- Por Arturo Peña, arturo.pena@gruponacion.com.py
- Fotos: Nadia Monges / Archivo de Los Buffalos
Los Buffalos es una leyenda viviente del rock paraguayo. Con más de cinco décadas de vigencia, la legendaria banda liderada por su fundador, Félix Mendieta, se propuso un desafío más que especial: grabar el primer disco de toda su carrera.
Era el año 1968. The Beatles editaba su emblemático “The White Album” (El Álbum Blanco) y volvía a sacudir el mundo del rock. En su casa, en la zona de Varadero, Asunción, el joven Félix Mendieta se pasaba horas pegado a la radio esperando capturar algún tema de “los cuatro del Livepool”. Había pasado su adolescencia escuchándolos, pero ese año, el 68, un idea se instaló en su cabeza y había decido concretarla a como dé lugar: quería hacer rock. “A mis 17 años ya tenía la ambición de llegar a ser eso, quería ser un rockero”, relató el hoy veterano guitarrista, quien está a punto de celebrar sus 70 años de vida.
Con esa idea nacía la historia de una de las bandas más longevas del rock paraguayo: Los Buffalos. Con 52 años de trayectoria, siguen tocando con frecuencia en un circuito apartado del ruido del marketing. Fueron cambiando de integrantes a lo largo del tiempo y el único miembro fundador que sigue es Félix Medieta, guitarrista de la banda. La formación actual incluye además a: Rubén Pasmor, en guitarra y voz; César Almirón, en batería, y Marcelo Maldonado, en bajo.
RELANZAMIENTO
Si bien el anhelo de cualquier banda, del estilo que sea, es llegar al primer disco, con Los Buffalos se dio la peculiaridad de que, a pesar de los años, el registro pasó a ser algo secundario. En ciertos momentos apareció la idea, pero Félix nunca fue muy entusiasta, ya que el mercado de la música nacional nunca lo motivo demasiado como para grabar. Con el ingreso de nuevos integrantes, la propuesta de hacer un disco volvió al tapete a fines del año pasado, y entre setiembre y octubre entraron por primera vez a un estudio.
“Hay varias grabaciones y videos que se hicieron de forma casera pero dijimos que era un buen desafío entrar a grabar un disco, que ahora ya está en su etapa final. Estamos grabando en Tajy y creemos que material saldrá después de Semana Santa”, contó Rubén Pasmor, quien se unió a la banda hace una década. Él conocía a Los Buffalos desde pequeño, ya que eran del mismo barrio. “Mi papá les solía contratar para los eventos. Yo desde chico les veía tocar”, contó el músico.
El disco tiene un significado muy simbólico. “Es una especie relanzamiento ¡luego de 52 años!”, señaló Mendieta. “Antes no me gustaba mucho la idea de grabar, porque además de lo difícil que era, no había mercado, no teníamos apoyo de nadie. Y aunque muchas cosas cambiaron, todavía falta”, agregó.
El material incluye ocho covers de clásicos del rock, entre los que figuran temas de The Beatles -obviamente-, así como Creedence Clearwater Revival, Alan Parsons, entre otros. También incluye dos temas propios “Déjenme ver la luz” y “La guitarra”, de autoría de Mendieta. “Dicen que Los Buffalos es un banda de covers, pero no es así. Siempre hizo sus temas propios. Es más, este disco lo vemos como una primera etapa. En la segunda ya queremos hacer un material con temas exclusivamente nuestros”, explicó Pasmor.
El material está siendo grabado “a pulmón” y de forma totalmente independiente. “Nunca dependimos de nadie y lo estamos haciendo a nuestro estilo, al estilo de Los Buffalos”, agregó Rubén.
LOS INICIOS
La formación inicial de Los Buffalos fue un trío, integrado por Félix Mendieta, Jorge Rivarola (su compañero de escuela) y Luis Mendieta (su hermano). “Éramos bastante pobres, pero teníamos toda la ilusión del mundo. Teníamos un radio-casetero en el que escuchábamos los programas de Radio Paraguay, donde solían pasar The Beatles. Yo tenía una guitarra argentina que mi papá con mucho sacrificio me compró”.
Los Buffalos debutó ese 1968 en un festival en la capilla María Auxiliadora, con un repertorio de temas de Beatles en su formato más básico. “Yo soy autodidacta, todos éramos, grabamos los temas y tratábamos de copiar. Yo aprendí algunos acordes y así me fui tocando de poco. Luego empezamos a presentarnos en algunos lugares, ganamos un poco de plata y empezamos a comprar mejores instrumentos y equipos”, recordó Mendieta.
Un “problema” que afrontaron en su momento fue el inglés. “Al principio no nos calentábamos mucho porque la mayoría de la gente no entendía inglés, entonces podíamos pilotear un poco”, agregó entre risas el líder de la banda. Durante los 80 sufrieron el avance de las discotecas, que entraron a suplantar a las orquestas bailables y grupos que tocaban en vivo. “La discoteca vino a cambiar todo, a muchos buenos músicos les mató eso. Los perros tenían que adaptarse para sobrevivir, tocar cualquier cosa. Nosotros decidimos resistir, pero fueron épocas duras”, recordó Felix.
En la década del 90, la vida Félix dio un giro inesperado, cuando decidió ir a trabajar como marino con una compañía alemana de transportes de ultramar. En ese periodo estuvo largos meses fuera del país. La banda siguió tocando bajo el mismo nombre, aunque de forma muy esporádica. A su retorno, tras 10 años de recorrer mares del mundo, Félix retomó el proyecto y volvió a los escenarios con Los Buffalos.
Hoy siguen con la misma mística, con el rock como bandera. “Desde de que nació Los Buffalos solo tuvimos una idea en la cabeza: tocar. Nosotros queremos tocar, a veces incluso perdemos plata cuando vamos a dar algún toque por ahí, porque mover los equipos cuesta y muchas veces no recuperamos. Hasta cumpleaños de 15, casamientos, tocamos en supermercados, donde podamos tocar, tocamos”, sostuvo Mendieta.
UNA GIBSON DEL 74
Otra “integrante” antigua de la banda es la guitarra de Félix, una Gibson Les Paul de 1974. La compré ese año, la mandé traer de los Estados Unidos. Había visto una guitarra que usaba de Peter Frampton y me enamoré de ella. Entonces pedí. En esa época se pedía directo de la fábrica. Me enviaron una similar que igual me gustó cómo sonaba y me quedé con ella. Desde esa época me acompaña”, contó el guitarrista.
“Ahora tenemos instrumentos y equipos de primer nivel. En una época pensé que todo esto iba a ser imposible llegar a tener, ni siquiera instrumentos decentes. Hoy estamos orgullosos de lo que logramos. Nunca ganamos plata haciendo lo que hacemos. Lo que ganamos fue la satisfacción de estar siempre en un escenario”, dijo Mendieta.
FÉLIX Y LOS BARCOS
De joven, Felix trabajaba en un astillero de la familia. Sus sueños de rockero se forjaron entre los hierros de embarcaciones que se hacían allí. “Teníamos unos barcos enormes y dentro de ellos había una acústica espectacular. Entonces yo iba a practicar ahí la guitarra después del trabajo. Me quedaba toda la madrugada”, recordó.
En la década del 90 tomó la decisión de aprovechar una oportunidad económica y se unió a una flota de barcos de ultramar. Durante unos diez años recorrió casi toda Europa y varias ciudades de Estados Unidos como marinero y maquinista. “Volvía cada tres a seis meses, algunas veces me quedaba un tiempo y ahí tocábamos con Los Buffalos, después ya viajaba nuevamente. Sufrí mucho en esos largos viajes, donde ví muchos grupos en concierto y yo me moría de ganas de tocar. Luego dije que ya era suficiente y ahí volví a retomar Los Buffalos”, rememoró el guitarrista.