Angélica Giménez, periodista canal GEN, angelica.gimenez@gruponacion.com.py 

La desaparición de una niña de 7 años en Emboscada se ha convertido en una gran incógnita para los sistemas de investigación policial y judicial del país, ya sea para encontrarla o para determinar a los responsables. Las extrañas circunstancias que envuelven al caso hacen que, a más de tres meses de que la hayan visto con vida a la niña, hoy se sumen hipótesis que enturbian más aún los pasos a seguir. Mientras, los familiares lloran y esperan volver a abrazar a “Yuyu”.  

La compañía Isla Alta de Emboscada, en el departamento de Cordillera, es un pueblo tranquilo con menos de 1.000 habitantes. La economía de la gente se basa mayormente en el trabajo de campo, con la cantidad de quintas o pequeñas haciendas que se fueron sumando en los últimos años. Es, en definitiva, un lugar que ni siquiera aparece remotamente en los reportes periodísticos por eventos o situaciones que llamen la atención a nivel nacional. Por eso, lo que ocurrió el 15 de abril pasado escapa a la letanía cotidiana de este pueblito que desde entonces vive la angustia de la desaparición de una pequeña niña.

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El 16 de abril pasado, la pareja formada por L. Z. y R. H. O. se presentó en la comisaría sexta de Emboscada para radicar una denuncia por la supuesta desaparición de la hija de la mujer, de tan sólo 7 años. La niña tiene discapacidad para caminar y comunicarse, por lo que la situación adquiere mayor complejidad. Lo llamativo del caso es que la denuncia fue realizada después de airadas insistencias de los pocos vecinos del lugar que no la habían visto a la niña en ese día, y que ya llevaban horas buscándola. Desde ese momento, todo lo que envolvió a este caso se transformó en una bola de constantes contradicciones entre los primeros investigados.

La policía local arrancó la investigación. Mientras el país seguía expectante la evolución primaria de la pandemia en el Paraguay, en la pequeña Isla Alta, la búsqueda de la niña conocida por sus familiares como “Yuyu” se hizo oficial. En principio, la hipótesis fue que se había perdido, porque la última vez que la vieron –según declaró la propia madre, que para los investigadores es casi improbable– estaba jugando con sus cabras, a metros nada más de la casa donde residía toda la familia, en el condominio conocido como Monte Pacara. 

Se trata de un condominio rural, prácticamente alejado y con pocos vecinos cercanos. Allí, L. Z. y R. H. O. vivían con “Yuyu” y su hermana mayor. El inmueble tiene varias hectáreas y en algunos puntos diferentes habitaciones o construcciones a medio terminar. Todo eso fue allanado, posteriormente. 

En la mañana del 16 de abril, a Ambrossio Caballero, docente jubilado de la escuela San Vicente Ferrer de la 5ta Compañía Isla Alta, le avisaron que la niña “Yuyu” estaba desaparecida desde el día anterior. Preguntó si ya se había denunciado ante la Policía y le dijeron que no: “Pregunté si ya se hizo la denuncia y me dijeron que no, porque la mamá no quería”, cuenta don Caballero. 

“Me dijeron que la mamá quería seguir buscando a la nena y si no aparecía a la tarde ahí recién iban a denunciar”. Pero don Caballero no esperó que llegue la tarde e inmediatamente llamó a la comisaría de la localidad y comentó el hecho y minutos después se presentó personalmente para denunciar la desaparición. “No hice una denuncia anónima, yo me presenté”, asegura con firmeza. Don Caballero menciona que la localidad de Isla Alta está consternada por lo que ocurrió: “Siempre la compañía se destacó por sus logros, por todo lo que pudo conseguir y esta es la primera mala noticia que tenemos”, afirma. 

SOLO UNA PERSONA ENTRÓ Y SALIÓ DEL CONDOMINIO 

Para el comisario principal César Silguero, jefe del Departamento contra el Crimen Organizado de la Policía Nacional y actualmente cabeza del equipo de investigación de búsqueda de la niña, lo seguro es que el ciudadano R. H. O. es el único que ingresó tres veces con su camioneta al condominio, durante las horas anteriores a que se haya denunciado la desaparición de “Yuyu”. 

Silguero afirma de que no existe ningún otro elemento investigativo hasta ahora que muestre que otra persona haya ingresado al lugar, con ningún tipo de medio. “Nosotros tenemos la esperanza de encontrarla con vida, no tenemos indicios de que ella esté muerta evidentemente, si no, ya lo hubiésemos mencionado”, asegura Silguero. 

R. H. O. es un ciudadano de nacionalidad alemana que llegó a Paraguay hace apenas un año para radicarse. Lo poco que se sabe de él es que ha trabajado en proyectos o campañas que tienen que ver con derechos humanos en Europa. Durante los primeros días en que hizo aparición en la prensa, R. se mostraba imperturbable. Siempre bien vestido, mostrándose hasta tranquilo. 

De su relación con L. Z. se sabe que son pareja hace un par de años. En el vecindario nadie tiene mayores reparos en cuanto a la vida de vecinos, salvo aquellas voces que se hicieron escuchar –después de todo esto– de que muchas veces parecían que la dejaban muy sola a “Yuyu” por varias horas.

Cinco días después de que desapareciera la niña, R. y L. hicieron un llamativo video donde ofrecieron G. 10 millones como recompensa por alguna información valiosa. Fue la última vez que dieron a conocer públicamente sus opiniones, porque la investigación indefectiblemente iba apuntando a la pareja. 

Para ese entonces, la Fiscalía General del Estado ya decidió conformar un equipo de investigación para atender este caso, que fue integrado por Carlos Maldonado, como fiscal de la causa, y a él se unieron Gedeón Escobar, Lorenzo Lezcano y María Irene Álvarez, de la Unidad Antisecuestros. 

IMPUTACIÓN Y SOSPECHOSOS

El 4 de mayo, finalmente la Fiscalía imputó a R. H. O. y a L. Z., por violación del deber del cuidado, educación y abandono. Desde entonces, la pareja pasó a convertirse en la principal sospechosa de la desaparición de la niña. A esta imputación se sumaron luego las declaraciones del padre de L., que había dicho en varios medios de comunicación que la pareja de su hija era una persona “horrible” y que temía por lo que podía llegar a hacer el ciudadano alemán. 

El abogado Óscar Tuma fue designado con un grupo de abogados como representante legal del padre biológico de la niña para informar de todo lo relacionado al caso en Paraguay. Tuma había colaborado en varias ocasiones con la organización “Ni un niño menos”, que trabaja hace 7 años en nuestro país por la protección integral de los niños y niñas, sobre todo, buscando a quienes son declarados desaparecidos o desaparecidas. Tuma era, en síntesis, alguien que conocía de estas peripecias. 

La Policía y la Fiscalía ya habían desarrollado una serie de allanamientos pero hasta entonces nada hizo encontrar rastro alguno de la niña. Se ordenó una búsqueda más intensa y en lugares en los que se podía pensar lo peor. Fue así que las intervenciones se hicieron en un pozo ciego, en un tajamar y se abrieron hasta pisos para buscar algún dato que pueda ayudar a hallar a la niña, pero nada. 

Para ese entonces, la Fiscalía había incautado pertenencias de R. y de su pareja madre biológica de “Yuyu”. Los resultados de este trabajo, con el paso de los días, habrían de cambiar de nuevo el rumbo de la posible investigación. 

Los allanamientos se multiplicaron. Viviendas de amigos de la familia, de familiares cercanos, de trabajadores de la finca. Pero los resultados terminaron siempre siendo negativos. La frustración era total por parte de los investigadores y principalmente de los abuelos de la pequeña. 

La Fiscalía amplió la imputación contra el ciudadano alemán el 23 de julio. Unas semanas antes, habían incautado celulares que le pertenecían y otros equipos informáticos. En estos equipos los investigadores encontraron fotos de pornografía infantil, además de otros elementos sobre rituales con sacrificios humanos. Para ese entonces, Tuma ya había dejado de ser el abogado del padre biológico de la niña. En el programa “Asamblea”, del canal GEN, el ex parlamentario dijo la semana pasada que su fin siempre, a pesar de tratar cualquier caso, es llegar a la verdad y que con esto de “Yuyu” no estaba seguro de que llegaría a eso con su ex defendido. 

El 25 de julio, un nuevo allanamiento en el condominio Carapa de Emboscada arrojó varios cassettes y discos de computadoras incautados. Los peritos informáticos de la Fiscalía están trabajando en estos equipos para ver si encuentran algún elemento que ayude a tener algún rastro de la niña. 

Así, la investigación total del caso arroja una serie de contradicciones en las declaraciones de la propia mamá y de R., que definitivamente aparece como el principal sospechoso de ser responsable por la desaparición de la niña. Mientras se esperan más resultados periciales e informáticos, la familia de la pequeña “Yuyu” espera saber qué fue de aquella pequeña que se alegraba por acompañar a sus cabritas durante las mañanas.

“PEDIMOS MÁS QUE NADA JUSTICIA”

Para Lourdes Servín, de la organización “Ni un niño más”, lo más importante en el caso de la niña de Emboscada desaparecida es que se tenga seriedad, una investigación seria y más que nada, que haya justicia.

Servín, que desde hace cinco años trabaja con su organización en la búsqueda por hacer valer los derechos de niños y niñas que pasan por el terrible transe de estar desaparecidos, dice que actualmente tenemos un Estado totalmente ausente para buscar que este tipo de hechos se reduzca o, al menos, se pueda esclarecer rápido. “El Estado totalmente ausente. No manejan estadísticas. No manejan casos de niños desaparecidos, ni las conclusiones con los cierres de casos”, dice Lourdes.

“Se ha sacado una prohibición del uso del nombre de la niña de Emboscada y su fotografía. ¿Como podremos seguir buscándola si el nombre de ella no podemos nombrar? Un verdadera contradicción. Aunque ahora la ministra de la Niñez, Teresa Martínez, manifestó que se puede usar la fotografía, pero bajo el criterio de niña desaparecida, no así con el tema de pornografía infantil”, aclara Lourdes. Su organización fue la que promovió la modificación del artículo 135 del Código Penal, para lograr aumento de pena para las personas que violen derechos de los niños y niñas.


CONTRADICCIONES Y POCA COLABORACIÓN DE PARTE DE LA PAREJA, DICE FISCALA

Irene Álvarez, de la Unidad Antisecuestro del Ministerio Público y una de las agentes fiscales del equipo conformado para la investigación, habla de la escasa colaboración en la causa por parte de la propia madre de la niña desaparecida y de su pareja, con quien ya lleva casi 2 años de relación sentimental. Ambas personas han caído en contradicciones en sus declaraciones, por lo que se complica aún más avanzar en la investigación.

En la primera intervención fiscal y policial, tanto la madre como su pareja relataron cómo ocurrieron supuestamente los hechos ese 15 de abril, fecha de desaparición de la niña. Pero en el avance de la investigación, con elementos probatorios incorporados, se comprobaron contradicciones y situaciones que nunca ocurrieron, según la fiscala Álvarez.

La versión de la madre, de que la niña desapareció tras haber ido detrás de las cabras, no es posible resalta la fiscala. Otro punto que rescata es la cantidad de veces que la pareja de la madre se movilizó en el predio: según su único testimonio, el hombre se movilizó solo dos veces dentro y fuera de la vivienda esa mañana, pero según el Ministerio Público, se movilizó más veces, entrando y saliendo de la propiedad 3 veces. 

La fiscala Irene Álvarez destaca otro punto llamativo y preocupante: “La señora L. M. Z. también habría tenido una cierta participación en provocar la circunstancia que haga que su niña, con las condiciones especiales que tiene, desaparezca”.

Pese a una nueva arista en este caso, de supuesta pornografía infantil, la línea de investigación del Ministerio Público sigue siendo la búsqueda con vida de la niña, ya que no existen indicios que señalen que la menor haya fallecido.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA PROMETIÓ CELERIDAD

Hasta el propio presidente de la República se interiorizó sobre la desaparición de la niña. Mario Abdo Benítez se reunió con los abuelos maternos de la pequeña y se comprometió a dar celeridad, a través del Ministerio Público, a la investigación y la búsqueda de la niña. El Presidente mantuvo además un encuentro con los 4 fiscales del caso y recibió en primera persona todos los detalles de la investigación.

Del encuentro también participó el ministro del Interior, Euclides Acevedo, y tras recibir un informe detallado del caso, mencionó que las investigaciones “están en muy buen camino” y que el objetivo de encontrar a la niña está muy cerca.

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