Fue una emisora que desempeñó un rol preponderante en la Guerra del Chaco, con sus mensajes cargados de patriotismo, animando al pueblo y a los combatientes, defensores del territorio y la dignidad nacional amenazada.

POR EDUARDO PALACIOS

fepalacios@tigo.com.py

La sociedad y las institu­ciones que conforman el Estado paraguayo tienen una deuda pendiente con ZP 9 Radio Prieto, porque ha sido el medio más impor­tante que tuvo la República, en los días aciagos de la guerra y que ha puesto su voz para elevar la moral, motivar y alentar a los combatientes y, en contrapartida, golpear la voluntad de los enemigos de entonces, en el conflicto bélico que enfrentara a dos pueblos hermanos.

Inaugurada en medio de la guerra, el 29 octubre de 1933, por el presidente Euse­bio Ayala y la presencia de sus ministros, la emisora comenzó a constituir un fac­tor fundamental en la defensa nacional desde la retaguar­dia hasta los distintos esce­narios de la guerra, colabo­rando activamente para la consolidación de la concien­cia nacional para defender nuestra nación amenazada.

Daniel Burt Artaza, poseedor de uno del archivos históri­cos más importantes de una radio paraguaya, como fue ZP 9 Radio Prieto, de propiedad de su abuelo y tíos, Daniel, Fernando y Policarpo Artaza, nos exhibe con mucho orgu­llo la colección de fotos, car­tas y documentos que testi­monian el notable papel que desarrollara en los años 30 la Radio Prieto, que lleva el apellido del argentino Teo­doro Prieto, constructor y creador de los quipos transmisores y de los receptores de radio, cuya marca es de la misma denominación. La Radio Prieto de Buenos Aires, que gozó de gran prestigio, fue una de las primeras emi­soras del vecino país en la década de los años 30.

La emisora es la misma que fuera ZP1 radio El Orden. Esta última cerró sus emi­siones en setiembre de 1933 y pocos días después ya estaba al aire la ZP9 Radio Prieto: “La emisora se inaugura en su local propio ubicado en la calle Chile 461 casi Piribebuy, construido para el efecto de una radio por el Arq. Américo Bergonzi. Fue diseñado en la planta alta para los estudios y planta baja para los talle­res de los vehículos que repre­sentaba la familia Artaza y el salón comercial ubicado en el mismo edificio”, expresa Daniel Artaza ante nuestra consulta.

“ZP 9 no fue la radio oficia­lista del gobierno, era una radio privada de Artaza her­manos, construida por la firma de Teodoro Prieto, de Buenos Aires, un importante fabricante argentino de equi­pos transmisores, que tam­bién proveyó a otras emisoras de Uruguay, Argentina y Bra­sil, todas con la denomina­ción de radio Prieto”, señaló también el señor Burt Artaza.

La planta transmisora y la antena, donde también se encontraban los equipos, estaban en los bajos de la Iglesia Recoleta –lo que sería hoy entre las calles Olega­rio Andrade y Reclus, Villa Morra –en las cercanías del arroyo Mburicaó–, a los efectos de utilizar el agua del arroyo para el enfriamiento de los equipos de fabricación argentina, que requerían de un sistema refrigerante per­manente.

La emisora funcionó con esa denominación hasta los pri­meros meses de 1940, en que es transferida a Atilio Bajac pasando a denominarse pri­mero radio América y luego radio La Capital, siendo ven­dida nuevamente en los pri­meros años de la década del 50 a Juan Bernabé y otro socio comercial.

Daniel Burt Artaza cuenta en su valioso archivo nume­rosas cartas y otros tipos de correspondencias, que los oyentes e instituciones remi­tieran a la emisora, en las que expresan el reconocimiento por el valioso aporte que ha hecho en las comunicacio­nes y el servicio prestado en distintos órdenes de la vida nacional.

Sus emisiones fueron capta­das en Bolivia, constituyén­dose en un factor fundamen­tal para la propaganda como estrategia, con los partes de la guerra y los comunicados del departamento de informacio­nes y radio prensa del Coman­chaco, a cargo de quien sería luego uno de los historiadores más importantes de nuestro país, como lo fuera el doctor Julio César Chávez, cuando entonces mayor de Reserva.

La Radio Prieto debe mere­cer un reconocimiento del Estado paraguayo. Su misión fue importante como coad­yuvante para el éxito del con­flicto bélico a favor de Para­guay. La justa valoración de su labor de comunicación en los años de la guerra en favor del Paraguay debería ser motivo de reconocimiento de nues­tra sociedad. Forma parte de nuestras historias de la radio.