Once años después, la final de la Copa del Rey medirá a Real Madrid y Barcelona, los dos máximos rivales del fútbol español. Es hoy (17:00) en Sevilla, en un duelo que Carlo Ancelotti afronta como un examen decisivo.

Eliminado de la Liga de Cam­peones en cuartos de final después de dos derrotas ante el Arsenal y con LaLiga cuesta arriba al estar a cuatro puntos del líder Barça, perder la final ante el gran enemigo azulgrana volvería a poner a Carletto, ya muy cuestio­nado, en el ojo del huracán.

Desde la eliminación euro­pea, su posible salida del club al término del curso llena páginas en la prensa española, que especula ya abiertamente con los nom­bres de eventuales sustitutos, especialmente Xabi Alonso, el actual técnico del Bayer Leverkusen y exjugador del club merengue.

Mientras tanto, el nombre de Ancelotti suena también en la órbita de la Seleção brasileña, que busca reemplazo a Dori­val Júnior, destituido hace casi un mes.

BOICOT

El Real tachó este viernes de “inadmisibles” las declaracio­nes de los árbitros de la final de la Copa del Rey y se negó a llevar a cabo el programa tradicional de compromisos de la víspera del partido por el título.

El club madrileño decidió que ni su entrenador ni nin­guno de sus jugadores com­parecerían ante la prensa este viernes y tampoco rea­lizó el entrenamiento abierto a la prensa, como es habitual previo a la final.

Además, boicoteó el acto protocolario de toma de fotos con los entrenadores y capitanes de los dos finalis­tas y rechazó presentarse a la cena de directivas.

ÁRBITRO EN LÁGRIMAS

Horas antes, el árbitro designado para dirigir la final, Ricardo de Bur­gos Bengoechea, denunció presiones de Real Madrid TV a través de videos en los que se pone en cues­tión su honestidad arbi­tral. “Cuando un hijo tuyo va al colegio y vuelve llo­rando porque otros niños le dicen que su padre es un ladrón, es algo muy jodido”, sostuvo el árbitro, quien se quebró muy tocado por los cuestionamientos.

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