Por Mike Silvero.

Iniciaba el 2016, y el Grupo Nación ambicionaba lo que hoy es una realidad; la digitalización del diario La Nación, el nacimiento de una vertiente audiovisual que hoy es el canal GEN, y la convergencia del trabajo de la radio 970 AM – hoy Universo– con los portales de noticias. En esa línea a mediados del año anterior la clave había sido hacer un recorrido por los medios de la Costa Este de los Estados Unidos, New York Times, Buzzfeed, Huffington Post, Vice y el misterio que incluía la renovación del Washington Post.

Un poco de historia previa. En el 2013 en medio de una crisis que tenía como destino casi ineludible su quiebra y cierre, Jeff Bezos, dueño de Amazon y uno de los hombres más ricos del mundo, compra el Washington Post (WaPo), por unos 250 millones de dólares. A los inversores les parecía una locura pagar esa suma por un periódico decadente. Los hombres de medios opinaban que era barato, pero que nadie se arriesgaría si no tuviera una estrategia de retorno que incluya otro modelo de negocios más allá que lo tradicional de los medios.

Haciéndola corta, a menos de 10 años de ese momento, hoy el WaPo no solo le peleó y ganó a su histórico rival de Nueva York el lugar de preponderancia en los medios norteamericanos, sino que se convirtió en un jugador global ya no solo en prensa, sino en venta de servicios de tecnología. De hecho, desde el 2017 La Nación es uno de esos aliados del WaPo con la serie de productos de la plataforma ARC, desarrollada por el Post.

Eduardo Arriagada Cardini, mucho tiempo decano de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica de Chile, fue nuestro nexo. La “excusa” para la conversación con Marty Baron era ‘Spotlight’, película ganadora del Oscar en la que se retrata el proceso periodístico en el Boston Globe para la publicación de una serie de casos de abuso sexual infantil por parte de representantes de la Iglesia Católica en Massachusetts. Baron fue jefe de redacción en ese momento y hombre fundamental para sostener ese trabajo. Habiéndolo conocido, por teléfono, y viéndolo trabajar en persona, la caracterización de Liev Schreiber es estupenda.

En mi carrera me ha tocado entrevistar a diplomáticos que no quieren decir nada, a militares amenazantes, políticos que ocultan todo con una sonrisa, deportistas cortos en expresividad, vendedores de droga con cambios de actitudes en segundos; pero nunca estuve tan nervioso como al momento de hablar con Baron. Este ícono de la profesión que abrazamos y que es considerado por miles de nosotros como “el mejor editor de noticias del mundo”.

Supuse que la charla iba a ser por mail, por lo que había preparado una serie de preguntas. Por delicadeza, en la preparación sugerí –y casi esperando un no como respuesta– que también la podría hacer de manera telefónica. “De la manera que quieras Mike, si la quieres hacer por teléfono, le pido a mi asistente que marque día y hora. Marty”, respondió por mail.

No había manera de recular. Tenía que ser la entrevista por teléfono. No obstante aclaré que, sin formación académica, mi inglés podría ser… un poco duro, pero que sería un honor poder conversar con él ¿Cuál fue su respuesta? De esas que solo te generan más admiración. Nacido en Tampa y con experiencia en la Florida, el señor Baron me dijo que el español no sería un inconveniente. “Si hubiera una necesidad de cambiar de idioma, nos podríamos comunicar en español. Sin embargo, a mí me parece que habla el inglés con perfección, especialmente en comparación con mi español”, dijo Baron.

“Marty Baron aceptó que lo entreviste”, le conté a uno de mis pocos amigos que entendería la emoción, el que me había ayudado a escribir la carta solicitando la nota, en la que había que contar un poco sobre mi carrera y mucho sobre lo que hacíamos en LN por esos tiempos.

Angela Barnes, su asistente, marcó la hora y fecha. Martes 23 de febrero del 2016 a las 9 de la mañana. Tenía 10 minutos para nosotros desde Paraguay.

Pasamos por los saludos protocolares, y avancé con las preguntas sobre la película y de si consideraba estaba la historia retratada con fidelidad sobre lo que vivió. A los 12 minutos, por esas maravillas de la comunicación en el tercer mundo, el llamado se cortó. Evidentemente era ya suficiente para una nota en el diario que acompañe el anuncio del estreno de la película, pero antes que desconecte la app de grabación de llamadas, el teléfono sonó de nuevo.

Baron devolvió el llamado, Angela recibió la indicación de posponer otras obligaciones y así el mejor editor de noticias del mundo, un héroe periodístico conversó conmigo, con La Nación, con Paraguay, 28 minutos más.

Sobre el avance del periodismo digital y la importancia de la tecnología, sobre lo que hacíamos en Paraguay, consejos sobre lo que terminaría siendo “Iglesia Oscura”, reportaje ganador del premio Peter Benenson para La Nación, cuestiones relacionadas al clima y las similitudes entre Paraguay y la Florida, así como una despedida de “nos vemos pronto”.

La nota, se puede leer aquí: “Seguir las historias de manera honesta, honorable, justa y precisa”

Su nivel de exigencia, su capacidad de mantenerse fuera de los flashes en esta era de redes sociales, su capacidad para liderar la transformación de un diario como el Post, su guía para que sus equipos ganen premios Pulitzer en Miami, Boston y luego Washington, son solo algunos de los elementos que ahora pierde el periodismo con su jubilación. Pero con certeza este carismático pero imperturbable hombre de 66 años quedará en la historia del periodismo no solo por lo que logró directamente, sino por cómo inspiró y lo seguirá haciendo a generaciones de comunicadores que aspiran que la verdad prevalezca por sobre todas las cosas.

UN GRANDE DEL PERIODISMO

Martin “Marty” Baron nació el 24 de octubre de 1954 en Tampa, Florida. Allí se hizo periodista y en medios locales, hasta que fue a parar al Boston Globe, donde fue director periodístico desde el 2001 hasta el 2012. Justamente, durante este periodo es que el Boston Globe saca a luz una profunda investigación sobre los abusos sexuales contra niños por parte de sacerdotes de la Iglesia católica local. El caso después derivó en la película “Spotlight”, que ganó varios premios Óscar.

Desde EL 2012 se hizo cargo como jefe de redacción del Washington Post, al que llegó en medio de una crisis financiera. Sin embargo, Baron logró hacer del Post uno de los medios con mayor relevancia en los últimos años en los Estados Unidos y el mundo a través del periodismo de investigación, que fue su gran pasión.

Baron se retira del periodismo a los 66 años y dejando, como muestra de su calidad periodística y de líder, 17 premios Putlizer –quizás el más importante premio en el mundo dedicado al periodismo– ganados por sus equipos de redacción.

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