El profesional paraguayo formó parte del experimento de la vacuna de Moderna y nos relata lo que significa ese paso de la ciencia en la actualidad, en plena pandemia.
Por Yvelice Villalba M.
La añoranza por su tierra natal, Paraguay, fue más fuerte en esta pandemia para que el doctor Alejandro Ayala Echeverría, quien reside en Miami, Estados Unidos, viniera dos veces a Asunción. El destacado médico especialista en Endocrinología formó parte del experimento de la vacuna de la empresa estadounidense de biotecnología Moderna. Dijo que la creación de la vacuna ha sido un hecho monumental, teniendo en cuenta la rapidez con que se logró hacer. Aconseja seguir las informaciones que se basan en la evidencia científica frente al aluvión de falsas informaciones (fake news), que tanto daño hace en estos momentos. Resaltó que Paraguay manejó bien la pandemia, teniendo en cuenta la precariedad del sistema de salud pública del país.
El doctor Ayala está fuera del país hace 33 años, pero nunca perdió contacto con sus pares paraguayos, con quienes planea ofrecer conferencias y cursos. Su anhelo fuera de la medicina es escribir un libro sobre la historia de la Guerra de la Triple Alianza. La música, la literatura, el deporte también forman parte de su pasión, aparte de la medicina. Tiene dos hijos: Haynara (30 años) y Enzo (15 años), y un hermano: el doctor Gustavo Ayala, un destacado profesional patólogo, quien ocupa un alto cargo en el Centro de Salud y Ciencias de la Universidad de Texas, Houston.
Sin despegarse de su tereré, el doctor Alejandro, quien se encuentra en Asunción disfrutando de unos días de descanso, aceptó gustoso conversar con La Nación sobre sus experiencias y proyectos.
–Doctor, cuéntenos su experiencia en la medicina, creo que dejó muy joven nuestro país, se formó en el exterior, ¿cuál es su especialidad?
–A los 18 años, en 1987 salí del país para cursar mis estudios de medicina en la Universidad Federal Fluminense de Río de Janeiro. Completé mi residencia en Medicina Interna en La Universidad Federal de San Pablo/Escola Paulista de Medicina. Luego me trasladé a los Estados Unidos, donde recibí un premio como mejor residente del programa de La Universidad de Georgetown/Washington Hospital Center, en Washington D.C. Posteriormente, me especialicé en Endocrinología en la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore. También realicé estudios de investigación en Endocrinología Clínica, en el Instituto Nacional de la Salud (NIH) en Bethesda, Maryland, donde formo parte del cuadro de investigadores clínicos y docentes del programa. Además trabajé como investigador y director asociado para Pfizer, en una investigación sobre reacción hormonal de estrés. Asimismo, realicé un Máster en Administración y Salud en la Universidad de Miami. También me desempeño como docente, investigador y director del Servicio de Neuroendocrinología y enfermedades pituitarias de la Miller School of Medicine de la Universidad de Miami, donde soy el jefe clínico de la división de Endocrinología.
–Doctor, ¿cómo estuvo viviendo este contexto de la pandemia en Estados Unidos? Nos comentaron que usted fue voluntario en distintos estamentos e incluso para el experimento de una de las vacunas.
Sí, formé parte del experimento de la vacuna de la Moderna, en realidad hasta ahora no sé si fui parte del grupo placebo o el grupo que recibió la vacuna. También trabajé como voluntario para atender casos covid y pacientes sin covid en estado grave en el Hospital de la Universidad de Miami donde trabajo.
Además participé de una investigación sobre plasma convaleciente realizado en Porto Alegre, Brasil, pero el estudio ha sido muy pequeño.
–¿La vacuna de Moderna es altamente eficaz?
–La empresa de biotecnología Moderna es uno de los más grandes centros de investigación. Es la segunda vacuna de ARN mensajero, junto con la de Pfizer BioNtech, que fueron aprobadas por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos).
Creo que la vacuna es más eficaz que cualquier otro medicamento que actualmente se está usando para el covid, sin mucho sustento científico, como por ejemplo el caso de Ivermectina. Las vacunas que están saliendo han sido aprobadas por las principales agencias de control de bioseguridad, como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), y son seguras y eficaces.
–¿Qué opinión tiene de la comunidad científica sobre esta carrera de obtener las vacunas contra el covid-19?
–Con mucho entusiasmo puedo decir que realmente ha sido un esfuerzo monumental, extraordinario lo que hizo la comunidad científica. En tan solo 8 meses se lograron sacar las vacunas. Es un logro muy importante, es como llegar a Saturno. Y una vez más salieron adelante los conceptos sólidos de la ciencia frente a la desinformación e informaciones falsas que corren sobre el virus.
–¿Cree que las noticias falsas (fake news) han perjudicado a la lucha contra el covid?
–Sí, fue uno de los peores enemigos de esta pandemia, realmente nosotros los investigadores nos sentimos impotentes ante tantas falsedades, felizmente los conceptos sólidos de la ciencia siempre sobresalen, pero es difícil ese proceso de posverdad.
–¿Cómo observa el manejo de la pandemia en el Paraguay?
–El Paraguay ha manejado bien la pandemia. Han sido acertadas las decisiones que tomó el Gobierno con relación a la cuarentena y otras medidas para enlentecer el avance de la pandemia, porque la estructura de la salud del país es bastante débil. También hay que destacar el apoyo del pueblo paraguayo y, por qué no, el coraje de las autoridades de tomar esas decisiones que se tomaron en detrimento de la economía, no habrá sido fácil. Pero se ha hecho, que es lo más importante.
–Según su parecer ¿qué es importante hacer en este momento?
–Estar preparados, después de esta pandemia, vendrán otras y los países deben estar preparados para afrontar, porque ya existe una sobrepoblación mundial. Se necesita tener un planeamiento de la atención en salud y mejorar la educación. La salud y la educación son los pilares para afrontar cualquier cosa que venga. También debemos cuidar el medio ambiente. Actualmente ya estamos sufriendo los efectos del desequilibrio ambiental y Paraguay fue uno de los claros ejemplos en este 2020, tuvo una de las peores sequías, incendios, contaminación.
–¿Ha realizado otros trabajos voluntarios, publicaciones?
–Sí desde joven he participado de trabajos voluntarios. En 1992, en Río de Janeiro, Brasil, participé de la Primera Reunión sobre Medio Ambiente y Desarrollo Mundial, hice servicio comunitario en Amazonas, doy conferencias.
Creo que el espíritu solidario heredé de mis padres Lázaro Alejandro Ayala Albertini y Gladys Echeverría Meza, quienes tenían una farmacia en la ciudad de Concepción, donde servían a la gente, incluso en horas de la madrugada asistía dando medicamentos a las personas enfermas.
Y en cuanto a publicaciones tengo varias relacionadas a los trastornos de la Neuroendocrinología, las glándulas pituitaria y adrenal, la reacción hormonal del estrés. He escrito varios capítulos de libros sobre cambios hormonales. Con el Instituto Nacional de la Salud (NIH) en Bethesda, Maryland, hemos realizado con un grupo grande de investigadores un estudio sobre la mala adaptación al estrés crónico, que afecta tanto física, mental y hormonalmente. En esta línea de investigación se han creado medicamentos y estrategias a nivel de comportamiento, como parte de nuevas propuestas de tratamiento.
–Actualmente ¿cuál es la labor profesional que más le apasiona: la docencia, la investigación, la clínica?
–Lo que más me gusta es la interacción con los residentes, transmitir mis conocimientos a los alumnos, revisando la teoría y aplicando en la práctica.
–En cuanto a sus otras pasiones: la historia, la literatura, la música ¿qué me cuenta?
–Me gusta mucho leer e investigar sobre la historia paraguaya. El gusto por la historia lo debo a mi profesora Yole Boggino. Tengo muchos apuntes de lo que investigué en Río de Janeiro sobre la Guerra de la Triple Alianza. La verdad que me gustaría escribir y publicar un libro algún día. Es uno de los sueños que tengo.
También me gusta mucho la música, tengo un grupo de amigos con los que me reúno frecuentemente, y hacen música paraguaya, brasilera y también en inglés.
–Finalmente doctor, siento que extraña al Paraguay ¿tiene algún proyecto en mente para el país?
–El techaga’u (añoranza) siempre me persigue, por eso vengo todos los años. En esta pandemia ya vine dos veces. Claro que tengo planes, actualmente tengo muy buenas relaciones con la Sociedad Paraguaya de Endocrinología, donde existen excelentes profesionales. Tengo planes de dictar charlas y cursos de actualización.
RECONOCIMIENTOS
En reconocimiento a sus actividades como docente universitario, recibió varios galardones sucesivamente, incluyendo los de mejor profesor en varias ocasiones, mejor mentor y la más alta distinción en clínica médica otorgada por la Escuela de Medicina de la Universidad de Miami.
Es miembro del ACP, Endocrine Society, American Association of Clinical Endocrinologists y Pituitary Society. Maneja el español, guaraní, inglés, francés, portugués y conceptos básicos del italiano y alemán.