Por Juan Pablo Zaracho, @laespadasagrada

Hace 40 años, una promoción para atraer más público a un partido de béisbol terminó llevando al género de la música disco a la desaparición: la “Noche de demolición del disco”. Marketing, intolerancia, descontrol y deporte, todos unidos en una noche descontrolada.

El estado del campo de juego en Comiskey Park aquella noche del 12 de julio de 1979 daba muestras del caos que había ocurrido unas horas antes: pasto chamuscado, vidrios rotos, cerveza derramada en cada esquina, bases robadas y miles de pedazos de vinilo provenientes de disco. Esta ecléctica mezcla fue la consecuencia de la “Disco demolition night”, o “Noche de demolición del disco”, una promoción que tuvo un profundo efecto en la música, desnudando prejuicios y destinando a un género al olvido.

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LLENAR UN ESTADIO CON UNA EXPLOSIÓN

Los Medias Rojas de Chicago en 1979 estaba pasando por una temporada mediocre, lejos de competir por el título de la liga de béisbol en Estados Unidos. El equipo no atraía a los hinchas, con el estadio Comiskey Park presentando claros en todos los sectores, siendo que en promedio iban unas 13 mil personas a cada partido, cuando el estadio tenía capacidad para 48 mil.

El dueño del equipo, Bill Veeck, fue el pionero en crear promociones para los hinchas que iban a la cancha. Desde regalar comida hasta orquídeas para las mujeres en el Día de la Madre, siempre se destacó por su creatividad. Para este tiempo era Mike Veeck, su hijo, el encargado de buscar ideas para llevar a más gente a la cancha y en esta búsqueda fue que se reunió con el DJ de radio Steve Dahl, quien tenía una propuesta llamativa: hacer explotar una caja llena de vinilos de música disco.

Dahl había sido echado de una radio meses antes por el cambio de estilo de la misma: habían pasado de una temática de rock a poner música disco. El estilo disco se había convertido en el más popular del país, sumado al furor de películas como “Saturday Night Fever”. En total, 13 de los 16 temas número uno en las listas de Billboard en 1979 habían sido de temática disco, dejando de lado a otros estilos tradicionales.

Esto causó un rechazo importante por parte de los fanáticos del rock clásico, quienes veían su música quedar al margen. El rechazo al disco no solo era por gusto musical, también se daba porque el género estaba dominado por afroamericanos, desde el ritmo hasta la vestimenta, un estilo que no quería ser compartido por muchos hombres blancos. Era a este público al que apuntaba Dahl, quien en su nuevo programa rayaba vinilos de temas disco al aire.

Como una gran promoción a su programa, el DJ decidió crear un evento especial: los hinchas que lleven un vinilo de disco al partido de los Medias Blancas entrarían pagando solo 98 centavos a una doble jornada que jugarían contra los Tigers de Detroit. Todos los vinilos serían puestos en un contenedor y detonados en el medio de la cancha entre partido y partido.

EL ALUVIÓN

Aquel 12 de julio, el equipo esperaba como máximo unas 20 mil personas que vayan por la promoción. Rápidamente se dieron cuenta que quedarían muy cortos: en total ingresaron más de 50 mil hinchas con vinilos en mano, con unos 20 mil quedando fuera por falta de lugar. Al recibir los vinilos, los trabajadores veían que no solo eran de música disco, sino de funk, rhythm and blues y otros estilos mayormente escritos por afroamericanos.

Ya durante el primer partido, el descontrol era aparente. Varios vinilos y vasos llenos de cerveza eran arrojados al campo de juego y casi golpeaban a los jugadores en pleno partido. El público cantaba diversos eslóganes contra el disco, esperando el momento cumbre.

Al terminar el primer partido, Steve Dahl salió a la cancha vestido con uniforme militar, llevando adelante a su “tropa”. Inició un conteo y el encargado de la pirotecnia apretó el botón: una explosión sacudió el estadio, con miles de pedazos de vinilos cayendo esparcidos por la cancha.

LA HECATOMBE

La explosión llevó al público, gran parte ya en estado de ebriedad, a una euforia colectiva. En ese momento, algunos hinchas bajaron a la cancha sin ser detenidos por desbordados guardias de seguridad. Al ver esto, cientos de personas bajaron a la cancha con sed de destrucción.

Con botellas metidas de contrabando, cerveza, vinilos y otros objetos, el público hizo una fiesta en plena cancha. Los jugadores quedaron en sus bancas mirando el espectáculo. Algunos fans del béisbol corrían las bases, pero otros despertaban su pirómano interior, comenzando pequeños incendios en diferentes sectores. La destrucción de propiedad era total.

Los administradores intentaban desesperados sacar a la gente del campo, pero era imposible. Finalmente, cuando lo lograron, con ayuda de la policía de Chicago, el césped estaba cubierto por basura y varias de las bases habían sido robadas. Intentaron arreglar el campo de juego, pero fue imposible; los Medias Blancas finalmente tuvieron que suspender el partido, perdiendo por walk-over, hecho que importó a muy pocos.

EL FIN DEL GÉNERO

El evento fue duramente criticado, con Nile Rodgers del grupo Chic, comparando el acto con la quema de libros realizada por los nazis. El organizador Dahl negó la connotación racista del evento, mientras que el dueño Veeck la consideró como una promoción “desastrosa”. El caos en la cancha fue noticia en todo el país y luego sus consecuencias fueron mucho más profundas.

La promoción coincidió con una rápida desaparición del disco de las principales radios del país y solo un tema del género llegó al primer lugar de las listas de éxitos en la segunda mitad del año. Las radios volvieron al pop y rock, dejando al polémico género de lado. Así, la explosión decretó la “muerte” de la música disco. Dahl se convirtió en una estrella, siendo uno de los DJs más exitosos del país.

Hasta hoy, la “Disco demolition night” es vista como una de las promociones más exitosas y, al mismo tiempo, desastrosas de la historia del deporte. Su influencia fue mucho más allá del béisbol, creando un cambio cultural que modificó el patrón de consumo y destinó al olvido al género musical más exitoso del momento, con una motivación racista y homofóbica. Todo esto ocurriendo porque un equipo era tan mediocre que no podía llevar hinchas a la cancha.

Fuentes:

“The Night Disco Died”. Chicago Magazine, 5-7-2016

“Disco Inferno”. The Independent, 11-12-2004

“Why are the Chicago White Sox remembering Disco Demolition Night?”. The Economist, 13-7-2019

“Disco Demolition: the night they tried to crush black music”. The Guardian, 19-7-2019

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