El Método Suzuki es un programa implementado en el Ateneo Paraguayo que enseña a los niños a tocar instrumentos. Sin embargo, la finalidad dentro de las aulas va mucho más allá del aprendizaje de la técnica musical.

El profesor Brian Cantero lidera la ronda. A sus costados, completan el círculo Sebastián (8), Tobías (8), Fabricio (9), Rafael (5) y Afra (14). Todos ejecutan “Estrellita, ¿dónde estás?” en sus guitarras, mientras sus padres observan la clase detrás de ellos. Después de esto, el maestro esparce sobre el suelo pedazos de papel e indica a sus alumnos que deben armar el rompecabezas de un pentagrama. “Los acordes vamos a encontrar a partir de la clave de sol”, dice para orientarlos.

Así empieza una clase del Método Suzuki, el movimiento educativo creado por el japonés Shinichi Suzuki que propone la enseñanza de la música desde temprana edad para fomentar el desarrollo congnitivo. Desde el 2005, el Ateneo Paraguayo es la institución encargada de implementar el método en Paraguay.

“El Método Suzuki es conocido como ‘el método de la lengua materna’ porque lo que hizo Shinichi es traer el aprendizaje de este idioma del entorno familiar al instrumento. Cada paso que se utiliza para enseñar a hablar al niño, él lo llevó a la música”, explica Cantero, quien es el coordinador del programa en el Ateneo Paraguayo.

Por eso los padres presencian las clases, porque su participación en el proceso es clave para que lo aprendido no quede entre cuatro paredes. “Shinichi lo denominaba ‘el triángulo Suzuki’ –maestros, padres y alumnos– porque las tres partes hacen que el método funcione. Ellos también aprenden a tocar los instrumentos en las aulas y son los profesores en la casa”, señala.

¿Por qué creó el método? Suzuki nació en 1898 y vivió cien años. En su estadía por Alemania vio de cerca los escenarios de la Segunda Guerra Mundial. Durante la contienda, observó cómo los niños llevaban radios en sus mochilas y escuchaban música clásica. “Para Shinichi la música era el medio para cambiar el mundo”, comenta el maestro.

Si bien el método puede ser aplicado en todas las personas, se enfoca principalmente en niños de a partir de 3 años, ya que el objetivo es formar seres humanos integrales a través de la música. “Suzuki sostiene que el talento no es innato, sino que puede ser desarrollado desde el nacimiento, y que una forma efectiva de hacerlo es empleando los mismos pasos que siguen los niños en el aprendizaje de su idioma”, escribía el profesor Alvaro Morel en el volumen 4 de la revista del Ateneo Paraguayo.

En las aulas, los alumnos son de diversas edades, lo cual nutre más al grupo ya que aprenden unos de otros. “Hay clases individuales y grupales, en la primera conocen la técnica y en la segunda, van puliendo los conocimientos adquiridos”, destaca el profesor Brian.

El Método Suzuki construye las habilidades de los niños, los educa en la disciplina, en la comunicación y en la atención, por ende mejoran las aptitudes académicas en el colegio. “Además, la música desarrolla su sensibilidad”, menciona Cantero sobre los resultados positivos.

“En el programa no hay exámenes, pero sí evaluaciones (los conciertos, por ejemplo). Es muy distinto preparase para un concierto, ya que se trabaja mucho la motivación”, agrega. Y concluye: “Si bien el Método Suzuki es para aprender a tocar instrumentos, la forma en que es aplicado ayuda a la formación de la persona en todos los aspectos de la vida”.

CULTURA EN EL AIRE

El Ateneo Paraguayo fue fundando en 1883 y constituye la más antigua y prestigiosa escuela de artes del país. La casona donde tiene su sede actual, en la calle Nuestra Señora de la Asunción, perteneció a los Vierci Machain, hasta 1963, quienes vendieron la propiedad a la institución. “Este lugar fue el más importante de la segunda mitad del siglo XX, porque en estas salas ha disertado lo mejor de la intelectualidad paraguaya en los famosos Jueves del Ateneo”, destaca el director general, Manuel Martínez Domínguez.

“Hoy, el Ateneo es el centro pedagógico musical más importante que tiene Paraguay. Además, cuenta con una biblioteca que comprende la colección de música más grande de la república, tanto en cantidad como en calidad, ya que tiene alrededor de 6.000 volúmenes de libros y manuscritos. Es un espacio para investigadores y profesores del método porque las obras son las originales”, señala.

La institución ofrece clases de piano, violín, guitarra, flauta y otros instrumentos, además propone cursos de historia del arte, dibujo y pintura, artes visuales, etc. “Antes, enseñábamos latín para artistas, pero el único profesor del idioma que teníamos estaba viejito y no podía más dictar clases. Como el Ateneo no percibe ayuda del Estado, muchos de los programas no se pueden hacer. Solicitamos ayuda al Congreso, pero como no tenemos vinculación política no nos hacen caso”, asegura.

Desde el 2005, el Ateneo Paraguayo implementa el Método Suzuki en Paraguay gracias a la propuesta del profesor Álvaro Morel. En abril del 2020 presentarán el “Festival Asuzuki”, el primero que involucrará en el escenario a las tres partes fundamentales del programa: maestros, padres y alumnos. “Vendrán cinco maestros de Argentina y Perú para el concierto”, adelanta el profesor Cantero.

Brian termina su clase y los integrantes de la ronda se ponen de pie para hacer el saludo final. Él y sus estudiantes hacen una reverencia y prometen volver a verse la tarde siguiente. En este espacio, su punto de encuentro de preferencia con el arte, la música evoluciona día a día. Y ellos, como personas, también.

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