• Por Toni Roberto
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Este domingo, Toni Roberto realiza un recorrido por el cementerio de la Recoleta en la previa del Día de los Fieles Difuntos.

Era una mañana soleada del sábado 27 de julio en la Recoleta. Terminaba de despedir a mi dilecto amigo el arquitecto Andrés Ferro Fracchia. A partir de ahí empecé a caminar zigzagueando por los vericuetos de las calles del camposanto.

Por el camino, nombres que cruzan mis recuerdos que me convocan desde la infancia; el enorme mausoleo de los Gauto Bejarano, el antiguo panteón de la otrora acaudalada familia Gómez, devenida en el lugar de memoria de un militar expresidente; el impactante panteón de los Campos, más conocido como el de las Lloronas, hasta cruzar finalmente la avenida principal del portón 4, que me conduciría a la zona del portón 5, el último hacia el este sobre la avenida Mariscal López, donde descansan los restos de mis abuelos maternos, zona en la que empezaría a ver otro tipo de ausencias, la de los floreros; paredes y más paredes donde por décadas miles de parientes desde de los años 50 depositaban una flor que hablaba cada una de ellas de sus recuerdos, alegrías, tristezas, amores hasta desdichas, todas concentradas en estas nuevas ausencias.

Decía un grupo de artistas polacos que estuvo en Asunción a principios de los 90: “Veo que acá cuesta ver lo que no se ve, buscar lo positivo en lo negativo”. En este caso, las ausencias de las ausencias, centenares de panteones que hasta la última publicación sobre el tema del día de los difuntos denominada “Los vecinos de la Recoleta” (La Nación, domingo 7 de noviembre de 2021) estaban todavía, por lo menos, en sus arquitecturas, intactas.

Con el tiempo en mis frecuentes recorridos, me hice amigo de seres que ya no están y que nunca conocí. Carmencita y Mamacholi, así reza en los muros de sus respectivos panteones; del Cnel. Pablo Rojas, Irmina Claude de Lezcano, hasta de la joven Gabidú, apodo de Gabriela Duarte Macoritto, quien falleció trágicamente hace más de una década y de amigos y parientes con los que tuve una gran amistad como el de Blanca Cálcena de Romero, doña Pinché; tío Jorge Figueredo, hasta aquel malogrado joven Speratti Pampliega, cuyo panteón tenía hasta los años 90 una enorme cruz iluminada que brillaba en la gran oscuridad de la noche de las varias hectáreas de la Recoleta.

Todo esto rememoré ahora al caminar en el preludio del Día de los Difuntos de nuevo por la vieja Recoleta. A veces las ausencias se vuelven presencia, una escena alegórica que sirve para reflexionar el camino al que todos estamos indefectiblemente destinados, en el misterio del más allá. Hoy las flores ya no tienen dónde estar, los floreros se han ido, tal vez convertidos en alguna cruz, jarrón o quien sabe en alguna numeración de alguna dirección, tomando un destino tan incierto como el rumbo que nos depara al final de nuestras vidas. En otro 2 de noviembre más, el Día de los Difuntos.

Nacional desperdi­ció la oportunidad de acercarse más al líder del torneo, mien­tras que Luqueño sumó un punto valioso para mejorar en la tabla.

Un intenso primer tiempo animaron el Auriazul y el Tricolor en el estadio de la Conmebol, en donde la visita tuvo mejor control del balón en los primeros minu­tos, con la presencia de Gus­tavo Caballero, pero no tuvo la claridad y la profundidad para abrir el marcador. Un disparo de media distancia de Quintana y otro cabezazo de Duarte llevaron peligro al portero Falcón.

En con­trapartida, Luqueño con la velocidad de sus extremos, Comas y Vera empezaron a quebrantar la zona defensiva de Nacional, que en el minuto 36 se distrajo, Vera recuperó la pelota, la cedió al goleador Marcelo Fernández, quien aprovechó la primera opor­tunidad para poner de gana­dor a su equipo. Diez minutos más tarde, una gran corrida de Comas por derecha ter­minó con un preciso cen­tro que aprovechó muy bien Vera para aumentar la dife­rencia. En el tiempo adicio­nal, de pelota parada, Diego Duarte descontó al peinar un preciso centro de Quintana, para animar un poco al grupo en el vestuario.

En el periodo dos, el escolta del torneo se recordó de su condición y salió a presionar alto en busca de un mejor resultado. Nuevamente lo logró por arriba con el tes­tazo de Juan Monteagudo, para dejar todo igualado el juego. El equipo de Pumpido acusó el golpe y estuvo a punto de ponerse otra vez arriba con un cabezazo de Ferreira, que salvó el portero Rojas.

Sobre el final, el partido se presentó abierto, porque ambos equipos querían ganar, mas no pudieron marcar la diferencia.

Pese a la intención de que­darse con la victoria, Spor­tivo Tembetary y Deportivo Recoleta, los dos ascendi­dos a Primera, no pudieron dañarse y terminaron iguala­dos sin goles en el estadio Luis Giagni de Villa Elisa.

Los recoletanos, que tie­nen una ventaja de dos pun­tos en la tabla, necesitaban ganar para alzarse el título de la temporada, pero con esta paridad recién en la próxima fecha se conocerá al campeón.

“Un partido complicado, merecimos ganar, tuvimos las ocasiones más claras, pero todo se define en la próxima fecha”, destacó Wilfrido Báez, de Recoleta.

“Un juego muy difícil, vini­mos a buscar los tres pun­tos, no se dio, pero nos vamos con la cabeza en alto. Siempre peleamos por el equipo y per­sonalmente por seguir apor­tando al grupo. Ahora toca mejorar la definición, por­que defensivamente estamos bien”, expresó Líder Cáceres, de Tembetary.

Mientras que por el descenso igualmente hay lucha. Es por ello que los partidos también definitorios para conocer al último descendido se juegan hoy en simultáneo a las 10:00.

Los tres equipos compro­metidos jugarán en condición de local. 12 de Junio de Villa Hayes ante Carapeguá, Martín Ledesma frente a Resistencia y Guaireña con Rubio Ñú son los partidos que podrían determinar al último descendido.

Sin pérdida de tiempo, Depor­tivo Recoleta ya comenzó a preparar su vuelta a primera división tras lograr su ascenso el fin de semana. El presidente del actual líder de la Inter­media, Luis Vidal, adelantó a Versus radio/Nación Media que en el retorno a la catego­ría principal utilizará su esce­nario Roque Battilana para sus partidos de local, una vez adecuadas a las exigencias de la APF.

“Lo primero que vamos a hacer es renovar completa­mente el césped artificial y plantar césped natural para adecuarnos a las exigencias. En lo demás, contamos en nuestro estadio con una capa­cidad importante para aficio­nados y tendremos como para 7 mil lugares. De hecho conta­mos con una buena lumínica, además de una sala de doping. Faltarán obviamente ajustar algunos detalles que lo vamos a ir haciendo en estos meses”, apuntó el dirigente.

Por ahora, el objetivo del equipo canario es lograr el título de la División Interme­dia, al que le quedan tres jor­nadas finales. El equipo está puntero con 60 puntos y aven­taja en dos a su inmediato per­seguidor, Atlético Tembetary, al que le falta un punto para también lograr su ascenso.