La selección paraguaya Sub-20 logró ayer su triunfo más importante del hexagonal final de la categoría que se juega en Venezuela al vencer a Uruguay por 1-0 y lograr así su clasificación al Mundial de Chile 2025 que se celebrará desde finales de setiembre.
Los dirigidos por Antolín Alcaraz jugaron su mejor partido del torneo, considerando la jerarquía del rival y porque precisamente fue el equipo que infligió la más dura goleada al combinado nacional en la fase de grupos.
Pero el de ayer fue otro partido. El de la entrega, el sacrificio, la concentración, la garra y el buen juego que por varios pasajes mostraron los chicos, para llevarse un merecido triunfo.
Más allá del dominio inicial de la Celeste, esta selección sabía a lo que jugaba. Esperó y contraatacó las veces que pudo y cuando tuvo que defender lo hizo con mucha solvencia, comenzando desde el arco y con una defensa que ya no dio las concesiones de aquel partido.
Del medio para adelante, logró inquietar más de una vez a la zaga charrúa, con jugadores como Octavio Alfonso, Tiago Caballero y Gabriel Aguayo, acompañados de los volantes. Fue así que poco o poco fue buscando la manera de vulnerar el arco rival.
Lo logró en el segundo tiempo. Y por la vía marca registrada de nuestro fútbol. El centro, cabeza y gol.
Alfonso ejecutó un tiro libre frontal pero bien dirigido a Tiago Caballero que, exigido, desvió la pelota al medio para que Gadiel Paoli, también de cabeza, someta al arquero uruguayo Kevin Martínez y decretar así el único tanto del partido.
Uruguay intentó reaccionar, pero fue cuando apareció el espíritu solidario de este equipo paraguayo, que cerró todos los conductos y cuidó el resultado a fuerza de coraje y entrega.
El objetivo se cumplió y estos chicos merecen el reconocimiento mayor por superar varias situaciones en contra y reponerse ante la adversidad.