Por las emisoras han pasado profesionales que han sabido construir la fortaleza del medio, para cumplir un gran papel en la sociedad nacional.

En los años 50, los locutores trabajaban en una tarea ordenada por turnos de seis horas, independientemente de que alguno de ellos tenga su propio programa o explote comercialmente un espacio arrendado de la radio. En los turnos de seis horas desarrollaban los programas de la radio, conforme a la rutina diaria.

En esa época, las horas las ocupaban dos locutores o locutoras, animando los espacios con un libreto preestablecido y presentando números artísticos que desfilaban durante todo el día.

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LA PUBLICIDAD

Los anuncios comerciales eran a viva voz, ya que por esos años no se contaban aún con los estudios de grabación, que se introdujeron como complemento importante de la tarea radiofónica en los últimos años de la década del 50. Eso dio lugar al auge en todos los medios de las grabaciones en discos de acetato con la publicidad de la empresa, marca o servicio.

La redacción de los textos estaba a cargo de algunos de los locutores, redactores o de los libretistas quienes recurrían a su imaginación para darle brillo al texto. Era impensable la presencia del “creativo” de hoy.

El avance de la tecnología en el equipamiento de la radiodifusión permitió en los años 70 y 80, la utilización de unos caseteros con grabaciones a cintas para la difusión publicitaria, lo que significó un gran avance en la calidad, un mejor ordenamiento y control del medio y de las frecuencias de los anuncios comerciales contratados por las empresas para su difusión.

Más adelante aparecieron los CDs y últimamente la tecnología informática aplicada a la estructura de la radio, dotándole de un mayor practicismo para realizar todo lo que un medio radial necesita, con una técnica y precisión del más alto nivel.

LA PROFESIÓN

La tarea del locutor, en las décadas pasadas, estaba originada en una formación empírica, aún así el talento y la natural condición vocal consagraron a numerosos profesionales; muchos de los cuales volvieron a formar a otros locutores, que a su vez siguieron el derrotero iniciado por sus antecesores. Los locutores de esos años señalan como grandes formadores de locutores a Celestino Álvarez, tanto en Radio Comuneros como en Radio Guaraní, donde tantos y tan buenos profesionales de la voz han surgido.

Así también Juan Bernabé, director propietario de Radio Comuneros; y Amado Nery Farina, el poeta y locutor, padre de los periodistas Bernardo y Amado (h), también es recordado como un gran formador por los profesionales de la voz de las generaciones pasadas y por supuesto don Gerardo Halley Mora, en radio Teleco primeramente, donde ocupó la dirección y poco después, creador de un estilo de radio, como Emisoras Paraguay, donde se han formado figuras de la radio y el teatro.

Reunión de amigos: Figuras de la radio como Miguel Ángel Rodríguez, Héctor Velázquez y Gerardo Halley Mora, acompañados de Dionisio Fernández y la Sra. Perla de Rodríguez.

ARTE Y BOHEMIA

Años anteriores la locución era una profesión identificada con el mundo artístico y la bohemia, y muchos de los que ejercían la tarea también eran consagrados actores en las obras radio teatrales exitosas o en las obras presentadas en los escenarios capitalinos, entre quienes podemos mencionar a Juan Bernabé, Jacinto Herrera, Humberto Rubin, Nelly Prono, Blanca Navarro, Matías Ferreira Díaz, Myriam Celeste, César García, Graciela Pastor, Doris Alder, Abel González, Ramón “Timidito” Mongelós, por citar solo a algunos, en diferentes épocas del transcurrir de nuestras historias.

Una de las tareas básicas del locutor es “darle vida” a un texto publicitario, haciendo que su voz se constituya en el personaje principal de una promoción exitosa sobre la venta de tal o cual producto o servicio, o jerarquizando la publicidad institucional de una empresa determinada, a más de ser el mejor vendedor de esa marca o producto.

A esa actividad principal del locutor, se sumó luego la de presentador y animador, que, son conceptos similares pero a la vez diferenciados en el campo práctico, dependiendo del evento que lo tiene como conductor.

EL GREMIO

El 9 de junio de 1950, una treintena de locutores de las emisoras capitalinas de entonces, como Teleco, Mariscal López, Comuneros, Guaraní, Nacional, Charitas y Paraguay, resolvieron en asamblea realizada en el predio de Radio Charitas, sito en Herrera y Caballero, constituir una organización que los aglutine, con la denominación de la Asociación de Locutores del Paraguay (Alorpa), que años más tarde incorporó también a los operadores y técnicos de radio y TV.

Fueron fundadores de la asociación y constituyeron la primera comisión directiva: Dante Benedetti (presidente), Juan B. Cazal (vicepresidente), Salim Girala, Dr. Luis G. Benítez, Silvio T. Corbeta, Alejandro F. Noguera, Enrique Biedermann, Simón Nicolás Casola, Carlos Gómez Ríos y César Bogarín, entre otros.

Dante Benedetti fue el primer presidente de Alorpa, sucediéndole en el cargo: Juan Bernabé Apodaca (1952), Manuel Chamorro Damus (1955), Enrique Benítez (1958), Miguel Ángel Rodríguez (1961), Enrique Benítez (1962), Edgar Von Lucken (1968), Víctor Caballero Cocuesta (1971), César Barrios Cano (1972) y Enrique Benítez desde 1974 hasta 1989.

Locutores y operadores en ZP1 Emisoras Paraguay, en los años 60: Zaracho, Ramón Alvarenga, Dr. Óscar Salas, Dionisio Fernández, Nicolás Alvarenga y Agustín González. Sentados: Mario Bonzi y el maestro Rudy Heyn.

LA FORMACIÓN

El gremio promovió la creación de la Escuela de Locutores y proyectó el reglamento que reguló en esos años el otorgamiento del carnet profesional del locutor y operador. En lo referente a la creación de la institución de enseñanza, se incorporó la especialidad de la Locución a la Escuela Municipal de Arte Escénico y más tarde se dividió la institución quedando cada una con su denominación; una de Arte Escénico y la otra de Locución, en esta última desde los años 60 han venido formándose varias generaciones de locutores, muchos de los cuales hoy son estrellas de nuestros medios.

La reestructuración de la Escuela Municipal de Arte Escénico y Locución, surgida del gremio de locutores en los primeros años de la década del 60, fue presentada a una comisión integrada por representantes de la Antelco y la Municipalidad de Asunción y estaba conformada por el Dr. Luis G. Benítez, presidente; Carmen Cáceres de Thomas, vicepresidenta; y como miembros: Prof. Dr. Carlos Maidana Roig, Lionel Enrique Lara y Prof. Nidia Sanabria de Romero. Como resultado de la labor de dicha comisión, quedó establecida la carrera de locutor de radio y televisión, separada de Arte Escénico, en el marco de las instituciones municipales de enseñanza artística.

Una parte de la historia de los locutores y locutoras, dentro y fuera del escenario radial.

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