Este es un libro de historia de la Guerra contra la Triple Alianza que tiene la particularidad de estar narrado desde los contornos de una mujer, desde las sombras –porque aún es difícil acercarse a ellas– y desde el brillo a los ojos curiosos de una sortija…
Por Ana Barreto Valinotti
Por lo general, los heroísmos femeninos relatados por la historia nacional del Paraguay están vinculados al poder detentado por un varón.
Son destacadas siempre las esposas, las madres y las hermanas de un hombre importante, habiendo el hecho histórico sucedido en los años de la colonia o bien con posteridad a la Independencia. Como las acciones de esas mujeres normalmente apuntalan rasgos de la personalidad o decisiones de los hombres vinculados a ellas, contradictoriamente la historia solo permite ver las siluetas femeninas en tanto tengan que aportar al discurso masculino. En pocas palabras, en muy pocas veces el pasado puede verse plenamente reflejado en estas mujeres.
En el caso de los López, tanto Carlos Antonio como su hijo, Francisco Solano, parecen arremolinar en sus figuras estas contradicciones con mucho más fuerza quizás que en la de cualquier otro varón referente en la historia paraguaya.
Si nos referimos, por ejemplo, a Juana Pabla Carrillo, es por haber sido la “esposa de” o “la madre de”. Es la mujer que algunos historiadores a principios del siglo XX han referido que al estar embarazada de su primogénito pudo no haber sido de quien fue su esposo, o es la mujer a la que vinculan al poder de la construcción del Estado, o es la madre que quiso envenenar con chipas a su hijo. Muy pocas veces –la historiadora Bárbara Pottash lo ha hecho– ha sido posible pensarla más allá de lo repetitivo y explorar en la búsqueda de rasgos de conducta a una mujer que tenía condiciones de administradora o entender la importancia de los lazos familiares y su posición pública en las políticas de gobierno del Paraguay en pleno camino hacia la modernidad estatal. No ha sido fácil, y lo digo como historiadora y como lectora, poder encontrar históricamente a la paraguaya –una particularmente poderosa, por cierto– del siglo XIX en la piel de Juana Pabla.
Al hablar de Elisa Lynch, el ejemplo se magnifica. Como su vida es altamente atractiva para la ficción, su andar ha sido visto desde muchísimos ángulos imaginativos. Es increíble que sobre una mujer tan popular y tan expuesta públicamente sea tan poco lo que realmente se sabe de ella en términos históricos, sin los bucles, rodeos y trampas que deliciosamente le ha signado la literatura.
Sin embargo, probablemente por la acusación de traición y el desenlace de los sucesos de los tribunales de sangre de San Fernando, donde sus maridos fueron ajusticiados en 1868, lo que se podría saber –con la certeza de la narrativa en primera persona– sobre las hermanas del mariscal, Inocencia y Rafaela, es prácticamente inexistente.
LA JOYA DESDE DONDE CARDONA NOS INVITA A MIRAR A INOCENCIA
Estas cosas estaba pensando cuando conducía al encuentro de mi colega y amigo, el historiador Sacha Cardona, esa mañana en aquel café. Habíamos hablado algo por teléfono sobre lo último que estaba investigando y que guardaba relación específicamente con Inocencia López Carrillo de Barrios.
Como inicialmente Sacha me había contactado para darle mi punto de vista sobre las mujeres, el poder y el siglo XIX, tenía el discurso preparado; sin embargo, apenas pedimos las tazas de café soltó la pregunta inicial: ¿Vos creés que la hija de Inocencia es también hija de Correa da Cámara?
Vaya pregunta y respuesta por igual difícil.
En aquellos meses hacía muy poco que había regresado de un viaje tras la senda de la última parte de la guerra, especialmente la que estuvo vinculada al derrotero que siguieron todas las mujeres desterradas por orden de Solano López, las destinadas. La ruta me llevó desde Curuguaty hasta las orillas del Jejuí-Mí y el Arroyo Guasu, en lo que resta de selvas en Villa Ygatimí; tomando como norte la línea limítrofe paraguaya-brasileña a lo largo de los departamentos de Canindeyú y Amambay conocida como “tierra de nadie”, viajé en solitario buscando entender cómo se realizó esa marcha en medio de torrenciales lluvias y con muchísima hambre y agotamiento físico.
La pregunta de Sacha era muy complicada porque exigía dejar de lado la piel de “héroe”, “defensa de los intereses patrios”, desempolvar la capa acumulada durante años del mote de “traidor” y entender las decisiones, miedos e incluso ganas de amor que pudieron ser movilizantes para aquellos despojos humanos que sobrevivieron a Cerro Corá, fuese Inocencia López, cualquier otra mujer o cualquier otro varón.
Mientras hablamos de los escritores de inicios de siglo, de Juan E. O’leary, de Natalicio de Héctor F. Decoud, Sacha me habló de un anillo de oro. Una sortija masculina que entró en un lote a subasta y que había pertenecido a la colección de una de las bisnietas del Conde D’Eu, Gastón de Orleans.
Ese pequeño objeto de oro lo llevó a un viaje al pasado, hasta Correa da Cámara e Inocencia.
Al terminar de escucharlo aquel día, sabía que esas páginas no tardarían en convertirse en un libro. Y hoy es este al recorrido que pretende llevarnos Cardona Benítez.
Este es un libro de historia de la Guerra contra la Triple Alianza que tiene la particularidad de estar narrado desde los contornos de una mujer, desde las sombras –porque aún es difícil acercarse a ellas– y desde el brillo a los ojos curiosos de una sortija.
Sacha Cardona explora la historia de dos personajes en medio de la guerra: José Antonio Correa da Cámara e Inocencia López Carrillo. Quizás su manera de acercarse al conflicto tiene mucho que ver con la manera de encarar su vida cotidianamente en el lugar donde vive: la frontera entre Paraguay y Brasil. Yo veo eso como un gran valor. El valor de poder tomar distancias de uno u otro “bando” y leerlo y releerlo al pasado y hacerlo narrar desde un acercamiento a biografías ocultas, una parte de la historia del Paraguay desde sus propias vidas.
Aunque ya lo mencioné, Sacha es historiador de profesión, lo que le lleva a hacer no solo una cuidada y exhaustiva revisión de las fuentes secundarias, sino de aquellas relatadas por sus propios protagonistas: diarios, correspondencias, memorias y reminiscencias. El intercambio epistolar entre Correa da Cámara y su esposa durante toda la Guerra ha sido una sorpresa para mí porque he podido leer y sentir, en el lenguaje íntimo de un formato así, la angustia con que se piensa el retorno al hogar, aunque ese “otro que escribe” sea el tantas veces tachado como “enemigo”. Es por ello que demás está señalar que por la magnitud de la guerra y las consecuencias catastróficas de la misma para el Paraguay, no es posible la mayor parte de las veces que el lector –paraguayo– asuma el sentir del otro, del victorioso, del que no tuvo que convivir con la ruina.
Pero lo resaltante de este trabajo es el haber hurgado –y cruzado– insistentemente en archivos primarios, con documentación parroquial, con bautismos, casamientos, con defunciones. Cardona atravesó el río Paraná para enfilar hacia Río Grande do Sul con la intención de tratar de entender algo que guardó Inocencia López: un secreto que se ha llevado a la misma tumba.
Fue en San Pablo la primera vez que Sacha observó una pequeña pieza de orfebrería. Esa pieza terminaría por conectar al Paraguay desde las manitas de una pequeña niña nacida lejos del campo de batalla.
¿Fue la hija de Inocencia también hija del general Correa da Cámara?
Nacido en Pedro Juan Caballero en 1979, Sacha Cardona Benítez es egresado de historia por la Universidad Federal de Matto Grosso do Sul (UFMS). Su producción académica está centrada en la historia regional, especialmente la del Amambay.
El anillo del verdugo de López. Tras la huella del general Correa da Cámara y Juana Inocencia López de Barrios. Editorial Servilibro.