El Melli Óscar Romero ya puede presumir de haber ganado la Copa Libertadores. Aunque el zurdo no tuvo minutos, al igual que el arquero Roberto Júnior Fer­nández, igual gozó un mon­tón con la consagración del Botafogo, flamante campeón de la Copa Libertadores 2024, luego de vencer el sábado en la final de Buenos Aires a Atlé­tico Mineiro.

“Realmente es una emoción muy grande, uno recuerda desde niño cuando prendía el televisor y veía la Copa Liberta­dores y uno quería estar ahí del otro lado, ganando, festejando y bueno, hoy me toca estar de este lado. Disfruto mucho y soy un agradecido a Dios y a toda mi familia. Disfrutando ahora de este momento, ganando este título que uno soñaba desde chico, así que contento por eso”, declaró el ex Cerro Porteño en charla con ESPN.

Óscar también tuvo tiempo de hablar sobre su futuro en el cuadro brasileño, al que llegó esta temporada con un año de contrato (vence en diciembre), con opción a renovar.

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“Realmente no estoy pen­sando todavía en lo que sería mi futuro, trato ahora de pen­sar en lo que serían los próxi­mos dos partidos”, refirién­dose a los dos juegos que le restan a su equipo en el Bra­sileirão, donde está puntero y con grandes posibilidades de lograr el título.

Eso sí, dejó abierta la posibili­dad de seguir. “Me queda con­trato todavía hasta diciembre, finales de este año, y bueno, ter­minar de la mejor manera con este club que me abrió las puer­tas y seguir dándole muchos títulos”, subrayó finalmente.

LA OTRA CARA: TRISTEZA DE ALONSO

Júnior Alonso, del Atlético Mineiro

Mientras Fernández y Romero festejaban el título del Botafogo, la otra cara se dio con Júnior Alonso, quien jugó todo el partid en el Atlético Mineiro, que se quedó sin nada. “Estamos tristes por eso, es una sensación que nos duele por todo lo que hicimos en el año. Pero somos profesionales, estamos expuestos a esto, llora­remos en silencio seguramente el día de hoy, pero mañana vamos a levantarnos y vamos a volver a intentar”, aseguró el lateral.

Remarcó que “estamos en un club grande, la gente cree en noso­tros, sabemos que nos van a apoyar en lo que viene y tenemos la obligación de levantarnos. Tengo 31 años y perdí más finales de las que gané, pero hoy estoy acá dando la cara”.

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