Jugando con una gran determinación, inten­sidad y contundencia, Nacional logró lo que ningún otro equipo había logrado hasta ahora: tumbar a Olim­pia, que se quedó sin invicto.

La victoria de 2-0 se sustentó gracias a una gran exposi­ción futbolística del equipo de Bernay, que ganó en todos los sectores por una actitud encomiable.

Olimpia fue apenas una ráfaga en los primeros minu­tos, con dos aproximaciones importantes, porque después todo fue de la Academia en ese primer tiempo fabuloso en todas sus líneas.

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Le alcanzó un córner y despeje a medias de la defensa de Olimpia para llegar al pri­mero, convertido por su capi­tán Claudio Núñez, que tomó el rebote y con remate colo­cado venció a Olveira.

Fueron minutos de furia de los locales, que apenas unos minu­tos después llegó al segundo con un espectacular contra­golpe. Fabrizio Jara tomó el rebote y extendió el pase a Gus­tavo Caballero, que como gran velocista enfiló decidido al arco franjeado. Jara acompañó y le llegó la pelota, que colocó a un costado de Olveira. Gran gol por su concepción.

Más allá de esos goles, que fueron los que determinaron su victoria, la vuelta de Juan Fernando Alfaro en el medio­sector tricolor le dio grandes beneficios porque fue el juga­dor que manejó los tiempos del partido. Junto con Fabri­zio Jara y Leandro Meza, lite­ralmente borraron al medio­campo franjeado, porque la lentitud de Richard Ortiz fue un punto en contra para el cuadro de Palermo. Alex Franco lo intentó pero estuvo muy solo en la tarea de gene­rar juego.

Además, Nacional tuvo otros actores importantes, como el mismo Gustavo Caballero, que exigió todo en ese primer tiempo, y el gran acompaña­miento del resto.

En el segundo tiempo, con el resultado a favor, lo dejó avanzar a Olimpia, que ni siquiera con los cambios pudo lograr el descuento.

Sin dudas, fue un grandísimo partido de Nacional, que cele­bra la victoria y su nueva posi­ción como uno de los escoltas.

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