Paraguay completó su participación 2024 en las eliminatorias sudamericanas camino al Mundial 2026. La Albirroja se encuentra en una cómoda sexta posición de clasifica­ción directa a la Copa del Mundo 2026.

El equipo tricolor vivió gran­des momentos, en coinciden­cia con la llegada del entre­nador argentino Gustavo Alfaro, quien dio en la tecla correcta y se sumaron puntos valiosos en todos los partidos, incluyendo las sensacionales victorias sobre Brasil (1-0), Argentina (2-1) y Venezuela (2-1), además de los empates de visitante frente a Uruguay (0-0), Ecuador (0-0) y Boli­via (2-2).

“Cuando un entrenador te valora, uno se comporta dife­rente”, destacó Julio Enciso, autor del gol del empate sobre hora frente a Bolivia, uno de los futbolistas destacados de la actualidad.

En la previa a los partidos frente a la Argentina y Boli­via, Enciso dudaba de su convocatoria, ya que no está jugando en el Brighton, su club de Inglaterra.

En igual situación se encuentra Miguel Almirón, quien tampoco ha tenido la continuidad necesaria en el Newcastle de Inglaterra, pero se ha constituido en pieza capital de la Albirroja desde la llegada del actual entrenador.

“No me importa en qué parte del mundo estén o cuántos minutos juegan. Se ponen la camiseta de la Albirroja y se transforman. Yo los quiero siempre conmigo”, dijo Alfaro, consultado sobre Enciso y Almirón.

Desde el inicio de la era Alfaro ninguna selección sudameri­cana sumó más puntos que la Albirroja en las eliminatorias sudamericanas: 12 puntos de 18 posibles.

El entrenador habló tras la igualdad 2-2 de visitante frente Bolivia y ya calificó como una “final del mundo” el próximo partido que ten­drá frente a Chile en Asun­ción.

La Albirroja recibirá a La Roja en marzo de 2025 en el Defensores del Chaco. “Me gustaría jugar contra Chile la semana que viene, pero es dentro de tres meses. Con Chile será la final del mundo, porque van a venir a buscar su chance. Todo es muy complejo. El fútbol no vende seguros para el éxito”, calificó.

En Brasil, Palmeiras jugó ayer contra Bahía por el Brasileirão y el defensor Gustavo Gómez estuvo en el banco, solo 24 horas después de participar todo el partido frente a Bolivia.

Júnior Alonso, uno de los gladiadores de la selección albirroja, destacó la garra y la calma que tuvo el equipo en situaciones de desventaja frente a Bolivia. “Hicimos un gran partido. Volvimos a puntuar, feliz por el trabajo. A seguir mentalizado en todo lo que se viene”, destacó el defensor central que jugó todo el partido frente a los del altiplano.

Por su parte, Ramiro Vaca, futbolista de Bolivia, declaró en relación a Paraguay que " llegaron apenas dos veces y tuvieron efectividad. Nosotros tuvimos muchas chances de ganar, lastimosamente no se dio, claramente merecimos ganar”.

Matías Galarza sorprendió en su debut con la Albi­rroja. El mediocampista de Talleres de Córdoba de la Argentina jugó y corrió como en su casa en la altura de El Alto, a 4.150 metros de altitud.

“Viví 8 años acá en Bolivia de chiquito. Tengo muchos familiares de Bolivia. Acá jugué por pri­mera vez al fútbol, en el Aurora. Capaz por eso no me costó”, reveló Galarza, exjugador del Olimpia, tras empate el 2-2 de Paraguay frente a Bolivia de visitante.

Galarza, de 22 años, estuvo entero siempre. Marcó, presionó y hasta se lanzó varias veces al ataque. Otro acierto del DT Gustavo Alfaro.

“Vamos a protestar la expulsión de Diego Gómez. Nos hicieron un daño inme­recido, porque fue incitado. Vamos a hacer una aclaración, mediar para que Diego Gómez no sea sancionado. A él le incitaron, pasapelotas hicieron jagua’i a nuestros jugadores. Fue agredido con palabras ofensivas de los suplentes, cuerpo técnico y pasapelotas”, se quejó Miguel Figue­redo, vicepresidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol.

El directivo criticó que antes del partido (con Bolivia), “no nos dejaron dormir, tiraron bombas toda la noche y no funcionaba el aire en las habitaciones”. Criticó al árbitraje al decir que no fue penal la jugada sancionada al defensor Gustavo Gómez. “Nosotros ya vimos y no fue falta. Gustavo me dijo no le tocó al rival”, finalizó.

Brasil y Argentina, campeones mundiales, sucumbieron en el estadio Defensores del Chaco de Asunción.

El martes 10 de setiembre de 2024, Paraguay venció a Brasil 1-0 con gol de Diego Gómez (foto), concretándose la victoria de amplias repercusiones frente a los pentacampeones del mundo.

El jueves 14 de noviembre, Paraguay derrotó 2-1 a la Argentina, rival con tres copas del mundo en sus vitrinas. Lautaro Martínez marcó el tanto de los vigentes campeones mundiales. Antonio Sanabria, de una chilena (foto) espectacular, empató el partido. Omar Alderete, con golpe de cabeza, decretó el tanto de la victoria.

Por la duodécima jor­nada de las elimi­natorias sudameri­canas camino al Mundial 2026, la selección de Para­guay visita este martes a Bolivia en la altura de la ciudad de El Alto, ubicada a 4.150 metros de altura sobre el nivel del mar.

Se trata del último partido del año ante un rival directo y necesitado, que saldrá a afrontar el choque como una verdadera final, conside­rando que sus chances cla­sificatorias han disminuido tras los últimos resultados adversos.

La Albirroja se encuentra en zona de clasificación mundialista en la sexta posición con 16 puntos, cuatro más que su rival de ocasión, que viene de enca­jar diez goles en sus últimos partidos con derrotas: 6-0 frente a la Argentina y 4-0 ante Ecuador, en ambos casos de visitante en Bue­nos Aires y Quito, respec­tivamente.

Paraguay defiende el invicto en la nueva era del entrena­dor Gustavo Alfaro, ya que bajo el nuevo comando se lograron triunfos capitales sobre Brasil (1-0), Venezuela (2-1) y Argentina (2-1), todos de local en el Defensores del Chaco. Asimismo, se obtu­vieron empates sin goles de visitante ante Uruguay y Ecuador, en Montevideo y Quito, sucesivamente.

En cuanto a la planificación a fin de minimizar los efectos de la altura, el plantel albi­rrojo hizo escala previa en Cochabamba (a 2.558 metros de altitud), donde se entrenó ayer y recién este martes se emprenderá el viaje a El Alto.

El equipo sufre bajas obligadas con relación al último juego. El defensor Omar Alderete y el volante Andrés Cubas se encuentran suspendidos por acumulación de dos tar­jetas amarilla, aunque los mismos forman parte de la delegación en Bolivia.

Se viene un partido bravo para la Albi­rroja, luego de lo que fue la gran victoria contra Argentina, en El Alto ante Bolivia. La verde cayó mal contra Ecuador por 4-0 y está con la obligación máxima de recuperarse. Es más, su entrenador, Óscar Villegas, guardó a 8 titulares para el juego en la altura.

“No podemos dejar que este golpe nos derrumbe, nos levantaremos con fuerzas”, avisa el DT.

Tras ser goleado por Ecua­dor, Villegas apuntó ya a Paraguay. “Esperábamos que Argentina y Brasil gana­ran sus partidos, pero lo que realmente depende de noso­tros es el partido contra Para­guay. Es una final para nosotros, y tenemos que hacerlo bien en casa”.

Bolivia pondrá todo el poten­cial ante la Albirroja, más allá del contexto que significa jugar en El Alto. El seleccio­nado de Villegas actualmente está a 4 puntos de Paraguay, en la séptima posición.

Cristian Romero, defensor de la selección argentina y del Tottenham inglés, fue desafectado de la Albiceleste de cara al partido que dispu­tará mañana contra Perú por la duodécima fecha de las cla­sificatorias sudamericanas.

Cuti Romero había llegado a esta convocatoria con una dolencia en el pie dere­cho, producto de un golpe sufrido en un partido con­tra Aston Villa por la Liga Premier, y solo pudo jugar el primer tiempo en la derrota de Argentina en su visita a Paraguay 2-1. En ese partido fue reemplazado por Leo­nardo Balerdi. Otra baja es la del lateral derecho Nahuel Molina (Atlético de Madrid), desafectado por una molestia en el muslo derecho.

En contrapartida, el técnico Lionel Scaloni dispuso como llamado de última hora a Giuliano Simeone, delantero de Atlético de Madrid.

• Por Felipe Goroso S.
• Columnista político

A horas de que Paraguay enfrente a Bolivia en el muy complejo escenario de El Alto, a más de cuatro mil cien metros de altura sobre el nivel del mar, aún retumba en el corazón de todos los paraguayos la victoria sobre Argentina y un titular que la presentó de manera impecable: “La Albirroja tumbó a la campeona del mundo”. La magnífica obra de arte sin precedentes firmada por Tony Sanabria y todo el desempeño reflejado en la actuación de jugadores como Alderete, Gustavo Gómez, Velázquez, Cubas, Diego Gómez y el extraordinario partido que hizo Almirón, nos transmiten esos aires de optimismo como que tanto necesitamos como pueblo. El coraje, la garra, el buen juego en equipo, la capacidad de superación y rebeldía para afrontar los obstáculos y remontar un resultado adverso contra la selección campeona del mundo y bicampeona de la Copa América que volvió a Buenos Aires con las manos vacías. Tal vez con un poquito menos de egocentrismo, pero solo tal vez.

En su siempre recomendable obra “La metamorfosis”, Kafka nos expone la fragilidad de la identidad. Nos recuerda que, en un mundo repleto de normas, expectativas sociales, juicios y prejuicios, la verdadera tragedia se da cuando perdemos la conexión con nuestra propia identidad, con nuestras raíces. Finalmente queda la pregunta que al finalizar el libro es casi obvia: ¿Cuánto de nuestra identidad está definida por los demás?

La suma de estas sensaciones y otras que podrían citarse son coincidentes con la recepción que tuvo en un segmento mayoritario de la población la promulgación realizada por el presidente de la República, Santiago Peña, a la ley de transparencia de las organizaciones sin fines de lucro. La iniciativa legislativa cumple con un objetivo bastante sencillo pero muy resistido: igualar la cancha, una reivindicación expresada por la ciudadanía ya en plena campaña electoral pasada, que un grupo de organizaciones que no tenían sobre sí prácticamente ningún control ni mecanismo de transparencia y que paradójicamente sí hacían las veces de contralores, fiscales y jueces de facto. Un grupo muy exclusivo, poderoso y reducido de personas y familias manejan estas organizaciones hace décadas y las usan como plataformas de financiamiento de campañas de instalación de temas de agenda pública, posicionamiento de algunas figuras políticas y menoscabo de otras. Ejercen una influencia excesiva en áreas e instituciones del Estado vinculadas a la educación y el ambiente, solo por citar ejemplos. Reciben todos los beneficios, pero sin el desgaste que implica la toma efectiva de decisiones.

La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, pasa por el cumplimiento de las propuestas electorales, por darle al electorado que delega su poder la confianza de que se hace lo que se dice y se dice lo que se hace. Finalmente, se trata de previsibilidad, esa es la mejor forma de responder a las aves de paso y carroña de la politiquería que buscan medrar sobre la unidad de los paraguayos. Por eso, la promulgación del presidente Peña es un golazo.