Sportivo Ameliano se convirtió nue­vamente en el ver­dugo de Olimpia en un par­tido clave. Le ganó por 1-0 y se colocó como uno de los escoltas, precisamente del Franjeado, para poner al rojo vivo un torneo Clausura que pinta emocionante en su tramo final. El equipo de Aldo Bobadilla es la gran sensación en esta segunda rueda, siendo el más efectivo de todos.

En los primeros diez minutos de partido, Olimpia estuvo mejor. Incluso en un tiro libre de Fernández, el árbi­tro marcó penal de Richard Torales, pero el VAR deses­timó la pena máxima. Tras ese predominio inicial, Ame­liano ajustó las marcas y equilibró el partido.

De todas formas, el Fran­jeado fue el que dispuso de las mejores ocasiones, con Hugo Fernández buscando perma­nentemente el arco con sus remates de media distancia. La V Azulada no pudo hilar salidas limpias porque per­dió casi siempre las segun­das pelotas. En medio de esa falta de acierto frente a los arcos, Manuel Capasso se perdió un gol cantado. Tras un córner desde el ataque derecho y disputa por arriba, la pelota le quedó al zaguero quien, solito frente a Cristó­foro, colocó a un costado su remate, pero la pelota se fue cerca del palo izquierdo del arquero.

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Ameliano dispuso de una sola ocasión en esta etapa cuando Richard Torales res­cató una pelota perdida en la salida por Júnior Barreto, pero remató mal.

Abel Paredes despeja la pelota ante Benítez. El ex-Olimpia fue otro de los destacados en Ameliano.FOTO: NÉSTOR SOTO

UN GOL GANADOR

El panorama cambió total­mente en el segundo tiempo con el ingreso de Cristhian Ocampos en Ameliano. El cuadro de Bobadilla fue otro equipo y fue tras una buena recepción del delantero que llegó al gol. Este extendió el pase para el Piru Contrera, quien tras meter una pausa, metió el centro preciso para el cabezazo sin marca de Édgar Zaracho, que venció a Olveira.

Con ese 1-0 en contra, la des­esperación comenzó a apo­derarse de los jugadores de Olimpia, que a los apuros intentó llegar al empate rápi­damente.

Con los ingresos de Der­lis y Montenegro intentó copar mejor el área, donde Patiño se convirtió en gran figura al despejar todas las pelotas que llegaron por arriba.

Fue justamente Patiño quien metió un pase largo para Ocampos, quien luego de cuerpear a Barreto, se perfiló y sacó un remate de zurda, que Olveira desvió magis­tralmente.

Olimpia seguía con ese pre­dominio estéril y Valdez, en otro contragolpe comandado por Ocampos, se perdía el segundo.

En los minutos finales, Olim­pia, con más empuje que fútbol, buscó el empate de todas las formas aunque su esfuerzo fue en vano, porque se dejó los tres puntos ante un rival que definitivamente le tomó el pulso en los partidos importantes.

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