Por Mario Rubén Velázquez, ruben.velazquez@gruponacion.com.py
Flou significa “borroso” en francés. Sin embargo, la claridad con que esta banda nacional de rock alternativo subió a la cúspide es notable: miles de fanáticos de diferentes generaciones la siguen adonde vayan. El grupo de rock alternativo paraguayo lleva publicando discos, cortes y videos en todas las plataformas existentes y el streaming lo muestra como preferido, a la hora de mirar los números de seguidores en las redes. A la fecha, pasaron dos décadas de historia de Flou desde aquel primer demo del 2000 y la banda no se detiene ni reduce su power: suma y sigue nuevos temas, más grabaciones, filma videos, elabora proyectos frescos y planea su futuro inmediato, a pesar de la interminable cuarentena instalada por Mazzoleni y sus muchachos. La banda quiso festejar sus 20 años en el 2020, con conciertos, grabaciones y homenajes, pero el miedo al virus no lo permitió. No obstante, siguió ensayando, tocando en redes y grabando su quinto álbum, “Encuentros Únicos”, que proyecta lanzar el año que viene. Eso, si la “pandemia” no sigue generando miedos. Aquí la “borrosa” historia.
En el año que se acaba publicaron –a través de las redes– “Alma” y “Alpha”, dos de los once temas del próximo larga duración, “Encuentros Únicos”, que saldrá en formato material en la primera mitad del año que viene. En los primeros meses del 2021 lanzarán el tercer corte, “Mi Centro”, un tema que tiene que ver con una mirada íntima de la propia existencia humana. Así está Flou, la banda de rock alternativo, nu metal y metal alternativo, conformada en Asunción en el 2000, y que reconoce las influencias de grupos como Deftones, Alice in Chains, Incubus, Foo Fighters, Metallica, Guns N’ Roses, Sepultura, Faith No More y 311.
¿Por qué Flou? “Teníamos un evento importante con Turkish Blend (una banda de los años ’90 que desapareció a fines de esa década) y el diseñador nos decía: ‘apúrense en darle nombre para el afiche’. Mientras pensábamos un nombre, el tipo terminó poniéndole el nombre: Flow. Luego cambiamos la W por la U, cuando nos enteramos de que en Inglaterra ya había un grupo que se llamaba Flow. El primer disco, “Ataraxia” (2003), salió ya con U”, explica Walter Cabrera, voz, compositor y guitarra rítmica de Flou. Pero antes, en el 2000, el grupo – integrado, además, por Bruno Ferreiro (primera guitarra), Federico Wagener (bajo) y Guillermo Gayo (batería)– lanzó su primer demo.
FUNDACIÓN
Walter ya conocía a Ariel Sandoval, sobrino del pastor y músico Pekos Sandoval. “Éramos vecinos, nos criamos juntos en el barrio. Cuando yo tenía 12 años ellos fueron a vivir a Lambaré y nunca más nos vimos. Después de 15 años nos encontramos, me dijo que tocaba la batería, yo le dije que tenía una guitarra y empezamos”, recuerda el vocalista.
La idea de formar una banda de rock surgió en 1997 en la Plaza de las Américas (Mariscal López y San Martín) adonde iban a patinar todas las tardes skaters locales. Ahí se conocieron Walter y Bruno. Ariel fue el primer baterista de la banda, pero en 1999 viajó a Buenos Aires, por lo que pararon ese año. Regresó en el 2000 y empezaron a grabar el primer demo. Ariel Insfrán fue el guitarrista original, pero abandonó el grupo por motivos de trabajo y facultad. Ferreiro ya tocaba en Turkish Blend, un grupo de distintos estilos que se disolvió cuando su vocalista se radicó en EEUU. Al quedarse sin banda, al igual que Walter, Bruno se sumó al grupo y empezaron a tocar “para ver qué salía”.
Bruno trajo a Federico Wagener, actual bajista, y surge Flow, con W, en inglés. “En esa época todos los nombres y temas eran en inglés. Si lo hacías en español no te daba luego pelota nadie”, cuenta Cabrera. En el 2006, luego de la partida definitiva de Sandoval, se integró a Flow el baterista Guillermo Gayo y el cambio “se sintió muy natural”, sostiene Cabrera.
TEMAS PROPIOS
Desde que empezó el proyecto Flow, los pendex –que rondaban los 18 y 20 años– decidieron que tocarían solo temas propios. De ahí que el sistema de composiciones fue cambiando con cada disco. En el primer disco, casi todos los temas pertenecen a Ferreiro y Cabrera. “Bruno traía los temas completos, letras y música, y yo igual. A excepción de uno o dos que yo le hice el tema y él le puso letra y viceversa”, cuenta Walter.
En el segundo disco, “Tácito”, Federico empezó a meter temas suyos. En el tercer disco, “Tanto y Nada”, el bajista colaboró mucho más en la composición, y Bruno Ferreiro relajó su espacio. Desde el segundo disco, Walter se encargó de todas las letras de Flou. En el cuarto disco (“El Universo Inverso”), Wagener hizo el 70% de la parte instrumental –explica Cabrera– y él le puso las letras. Y en este último disco, “Encuentros Únicos” (en etapa de grabación), Federico compuso la mayoría de las canciones, “yo me senté con él a arreglarlas, y escribí las letras. El crecimiento de Fede, en cuanto a las composiciones, fue notable y eso está buenísimo, porque si todo viene de la misma cabeza corremos el riesgo de repetirnos”, agrega el vocalista.
Cuando su viejo falleció, Walter escribió “Sin Tu Voz”, un homenaje que dice: “Una ilusión se extingue y se va. Sin avisar, tus alas se despliegan diciendo adiós. Sin vuelta atrás/ Hoy ya no están tu voz ni ser. Más que en mis sueños…”.
METAL, JAMÁS
A pesar del look de algunos de sus integrantes, los Flou practican todos los estilos que les viene en la cabeza. “Si sale una balada, vas con balada; si sale death metal, también. Por nuestras pintas la gente cree que somos metaleros, pero nunca hicimos metal. Jamás –certifica Walter Cabrera–. Nuestro primer corte (‘Delirio’) es una balada. El segundo, ‘Aquí mismo’, también. El tercero recién, ‘Ansias’, es un poquito más pesado. Casi siempre es una melodía más pop. Y es lo que une todos los discos. En ese sentido, Flou tiene un estilo propio. Nosotros tuvimos la suerte de conectarnos muy rápido, y creo que ese es también el secreto del por qué estamos hace 20 años juntos. Cada uno aporta lo suyo y las ideas son respetadas. En ese sentido se construye el Flou creativo”, remata.
Walter sostiene que Paiko es la piedra fundamental de todo lo que está pasando ahora con la movida rockera y alternativa paraguaya. “Sin Paiko tal vez nada de esto estaría pasando. Ellos hacen las cosas bien, con un audio increíble, una imagen impecable. Muy profesional para lo que estábamos acostumbrados, el famoso ‘así nomás’. Nosotros siempre les miramos a ellos para hacer lo mejor posible con lo que tengamos, tanto musical como estructuralmente”.
DICTADURA Y ATRASO
Cabrera expresa que si bien antes de Paiko estuvieron Síntesis, RH Positivo, Pro Rock E n s a m b l e , entre otras bandas, las cosas no pudieron salir mejor porque nunca hubo apoyo de alguien, sino todo lo contrario. “Estaba la dictadura que nos atrasó 36 años, imaginate. Hoy día se acortó la brecha con relación a otros países de Sudamérica, en cuanto a estudios y audio de las bandas, pero seguimos rezagados. Ponele que estamos a ocho años de atraso nomás ya con relación a otros países”, cuestiona.
Lo que pasa es que el mercado de los países vecinos creció un montón, cuando que acá se cortó la cultura de raíz. No podías tener pelo largo, no podías tener barba, menos tatuajes, estaba prohibido todo. No se podía hacer cultura, solo el folclore y lo que te permitiera el general”.
Recuerda que, ya en pleno “proceso democrático”, cuando subían al micro las señoras agarraban fuerte sus carteras y hablaban en guaraní “porque creían que yo era extranjero” debido al look rasta y rockero, con brazos tatuados, que llevaba. “Y los tipos decían: si te portás bien te voy a regalar ese tatuaje. Yo les respondía en guaraní y quedaban sorprendidos” (risas).
“DEDICATE A OTRA COSA”
Flou sufrió las de Cain para imponerse en un mercado que nunca fue fácil. Lo hizo a fuerza de convicciones, trabajo duro y perseverancia. “Acá no te pasan en las radios, nadie te da pelota. Recuerdo que yo llevé el demo de Flou a una radio y el director deslizó el CD sobre la mesa. El disco que se me cayó en el pecho, y me dijo: ‘dedicate a otra cosa, pibe. Eso del rock paraguayo acá nunca va a existir’ (gulb, traga saliva). Después estuvimos en un par de conciertos grandes y empezamos a crecer, y fuimos de nuevo a esa emisora. Le dije al director: ‘En esta misma oficina me dijiste que el rock paraguayo no iba a funcionar y mirá en donde estamos’. El tipo no sabía qué responder. Son cosas que pasan”, se ríe Walter.
SER COMO FAITH NO MORE
En la casa de Walter Cabrera, el vocalista de Flou, la radio estaba siempre encendida y se escuchaba folclore. Su padre era fanático de las polcas y guaranias. La infancia del músico transcurrió con una hora fija: a las 5 de la mañana su padre ponía música y preparaba su mate. Pero las influencias del músico también tienen que ver con su hermano mayor, Dany, quien escuchaba rock desde Soda Stereo a The Cure, en los años 80 y 90. “Entonces no me di cuenta de esa influencia, sino muchos años después. Desde los 12 años escuchaba a Metálica, Guns & Roses, Nirvana… A Ariel Sandoval le gustaba más Pearl Jam, Sound Garden, Smashing Pumpkins…”, sostiene.
Pero fue un concierto de Faith no More en Viña del Mar (Chile) –que transmitía la tele– el que le voló la cabeza. “Cuando vi eso, mi cerebro explotó y dije: ‘eso es lo que quiero hacer’. Porque Faith No More es eso: te hace una balada de los 70 y el siguiente tema es ultraviolento. Y esa libertad compositiva es lo que nosotros queríamos hacer”, afirma el vocalista.
Flou entró por la puerta grande del rock gracias al trabajo mancomunado y a pulmón que hace la banda. “Todo lo hacemos nosotros: estamos encima de los shows, los conciertos, las grabaciones, aún cuando fuimos la primera banda, de esta generación, que tuvo manager”.
Como esas relaciones de pareja
Federico Wagener es el bajista de Flou desde el vamos. Dice que si bien están ya juntos desde hace más de dos décadas, nunca se plantearon la disolución como salida rápida a las crisis que surgen en todo grupo social que genera proyectos y los lleva adelante. “Hemos tenido momentos altos y bajos en nuestra carrera. Obviamente que cada uno habrá tenido un momento de pensar en tirar la toalla, pero creo que nunca siquiera se tocó ese tema”, dice. Al final, pesaron más las ganas de tocar juntos y de seguir adelante. “Es como esas relaciones de pareja: te podés pelear y querer terminar, pero al final cuando se enfría la crisis, te das cuenta de que las razones para tirar la toalla no son tan importantes como la historia que llevás encima”.
–Desde los ’60 hasta ahora se relaciona a la movida rockera con el clisé de “sexo, droga y rock an rol”. ¿Es tan así?
–Creo que es más un mito. Por lo menos en lo que concierne a nuestra banda… Obviamente que el sexo y la droga existen, pero no solo en el rock: en el pop, la cumbia, la música romántica… En todas las profesiones existe el sexo y la droga. Asociar las drogas solo con el rock me parece nada que ver. El problema es que los rockeros no tenían problemas en admitir si consumían, entonces se estigmatizó al estilo. Así como hay gente que pasó por excesos, hay gente extremadamente sana que hace rock. Y en nuestra banda igual. Somos, la verdad, que bastante sanos” (risas).
Los festivales de rock sirven, no solo para tocar con otros grupos, sino para compartir escena con los propios ídolos de cada quien. “En el Personal Fest nos encontramos con los Catupecu (Machu), ya nos encontramos mil veces con ellos y recuerdo que Walter se quedó con los músicos sobre el escenario a ver a Korn. Tocar con amigos como Salamandra, Villagrán Bolaños, Paiko”.
En el próximo corte que saldrá en enero, los Flou quieren grabar con el argentino Marcelo “Corvata” Corvalán, ex vocalista de las metaleras A.N.M.A.L. y Carajo. “Ya con Animal nos influenció mucho y poder tenerlo ahora nos parece genial”, afirma Federico Wagener.
La colaboración interbandas es algo común ahora, después de tanto tiempo perdido mirándose con recelos. Walter –por ejemplo– puso voz a un tema de Villagrán Bolaños, “Un Trato”. Y Flou tocó en vivo con otros invitados, entre ellos el primera guitarra Willy Chávez, en el video “Ansias”.
–¿Qué le falta al rock paraguayo para que “despegue”?
–Creo que en algún momento el rock nacional va a estallar. Quizás jugamos en desventajas porque las grandes disqueras o la industria mainstream no está todavía acá puesta, pero a nivel compositivo, puesta en escena y calidad de los materiales, me parece que no estamos por detrás de nadie. Es llegar a los oídos de afuera. Y en algún momento va a llegar. “Tierra adentro” ya estuvo nominado a los Grammy, “Los Kchiporros” están tocando por todos lados, “Salamandra” también. Nosotros hemos salido bastante. Así que en algún momento va a pasar. Y si no somos nosotros estaremos abriendo camino para que otras bandas lleguen.
Las composiciones de Flou fueron madurando a lo largo de estos más de 20 años como grupo. “Es que nosotros también maduramos y ya no somos los mismos de hace 20 años. Esa es la idea. Y así como las composiciones hablan del amor y el desamor, de las pérdidas y los encuentros, en este último disco que sale el año que viene los fanáticos encontrarán temas que hablan sobre el yo interior, la espiritualidad y las búsquedas. Y también creo que son cosas que a uno le trabaja la cabeza intentando mantener esa sensibilidad que hace que las canciones sean más reales y honestas”, concluye.
VIDEOS
Uno de los “valores agregados” de Flou es que cuenta con una docena de videoclips y puestas en vivo impecables. Y tiene equipo: el director Rojo Uhl y la productora El Bagre se encargaron del video de “Almas”, del último disco de la banda. De las luces de escenografía se encargó Negib Giha, otro videasta con talento. El video oficial de “Si pudieras esperar” (2012) fue obra de Giha, y Walter sostiene que dicho trabajo “es un punto de inflexión de la videografía nacional. Hay un antes y un después de ese video”.
Los Flou siempre quisieron hacer videoclips, pero veían que “todavía falta mucho” en cuanto a calidad e ideas. Un día Walter ve el clip de un amigo que canta hip hop y era impresionante. “¿Quién hizo este video?”, preguntó. “Y era de Negib quien ya era amigo nuestro. Le llamamos y le planteamos y vino: hizo ‘Si pudieras’, ‘En mil pedazos’, ‘Sueño en complicidad’, y ahora el ultimo, ‘Alpha’. Y son buenísimos los trabajos”, concluye.