Como cada 8 de marzo, las mujeres vuelven a hacer escuchar sus voces en defensa de sus derechos en un escenario cada vez más marcado por la violencia. Recogimos algunas reflexiones de mujeres referentes de diversos sectores, que opinaron sobre la realidad y los desafíos de esta lucha.
La diputada Kattya González se refirió a los avances que se dieron para el sector. “Podemos hablar de una serie de normas, de leyes, de propuestas que aún no se han convertido en políticas públicas. Avanzamos en cuanto a protección, hay una ley relacionada a la violencia, donde se incluye la violencia política”, señaló.
Sobre la representación de las mujeres en el ámbito político refirió que “los números hablan por sí solos. A pesar de ser mujeres, existen aún personas que responden al régimen patriarcal y machista, a la línea de conducta, digamos, ‘histórica’”, y se señaló que varias de sus colegas llevan discursos que “no se compadecen precisamente con una visión de reivindicación de derechos de la mujer”.
Una de las conquistas relevantes para la legisladora es el tratamiento de la ley de paridad. “Esta ley es una herramienta absolutamente necesaria para buscar igualar ante estas desigualdades de hecho, como la situación de la representatividad femenina dentro del Poder Legislativo, donde la desigualdad es enorme. En la Cámara de diputados, de 80 tenemos 12 diputadas y en Senadores de 45 hay ocho mujeres, lo que da una representación de alrededor del 16% más o menos, absolutamente ínfima”.
Consultada sobre si la ley garantiza la calidad de la representación política, la diputada refirió: “¿Hacemos acaso esa pregunta cuando hablamos de la calidad representativa de los hombres? El hombre puede ser cualquier mamarracho, sin embargo, a la mujer se le exige calidad. Nosotros tenemos que avanzar en términos cuantitativos y, por supuesto, lo ideal sería que también en términos cualitativos. Creemos que la ley de paridad sí es un avance y sí es necesaria teniendo en cuenta los estudios que dicen que si no tenemos ley de paridad, esta igualdad va a ser muy difícil”, señaló y agregó que “mientras sigamos postergando a las mujeres, que somos el 51% de la población, entonces no vamos a tener una democracia real. Tenemos muchas cosas que desmontar”, afirmó.
En cuanto a los casos de violencia, la legisladora señaló que una de las claves es “lograr educación, educación y educación. La violencia es una externalización del fracaso de una sociedad. Cuando llegamos a lamentar la muerte o el ultraje de una mujer, es porque hemos fracasado en las instancias previas. No hay una formula mágica (para erradicar la violencia) y debemos trabajar nosotros en la conciencia, en la educación, en el saneamiento de los espacios. Yo soy una convencida de que esa mano que mece la cuna es la que se debe involucrar de manera activa y empezar a redimir los núcleos familiares como espacios de debate, ver cómo viene la mano con nuestros hijos y nuestras hijas, abordar las diferencias con absoluta sinceridad e ir desmontando estructuras de una violencia institucional que está instalada en el Paraguay”.
EN EL CAMPO
Una mujer que se ganó un espacio de relevancia en un duro contexto –si hablamos de escenarios dominados por el género masculino históricamente– es Teodolina Villalba, secretaria general de la Federación Nacional Campesina. Ella hizo referencia a cómo las mujeres campesinas e indígenas se identifican con esta fecha. “Hoy es un día muy importante para recordar que ya hace mucho que las mujeres estamos en lucha y que somos capaces de dar hasta la vida por nuestros derechos”, señaló.
En cuanto a la situación de la mujer del campo, sentenció que “cada vez más se ve la falta de educación y oportunidades, y esto afecta mucho más a las mujeres. Hay más mujeres que no saben leer en nuestro país; si hablamos de migración, hay más mujeres migrantes por falta de trabajo, y si hablamos de acceso a la tierra, las mujeres son las más afectadas”.
Sobre las diferentes realidades que podrían afectar a mujeres del campo o de la ciudad, la dirigente afirmó que “si hablamos de los derechos de la mujer, tenemos que hablar para todas, porque si el acceso a la tierra, a la educación, a la salud, son problemas que enfrenta la mujer campesina, así también afecta a las mujeres de la ciudad la marginación: se les acosa, se embarazan y se les echa del trabajo, no tienen garantías. Tiene que ser un trabajo conjunto para poder superar esto porque si bien hay diferencias en el trabajo o la condición, la misma marginación les afecta a las mujeres pobres de cualquier parte del país”, agregó finalmente.
LA VIOLENCIA
Uno de los puntos que desde hace años está entre los principales en la agenda de lucha de las mujeres es el tema de la violencia, que tiene al feminicidio como reflejo de los límites a la que llega.
Para Myrian González, especialista en derechos de las mujeres de Centro de Documentación y Estudios, para hacer un combate contra la violencia de género, contra mujeres y niñas, se necesita atacar desde varios frentes.
“Desde el 2016 hay una Ley Integral sobre la Violencia contra las Mujeres, que amplía una ya existente sobre violencia doméstica, y esta nueva ley incorpora la figura del feminicidio como un tipo de acción penal pública. Esto permite pensar que en términos normativos en el Paraguay hay herramientas necesarias para combatir la violencia. Ayer teníamos todo este debate sobre la denuncia que hizo una chica contra un trabajador de un servicentro. Ella al final fue la más violentada en las redes, esto porque minimizaron lo que ella sintió y eso es una cuestión cultural”, señaló.
Para González, el cambio cultural es un proceso muy largo que hay que pensarlo desde la escuela. “Esto que significa que niños y niñas sepan que tienen los mismos derechos y que sepan que cuando empieza el derecho de uno termina el del otro. Pasa que en nuestra sociedad, desde chicos le damos más valoración al hombre y esas cosas tienen que cambiar”, afirmó.
La especialista hizo referencia a las trabas que se ponen desde el propio Estado para evitar avanzar en el campo de la igualdad de derechos. “Sería más fácil si el Gobierno tuviera un discurso unívoco en cuanto a la igualdad de género, porque si en el discurso hablan de la educación igualitaria, pero el Ministerio (de Educación y Ciencias) lo prohíbe, estamos en problemas. Por eso el Estado debe ser laico, un Estado que no tenga que legislar en consonancia a lo que quieren grupos religiosos”, agregó
“En el siglo XXI es como que se asienta esa conquista de derechos y son las chicas de 15 a 20 años las que están en las calles y son ellas las que eclosionaron en estas marchas multitudinarias, pero es apenas un espasmo de la sociedad. Luego tenés el día a día, que te dice que tenés que poner en práctica los discursos. Estas acciones dan visibilización y son muy importantes, son una forma de decirle a la sociedad que las mujeres estamos cansadas de la desigualdad. Pero tienen que ir acompañado de un proceso de demanda continua al Estado”, agregó la profesional.