Todavía asisten a las aulas de la enseñanza primaria y comparten juegos y fiestas de cumpleaños con sus compañeros de clases, pero además de todo lo que es habitual en la vida de los chicos de 7 años, tienen una gran pasión que los impulsa a dedicar horas cada día a aprender los secretos de uno de los juegos más antiguos del mundo: el ajedrez. Y en el tablero dibujan un presente colmado de triunfos.

“Mi pieza pre­ferida es la dama por­que se puede mover por muchas partes en el tablero, no como otras…Cuando está en el centro se puede mover a cualquier parte, en diago­nal, hacia un lado o a otro, al frente y atrás…. es maravi­llosa…además del rey, claro. Por eso uno de los jaque mate más conocidos es el del rey y la dama, ambas son mis pie­zas favoritas... y el peón tam­bién me gusta porque es muy importante… cuando está en su posición inicial a dos pasos, luego solo puede uno, pero puede coronar cual­quier pieza, menos el rey y la dama…”.

La respuesta salta en palabras medio entre­cortadas porque la que las dice es una niña de 7 años que está muy ocupada en la tarea de devolver la pelota al niño con el que han improvi­sado un partidito en medio del que habitualmente es el salón de estudio de ballet. Ella se llama Jimena Sofía Lugo Martínez, tiene 7 años y lleva puesto un tutú en color rosa y sus zapatillas de danza con las que no teme errarle a la pelota de fútbol que le ha lanzado desde el otro extremo del salón, Iván.

El chico rubio que tiene como ídolo máximo a Flash, el personaje de cómic al que homenajea con un corte de pelo especial, ya que lleva la “marca de rayos” del per­sonaje a cada costado de su cabeza. El mismo que aclara, mientras se acomoda la cami­seta del Barza, con el número 10, claro, de Messi, que “tengo un nombre un poco largo, me llamo Iván Alejandro Bautista Torales Gómez de la Fuente y tengo 8”. Él está agitado por­que no le resulta fácil hacer que la pelota vaya y venga de sus pies a los de Jimena, pero conforman un dúo divertido al que hay que invitar a aban­donar por un momento la agi­tación para sentarnos a con­versar un poco sobre lo que más los une, además de ser niños con todas las letras: el ajedrez.

EN BLANCO Y NEGRO

Poco a poco las cosas se van calmando y es cuando apa­rece el tablero. Esa mágica página desplegada en blanco y negro ante ellos. Con la misma alegría de hace unos minutos, llevando y trayendo la pelota, ambos dejan todo de lado y se concentran en esa especie de misterio que son las piezas moviéndose de aquí para allá con mucha gracia. Iván dice que le gusta tam­bién la dama y el rey como las mejores piezas y que la reina es su favorita porque puede moverse con una sol­tura especial hacia todas partes. “Me gustan ambas, igual que a Jimena, la dama y el rey más que otras pie­zas. Porque todas las piezas en realidad ayudan aunque son mucho más lentas en moverse, solamente ayudan… Y creo que el caballo es el peor porque es muy lento y difí­cil de mover y a veces hasta un peón lo puede matar… La dama va y viene, es muy difí­cil de atrapar porque tiene muchas casillas”. Mientras nos hablan con tanta soltura y detalle, nos damos cuenta de que el ajedrez es parte de sus vidas, ya que ambos nos relatan que pasan bastante tiempo “mirando en Youtube algunas partidas importan­tes de todo el mundo”. Mientras Jimena asiente, Iván dice que “es maravilloso ver por ejemplo algunas partidas de 1930 y de distintos maestros”. Y entonces la conversación sigue: “Los dos somos com­pañeros del segundo grado del Liceo Francés”, cuentan y con mucha alegría dicen ambos que cada vez que van a competir tanto dentro como fuera del país, el cole los apoya “porque somos bastante bue­nos alumnos” y los compa­ñeros “son muy buena onda, nos apoyan y se interesan por cómo nos va”, aclaran.

Ambos empezaron a enamo­rarse del ajedrez jugando en casa, Jime con sus padres e Iván también con el padre que lo acompaña a todas partes. Ambos agradecen ese sacri­ficio que a veces eso significa, ya que deben viajar para par­ticipar en certámenes inter­nacionales y eso exige que la familia deba afrontar “poner en marcha una logística espe­cial”. Los padres, orgullosos de los niños campeones, no se privan de sentir orgullo, pero son muy claros en lo que expresan sobre ello. “No queremos que sea un estrés ni una obligación, sino que lo hagan porque ambos están felices jugando ajedrez y sien­ten mucha alegría… A veces nos preocupamos por ellos, pero cuando vimos que no tenían ningún problema de adaptación o algún cambio de carácter o de adaptación de acuerdo a sus edades, deja­mos de preocuparnos porque lo hacen sin presiones”.

Iván me mira y me dice que para él el fútbol es muy importante y que el ajedrez le empezó a gustar “desde muy chico, pero desde los cinco más o menos quise apren­der más. No sabía bien cómo hacerlo y empecé a leer y ver en las redes, pero después nos enteramos de la acade­mia y allí fui a estudiar con la profe de preajedrez Araceli Sánchez”.

ENTRENAMIENTO VITAL

La Academia a la que se refiere Iván es la que Jimena ya frecuentaba, la Bobby Fis­cher de la campeona y pro­fesora Gabriela Vargas Tala­vera. Allí encontraron ambos su lugar en el mundo del aje­drez y allí estudian intensi­vamente entusiasmándose más, mientras participan en torneos constantemente. Y hablando de torneos ¿cómo se adaptan chicos de tan corta edad a las duras competen­cias? ¿Cómo las encaran psi­cológicamente y qué reaccio­nes tienen?

La respuesta viene de ambos. Iván la mira a Jimena y ella dice: “Yo me preparo con todo, siempre… claro que me gusta ganar, pero no siempre se puede. Cuesta un poquito acostumbrarse a que por más que te prepares muy bien, podés no ganar… no quiero decir perder, pero podés no ganar y eso está bien… A veces una llora o está sin hablar un momento… Hay que aprender a superarlo”.

Iván asiente con su cabeza “con las huellas de Flash” y agrega: “La verdad es que fue difícil al principio. Como en todos los juegos, no nos gusta perder… al principio lloraba, me sentía muy mal cuando perdía… Y me fui prepa­rando también para eso, hay que saber que se puede perder, aunque siempre es más lindo ganar, por supuesto”.

Unos minutos a solas para llorar o sentirse mal y luego seguir adelante. Tal como si fuera un aprendizaje para enfrentar la vida y sus “par­tidas” con diferentes colo­res y propuestas. Los chi­cos aprenden a manejar su frustración y de acuerdo a los expertos, quienes más lo logran, llegan más lejos en ese duro camino.

A la hora de elegir un ritmo para jugar, Jimena prefiere el clásico “porque te da más tiempo para pensar deteni­damente cada movimiento y luego decidir”, también el blitz, mientras que Iván adora el rápido y ha ganado varias partidas jugando en simul­táneo, pero también como a Jimena, el blitz le gusta mucho. No dejan de participar cual­quiera sea el ritmo del certa­men y cuando ven un tablero frente a sus ojos, es como si un mundo se les abriera de repente ante los ojos y ese mundo no tiene límites.

UNOS CHICOS MUY FELICES

A esta altura de las cosas, tal vez muchos de nosotros podríamos decir que ambos niños son muy precoces e inteligentes, pero ¿cómo viven su vida diaria en rela­ción con otros? ¿Están dedi­cados a full al ajedrez y su aprendizaje o tienen como otros chicos otros intereses?

La primera en responder es Jimena. Ella nos cuenta que practica unas cuantas horas, especialmente cuando tiene torneos o estudia tácticas y lee libros de tácticas para estar en training constan­temente. “Yo además hago otras cosas –nos dice– como estudiar piano y también danza clásica”. Dice que le encantan las tres cosas, pero que este año “además quiero jugar hockey porque en mi colegio se juega y me encanta”. Las horas del día parecen no tener apuro y a pesar de que sus padres le ofrecieron dejar algunas de las actividades si le causaran cansancio, ella afirma que “está bien porque son cosas divertidas, pero si tengo una fiesta de cumple, primero está el cumple, luego todo lo demás”. Casi grita sal­tando de regreso al juego de la pelota con Iván.

Para él, el piano es otro de sus espacios de expresión: “Me gusta mucho, también el fút­bol por supuesto y me encanta jugar… Lo que ahora me gusta muchísimo es dedicar tiempo a jugar ajedrez en línea o una partida con mi abuelo”.

Fuera de los límites del Para­guay, en donde tienen como buenos maestros y ejemplos a Gabriela Vargas y Ricardo Koff –profesor de Iván– tie­nen muchos admirados den­tro del mundo del ajedrez mundial. Para Iván, Magnun Carlslen, el actual número uno del mundo del ajedrez, es su máximo represen­tante. Para Jimena –que las enumera contando con los dedos para no dejar fuera a nadie– sus máximas ídolas son: Judith Polgar, que es considerada la mejor jugadora femenina de todos los tiem­pos, que llegó a ser número 8 en el mundo ganándole a todo el mundo. Luego, la actual número uno del mundo, la china Hou Yifan, varias veces campeona femenina y que hoy juega solamente torneos con presencia de hombres porque son más “competitivos”, y su profesora, Gaby Vargas Tala­vera, la número 1 de Paraguay, varias veces campeona nacio­nal y primera paraguaya en ganar el título de IMW, maes­tra internacional femenina.

Iván no se olvida tampoco de otros ejemplos, como el Gran Maestro Capablanca y otros más cercanos como los campeones nacionales de diversas edades.

Con todo el entusiasmo a cues­tas, dejan el tablero por unos minutos y ya sin sus ropas de fútbol y de danzas, nos delei­tan con un “miniconcierto” de piano. Ella ha dejado su tutú para mostrar sus habilidades en el teclado y él luce un sim­pático y elegantísimo moño en el cuello de su camisa blanca. Son ellos dos, los que juegan en grande, como solo pueden hacerlo los niños.

UN GRAN CAMPEÓN

Iván Torales, (8) a pesar de su corta edad, tiene muchos triunfos acumulados. Por ejem­plo, en el 2019, en el Festival Nacional de la Juventud de febrero, obtuvo el 1er Puesto en Categoría Blitz, el 2° Puesto en el ritmo Rápidas (sus favoritas), el 3er Premio en el ritmo Clásicas. Obtuvo el 5° Puesto en el XV Festival Sudamericano de la Juventud, realizado en Buenos Aires, Argentina, del 1 al 6 de diciembre del 2019.

Este año, en febrero, en el Festival Nacional de la Juventud 2020 realizado en Coro­nel Oviedo, obtuvo el 1er Puesto en ritmo Blitz, el 2° en ritmo Rápidas y el 1er Puesto en el ritmo Clásicas. Se está preparando para próximas competencias internaciona­les como la de Florianópolis, Brasil, este año.

UNA LADY EN EL TABLERO

Jimena Lugo Martínez, a su 7 años, obtuvo muchos premios y en el 2019 fue coronada subcampeona categoría Sub 8 en la Copa Escolar de Ajedrez del Mercosur en setiembre.

También en el 2020, en el Festival Nacional de la Juventud, realizado en Coronel Oviedo, obtuvo el 1er Puesto en el ritmo Blitz, además del 1er puesto en el ritmo Rápi­das y el 1er Puesto en el ritmo Clásicas.

Recuerda con mucha alegría su participación en la Copa del Mercosur donde cono­ció muchos ajedrecistas importantes, como el número uno del mundo, el argentino Ilan Schnaider, que cumplió el 8 de febrero 8 años y en los registros de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, según sus siglas francesas), fue elegido como el mejor ajedrecista Sub 8 del planeta. Un niño que es casi un “rockstar” entre los afi­cionados al ajedrez.

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