Mario Samaja, coordinador residente de Naciones Unidas en Paraguay, habla sobre los temas más punzantes que tiene actualmente el mundo en un mano a mano con Augusto dos Santos para el programa “Expresso”, del canal GEN. De basta experiencia en países en desarrollo y en conflicto, Samaja menciona que el problema de la migración a nivel mundial es complejo, pero que no es la enfermedad, sino un síntoma. Asegura además que es urgente que el mundo trabaje por el ambiente antes que las consecuencias sean irreversibles.
–Augusto dos Santos (ASD): ¿Puede que sea un lugar común, pero siempre eficiente, aquello de crisis es oportunidad, para consultarle en primer lugar si esta pandemia nos abrió más como seres humanos a nivel global, si se percibe una mayor preocupación por temas para los cuales éramos menos permeables en el pasado?
–La respuesta es sí. Tenemos dos tendencias en cuestión. Una tendencia al encierro, al encierro casi individual no solo de países, pero hemos tenido países que encierran las regiones, y esa es una reacción que yo diría casi instintiva, pero no es la buena. Pero hemos visto también la reacción buena, en primer lugar de solidaridad que se ve, se ha visto muchísimo a nivel país y global, y también la reacción positiva en términos de innovación, de enfrentar formas de salir de esta pandemia, con algo nuevo, algo más resiliente, más fuerte ante situaciones futuras y eso para mí es un punto fundamental, y es el punto sobre el cual tenemos que enfocar todos los esfuerzos. Creo que la reacción de encierro es una reacción más que nada de miedo, miedo muchas veces irracional, pero la otra es la reacción más importante y sobre la cual tenemos que enfocarnos, una reacción de solidaridad con las poblaciones, de cooperación y yo diría en términos profesionales nuestros de esfuerzos, el multiliteralismo es fundamental y con eso la parte de innovación absolutamente fundamental.
–ADS: Hay también una mirada que puede ser negativa, pero su connotación podría ser pedagógica. Esta cierta frustración porque somos una civilización que creíamos tener todos los problemas globales vinculados a la salud más o menos resuelto, no, enfrascado hoy en una forma de irresolución que ya lleva meses y que en teoría tendría que llevar mucho más tiempo como la inmunización.
–Es un tema complejo y creo que depende muchísimo de los individuos y la experiencia de los países. Mi mamá tiene 86 años y vivió la Segunda Guerra Mundial en Europa y para ella esto tiene un peso más fácil de cargar que para los que vienen de una generación que no ha tenido un impacto fuerte, y ella me dice, sí, la gente se está quejando porque no puede salir por la noche, pero yo viví con bombardeos durante las noches, claro que me gustaría salir, pero no es un problema tan existencial. Esa es una perspectiva que, creo, tiene casi un valor educacional para cada generación. Espero que no tengamos que tener mucha de esta crisis, pero cuando lo veo con los ojos de mi mamá lo veo con una perspectiva distinta. La seguridad de que ya teníamos todo resuelto es una falsa.
–ADS: Sí, sí, de hecho...
–Y esto es necesario que la pandemia nos haga entender que tenemos muchos problemas para solucionar, es un tema también positivo.
–ADS: Peor aún si no miramos al mundo como una intrincada red de interacciones. O sea, somos un mundo al que muchas veces negamos interacción, pero en el que estamos interactuando permanentemente.
–Ese es un punto fundamental de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Es una agenda que parece muy complicada y que se comunica con un lenguaje muy burocrático, pero apunta a objetivos globales en varios sectores, en el sector de las personas de proteger a los más vulnerables, pero también de proteger al medio ambiente y es una agenda que solo puede funcionar si se toma en consideración como algo completamente interconectado. Los desastres ambientales, cualquier persona en cualquier parte del mundo lo puede ver todos los días, por eso yo entiendo muy poco que sea posible cómo algunos líderes mundiales lo oculten, pero si lo quieren ver, toman su camioneta y pueden ir al chaco, o cerca de Asunción, yo tengo problemas de agua en casa en Asunción, y no es solo un tema gestionar.
–ADS: También tiene que ver con la simbolización de los problemas. Probablemente puedo asegurar que mucha gente que tiene problemas en casa no asume que ese es un problema ambiental; es decir, dentro de todo el concepto de los problemas ambientales se asume como un problema de falta de servicio.
–Eso, la falta de servicio y la falta de gobernancia es fundamental. Se tiene que buscar la máxima eficiencia en eso, por lo tanto que no malinterprete lo que estoy diciendo. Pero si lo quieren ver con los ojos, lo pueden ver, es visible. Yo estuve en dos lugares en Paraguay, dos veces. En el Chaco, en enero y setiembre, y en la Reserva del Mbaracayú, que es un ambiente distinto que el Chaco, mucho más verde. En el Mbaracayú en el mes de enero llevé a mis niños a hacer canotaje en una lagunita espectacular, y a finales de setiembre esa lagunita es un desierto, no había una gotita de agua, y se parece una zona desértica. En el Chaco es lo mismo, en la laguna Capitán y el término laguna ya no se aplica, en estos días es el desierto capitán.
–ADS: Le tocó vivir en países con situaciones de emergencias permanentes, ¿cómo se puede describir esa parte tan sensible del mundo que es tan invisible a nuestros ojos, de quienes vivimos aún en países con poco desarrollo, pero con poca visión de esos países?
–Eso fue uno de los puntos principales de mi trabajo en algunos de los países africanos en donde ya tenía un poco un nivel tal para ser escuchado. La falta de conocimiento y la distorsión de la percepción de un continente como África es algo que para mí pesa mucho, con otros factores, no es prioritario, pero pesa mucho, en las posibilidades de desarrollo del continente. Y no veo cómo se pueda solucionarlo si no es como yo que se tiene que pasar mucho tiempo en esos países y ayude a una comunicación más integral sobre un continente poco conocido, pero que tiene una parte importante de la población mundial y una parte importante de los problemas del mundo.
–ADS: No sería solo hablar de sus desgracias, de su diversidad cultural, hay toda una cinematografía africana bastante desconocida.
–Hay una cinematografía muy buena y la música. La música de África es una base para casi todas las músicas de las Américas. Las músicas de Brasil y Estados Unidos tiene una base importante en África y hoy en día sigue siendo así. Culturalmente, sin entrar en las manifestaciones artísticas de la cultura, pero yo la considero, como una formación personal y cultura, a ver, ahora en Paraguay es el país número trece que estoy viviendo, y yo vivo con una casa, hago amigos, y con tiempo, la diversidad cultural tiene la misma importancia de la diversidad biológica. El tema de los idiomas, por ejemplo, es un tema para mí, es una fuente de tristeza para mí ver la riqueza que tenemos en términos de idiomas al mundo, y no solamente en África, en el Paraguay, en toda América Latina, y ver que se están desapareciendo, y se están uniformando en pocos idiomas. Y son todos puntos de los cuales en el medio de la crisis se pueden derivar valores para la salida de crisis. Una cosa que me preocupa mucho es que en mi presentación está claro, yo tengo dos nacionalidades y dos culturas, yo soy italiana de nacimiento, pero casado en Mozambique, y tengo la nacional de Mozambique, y culturalmente me siento mozambiqueño, y para mí es fundamental que la cultura no sea vista como barrera. En el tema migración, por ejemplo, es un desastre total. Muchas de las cosas que se dicen en Europa, en Estados Unidos tienen un cierre a la cultura de los otros que no es justificado y es una limitación de la riqueza del planeta.
–ADS: Es enormemente complejo el problema migratorio si se suma a ello el hecho de que estos capítulos que se dan con el tema del terrorismo en Europa, particularmente, y rebota en el asunto de la migración.
–Para mí la migración es otro tema de gran frustración. Tenemos que tener un cambio muy radical en nuestra mirada. Para mí la migración no es un problema, es un síntoma. Es como decir que uno tiene fiebre. La migración es la fiebre porque tiene una gripe que pasa en dos días o porque tiene un cáncer, son cuestiones muy distintas. Y creo que realmente tenemos que entrar en las causas de las migraciones y es un problema muy complejo, pero yo diría que el punto clave de las migraciones en el mundo hoy es un punto de desigualdad. Desigualdad interna en los países, desigualdad entre países, entre continentes y para mí es un fenómeno fisiológico, físico, no se puede estudiar si no se toma en las causas.
–ADS: Cómo el mundo se movió...
–La migración se mueve de puntos de mucha presión sobre la gente a puntos donde esperan tener menos presión y no tienen cómo hacer su vida bien, que puede ir desde el extremo de países en conflicto, de violaciones de derechos humanos, pero también en países en donde no tienen esperanzas de hacer una vida buena y, claro, buscan otras cosas.
–ADS: ¿Y el problema cuál es? Sé que no es sencilla la respuesta. ¿Es la ley? ¿La cultura?
–Yo creo que el problema... a ver, yo viví en muchos países que son puntos de origen de migrantes a Europa, viví en países de tránsito de migrantes, y creo que, que para hacerlo más sencillo, a pesar de ser complejo el problema, es una diferencia muy fuerte de prosperidad. De perspectiva de vida que todos tienen.
–ADS: Sobre el tema covid vuelvo para preguntarle sobre un proyecto que se llama Covax, tiene que ver sobre la universalización de la vacuna, ¿cómo va eso?
–Yo no conozco los detalles. Pero puedo explicar la filosofía del proyecto. El tema de las vacunas creo que se están levantando expectativas un poco exageradas sobre las vacunas especialmente en términos de los tiempos necesarios para que se hagan las cosas y de las modalidades que nos permitirán llevar las vacunas a todo el mundo. Y para esto es necesario, no hay otra forma, que se tengan mecanismos globalmente coordinados. Si no tenemos eso, hay países que van a tener prioridad por su peso económico, político y dentro de cada país habrá problemas para que las vacunas lleguen a todos los que necesiten. Y por eso las iniciativas como el Covax son necesarias y, claro, yo creo que muchos países como el Paraguay están absolutamente conscientes del trabajo necesario en conjunto multilateral. Otros países quizás tengan la visión de que nosotros estamos primeros porque somos más fuertes y eso no va a parar la pandemia, primero, y segundo, que no nos permite cuidar de las franjas más vulnerables a nivel de planeta, que creo es un punto fundamental en términos de derechos y en términos prácticos de desarrollo de todos, porque si dejamos siempre una parte considerable por detrás, no nos vamos a conseguir adelantar con los logros y los resultados de desarrollo.
–ADS: Cuando se difunda esta entrevista ya habrá un nuevo presidente en los Estados Unidos, que no es un dato menor, y se reflotan debates como el acuerdo de París, el de Escazú, porque son encuadres que tienen que ver con el medio ambiente, ¿qué expectativas tienen en las Naciones Unidas respecto al futuro de tales acuerdo?
–Es una expectativa obligatoria y no hay otro camino. Y eso quiere decir que todos los países empiecen lo más rápido posible sobre el medio ambiente. Creo que el Acuerdo de París, claro que ninguno es perfecto ni puede dar satisfacción al 100%, pero no hay otra vía, y en este caso no solamente no hay vía, sino que no hay tiempo, y si no actuamos muy rápidamente sobre el tema del medio ambiente y muy rápidamente quiere decir hace cinco años, si no actuamos, los problemas del medio ambiente van a empezar a ser irreversibles. Y eso pone en riesgo todo el planeta. Lamentablemente hay situaciones muy complejas de tratar en la mirada ambiental, por ejemplo, hay países que se industrializaron antes que otros y que en retrospectiva han contribuido más al punto en lo que estamos hoy, pero hoy eso ya no es argumento porque hoy se tiene que actuar todo junto, para limitar, digamos, el desgaste del clima, del medio ambiente, antes de que se vuelva irreversible.
–ADS: ¿Usted cree que esto que nos está pasando justamente con la pandemia ayuda a la conciencia de los líderes mundiales?
Mire, no le voy a comentar sobre los líderes mundiales porque, uno, son pocas personas, muy influyentes, y dos, entraría en temas políticos que no es mi rol institucional. Pero hay otra cosa que me preocupa, en la mayoría de los países que tienen líderes internacionales muy influyentes, estos líderes son, de alguna forma u otra, más o menos democráticos, es la expresión de la gente de su país, y es una expresión de la cultura del momento, una expresión de la atención que los países dan a ciertos temas. Y claro, hoy vivimos en un tiempo en que varios líderes influyentes son muy polarizados porque tienen visiones muy distintas. Mi esperanza es que el tema de la pandemia pueda hacer comprender a la gente, y como consecuencia a los líderes mundiales, la necesidad que ciertos temas tienen de actuación conjunta e inmediata, y que no tienen otra vía. En el mundo de hoy no hay ninguna forma que la actuación de un país pueda resolver problemas globales. La pandemia lo debería mostrar muy bien porque en este aspecto es igual al problema del clima, solo no gana nadie. Porque este tema de la pandemia se venía hablando desde hace tiempo, son casi 20 años más o menos que tenemos recordatorios globales.
–ADS: Advertencias...
–Advertencias, y hacemos algo, y después pasa, y después nos olvidamos. Y vuelve después de quince años y no es la primera vez.
–ADS: Hay una expresión del Río de la Plata, que es muy sabia, y que dice: “Uno nunca es el que va en la ambulancia”, es decir, siempre el que va en la ambulancia es otro.
–Y ese es un punto fundamental. Yo recuerdo la epidemia del ébola, que pasaron cinco o seis años, y todo el mundo lo olvidó. Se olvidaron porque estaba en la ambulancia que pasaba lejos. Y bien, son cosas que pagamos porque hay muchas lecciones que tenemos que responder y de tomar estas lecciones muy seriamente.
–ADS: Hay una franja de la población mundial que siempre es la representación de la esperanza que es la juventud, pero también es cierto que hay una juventud que llegó al poder, y que nos hace suponer que en un futuro cercano tengamos líderes jóvenes que estuvieran más conscientes de estos temas.
–Es un problema extremadamente serio con varias ramificaciones. Yo recuerdo, hace cuatro años más o menos, una pregunta que nos hizo una colega de NNUU, y de forma coloquial, éramos colegas de varios países, y nos preguntó, ustedes opinan que hoy sería posible concordar y firmar la carta de Naciones Unidas y la Carta de Derechos Humanos con el liderazgo mundial que tenemos, y nos quedamos callados porque nadie respondió, pero era una respuesta bastante clara. Y fue frustrante, es frustrante. Y eso se conecta para mí para hablar de la memoria, para hablar de ciertos momentos históricos. Yo creo que la memoria de eventos críticos, más reducidos, es muy importante para construir la conciencia que nos lleve a un liderazgo más atento a los problemas. En las Naciones Unidas hablamos mucho del dividendo demográfico y mirando a la parte positiva del incremento demográfico, pero la demografía entra mucho en estas consideraciones. La demografía en coordinación con el problema climático puede tener impacto positivo, pero para eso se tiene que trabajar mucho. El problema del clima tiene las soluciones tecnológicas, implica un esfuerzo, de aplicarlas, con una mirada de medio y largo plazo, pensando en la nueva generación, a los jóvenes que hemos mencionado. Creo, y esto es una cuestión totalmente personal, creo que la democracia que tenemos hoy es algo imperfecto. Y uno de los puntos que yo veo como imperfecto es que hay el riesgo de una mirada de corto plazo, una mirada que lleva a los líderes a no mirar al futuro de su país, sino en la próxima elección, nos pone en una mirada de cinco a diez años.
–ADS: La democracia se convirtió en una máquina electoral...
–Ese es un riesgo. Y esta mirada nos hace olvidar que algunos fenómenos tienen plazos más largos y, por ejemplo, si dejamos cuestiones ambientales avanzar a niveles críticos, después vamos a necesitar tres, cuatro o cinco generaciones para cambiar lo que se ha cambiado en negativo en una generación.
–ADS: ¿Cómo se lleva con Paraguay?
–Es una pregunta compleja. Llegué un poco antes de la pandemia. Me llevo con mi habitación y un poco más. Pero bien, muy bien, siendo italiano veo mucha influencia italiana acá, quizás no tanto como en los vecinos, pero sí mucha. Culturalmente es muy interesante y en mi trabajo, personalmente también, pero en mi trabajo valoro muchísimo el trabajo de terreno en el país. Esta no es una profesión que en mi visión se pueda hacer solamente en la capital, solo en los contactos de alto nivel, sí, eso también, pero tiene que basarse en un conocimiento del país y recorrí el país en lo que pude antes de la pandemia, desde el Chaco hasta las Misiones, y es espectacular, es un país espectacular, me ha sorprendido por muchas cuestiones, es un país como otros en donde yo viví, que fuera del país es muy poco conocido, incluyendo en América Latina, para no hablar de otros continentes, y que algunas veces se lo mira con una distorsión total. Espero que con calma y tras los progresos contra la pandemia se pueda tener una interacción normal, pero es un país extremadamente agradable tanto desde el punto de vista con la gente y la cultura.