El cuadro azulgrana superó en el último minuto a Alianza Lima, con un gol del Pachi Carrizo, pero el éxito no borra la mala performance del equipo en casi todo el compromiso. El Ciclón, que había perdido en su debut también en forma agónica ante Colo-Colo, vuelve a posicionarse bien en el Grupo A de la Copa Libertadores.
Muy pronto la línea de tres zagueros peruanos se convirtió en línea de cinco. Es que Cerro empujaba desde el inicio mismo del compromiso, sin embargo, esa ráfaga de buen fútbol local solo duró los primeros 15 minutos. Después, el buen toque peruano anestesió el juego, llevó el partido a su conveniencia y lo convirtió en cámara lenta. Las llegadas de los azulgranas eran muy anunciadas, carentes de sorpresa y, sobre todo, con falta de velocidad y precisión en la zona donde se definen los encuentros.
El partido entró en un pozo profundo del que Cerro no podía salir por la falta de claridad en sus llegadas y –por el contrario– la visita de a poco se iba animando a más y en un par de aproximaciones puso en aprietos a la defensa cerrista.
En los minutos finales de la primera etapa definitivamente el cuadro azulgrana terminó jugando a lo que salía, inmerso en un desorden total, sin soporte de juego, situación que convenía a la escuadra incaica. Ante semejante desidia el primer acto no podía concluir de otra manera que no fuera en blanco
En la complementaria ingresó Churín por Edú, con el objetivo de dar más peso a la ofensiva local, pero el capitán cerrista hace rato que anda con la pólvora mojada. Como en la primera etapa, el Ciclón tuvo pelota y campo a disposición, pero no tuvo profundidad. Alianza incluso estuvo a punto de llevarse el premio mayor, pero Jean, con dos estupendas tapadas apuntaló la victoria azulgrana, que llegó en el último suspiro con ese gran remate de zurda de Federico Carrizo.
De local y en Copa, hay que ganar como sea y el Ciclón logró su cometido.