Olimpia celebró su primera victoria en el Clausura. Lo hizo en Encarnación ante Trinidense, que vendió muy cara la derrota. El 2-0 representa un desahogo para el equipo de Martín Palermo, luego de sus dos empates iniciales.
El comienzo electrizante y de mucha dinámica le dio buenos réditos a Olimpia. Atento y expeditivo en la marca y salidas rápidas, gracias a los movimientos de Alex Franco y principalmente de Erik López, no dio opciones a su rival. Fue, sin dudas, la mejor exposición del Franjeado en esos minutos iniciales y que se vio coronado con el golazo del juvenil Hugo Benítez, precisamente luego de una corrida tremenda de López. Lastimosamente para Olimpia, Benítez se fue lesionado (posible fractura nasal) casi inmediatamente después, tras disputar una pelota.
El ritmo del equipo del Titán bajó un cambio en ese tramo y Trinidense salió de su atolladero para arrimar peligro, principalmente en los minutos finales de ese primer periodo.
Ese mismo trajín se vio al comienzo del complemento. El cuadro de Trinidad, obligado por sus necesidades, tomó mayor protagonismo y exigió a la zaga franjeada y al arquero Olveira que, como siempre, respondió bien.
Olimpia ya no tuvo ese peso ofensivo y aunque el equipo se refrescó con algunos cambios, su rival ya no concedió las facilidades del primer tiempo.
El partido entró en esa fase en la que podía suceder cualquier cosa, pero apareció Alex Franco, de gran partido, para romper a la defensa de Trinidense, con un gran remate que se metió al ángulo de Samudio y darle a Olimpia el gol tranquilizador.
Lo ganó bien Olimpia, aunque con el saldo habitual de lesionados (Fernando Román también se fue del partido por un fuerte golpe), que fue lo negativo en su primera noche feliz en el resultado.