POR EDUARDO PALACIOS, fepalacios@tigo.com.py

En los años pasados las emisoras de radio habitualmente otorgaban distinciones a personajes vinculados al sector artístico, a la banca, la industria y el comercio, y a los actores políticos y gubernamentales.

En las décadas anteriores, muchas de las estaciones radiales fueron sacudidas al igual que otras empresas, por grandes crisis económicas, en donde cada medio se ingeniaba para cubrir los costos y mantener en el aire las programaciones y el personal. Así también, en aquellos días surgieron los mecenas que apostaron al sostenimiento de los medios, de los profesionales y de los artistas.

El estado económico de una emisora de radio implicaba salvar una serie de costos de producción, más otras erogaciones propias de una empresa, y en el caso de la radio, los costosos equipamientos y mantenimientos técnicos, materiales discográficos primeramente y más tarde casetes, cintas grabadas, cartuchos, y últimamente hasta la digitalización de todo el sistema.

BENEFACTORES

Entre los “favorecedores” –un término muy usual en otras épocas que denotaba la figura de los que respaldaban a las emisoras y a los programas– se encontraban personajes de todos los sectores, sean comerciales, financieros, políticos y autoridades gubernamentales, para quienes, Juan Bernabé, director de ZP9 radio Comuneros, creó la distinción del Micrófono de Oro como un reconocimiento al aporte brindado al medio por parte de quien lo recibía, así como se distinguía los méritos de artistas, músicos y compositores; reconocimiento que era entregado el 1 de marzo, aniversario de la popular emisora. El Micrófono de Oro constituía un galardón de muy alto nivel que en muchos países se otorgaba a figuras representativas de los medios de comunicación.

Con el paso de los años y la apertura de otras emisoras, también algunas de ellas otorgaron reconocimientos con el Micrófono de Oro, con el mismo suceso del creador original del reconocimiento, y en muchos casos a personajes sobresalientes de todos los sectores sociales y políticos del país, entre quienes podemos citar al ya desaparecido monseñor Ismael Rolón, figura destacada de nuestro país en los años recientes, quien recibió la distinción otorgada por radio Ñandutí. Igualmente, la Asociación de Locutores, durante los años de su existencia, otorgó reconocimientos con la misma denominación a los asociados que cumplían 25 años en el ejercicio de la profesión, en la celebración del Día del Locutor y Operador, el 9 de junio.

Muchos de esos mecenas, sin cuyo decidido respaldo era impensable el sostenimiento de un medio o en el menor de los casos de un programa, han sido reconocidos con la distinción de nombre aparentemente ostentosa, pero que en la mayoría de los casos no era sino un pequeño micrófono a modo de solapero, cubierto con el preciado metal, cuyo mayor valor era la representación simbólica que le rodeaba, la gratitud y el reconocimiento del mérito.

ZP 9

Comuneros otorgó el Micrófono de Oro, entre otros, a Luis Alberto del Paraná, el artista más emblemático de la música paraguaya en todo el mundo. El mecenazgo tuvo en la figura del señor Moisés Brudner, un comerciante ya desaparecido de mucho prestigio, fabricante de una marca de colchones muy famosa en las pasadas décadas, que por años y hasta su cierre definitivo respaldó las programaciones de ZP7, radio Guaraní y de otras emisoras radiales.

Villalonga Hermanos fue igualmente una empresa que, aun en época de crisis, supo sobrellevarlo y a pesar de todo respaldar la tarea profesional de los medios radiofónicos. Alejandro Ortiz Aquino “Chicle” y otros colegas ya desparecidos recordaban siempre con afecto a los propietarios del Restaurant Carioca, actualmente ya cerrado, que estaba ubicado sobre la avenida Quinta, quien brindaba un trato preferencial a la gente de radio y a los artistas en general, a quienes privilegiaba con el crédito por el consumo o la “raya” como denominaba a la deuda contraída.

Richard Cuevas, compilador de historias asuncenas y comentarista destacado de los hechos y vivencias de la Asuncion de antaño, por medio de un programa dominical que conduce en radio Nacional FM, recuerda también a otros destacados comercios –muchos de ellos ya desaparecidos– que brindaban su respaldo a los programas de radio, en forma permanente u ocasionales, como por ejemplo mocasines San Pedro, Relojería J. Tauber, y otros, que permanecen en la memoria de los oyentes de otros tiempos.

Juan Bernabé Apodaca, director de radio Comuneros, con Luis Alberto del Paraná, el más emblemático de los artistas paraguayos que recorrió el mundo; en una foto de perfil a su nombre en redes sociales.
El gran Luis Alberto del Paraná, en la foto con Ricardo Sanabria, gran actor y locutor, con uno de los trofeos que el artista compatriota cosechó en los escenarios del mundo. Paraná, a más de su amistad con Juan Bernabé, tenía amigos muy cercanos en los medios radiales nacionales. Foto de la revista La Farándula, de Aída Lara, publicada en agosto de 1981.

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