peralta teníamos los domingos en el diario Hoy una sección de humor, una página donde aparecía nuestra foto, y supongo que por eso nos reconoció.
–ADS: ¿Y cuál es tu experiencia con los políticos que vos caracterizás? Alguna vez tuviste algo raro o hay una tolerancia, digamos.
–Hasta ahora nadie me llamó, creo que hay tolerancia en eso. Incluso una vez uno de ellos me compró el dibujo que le había hecho. “Yo quiero”, me dijo y le dije que le iba a hacer más grande y dale, me dice. Viste que los originales en el diario son pequeños, entonces le hice un póster y feliz quedó el tipo.
–ADS: En general muchos dicen que es difícil definir el humor paraguayo, que el humor argentino es como más graficable, expresivo. ¿Qué definición tenés vos sobre eso?
–El humor argentino, por mi experiencia, lo que tiene es mucha más veta. Ellos primero tienen sus regionalismos y nosotros no tenemos eso, salvo asuncenos y villarriqueños. Y es poco más difícil, pero ya últimamente no me preocupa tanto. Yo uso el jopara, siempre usé para llegar al público paraguayo y me parece que encontré esa veta de utilizar el jopara y también un poco sobre, el humorista tiene que ser muy observador en ver los personajes, sus actitudes, sus poses. Ahora por ejemplo hay mucho para ver con los cortes de pelos, la forma en que se visten y vos ahora hacés un dibujo con ciertos rasgos y ya le identifican a ese personaje.
–ADS: Claro, claro...
En las redes, por ejemplo, subo y la gente mirá fulano y comparte... y listo.
–ADS: Para no hablar de vos, para hablar de un colega, el jopo de Calé, de Caló por ejemplo.
–Claro, es una marca registrada. Caló es increíble las cosas que logró, no solamente con él, con otros también.
–ADS: Hay al menos creo dos generaciones muy importantes de humoristas gráficos, ¿no?
–Sí, sí, igual yo creo que no somos tantos, pero estamos ahí. Pasa que tampoco hay muchos medios y con esta cuestión de la pandemia se redujo muchísimo todo.
–ADS: Además de publicar en los diarios el humor gráfico, buscaste también otros caminos, incluso pintabas, ¿verdad?
–Sí y también soy ilustrador. Llegué a ilustrar obras de muchos amigos escritores. Incluso ilustré los tres primeros libros de aquella mentada reforma educativa, que se llamaba Grillito Cri Cri, la Abejita Eirete y el otro no recuerdo. Y después libros así, de escritores como Osvaldo González Real, de Helio Vera, con Helio Vera nos divertíamos muchos. De Javier Viveros, de Ricardo Ramírez, que hacía un compilado de cosas que decían los políticos.
–ADS: ¿Cómo ves el futuro en este momento en que la gráfica de papel está tan en crisis en todo el mundo? ¿Por dónde va el camino del humorista gráfico?
–Lo digital es lo que es inmediato. El asunto digital es la comercialización, verdad. Personalmente hasta ahora yo no encuentro esa salida comercial a lo digital. Es decir, tenés que depender de un medio que ya está insertado y que ellos manejan eso y luego te toca tu parte. Pero manejar yo eso, además de que con los números soy un desastre, entonces se me hace más difícil.
–ADS: ¿Detrás de cada dibujo tuyo hay una posición tuya en lo político, en lo social, verdad, que está permanentemente, no?
–En lo que a mí refleja es más, trato de no llevar agua a mi molino, sino que sea así un abanico y el público que recibe, depende de la información que recibe y de la educación, porque de repente a alguien le interesa el dibujo, pero no entendió el chiste, o no está informado muy bien. Pasa que en nuestro país la educación es una materia pendiente, más aún en la gráfica. Tenemos poco tiempo de materiales gráficos. No como Argentina, que es el referente inmediato, ¿no?
–ADS: ¿Quiénes son de esos referentes, los inmortales en tu vida?
–El primero que me impactó es un húngaro, Steinberg, pero nacionalizado norteamericano, que tenía una riqueza de trazos pero sencillos y vamos a decir, con poco trazo decía mucho. Y después en los años 70 le descubrí a Fontanarrosa y antes ya le había descubierto a Quino. Lo veía en la revista Rico Tipo, cómo dibujaba el ambiente, la ciudad, el horizonte, las plazas, entonces. Son elementos que el humorista tiene que utilizar para ubicar a su personaje.
–ADS: La muerte de la mayoría de las revistas ha sido una pérdida irreparable.
–Claro que sí... teníamos muchas más posibilidades con las revistas
–ADS: El hábito de leer revista era una cuestión semanal.
–Yo creo que la cuestión de la revista, viste que ahora está más en su casa la gente, y se aburre de ver televisión, se aburre de escuchar radio, es decir, se aburre. Y yo creo que en algún momento va a necesitar ese material de lectura. Es decir, habría que empezar con ello.
–ADS: La pandemia demostró que géneros que se consideraban un poco desplazados como la televisión volvieron con todo.
–Y también se renovó, por lo que está ganando de vuelta.
–ADS: ¿Cómo ves ese futuro para el resto de la gente que trabaja en el tema gráfico, particularmente el tema del humor?
–Cada vez se va a ir limitando más. Como estábamos diciendo antes, tenemos que apostar por la cuestión digital y, por ejemplo, mi hijo Alejandro, que dibuja también, y Ricardo, el menor, son artistas extraordinarios. Ellos hacen cosas y promocionan en las redes y venden. Venden sus dibujos, él otro hace remera, cosas por el estilo y venden. Entonces creo que ahora alcanzar el nivel económico de un trabajo establecido se va a dar en algún momento, pero no sé si ahora mismo.
–ADS: No todos van a ser Robin Wood.
–No, lastimosamente Robin no escribe más.
–ADS: Un referente grandioso.
–Es increíble. A Robin le debemos una estatua, porque es el paraguayo más leído.
–ADS: Le debemos como a tantos otros paraguayos con los que somos horriblemente indiferentes y malagradecidos.
–Sí, sí, pero Robin especialmente porque es prácticamente el paraguayo más leído, porque fijate que sus historietas se publicaban en Turquía, ¿te imaginás lo que es publicar en un diario turco?
–ADS: Es casi una irreverencia lo que voy a decir, pero creo que le estaría peleando a Roa Bastos el título de paraguayo más leído.
–Yo creo que le ganó a Roa Bastos. Roa Bastos es otro público nomás. Es un público más intelectual, y Robin accede inmediatamente, verdad. Viste que un libro sin ilustración es mucho más difícil de absorber.
–ADS: Nos van a decir que no podemos comparar, pero no estamos comparando, estamos hablando de quién fue el más leído.
–Y yo voy a defender mi posición. Que vengan de a uno... (risas).