Se ganó como se tenía que ganar y punto. La selección paraguaya superó 1-0 a Chile en un par­tido complicadísimo. Lo logró con la garra y determinación ya marca registrada de este ciclo al mando de Gustavo Alfaro. El gol de Omar Alde­rete llegó en un momento clave del partido y que después se defendió con uñas y dientes el resto del partido.

La Albirroja comenzó el par­tido con una presión asfixiante y esa ambición se tradujo en algunas ocasiones frente al arco de Cortés. En lo que sí fallaron los hombres de ataque fue en la falta de prolijidad y, en ese sentido, Ramón Sosa fue un abanderado. El jugador del Nottingham Forest se pasó de revoluciones. Tras una jugada preparada en un centro fron­tal, la Albirroja tuvo su primera ocasión. Júnior Alonso ganó el fondo y bajó la pelota de cabeza al medio. Esta llegó a los pies de Sosa, que de frente y sin marca definió muy mal.

Poco a poco, Chile salió de su atolladero y empezó a circu­lar mejor la pelota. Ya la pre­sión del mediocampo albi­rrojo no fue tan efectiva y eso lo aprovechó la Roja. Arriba, el más peligroso fue Cepeda, que remató dos veces desde buena posición. En el segundo de ellos, exigió a fondo a Fer­nández, que logró desviar la pelota. Ya sobre en final, Sosa se inventó una jugada per­sonal, pero su definición de zurda fue deficiente.

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Con el ingreso de Matías Galarza por Bobadilla, Para­guay nuevamente comenzó con ímpetu el segundo tiempo, y en una jugada preparada de tiro libre, Enciso centró para la atropellada de Cáceres, quien ganó por arriba, Sana­bria desvió también de cabeza y por el otro sector Alderete, de atropellada, mandó la pelota al fondo del arco para desatar la euforia en Sajonia.

Lo que vino después fue casi un monólogo de Chile que, con cambios, acorraló a los nues­tros, aunque sin definición. Fernández volvió a salvar el arco albirrojo, tras un remate de Osorio, pero más allá de eso faltó culminar mejor los contragolpes que se tuvo para liquidar el partido.

Lo mejor de todo fue el resul­tado, que nos pone más cerca que nunca del gran objetivo, pero también la gran entrega de los jugadores, con puntos altos en todos los sectores.

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