Luis González Macchi es el invitado de la semana en el programa “Expresso” por el canal GEN. En una conversación sincera, no deja de lado ningún tema difícil: el asesinato de Argaña, su presidencia y los intentos de golpe que se sucedieron. Afirma que a él lo dejaron totalmente de lado y que hoy, el poder del narco está por encima de la clase política.

  • Por Augusto dos Santos para “Expresso”, GEN TV
  • Augusto dos Santos: ADS
  • Fotos Nadia Monges

–ADS: ¿Cómo estás, presi­dente?

– Pero bien, realmente de salud…

– ADS: ¿Extrañás el bas­quetbol?

– Realmente es una etapa muy importante de mi vida. Y te cuento a vos porque sos mi amigo y cerrista también, yo empecé a jugar minibást­quet en Olimpia porque don Carlos Rojas y Rojas, muy amigo de mi madre ña Rubí y de mi padre Saúl, se cono­cían y él era el que fundó el mini en el Olimpia. Enton­ces, nosotros vivíamos en Herrera y Antequera, frente al club libanés, y de ahí yo me iba en bicicleta, imagínate, te estoy hablando de cuando yo tenía 9 o 10 años; yo soy del 45, entonces tenés que en el 57 vos podías venir en bici­cleta desde Herrera hasta el club Olimpia. Y estuvo ahí como un año. Pero no vestí la camiseta porque no se estaba compitiendo. Me dejó en el 57 y luego en el 62, cuando nos mudamos en Capitán Figari y Amambay, cerca del cerro, y yo entraba en el cole­gio Salesianito, y ahí estaban mis amigos Aponte, Canata, Larán, que eran todos de Cerro, de Quinta Avenida, entonces con ellos me fui a Cerro.

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– ADS: Una vez graficaste muy bien el tema de tu ale­jamiento del basquetbol y nos dijiste que en realidad vos no te alejaste del bas­quetbol, sino que el bas­quetbol se alejó de vos, pero también, al mismo tiempo, te alejaste de la política. Es decir, dejaste de ser presidente y ya no tuviste mucha participa­ción, opinión, injerencia, ¿fue una opción tuya o te dejaron de lado?

– No… A mí me dejaron de lado. Totalmente.

– ADS: Solamente Luis Ángel González Macchi puede dar esa respuesta con tanta franqueza.

  • Porque yo jamás pensé en una reelección, solamente pensé en una circunstancia de la vida, tampoco yo prometí nada porque vos sabés, y no todo el mundo sabrá, por­que yo asumí el 28 de marzo de 1999 con el juicio político a Cubas. Yo, de un día para otro, a la noche ya estaba jurando y el viernes anterior nos estába­mos matando en la plaza, no… 9 u 8 jóvenes murieron.

LA MUERTE DE ARGAÑA

– ADS: ¿Cuál es tu impre­sión sobre si terminó este debate jurídico de la muerte de Argaña (Luis María Argaña, vicepresi­dente asesinado)? ¿Te deja un gusto de que se logró jus­ticia, te deja un gusto de que no se definió, cuál es tu sensación?

– Lo único que no se definió es determinar quién fue el autor moral porque los auto­res materiales todos ligaron, ahí están con 16 años, pero el autor moral nunca se definió, que para nosotros, perdonen que ahora está arriba, pero para mí fue Lino.

– ADS: ¿Alguna vez te cru­zaste en la vida de nuevo con, te voy a citar dos per­sonajes, Raúl Cubas y Lino Oviedo?

– Con Lino Oviedo nunca más. Con Raúl Cubas sí. Nosotros nos conocimos. Nos cono­cíamos de antes porque vos sabés, él se casa con Mirta Gusinky, y Pibí, su hermano, se casa con Gloria, que vivían a tres casas de mi casa, donde yo vivía con mis padres, nos conocíamos desde jóvenes con sus respectivas señoras.

– ADS: Estaba pensando… Para mucha gente, el último hecho de casi una refriega militar fue el del 89, pero durante todos esos hechos de marzo estuvimos a un tris de que se antagoniza­ran fuertemente las fuer­zas militares. La marina tenía un rol, ustedes recu­rrieron a ellos, la aviación también. Contale un poco a la gente cómo estaban posi­cionadas las fuerzas mili­tares.

– El problema estaba en la plaza central. Estaba el Con­greso, que es el Cabildo de hoy. Esa plaza, que estuvo ocupada tanto tiempo, es la que querían los oviedistas que estaban hacia el Pala­cio y los que estaban a favor del Congreso, porque noso­tros, el Congreso, estába­mos activando porque estu­diábamos el juicio político al presidente Cubas. Todos querían tomar esa plaza cen­tral, con la Policía ahí en el medio. Cuando salen las fuer­zas armadas, después de la muerte de Argaña, el jueves, el presidente Cubas ordena que salgan las fuerzas arma­das en vez de la Policía por­que no cumplía el papel de aguantar ese enfrentamiento entre oviedistas y argañistas. Entonces, las fuerzas arma­das salen y cuando van los marinos para replegar a los que están hacia la Catedral, la sociedad y los jóvenes esta­ban tranquilos porque sabían que los marinos no eran como la caballería o como la policía.

– ADS: Y la aviación tam­bién…

– Y la aviación también.

CADA SEMANA, UN INTENTO DE GOLPE

– ADS: Pero lo de la avia­ción podía haber tenido razón también por esa rivalidad que existía entre Cramer y Oviedo.

– Claro, claro. Realmente hay un hecho clave e impor­tante para mí, que muy poca importancia se le dio. Hablo del intento de golpe del 2000, siendo yo presidente ya.

– ADS: ¿Qué pasó esa vez? Estamos hablando de una noche cualquiera, que no fue tan cualquiera, cuando una tanqueta se instala frente al Congreso y dis­para al Congreso.

– Habiendo gente dentro del Congreso. Ahí fue el día que Luchi Guanes, el cuñado de Laíno, dice: “Ahí vienen ami­gos nuestros para defender­nos”, y ahí nomás les dispara el tanque. Eso fue un com­plot, ¿recordás que hasta Lino dijo que no tenía nada que ver? Bueno, la verdad, la verdad, eso fue obra del finado “Rambo” Saguier.

– ADS: Pero “Rambo” Saguier no tenía una tan­queta en su casa…

  • Y no, pero él hizo la cons­piración con los militares de “Lino’o” con el coronel Woro­niescki. Estaba este señor Florenciáñez, que eran los hombres cercanos a Lino Oviedo, que ya estaban todos retirados.

– ADS: ¿Pero cuál pudo haber sido la intención?

– Y hacer un golpe, o por lo menos meter un cháke, o ellos seguramente creyeron que podían porque de Cerrito salieron 13 tanques, no uno solo.

– ADS: ¿Cuántas veces intentaron destituirte por esa vía o por la vía de juicio político?

– Pero en esa época del 2000, cada semana había un intento de golpe de Estado. Cada fin de semana era. “Este fin de semana”, porque…

– ADS: ¿Y alguna vez dor­miste en otro lado porque se venía la posibilidad de un golpe?

– Solamente fue ese viernes, el viernes sangriento, que me fui a dormir en lo de Bilo Bo, porque ahí estaban “Calé”, Villamayor, Icho, y yo estaba en el Congreso ese viernes a las 18:00, antes de la matanza, en los primeros intentos, y la información que se manejaba era que se venía un enfrenta­miento muy duro. Me llaman entre “Calé”, Villamayor, no sé, Icho, y me dicen “vení a lo de Bilo, acá estamos”.

EL NARCO Y LA CLASE POLÍTICA

– ADS: ¿Cómo asumís las denuncias por hechos de corrupción que se tuvieron durante tu gestión?

– Y me voy a la justicia. Yo cuando me retiro, cuando me imputan por enrique­cimiento ilícito. Me impu­tan por este envío de los 16 millones de dólares del Banco Unión a Estados Unidos que yo supuestamente incité, o sea, hay una palabra jurídica ahí que no se me viene porque yo ni siquiera pedí fueros, por­que yo fui un presidente, no fui electo como tal, sino que fui electo como senador de la nación, pero asumí por un juicio político constitucional­mente el cargo.

– ADS: ¿Cómo ves el futuro de Paraguay en términos de su clase política que siem­pre fue muy criticada y que sigue siendo muy criticada?

– Bueno, ahora ya no es luego la clase política que juega para mí, un partido importante, sino el narco. Hay políticos narcos. Antes existían políticos que eran financiados por narcos, estoy de acuerdo. Pero es dis­tinto que un González Macchi narco te diga a vos tomá 100 mil dólares y candidatate vos a gobernador, pero vos sos polí­tico, no narco. Fuiste finan­ciado por un narco. Pero ahora es distinto, para qué yo le voy a dar plata a Dos Santos, me voy a candidatar nomás yo con mi plata. Ese es el problema. Enton­ces el problema es más grave.

– ADS: ¿Quiénes son tres exponentes del Partido Colorado que te parece son tus nietos, y los que vengan después puedan encontrar un referente en ellos y no te digan: “¡Guácala, no me gusta!”?

– Para mí, Natalicio fue un hombre muy preparado e hizo una carrera política porque fue presidente de la República y estuvo como presidente de la Junta. Otro que fue tam­bién, antes de Natalicio, es Juan León Mallorquín, él me parece un excelente polí­tico. Y después les tengo en un afecto muy importante a Juan Ramón Chaves y Luis María Argaña. Te nombré cuatro, no tres. Y Nicanor es un caso especial. Casi psiquiátrico ya.

– ADS: ¿Verdad?, una de las cosas que leí en tu libro y me pareció llamativo que contaste de una huida de Nicanor. ¿Qué pasó ahí?

– Eso me contó Bader (Rachid Lichi). No es que yo dije…

– ADS: ¿Cuál es la historia?

– La historia real es que la familia Argaña, ese día del 28 de marzo, ¿no?, al mediodía, cuando estaba en el camino de la renuncia, ya le había hablado al presidente del partido, que era Bader Rachid Lichi. El presidente Cubas me dice: “Pasá a las 17:00 por Mburuvicha Róga y yo te voy a presentar mi renun­cia”. Ahí ya la familia Argaña pide por Nelson como candi­dato a ministro de Educación. Entonces, yo, como que a mí me pareció que Nelson nunca pasó frente al Ministerio de Educación, era un abogado, un joven preparado y política­mente era el líder de reconci­liación colorada. Y buscando eso, le pregunto a Bader, decime qué te parece: “Papu­chin”, me dice. “¿Papuchin Frutos?”, le digo. “Pero Nica­nor fue candidato a vicepresi­dente de Argaña. Ya fue minis­tro de Educación. Fue quien llevó adelante la reforma del ministerio y nunca supe que Abc o alguien que lo tildara de algo en esa época, le digo. Y me dice: “No sé, la verdad es que me parece que corrió y se fue a Curitiba y allí tiene un tra­bajo en un periódico”.

– ADS: Nicanor corrió del Marzo Paraguayo

– Eso mismo (risas), pero seguramente fue una forma de decir de Bader, que no estaba en Asunción. Y le digo “buscale un poco”. Y ahí ya “Calé” –de “Calé” no pode­mos dejar de hablar porque es una institución– escucha y entonces le dijo a Nicanor “vení un poco”.

– ADS: ¿Por qué te quiso echar “Calé” en la última etapa?

– A la pucha, eso yo no te puedo contestar.

– ADS: ¿Nunca le pregun­taste?

– ¿Y por qué vos no le pregun­taste la vez pasada? Llamale y preguntale otra vez. Ahí voy a saber la verdad.

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