“Una vieja fachada y la atribulada historia de un bonsái del barrio Gral. Díaz”
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Hoy Toni Roberto nos trae la historia de un antiguo bonsái que fuera obsequiado por el Sr. Kanasawa, dueño del legendario Jardín Japonés, al joven Diego Capurro y que le fuera robado en el barrio Gral. Díaz de Asunción, recuperado milagrosamente.
Caminando por la calle Yegros en las alturas del barrio General Díaz está una casa muy particular, una especie de “art decó paraguayo” con “revoque parís”, que posee un importante retiro de la calle. En ella habita la cuarta generación de los Capurro, una conocida familia asuncena que hace unos años pasó por una muy particular historia que aquí les contamos.
El matrimonio Capurro Fernández tiene cuatro hijos varones, uno de ellos es Diego, que es odontólogo y epidemiólogo que hoy reside en Canadá, quien desde muy chico es aficionado a la colección de bonsáis, por ello frecuentaba el Jardín Japonés sobre la avenida Félix Bogado, cuyo dueño era el señor Kanasawa, un inmigrante japonés que había llegado al Paraguay desde muy lejos, muchas décadas atrás, buscando nuevos horizontes.
LA GRAN AMISTAD ENTRE KANASAWA Y CAPURRO
Con el tiempo, Capurro Fernández se hizo muy amigo del propietario de este local a tal punto que en el 2003, siendo ya muy mayor el señor Kanasawa, le obsequia al joven Capurro su joya más preciada, el bonsái más antiguo de su colección que había plantado al llegar de aquellas lejanas tierras de Oriente. Es así que desde ese día el arbolito tenía el lugar más importante en la vieja casi centenaria, fachada de la casa de la calle Yegros. Un importante pedestal hacía lucir aún más este “pequeño árbol” que era “el deleite a los ojos” de todos los transeúntes que pasaban enfrente.
EL HURTO DEL BONSÁI
Un día cualquiera del 2011 una tarde se percata de la desaparición de tan importante joya. Ese fue uno de los días más tristes de Capurro y a partir de ahí empezó la búsqueda y la estrategia para recuperarlo. Para lograr encontrarlo él había confeccionado un anuncio que rezaba lo siguiente: “Se me ha robado uno de los arbolitos que tenía en el patio de la casa y que los que pasaban por acá podían verlo y disfrutarlo diariamente”.
“Es una planta que tiene muchísimo valor sentimental para mí, pues perteneció a una persona a quien yo aprecié muchísimo y de la cual he aprendido mucho”.
“Pido por favor a las personas que lo llevaron que me lo devuelvan, han causado un gran perjuicio sentimental a una persona que quiere las plantas y disfruta cuidándolas”.
Como parte de la campaña de comunicación, el afectado también colocó un cartel con el citado texto colgado en la verja de la vieja casona. A partir de entonces, los transeúntes, los vecinos y toda la gente que pasaba frente a la casa se solidarizó con la causa, todos preguntaban, otros investigaban en el barrio para dar con la pieza.
EL LADRÓN ARREPENTIDO
Un día, una persona tocó el timbre y le dijo que sabía donde estaba el añejo bonsái, y pidió a Capurro que lo acompañara. Fueron caminando hasta el Mercado Municipal Número 5 de Barrio Obrero, sito en las inmediaciones de Chile y Atenas, pero al llegar al lugar, la persona que le había indicado el sitio le dijo que él no podía llegar hasta el lugar, sin embargo, él mismo le enseñó el camino hasta un pequeño local de dicho centro comercial. En un momento dado del recorrido hacia el sitio que le había indicado, el acompañante desapareció misteriosamente, dejando que el ansioso dueño del bonsái robado llegara así a recuperar el preciado arbolito exactamente en el sitio en que le dijo el acompañante que iba a hallarlo.
Sin lugar a dudas el guía para hallar el arbolito era el propio ladrón, quien al ver toda la “conmoción barrial” por tan grande pérdida, se arrepintió y decidió contarle a Capurro, sin confesar el hurto, para que recupere su joya, el recuerdo tan querido que le había obsequiado el inmigrante japonés una década antes. Y así, el bonsái volvió a su hogar de la calle Yegros. Pero no todo termina ahí, porque otros dos ejemplares fueron robados en otras dos ocasiones posteriores y también fueron recuperados milagrosamente.
Hoy, esta valiosa pieza ya no forma parte de la fachada de la vieja casa que fuera construida a mediados de los años 20 del siglo pasado en el legendario barrio Gral. Díaz. Sólo queda el pedestal vacío como testigo del “atribulado destino” de este bonsái obsequiado por el señor Kanasawa al joven Capurro que lo conserva escondido “quien sabe dónde” como símbolo de una gran amistad entre el joven paraguayo y el anciano japonés.
El nombre del general José Gervasio Artigas volvió a cobrar notoriedad al celebrarse los cien años de la escuela que lleva el nombre del prócer libertario del Uruguay. Foto: Gentileza
José Gervasio Artigas, un líder independentista que influyó en toda la región
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Por Lourdes Torres
lourdes.torres@nacionmedia.com
En las últimas semanas el nombre de José Gervasio Artigas ha vuelto a tomar notoriedad en el país desde que llegaron las noticias desde el Uruguay el pasado 15 de marzo, cuando un grupo de unos veinte jinetes uruguayos partieron de la Plaza Independencia de Montevideo -sitio donde reposan en un mausoleo los restos del prócer uruguayo- rumbo a la ciudad de Asunción, Paraguay.
Esta travesía de más de 1.000 kilómetros la emprendieron con el objetivo de celebrar el centenario de la Escuela Artigas de Asunción este domingo 28 de abril. La institución educativa fue construida en honor al prócer libertario uruguayo que eligió estas tierras para la última etapa de su vida, que empezó con un asilo político.
Esta escuela, ubicada al lado de la entrada principal del Jardín Botánico y Zoológico de la capital paraguaya (avenida Primer Presidente y Artigas), comparte el sistema educativo uruguayo y fue construida en homenaje al prócer José Gervasio Artigas, más de medio siglo después de su muerte.
Para conocer un poco más sobre este militar uruguayo que vivió tres décadas en Paraguay hasta su muerte en 1850, La Nación/Nación Media conversó con dos historiadores, quienes describieron al militar uruguayo, su liderazgo y el impacto de sus ideas políticas en la región.
La Escuela Gral. Artigas fue construida más de medio siglo después de la muerte del héroe independentista uruguayo. Foto: Eduardo Velázquez
Un líder independentista
El historiador y docente Herib Caballero Campos indicó que José Gervasio Artigas fue un líder independentista uruguayo que fundó la Liga de los Pueblos Libres y encabezó los procesos de lucha por la independencia de su país, ya que varios años después de comenzar el proceso de independencia en el continente, Uruguay seguía bajo la corona española.
Señaló que Artigas no vio independizarse a su país, ya que por persecución política solicitó asilo a la incipiente República del Paraguay en 1820, bajo la dictadura de José Gaspar Rodríguez de Francia. “José Gervasio Artigas se convierte en uno de los líderes semilleros de ese proceso de independencia, para la República Oriental del Uruguay”, afirmó.
Explicó que “si bien, controló una parte del territorio, no logró controlar todo el país. En ese tiempo vino la invasión portuguesa, que convirtió en provincia y recién la independencia plena del Uruguay se consiguió a finales de la década de 1820, pero ya con Artigas retirado de la actividad política”.
El Gral. Artigas vivió por 30 años en Paraguay, hasta el 23 de setiembre de 1850 cuando falleció a la edad de 86 años. Foto: Gentileza
El historiador sostuvo que Artigas en un principio estuvo alojado en el convento de La Merced, luego fue confinado a la Villa San Isidro de Curuguaty, a 250 kilómetros de Asunción, y vivió ahí hasta la muerte de José Gaspar Rodríguez de Francia.
Tras la muerte del dictador, los cónsules Carlos Antonio López y Mariano Roque Alonzo le habían dado a Artigas la libertad de volver a Uruguay, teniendo esa potestad en mano, el ya anciano oriental rechaza una comitiva enviada por el gobierno uruguayo, diciendo que si fuera conveniente a la República (Paraguay) saldría, pero que no volvería a Uruguay, sino se quedaría en Corrientes.
“Artigas de edad avanzada, hizo ya toda su vida en el Paraguay, entonces no regresó a su país y fallece el 23 de setiembre de 1850 en Asunción, a la edad de 86 años. De hecho, formó familia con una mujer de apellido Gómez, y hay varios descendientes de Artigas en la zona de Limpio. En 1855 fueron repatriados sus restos a Montevideo”, acotó.
Influyó toda la región
El historiador Claudio Velázquez mencionó que José Gervasio Artigas es uno de los próceres más importantes de la gesta independentista del Uruguay, pero no solo en este país, si no también de varias zonas del Río de la Plata. Indicó que en la Argentina misma se lo considera también un prócer, entre los años 1810 a 1820, cuando se retira de la actividad política. “Fue una persona que peleó contra los portugueses, que peleó contra los porteños, por decir una forma, y que peleó también contra la corona española en el marco de la independencia de su país”, precisó.
Dijo que, así como tenía seguidores, también se hizo de un importante número de enemigos y tras graves derrotas a principio de 1820, es cuando toma ruta hacia el Paraguay. En ese proceso, Artigas que tenía un pensamiento político basado en ideas de pacto federal, decide formar parte de la Liga Federal, que era una unión de pueblos de Corrientes, Entre Ríos, Misiones, contra La Unión, que eran los porteños, y básicamente se embanderaban con un sistema unionista, más que un sistema federal.
“Allí es que sufre una segunda importante derrota, que es la batalla de las Tunas que, sumado a la anterior derrota en Tacuarembó, Uruguay; estas dos derrotas significaron una proscripción de Artigas y es en ese sentido que aplica esa figura de asilo político en la incipiente República del Paraguay que en ese momento estaba bajo la dictadura perpetua de Rodríguez de Francia”, indicó.
En su fe de libertario, José Gervasio Artigas compró a un esclavo, un hombre afrodescendiente de nombre Joaquín Lencina, conocido como en negro Ancina, que inmediatamente le dio la libertad y desde ahí hasta el día de la muerte del militar cultivaron una buena amistad. Foto: Ilustrativa
Velázquez resaltó que como muestra de libertario, una de sus anécdotas es que compró a un esclavo negro, Joaquín Lencina, más conocido como Ansina o negro Ansina, que inmediatamente le otorga la libertad al hombre, éste se vuelve su compañero de vida y amigo personal, que lo acompañó a Paraguay, incluso hasta el día de su muerte, ya como hombre libre, y falleció diez años después a los 90 años.
“En su lucha por la integración él siempre se embanderaba con la necesidad de que los pueblos se integren y trabajen por esa integración. También hay que destacar de Artigas que se embanderaba por la causa popular de los pueblos, que lo llevó a ser un caudillo importante, que acarreaba a su pueblo”, acotó.
Destacó que todas estas acciones han sido importantes para su figura, que incluso impactó en Paraguay, impresionando al dictador Francia, quien le permitió el asilo en el país. “El impacto de sus pensamientos no solo fue en su país, sino a nivel regional, de ahí que tiene tanto impacto en el Paraguay”, concluyó.
Profesor e historiador ítalo-brasileño Mario Maestri, autor de importantes libros y publicaciones académicas sobre la historia paraguaya. Foto. Gentileza
“Las cuatro naciones sufrieron retrocesos institucionales y sociales debido a la lucha fratricida”
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Por Jorge Coronel Prosman
En esta segunda y última parte de la entrevista al profesor e historiador ítalo-brasileño Mario Maestri, autor de importantes libros y publicaciones académicas sobre la historia paraguaya, abordamos el contexto socioeconómico de los países involucrados en la guerra contra la Triple Alianza, en especial el Paraguay, que sufrió de manera más directa y dramática los efectos de la contienda.
La perspectiva de Maestri pone énfasis en relatar la historia desde la perspectiva de los pueblos que pelearon y sufrieron la guerra, por lo que rechaza la visión de que los países vencedores resultaron beneficiados con el conflicto y, por el contrario, afirma que todas las naciones sufrieron retrocesos con secuelas que llegan hasta nuestros días.
–Después de tantos años de estudio sobre la Guerra Grande, ¿qué opinión le merecen las vertientes historiográficas más actuales, la corriente restauradora patriótica del discurso decimonónico y el neorrevisionismo que trata de introducir la visión de los pueblos sobre dicho conflicto.
–Con mis alumnos de maestría y doctorado cuestionamos los principales mitos historiográficos, ofrecemos nuevas explicaciones para el conflicto, planteamos problemas y avanzamos en una lectura popular supranacional de la guerra. Sin embargo, esta lectura ha sido poco discutida por el mundo académico, que comúnmente continuó presentando una restauración historiográfica de las narrativas patriótica con raíces en el siglo XIX. El ejemplo excelente de esta realidad es el libro hoy sacralizado de Francisco Doratiotto, quien escribió sobre la Guerra Grande prácticamente sin el estudio detallado, usando comúnmente “guaraní” como sinónimo de paraguayo. Lo mismo podría decirse de una historiografía paraguaya que navega en el actual pantano neolegionario, proponiendo literalmente que las naciones involucradas en el conflicto, todas, tuvieron logros y avances con la hecatombe de 1864-70.
El bombardeo brasileño a la ciudad uruguaya de Paysandú significó el inicio de la guerra. Foto: Gentileza
EL PASADO DESDE EL PRESENTE Y EL FUTURO
–¿A qué atribuye usted esta situación?
–La historiografía es una de las ciencias sociales más politizadas, que habla del pasado, con los pies en el presente y ojos en el futuro, bajo la influencia de las clases sociales en lucha. La legitimación historiográfica de las interpretaciones que desvelan el pasado dependen en gran medida de las clases subordinadas que buscan interpretar. El avanzar o retroceder de las clases populares iluminan u oscurecen sus representaciones diversas. En Paraguay, Argentina y Uruguay, gobiernos más progresistas permitieron una apertura para las lecturas críticas sobre la Guerra Grande. En Brasil jamás hubo tales facilidades. La “guerra del Paraguay” es el mito fundador central del Ejército brasileño, eje conservador permanente en la historia del país. La Guerra Grande continúa siendo vigilada por Itamaraty y, sobre todo, por el Ejército de tierra.
–Entre los hechos que la historiografía tradicional dejó en el olvido está la relación entre el uruguayo Venancio Flores y el Imperio del Brasil con la masacre de la heroica Paysandú.
–La guerra comenzó con el apoyo del Gobierno paraguayo al uruguayo debido a que (Bartolomé) Mitre estaba financiando la invasión de Uruguay (19 de abril de 1863) por Flores para derribar al Gobierno oriental blanco. El Gobierno paraguayo declaró que la independencia uruguaya de hecho era esencial a los intereses paraguayos. Lo que era correcto en cuanto a los intereses mercantiles. Buenos Aires estaba en manos del unitarismo argentino y, si sucediera lo mismo con Montevideo, Argentina podría bloquear el comercio internacional paraguayo como en los días de (Juan Manuel de) Rosas.
La interrupción del comercio internacional disolvería la base social mercantil-exportadora de apoyo del lopismo, que favoreció el renacimiento de las fuerzas proporteñas, dependientes del comercio con el Plata. En 1863, Solano López y el Gobierno paraguayo se preparaban para una guerra con Argentina. Había posibilidades de ganar teniendo como aliados a los federalistas argentinos y al Gobierno oriental.
–Y luego la trama de alianzas sufre cambios importantes...
–Las tropas imperiales invadieron el Uruguay (10 de agosto de 1864) sin declaración de guerra. En respuesta, el Paraguay entró en guerra con el Imperio y la Argentina unitaria, con muy limitada posibilidad de vencer. Las tropas paraguayas avanzaron sobre el Mato Grosso, Corrientes, el Río Grande do Sul. Y no fueron enviadas como apoyo las tropas orientales, masacradas en Paysandú (2 de enero de 1865) por las tropas de Venancio Flores, de los hacendados del Río Grande del Sur, por el Imperio, con el vergonzoso asesinato de oficiales orientales rendidos.
Desembarco de los aliados. Pintura de Cándido López
EL LOPISMO
–¿Cómo observa la valoración de la imagen de Francisco Solano López en la época que se desempeñó como presidente paraguayo?
–La afirmación de que el lopismo, la valorización extremadamente positiva de la acción de López durante laguerra, fue una invención interesada de Juan Emiliano O’Leary es una mitología. Al concluir la fracasada campaña ofensiva, posiblemente el prestigio del mariscal era bajo, con las tropas paraguayas luchando mal, con la rendición en Uruguayana sin resistencia (18 de setiembre de 1865). Los soldados y las clases populares no se motivaron con la expedición al exterior, desinteresados en las cuestiones del Plata. Cuando las tropas paraguayas se retiraron a los territorios nacionales, las clases populares comprendieran que se trataba entonces de defender el Estado nacional y todo lo que habían conquistado: chacras, animales, autonomía. Lucharán, entonces, como leones, dando un carácter campesino a la resistencia, con la deserción de las clases dominantes incluida a la familia del mariscal.
–¿Cómo evalúa el papel de López como conductor militar?
–López permaneció irreductible en la dirección de la resistencia en una forma no muy hábil hasta su dramático asesinato, ya herido mortalmente, en Cerro Corá el 1 de marzo de 1870, lo que no lo transformó en general del pueblo, como (José Gervasio) Artigas, (Emiliano) Zapata y (Pancho) Villa. López luchó por la defensa del orden de la oligarquía mercantil-exportadora y antipopular inaugurada por su padre. Preparaba a su hijo Juan Francisco López para ser su sucesor. Intentó legar inmensos territorios a su compañera y herederos, pero no legalizó la posesión de tierras ni siquiera de los campesinos que lucharan bajo su comando. López y los campesinos paraguayos pelearon en la misma guerra con objetivos diferentes.
NARRATIVAS
–¿Por qué la resistencia del pueblo paraguayo fue tan tenaz?
–Las clases populares resistieron, hasta el último aliento, oponiéndose a la destrucción de los fundamentos del Estado surgido de la revolución francista. Luego de la derrota, los exoficiales lopistas, al integrarse a la política y gestión del Estado, aceptaron reivindicar, como mucho, la heroicidad de las tropas paraguayas y abrazar la anatematización del mariscal, las narrativas aliancistas y el nuevo Estado oligárquico, antipopular, antinacional, corrupto, en el contexto de la privatización de propiedades estatales, pobreza popular, expatriación de campesinos en busca de trabajo, etc.
–En un país devastado y ocupado, ¿cómo se fue construyendo la narrativa propia sobre la guerra?
–Incluso antes del fin de la resistencia, fue materialmente imposible producir narrativas defendiendo las razones nacional-populares sobre el conflicto. Las clases populares jamás aceptaron las narrativas legionarias, imperiales y argentinas sobre la guerra. Ellas emprendieron la producción y canonización defensiva de un mariscal demonizado, sustituyendo la heroicidad de la resistencia popular, por una visión de un mariscal semimesiánico, en producciones sobre todo orales, más registradas en cartas, canciones, poesías, dibujos y pinturas rústicas y cuadros de Solano López, etc., que aún no fue objeto de un estudio sistemático. Estanislao Zeballos, de visita en Paraguay relató asombrado la producción popular que se oponía a las interpretaciones de los aliancistas y de los legionarios, construyendo una visión romántica y heroica del mariscal, dando así vida al lopismo.
CONSECUENCIA PARA LAS NACIONES
–¿Cuáles fueron las principales repercusiones de la guerra en el Brasil?
–En el Imperio de Brasil, contrariamente a lo que tantos historiadores proponen, la victoria militar sobre Paraguay y Uruguay fortaleció la Casa y el Estado imperial. Don Pedro se fue en viaje de placer, dejando tranquilamente la regencia en manos de la princesa Isabel, educada y tratada por el padre y por el marido como una tonta. La guerra alivió la presión abolicionista. Después del fin del conflicto, el Estado imperial impulsó una reforma que mantuvo la esclavitud por casi vente años. Sectores populares murieron como moscas en el Paraguay y el Imperio nunca pagó realmente lo que prometió a los veteranos y mutilados. Jamás hubo apoyo popular al conflicto. A los capturados para ir luchar en el Paraguay, se les llamaba “voluntarios de palos y cuerdas”. Por el Brasil se gritaba “¡Dios es grande, la floresta es más grande!”, a la que se escapaban para los quilombos. La única preocupación del soldado imperial era retornar vivo.
–¿Para la Argentina?
La Guerra Grande atrasó la república y la industrialización al consolidar el carácter antipopular, oligárquico y esclavista del Estado imperial. En Argentina se consolidaron el unitarismo autoritario y elitista y los intereses de los grandes terratenientes, exportadores del comercio inglés, mientras que las provincias del litoral y del interior se hundieron en un atraso que no superan hasta hoy. Fueron aplastadas las fuerzas federalista y democráticas. El latifundio oligárquico se mantiene fuerte hasta hoy.
–¿Y para el Uruguay?
–Con la derrota del Gobierno constitucional y la imposición de la dictadura de Flores, la República de Uruguay permaneció, durante largas décadas, como un Estado dependiente del Imperio y luego de la República de Brasil, y bajo la presión de siempre de Buenos Aires. También fueran aplastadas las fuerzas democráticas y autonomistas, consolidándose el latifundio oligárquico en el país.
–¿Y para el Paraguay?
–Sobre todo el Paraguay sufrió las secuelas del conflicto. El país no conoció una reconstrucción de lo que fuera destruido más allá de la construcción de un Estado nuevo, antinacional y antipopular, con relaciones sociales refundidas por la destrucción humana, en la guerra, y la desorganización socioeconómica, después del conflicto, de su mayor riqueza: la clase campesina. Más allá de los intereses no nacionales de las clases dominantes, podemos decir que, en grado y formas diversas, con destaque para el Paraguay, las cuatro naciones involucradas en la guerra sufrieron retrocesos institucionales y sociales debido a la lucha fratricida de 1864-70 con secuelas que llegan hasta nuestros días.
Cinco años de “Cuadernos de barrio” versión escrita
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Este domingo, Toni Roberto celebra cinco años de publicaciones ininterrumpidas en el Gran Domingo de La Nación rememorando sus inicios como cronista de la ciudad de Asunción y con Bea Bosio como invitada, quien homenajea con emotivas palabras a este enamorado y gran conocedor de las historias de nuestra ciudad capital.
Allá por 1984 empezaba a interesarme formalmente por el registro de las historias de la ciudad a partir de los artículos de Manolo Prieto, tal vez el primer “asuncenólogo”, que escribía en el viejo y recordado Correo Semanal. Todos los sábados de mediados de aquella década esperaba ansioso “La ciudad en que vivimos” en la tradicional contratapa.
A partir de ahí comencé a ensayar las memorias que traía desde mi barrio, de mi bisabuela con la que caminaba por el centro. Luego de la lamentable partida de Prieto en el año 2006, empecé a tomar la posta, invitado por mi dilecto amigo Antonio V. Pecci, quien dirigía aquel suplemento del diario de la calle Benjamín Constant, llegando a graficar hasta artículos de Mario Vargas Llosa que se publicaban en aquel semanario.
Así empezó todo. A partir de ahí, al leer todos los sábados mis artículos, me llamó Gloria Rubin, quien me convocó para comentar en radio mis publicaciones de los sábados; ahí nació el nombre de estas páginas de radio, televisión y diario.
Primer artículo. Asunción, 21 de abril de 2019. Editora: Marycruz Najle
Con el tiempo y después de muchos años de sacrificio, de hacer madrugadas, después noches y el tradicional programa “Casa abierta” de los sábados en la vieja radio de la avenida Choferes del Chaco, llego al entonces Grupo Nación, en el último año de la segunda década del siglo XXI.
Así, el 21 de abril de 2019 empezaba a escribir en estas páginas. Un día nos llama a Bea Bosio y a mí Augusto Dos Santos para iniciar el cambio de la mirada del diario de los domingos con temas que no fueran los tradicionales en un diario. Así empezamos en aquel momento en el novel Gran Diario del Domingo, por supuesto bajo la atenta supervisión de nuestra gran editora Marycruz Najle, que hoy sigue guiando estas páginas desde alguna estrella, quien nos dejó de herencia al joven editor Paulo López.
En parte, todo lo que voy hablando tiene una “cuestión de fe”, que tenemos tanto Bea como yo. Por eso le pedí unas palabras que, talvez, serían las mismas que le pediría a mi gran editora que hoy ya no está y que escribió cuanto sigue:
UNA CARTA DE BEA BOSIO
“¿Qué sería de los pueblos sin un hilo conductor de esas historias que le van imprimiendo su dimensión humana?
¿Qué sería de nuestros barrios si no hubiera algún relator de quienes fueron las personas que le dieron alma?
¿Qué sería de nuestras calles, de nuestras costumbres, nuestras familias, sin un cronista que nos acerque el pequeño anecdotario en donde se fueron enhebrando los días en horas y vidas pasadas?
Son cinco años de domingos enriquecidos con las historias del gran amigo y artista Toni, que en su rol de cronista urbano cumple la gran misión de revisar el baúl de los recuerdos de nuestra Asunción de antaño y, a partir de esos viajes al pasado, nos devuelve la memoria de quienes fuimos, de dónde venimos, develándonos ciertos rasgos indiscutibles de nuestra identidad.
Quien lo conoce personalmente sabe que caminar las calles con él es un lujo, porque conoce los recovecos de cada esquina y observa y reflexiona en cada paso que da. Lo mismo sucede con sus crónicas: porque detrás de cada casa hay historias de vida y detrás de cada historia voces que van formando el relato vivo de nuestra ciudad.
Toni es un experto en conversar con la gente, en formular preguntas justas para lograr abrir los portales del pasado. Le gusta charlar con las personas mayores, interesarse, preguntar y conmoverse con los tesoros que va encontrando en ese anecdotario, de donde brota el caudal insondable de nuevas crónicas que conforman su foja narrativa; ¡y que hoy cumplen cinco años! en el Gran Domingo de La Nación.
En su camino nos ha contado de todo: como si con los rasgos de su trazo prodigioso nos hubiera regalado un collage de microhistorias, o un cuadro en versión puntillista, con múltiples colores de nuestra capital. De cerca, tal vez no exista cronología en particular en los temas que elige narrar, porque los va escribiendo a medida que llegan a su alma de cronista. Pero como un buen cuadro puntillista, al tomar distancia y ver el corpus de sus historias como un todo, lo que se aprecia es una imagen certera y entrañable de quiénes somos como miembros de una identidad viva que nos define como comunidad.
¡Felicidades y gracias, amigo, por el entusiasmo en tus letras, por el alma en cada línea y por tu amor inconmensurable a nuestra ciudad!”.
RECUERDOS VIVOS
Al final, después de leer estas emocionantes palabras de mi amiga y colega Bea Bosio, hojeo la interminable cantidad de artículos de estos cinco años y me pregunto, parafraseando a Mercedes Jané, cuando, desde lejos, escribió “Navidad del Paraguay”, ¿fui yo el que escribió todo esto? Tal vez fue la mano de Dios que me guió en todos estos años para tratar de congelar en estos miles de renglones aquellos recuerdos de muchos que hoy ya no están y que quedarán para siempre vivos en estas humildes líneas de domingo escritas desde la ciudad en que nací.
Villarrica se divide en un total de 37 barrios: 23 en la zona rural y 14 en la zona urbana. Tiene una población de 76.320 habitantes aproximadamente según el censo 2022. Foto: Gentileza
Villarrica, la capital de Guairá y de la cultura: ¡Un destino que no se debe postergar!
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Villarrica del Espíritu Santo es considerada una de las ciudades más importantes del país por su rica historia, su estilo y su cultura arquitectónica, sus costumbres que perduran, así también sus numerosas casonas coloniales.
Se encuentra a 152 kilómetros de Asunción y es un destino turístico que todo paraguayo extranjero debe alistar. Así lo expresó a La Nación/Nación Media, Nadia Barreto, titular de la Secretaría de Turismo de la Municipalidad de Villarrica.
La misma contó que durante el año tienen diversas actividades que mueven a la economía local, donde se benefician desde el micro emprendedor hasta las cadenas de hoteles más importantes de la localidad, pero que los eventos principales se encuentran en mayo por el mes patrio y por el aniversario de la ciudad, además de octubre por el Día de la Raza. La temporada alta en verano se da entre enero y febrero por el tradicional carnaval guaireño.
“La inyección económica aquí dentro de la ciudad de Villarrica es amplia y extensa, porque nos beneficiamos todos, desde el pequeño emprendedor hasta los grandes empresarios, entonces la inyección económica es amplia por los eventos culturales que tenemos dentro de nuestra ciudad”, precisó Barreto a LN.
El poeta paraguayo Manuel Ortíz Guerrero es oriundo de la ciudad de Villarrica. Foto: Gentileza
Otra de las festividades típicas de Villarrica es la fiesta patronal en honor al Espíritu Santo, en la que realizan una procesión religiosa en las principales calles de esta ciudad y un atractivo show de fuegos artificiales. En la Catedral de la ciudad, se lleva a cabo el tradicional novenario, que cuenta con la masiva participación de los feligreses.
Además festejan la comilona de Pentecostés, con la misa central para culminar con la tradicional procesión de la imagen del Espíritu Santo. En la explanada de la Catedral organizan una degustación de platos salados y dulces.
Turismo
Entre los puntos turísticos que resaltó, se encuentran Los Jazmines de Chiquitunga en honor a la beata María Felicia de Jesús Sacramentado. Se trata de un circuito en el que se visitan varios lugares históricos referentes a la vida de María Felicia.
Igualmente, destacó el city tour donde se lleva a cabo un recorrido por el municipio, el teatro local, un museo, parques y plazas. Finalmente señaló que uno de los atractivos interesantes es el paseo de los murales, donde se puede apreciar las imágenes ilustradas de Manuel Ortíz Guerrero, Chiquitunga, entre otros retratos.
Circuitos de Villarrica ofrecidos por la Secretaría de Turismo de la Municipalidad. Foto: Gentileza
Población y geografía
Villarrica se divide en un total de 37 barrios: 23 en la zona rural y 14 en la zona urbana. Tiene una población de 76.320 habitantes aproximadamente según el censo 2022 del Instituto Nacional de Estadística (INE). El 70% de su población vive en la zona urbana.
Cultura
En esta ciudad nació el primer poeta y periodista paraguayo, Natalicio De María Talavera, y otros artistas como de Manuel Ortiz Guerrero, Natalicio González, Delfín Chamorro, Ramón Indalecio Cardozo y su hijo Efraín, Leopoldo Ramos Giménez, Ramiro Domínguez y Muchas otras figuras destacadas, como Alejandro Encina Marín, Helio Vera, Luis Alfonso Resck, Caio Scavone, entre otros.