Cuando no se puede con buen fútbol, hay que buscar llegar al triunfo con empuje y garra. Fue lo que hizo Sportivo Luqueño para reaccionar a tiempo y remontar sobre Guaraní para finalmente ganar por 2-1 en su feudo. El cuadro de Julio César Cáce­res no lo pasó bien ante Gua­raní, que fue el equipo más punzante de los dos. Al pri­mer tiempo solo le faltó el gol porque ocasiones hubo a montones frente a los arcos. Por el lado aborigen el hombre más incisivo fue como siempre Adrián Alca­raz, pero se encontró nueva­mente con la gran tarde-no­che de Aguilar.

Luqueño también tuvo lo suyo, con Jorge “Conejo” Benítez buscando su gol casi con desesperación, aun­que en un par de veces debió ceder la pelota a otros com­pañeros mejor posiciona­dos. El cero se rompió en la segunda etapa y fue con un golazo de Mathías Martínez, que metió un misil al ángulo de Alfredo Aguilar, que nada pudo hacer.

Julio Cáceres se jugó con los cambios y a falta de buen fút­bol, apeló a la épica. Fue así que Jorge Mendoza cumplió con la ley del ex, porque también con un derechazo por bajo le dio el empate a Luqueño cuando más negro estaba el panorama para su equipo. Y bueno, caba­llo que alcanza quiere ganar y fue lo que hizo el Auriazul, que en un córner, devuelto por Tito Torres desde el otro palo, llegó al segundo con el gol bajo el arco del zaguero Alexis Villalba, para desatar la euforia de los hinchas de la República.

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Guaraní volvió a tener la chance de empatarlo, pero Aguilar se volvió a lucir en un par de ocasiones claras de gol. Luqueño lo saboreó des­pués de mucho y a Guaraní le faltó “sangre” para aspirar a un mejor resultado.

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