Por Mario Rubén Velázquez,ruben.velazquez@gruponacion.com.py
Si alguien pregunta a un músico paraguayo si conoce a Guillermo Sucharkiewicz lo más probable es que ni sepa de su existencia. Pero si la requisitoria es sobre por Willy “El Perro” Suchar, las cosas cambian: todos oyeron hablar alguna vez de él. Y es que este músico, compositor, arreglador y productor argentino grabó –a lo largo de 20 años– unos 70 discos de bandas locales que van del rock, blues y pop al folclore. Y lo hizo en los tiempos más difíciles del mercado de la música en el país, en donde los discos pirata eran la moneda de cambio corriente. Fundador de Kamikase Records a fines de 1999, lo vendió hace poco, y ahora creó Suchar Música & Medios para seguir haciendo lo que sabe. Líder de la metalera Acero Inoxidable, conformó grupos de jazz y blues como una forma de sobrevivir al tedio y el estrés. “El Perro” nunca dejó de intentar vivir de la música, de un lado o del otro de la consola de la sala de grabación. Con agudo olfato para detectar talentos y mejor oído para la producción artística, Suchar habla aquí de sus inicios, sus luchas y sus planes futuros. Y de porqué llegó al país, hace 32 años, y nunca más se fue.
Su rutina estricta incluye escuchar casi todos los estilos de música, menos uno: el reguetón. “No me gusta, no comulgo con el reguetón. Se escucha en todas partes y lo tolero, pero no me regales un disco de reguetón”, bromea Willy “El Perro” Suchar. Pero el resto abarca desde el rock, pop y regae hasta el blues, jazz y folclore. El músico y productor argentino –radicado hace 32 años en Paraguay– ve con optimismo el futuro de la música paraguaya con el despegue de grandes bandas que exportan talento y buena producción musical.
Alto, flaco y desgarbado, Suchar es campechano en su trato y afable en sus gestos. Nos recibe a la tarde en medio de compras y arreglos en su local nocturno, ordenando ideas y apagando incendios, en plena semana de habilitación pospandemia del local.
“Nunca Paraguay dejó de producir música, a pesar de que el mercado a veces no correspondía, y nunca jamás dejamos de producir. Eso es increíble. Nunca nadie estuvo bailando la cumbia que el mercado nos ponía o de decir: ‘me voy a dedicar a otra cosa’. No: Paraguay tiene casi todo su catálogo propio. Acá ninguna multinacional puso un peso. Ni Sony, ni Wagner, ni Universal, ni ninguna otra multinacional”, sostiene contundente.
“Todo el repertorio que tiene la música paraguaya fue producido y financiado por los propios paraguayos. Y son muy pocos los que pueden decir eso en la tierra. Creo que a los uruguayos les pasa lo mismo que a nosotros. Los artistas que surgieron fue porque ellos mismos subieron ahí y porque nosotros también apoyamos ese camino”, define.
Músico, compositor, arreglador y productor, “El Perro” –como lo llaman sus íntimos– grabó en Kamikaze Records a lo largo de 20 años unos 70 discos de bandas locales que van del rock, blues y pop al folclore. Suchar dinamizó la producción y el mercado de la música en Paraguay, como muy pocos lo han hecho, en un lapso de tiempo muy corto. ¿Esto tenía que ver con la pasión, con las perspectivas de triunfo o con las ganas de hacer algo diferente?, preguntamos.
“Creo que las ganas fueron primero, yo no sé si tuve una visión. A mí la dinámica me mantiene vivo, soy inquieto, es como un desafío. Fue a todo pulmón, un acto de arrojo, y de arriesgar. Pero lo hacía desde un lugar romántico en donde lo comercial era más rudimentario, pegado con alfileres”.
POSDICTADURA
Pero, cómo empezó en esto que ahora es negocio. Willy relata que fue Neine Heisecke –líder de Deliverans– quien le dijo que lo que estaba pasando en la vida cultural de esa época (luego de la caída de la dictadura de Stroessner) era lo más importante que le pasaba al país de los últimos tiempos. “Él lo veía, yo no me di cuenta porque estaba metido en la producción artística y tenía la idea de que teníamos que salir, que debíamos mostrar y registrar lo que pasaba. Eran los inicio del nuevo rock nacional y eso generó un movimiento cultural muy importante, como sucedió en muchos otros lugares del mundo”, aclara.
Los ’80 dejaron su impronta de represión y mano de hierro de un dictador milico que se miraba el ombligo y ordenaba garrote, pero la movida rockera no se detenía, a pesar de todo. La aparición a mediados de esa década de bandas de rock como Onda Corta, Ni Los Perros (con Roberto Thompson y Kike Calabrese), entre otras hizo aparecer a fines de los ’80 a la metalera Acero Inoxidable. Su líder: Suchar. Caída la dictadura en 1989, el músico creó en el año 1998 Kamikase Records.
La primera producción y grabación correspondieron a un grupo que componía y cantaba en inglés: Los “Turkish Blend”, cuyo estilo era mayormente hardcore, ska y bastante punk. Según Suchar, se le ocurrió grabar los temas de Turkish porque su guitarrista y voz, Gabriel Benítez, dejaba la banda por una mudanza al exterior. Así, en el año 1998, con una formación sólida y estable la banda se mete a grabar su primer y único disco 339 en los estudios de Kamikaze Records, sello artífice de varios los mejores discos de la música paraguaya. Poco después, la banda se disolvió.
“A Turkish y Deliverans les decía siempre que teníamos que hablarnos, contarnos cosas a nosotros, en nuestro idioma. La gente tiene que entender que si somos rock nacional debemos contar cosas que les pasan a los perros. Y conquistar público, construir ideas. Y así fue: Rebolver, El Templo y La Secreta fueron explosiones de letras y ritmos nuevos y contundentes”, explica.
En Kamikase Willy fue productor artístico, ejecutivo, amigo y guía de los músicos. Y financió grabaciones de los nuevos grupos que aparecían. “Salíamos de gira como una gran familia: los Still Rose, Paiko, Gaudi, El Templo, Deliverans, Turkish Blend, Cecilia Enriquez… Éramos una gran familia que salía de gira. Y eso fue estupendo porque no había otra forma de hacerlo. Nada se consigue solo. Nada”, asevera.
REBOLVER
En una gira en Alto Paraná se les cruzó un grupo que sonaba muy bien y su olfato no falló, al igual que su oído: era Revolber. “Los encontramos en Ciudad del Este y yo les invité a grabar en Kamikaze. Cuando vinieron a Asunción, los de Paiko les prestaron los instrumentos, los de Deliverans la sala de ensayo para que duerman. A la larga eso se atesora y se plantaron los cimientos muy sólidos para que esto esté pasando hoy”, afirma Suchar.
Hace unos meses, Kamikase Records fue puesto a la venta y “El Perro” conformó una nueva empresa llamada Suchar Música & Medios. La idea es seguir produciendo artistas y difundir las producciones, así como buscar el posicionamiento de los músicos en el mercado. “El mercado nos impone una nueva dinámica. Yo soy de la vieja escuela, me gusta escuchar música que me impacta. Siempre hice las cosas que me gustan, la vanguardia, lo nuevo. La industria a veces es cruel con esas cosas. Ahora vamos a aprovechar las experiencias, los añitos que uno tiene en esto, lo que no significa que uno está viejo” (risas).
SM&M será más amplio en los géneros: irá más allá del rock y abarcará todo el espectro musical. “Como músico y como productor me gusta mucho el folclore, por ejemplo”. De hecho está terminando un disco nuevo del grupo Generación. “Es un grupo extraordinario y para hacerlo tuve que actualizarme”, dice. Otro artista, el guitarrista Dany Cortázar, también le pidió su trabajo para grabar un nuevo disco, al igual que el cantautor Hugo Ferreira.
SINSABORES
Según “El Perro”, el trabajo de productor está más ligado a los sinsabores que al éxito. “Estamos más cercanos a fichar por el equipo de las mil derrotas que con el Bayern Munich” (risas). “El productor musical persigue un sueño y es el único ser de la tierra que no sabe si va a vender lo que produce. No tiene idea siquiera de si va a empatar su inversión. El que planta algo sabe que cosechará algo. Nosotros no, entonces estamos más cerca de los sinsabores”, dice.
¿Como se construye un productor? El productor es un encauzador, un armonizador de lo que sucede con la música –sostiene Suchar–. Tiene mucho de intuición, agudeza, pero sobre todo debe tener mucho conocimiento. Veo que por ahí muchos se autoadjudican el título de productor, pero para mí esa es una palabra cara. Es como cuando por ahí algunos colegas me dicen ‘maestro’ y yo me ruborizo, porque para mí es una palabra grandísima también. Yo me preocupé por entender la música, lo que el otro artista está proponiendo, distinguir si es un re mayor o una docena de zapallos" (risas).
“A PARAGUAY LE DEBO TODO LO QUE SOY”
Una brasileña que vive en Paraguay hace 40 años lo sedujo y Willy Suchar cambió su mundo nómada por casa y patio propios. “Vine por un rato y me quedé en Paraguay porque me sentí como en casa. La gente me dio la posibilidad de ser lo que soy. Yo le debo a Paraguay todo lo que soy. Me pude desarrollar como profesional y como persona. He cultivado muchos amigos entrañables. Yo defiendo esta tierra como si fuera un hijo legítimo. Tengo preocupaciones y quiero que este país sea el mejor, como cualquier otro ciudadano paraguayo. Nunca me planteé ni me sentí extranjero. Sí: tenemos la tristeza y la melancolía de los inmigrantes, pero nada más”, aclara.
Tuvo muchas propuestas laborales para radicarse en otros países, sostiene. “De hecho las tengo ahora mismo para ir a trabajar al Brasil, a Uruguay, a Italia… Pero siento que todavía tenemos que hacer muchísimas cosas aquí. Mis sueños son tan grandes como este país, por suerte”, acota.
Según Suchar, cuatro discos de grupos paraguayos deberían estar en el Archivo Nacional: “Al Natural” de Paiko; “Ka’i Mono Macaco” de Rebolver; “Fluye Sangre Fluye” de Deliverans y “Alma de Cuero” de La Secreta. “Creo que son joyas de la música paraguaya no solo por la genialidad de sus letras sino por la música y la interpretación casi perfecta”, afirma.
BOHEMIA
“El Perro” compuso “Contracturados”, un tema que tirotea contra el Edicto Policial Nº 3 que le tocó padecer bajo la dictadura, en el año 1988. “Yo te pido que el edicto no nos mate/ mientras que en el Yacht hay una fiesta, la Chaca manifiesta su ilusión. Contracturado, contracturado estoy”, dice la letra. Willy dice que le afectaban los horarios de las fiestas. En Corrientes a las 11 de la noche estaba tomando un mate y recién se preparaba para salir, mientras que en Paraguay las fiestas se terminaban a la 1 o 2 de la madrugada.
“Por suerte en aquella época habían muchos lugares que cerraban las persianas y la fiesta seguía adentro. Había una bohemia espectacular. Me acuerdo en Vinicius, por ejemplo, el flaco Airaldi cerraba las persianas y nos quedábamos Lobito Martínez, José Luis Appleyard, Helio Vera, Cachito Verdecchia, JoséAntonio Galeano, yo… Había rock, folclores, literatura, pintura. Era una usina de buena onda, de sueños, de esperanzas, de libertad. Ahí me hice amigo de una cantidad de gente queridísima y valiosísima de este país. Esa fue una universidad”.
Eran como dos mundos en uno: se apagaba el sol y se encendían las luces. Entonces convergían las tribus, las faunas noctámbulas under a buscar la vida. Se cerraba un bar y se mudaban a otro y así, toda la madrugada, en donde sobraban tragos, música y los debates sobre cine, literatura, filosofía, política… “¡Yo había llegado recién y como me iba a ir! Decía: de aquí no me voy nunca más”. Esa hermandad, esa “fratellanza” cómplice, generó muchos proyectos e ideas plasmadas luego en música, poesía, luchas y arte.
Qué grupos paraguayos te llaman la atención?
Me gustan varios. Purahei Soul tiene una propuesta muy fresca, sé que están preparando un disco nuevo, Miguel y Jenny son muy talentosos; La Nuestra; Los Villagran Bolaños tienen una lírica muy interesante; Vizar razón por lo combativo, lo frontal, produce cierta urticaria, pero me parece necesaria la manifestación de sus reclamos. Lo que produce Marcelo Soler me gusta porque es un gran productor. Lo que hace Marcelo tiene peso siempre. En folclore Tierra Adentro, Néstor Lo, Tekove, Generación ni hablar: tiene toda la capacidad para exportar música paraguaya. Me gustan las guaranias de Ricardo Flecha. El otro día escuché a Heibox, un grupo que no conocía, y me gustó.
Muchos de los títulos de Kamikaze Records sobrepasaron las cinco mil unidades, que es con lo que se alcanza el Disco de Oro. “Pero (en Paraguay) no tenemos una cámara que lo certifique oficialmente. Somos la primera compañía nacional cuyo catálogo –constituido por más de 70 álbumes– se puede encontrar en Amazon e iTunes, y esto corta con la piratería. Vamos en vías de formalizar el comercio”, dijo Suchar a El País de España.
70 DISCOS EN 20 AÑOS
Su documento de identidad dice que se llama Guillermo Sucharkiewicz, pero para la perrada es Willy Suchar. Nació en Carlos Paz, Córdoba, hijo de madre cordobesa y padre pianista clásico y periodista. Se crió en Corrientes y un día cualquiera de hace 32 años vino a Paraguay a tocar en un evento y se quedó para siempre. Vive con su pareja y socia comercial Lilian desde hace casi tres décadas. Es cantautor, productor, arreglador y empresario. Su primer proyecto fue Kamikaze Records que lo vendió hace un par de años y ahora creó Suchar Música & Medios.
Con Kamikaze produjo, arregló, grabó y lanzó mas de 70 discos. Desde Alberto Rodas, Hugo Ferreira, José Antonio Galeano y Deliverans, pasando por Turkish Blend, Gaia, La Secreta, Liza Bogado, Cecilia Enriquez, Gaudí, Marco De Brix, Gente en Camino, Marizza, Purahei Soul, Paiko… Y ahora, el grupo Generación. “Tuve la suerte de producir a muchísimos grandes artistas”, sostiene. Con Nico Espinosa realizaron “La piecita del fondo”, un descontracturado programa de radio que se inició luego de la caída del régimen de Stroessner y se convirtió en un evento de culto.