Olimpia sufrió más de la cuenta para ganarle a Trinidense 2-1 y de esta manera conserva en forma solitaria la punta del torneo. El cuadro franjeado fue superado por su rival en el primer tiempo, pero con empuje y algunos cambios clave lo dio vuelta en el segundo tiempo.
Trinidense entró mucho mejor al partido. En su primer ataque profundo, Rodrigo Arévalo estuvo a punto de marcar, pero Olveira le tapó el ángulo de tiro y en el rebote, otra vez el arquero charrúa despejó el balón desde el piso.
Olimpia exageró demasiado con los balones largos y eso facilitó la tarea de los centrales de Trinidense, Vera y Flores, que siempre les ganaron de mano a Hugo Benítez y Brian Montenegro.
Fue así que también aprovechando el buen manejo de De la Cruz y Riveros, el cuadro de José Arrúa golpeó sobre los 18′. Entre Mendoza y Arévalo, combinaron bien y este último habilitó perfectamente a Ronaldo Báez, que con un zurdazo venció a Olveira. Golazo, por su concepción.
El Franjeado sintió el golpe y los pelotazos anunciados fueron cada vez más constantes, sin una idea clara de juego. Alex Arce y Derlis González estuvieron erráticos y Palermo se jugó con los cambios en el segundo tiempo.
Uno de ellos fue Hugo Fernández, que le cambió la cara al ataque franjeado. Antes, Capasso sacó sobre la línea una pelota de gol, pero en un ataque por el sector derecho, Espínola centró por bajo y tras remate de Redes que pegó en un defensor, la pelota le llegó a Fernández, que metió el zurdazo para empatar el partido.
Ese gol despertó a Olimpia, que martilló diferente, aunque después volvió a quedarse un poco más, pero los ingresos de Carlos Arrúa y Parzajuk refrescaron el ataque y produjo más acciones de peligro, incluyendo un contragolpe prometedor que Derlis desperdició. Hasta que tras un córner y rechazo a medias, Manuel Capasso definió como un delantero, con un remate al ángulo para darle una sufrida victoria a Olimpia.