Trinidense le hizo un parti­dazo a Boca el martes en la mismísima Bombonera, pero no le alcanzó para evitar la derrota. El gol del gigante argentino en el tramo final para el 1-0 dejó sin nada al equipo paraguayo, que sufrió su segunda derrota, lo dejó en el fondo y sin puntos, en el Grupo D de la Copa Suda­mericana.

De todas formas, el técnico del cuadro de Trinidad, José Arrúa, valoró lo hecho por sus jugadores.

“Estamos tristes por el resul­tado, pero orgullosos por lo que hicieron (los jugadores) dentro de la cancha, ahora Boca le mira diferente a Tri­nidense que en la previa hasta se burlaban de que tenían que jugar ante nosotros”, comentó Arrúa a “Versus radio”/ Nación Media.

Agregó que como experien­cia para su equipo fue “bas­tante buena, el estadio tiembla y la gente se hace sentir con el aliento, por eso quiero felicitar a los muchachos por el gran partido que hicieron”.

El Triki está muy relegado también en el Apertura, por lo que Arrúa enfatizó que intentarán retomar la senda de triunfos. “Estamos lejos en el torneo local y debemos recuperar terreno”, remarcó.

Sin tiempo para lamentos, Trinidense recibirá el vier­nes (20:30) al 2 de Mayo, en su estadio Martín Torres, por la fecha 13.

• POR JUAN VICENTE DUARTE
• Periodista – Nación Media

En un partido que tuvo la emoción del gol en los minutos finales, Nacional y Cerro Porteño igualaron 1-1. Para el Trico­lor, el resultado no es el espe­rado porque perdió la oca­sión de pasarle a Guaraní en el acumulativo, mientras que el empate le asegura al Ciclón el vicecampeonato.

En un primer tiempo donde no hubo un dominador claro, los dos tuvieron sus ocasio­nes. Cecilio Domínguez estuvo cerca con un remate esquinado que se fue des­viado y Alfaro de cabeza, tras centro de Brizuela, fueron las dos aproximaciones más importantes, hasta que se produjo el apagón de una de las torres de luces del Arse­nio Erico que obligó a parar el partido en casi media hora.

Tras la reanudación, fue Tiago Caballero el que se per­dió la más clara cuando defi­nió débil, permitiendo a Jean hacerse con el balón.

En general, lo que más primó en el partido fue el roce constante, lo que restó dinámica a su desarrollo, producto de los cortes cons­tantes tanto en el medio­campo como en tres cuar­tos de cancha.

En la complementaria tam­poco hubo cambios signi­ficativos. Jugadores como Cecilio, Jordan Santacruz e incluso Damián Bobadilla fueron los que más sufrie­ron los rigores del partido. Este último incluso tuvo que retirarse por un fuerte golpe en las costillas.

Los cambios tampoco die­ron resultado porque tanto Pumpido como Bernay refrescaron sus equipos con jugadores rápidos que no tuvieron muchas oportu­nidades de mostrar lo suyo.

Sin embargo, cuando un partido tiene sus comple­jidades y falta de clari­dad, las pelotas paradas siempre aparecen como solución. Primero lo hizo Cerro. Enzo Giménez se encargó de un córner y su centro fue conectado en forma estupenda por Alfio Oviedo para dejar sin chan­ces a Espínola.

Parecía triunfo del Ciclón, pero de un lateral, la defensa de Cerro no pudo despejar y lo aprovechó Velazco, para empalmar y darle a Nacional el empate ya en el añadido. Al final, fue un empate justo.

Santiago Arzamendia, late­ral izquierdo de Cerro Porteño, lamentó el empate que logró Nacional en el último minuto y privó de la victoria al Ciclón.

“Lo que pasó fue lamentable­mente, un reflejo de todo el campeoanto. Perdimos puntos importantes en partidos que los teníamos ganados. Estas cosas que pasaron fue lo que nos costó el campeonato”, señaló Arzamen­dia, muy autocrítico al final del encuentro.

“Tenemos objetivos nuevos en el 2024, somos un club grande y tenemos que ir por todo. Corregir los errores, mejorar y apretar un poco más para que las cosas sal­gan. Estamos en deuda con nues­tra gente, queríamos darle el cam­peonato”, precisó.

Enfatizó que fue “una lastima el resul­tado, encajando el gol en el último minuto. Esos errores, como el que me pasó, hay que mejorar para lo que viene y pelear lo que queremos”.

Jordan Santacruz, de Nacional, tuvo un fuerte golpe de cabeza en un choque con Alfio Oviedo de Cerro Porteño y tuvo que ser trasladado a un centro asistencial minutos antes de finalizar el compromiso en el estadio Arsenio Erico.

En la Semana Global de Apreciación al Cliente (GCAW, por sus siglas en inglés), el Rooftop del Aloft Asunción Hotel fue escena­rio de un distendido y cordial encuentro convocado por el citado establecimiento y el Sheraton Asunción Hotel. Sus ejecutivos confraternizaron con los principales clientes, proveedores y representantes de la prensa en una agradable cata de Pisco, de la mano de Lablanco, pioneros en la pro­ducción del más fino pisco des­tilado en falca. Los invitados disfrutaron de las variedades Mosto Verde Quebranta, Clá­sico Acholado y Gran Herencia, en una degustación guiada por Carlos Arturo Mejía, pro­pietario y gerente de Pisco Lablanco.

Las citadas bebidas fueron maridadas con platillos ela­borados por el chef ejecutivo Juan José Brítez y su equipo. De bienvenida salieron unos mini wraps veggies, grisines de chipa con jamón crudo, papas chips con tarta de sal­món, tortilla crocante con dip de guacamole y camarón, y mini causas de pollo.

Luego, picadas de bocaditos fritos (aros de cebolla, mini coixi­ñas, croquetitas), papas fritas con dip de cerdo desmechado y salsa de queso, y cazuelas de lomito con espuma de roquefort. También hubo mini sándwiches de chicha­rrón de cerdo estilo peruano, palitos de lomito con aderezo anticuchero, tacos de cerdo y bocados de choripán con mayo chimichurri.

El GCAW es un pilar cultu­ral para todos los hoteles de la marca Marriot, explicaron en la ocasión. Es una semana importante donde se toman el tiempo para celebrar con sus clientes. El encuentro de este año giró en torno al tema “¿Adónde podemos llevarte?”.

Entre el 5 y el 10 de noviembre, ejecutivos de todos los niveles de liderazgo se asocian con todos los canales de ventas y departamentos del hotel para participar de manera crea­tiva en el agradecimiento a sus clientes por su negocio y cerrar nuevas oportunidades comerciales.­

La taberna La Malquerida nació en 2011 en Asunción cuando el español Ricardo Malla decidió emprender en el rubro de la gastronomía, en el que ya tenía vasta experiencia, como una forma de entretenerse y acercar un poco de la cultura gastronómica ibérica a los paraguayos.

• Por Rebeca Vázquez
• rebeca.vázquez@nacionmedia.com
• Fotos: Eduardo Velázquez y gentilezas La Malquerida

El dueño del empren­dimiento es origina­rio de España, pero se instaló en Paraguay a media­dos de los 90. Hoy, desde su restaurante La Malquerida, busca ofrecer a sus clientes una experiencia de sabor única, a partir de platillos tradicionales como la pae­lla, la especialidad de la casa. El local está ubicado sobre la avenida Choferes del Chaco casi Pacheco de la capital y es un punto de encuentro obli­gado para los amantes de la mundialmente aplaudida gastronomía española.

Ricardo Malla, a quien lla­man de cariño el Baturro (relacionado con la ciudad de Aragón) comentó a La Nación del Finde que su esta­blecimiento surgió en res­puesta a un periodo com­plejo de su vida sentimental y le sirvió para entretenerse y enfocar su atención en lo que hace al rubro de la gas­tronomía, en el que trabaja desde hace 28 años.

“Esto sucedió en 2011. Me estaba divorciando y se me ocurrió montar el res­taurante en un salón fami­liar con el propósito de dis­traerme. Por eso también surgió ese nombre. En el proceso de mi divorcio le quise denominar al local El Malquerido, pero al final opté por la deno­minación femenina”, explicó con humor el dueño del restaurante.

El emprendedor resaltó además que al momento de montar su restaurante ya tenía vasta experiencia en el rubro teniendo en cuenta que con solo 17 años empezó a trabajar en un restaurante. Con el tiempo se fue profe­sionalizando a través de su experiencia en el sector y las valiosas enseñanzas que le regalaron varios de sus maestros. “Llevo dedicán­dome a la gastronomía estos 28 años. Uno se va forjando todos los días”, agregó.

La idea de La Malquerida se concibió inicialmente como una taberna española, imi­tando las clásicas licore­rías de Madrid y la zona de Cádiz. Según explicó Malla, definir actualmente a su local con este nombre “se queda corto”: se diver­sificó y es un restaurante que ofrece sabores tradi­cionales de la cocina espa­ñola, a partir de platillos como la paella y las rabas de calamar.

Desde el inicio, el emprendi­miento fue muy “bien reci­bido” por el público, tanto que se difundió de “boca en boca” y fueron atrayendo a nuevos clientes, relató Ricardo Malla. “No hemos parado. Seguimos cre­ciendo. Le ponemos mucho empeño. Personalmente, soy el encargado de abrir y cerrar el restaurante todos los días. Los clientes me conocen, compartimos mucho”, expresó.

En un ambiente ameno y folclórico, el restaurante La Malquerida ofrece sabores únicos, que fusionan la cocina española con la para­guaya. La especiali­dad de la casa es, sin dudas, la tradicional paella, pero también se destacan en el menú la tortilla española, las rabas y otras icónicas opciones.

“Buscamos ofrecer la verda­dera paella española, pero también bien adaptada al gusto paraguayo. Le inten­tamos dar ese toque para agradar al paladar de nues­tros comensales y es lo que más la gente viene a disfru­tar. Por lo típico que se quiere encontrar en un restaurante español, también tenemos disponibles la raba, la torti­lla española y la sangría. Para complementar, en la carta también tenemos una varie­dad de cortes de carne y otros platos de muchos tipos como la pasta”, indicó.

Los platos buscan trans­mitir además la año­ranza por el sabor casero y el calor de hogar. “Nos encanta cuando, por ejem­plo, aquellos que tienen abuelos inmigrantes españoles vienen a encon­trar los mismos sabores de sus recuerdos en nues­tra paella. La cultura es algo muy importante que siempre queremos desta­car”, refirió.

El menú se disfruta en una variedad de espacios cli­matizados, que tienen dis­ponibles en el restaurante. Desde una terraza hasta un amplio salón, el espacio fue diseñado pensando en la comodidad para disfru­tar de la exquisita paella. La experiencia se comple­menta además con otros atractivos como música en vivo.

Entre las variadas opciones que ofrece la carta, Ricardo Malla destacó tres platillos que se deben probar “sí o sí” en el restau­rante La Malquerida. El primero es la paella, la especialidad de la casa. El segundo plato estrella son las “croquetas man­chegas”, elaboradas a partir de jamón serrano, pollo y cerdo, con salsa bechamel. Otra exitosa propuesta del local gas­tronómico son las rabas de calamar o los calamares marinados con harina. “Se combinan con limón y son una delicia”, explicó.

Desde el pasado jueves 26, y hasta mañana, domingo 29 de octubre, tiene lugar en Asunción la primera “Ruta de la tapa española”, en el marco del programa festivo “Aires de España” con motivo del Día de la Hispanidad. Un total de 14 establecimientos participan de esta primera edición del circuito gastronómico y el restaurante La Malquerida también forma parte de la actividad cultural que busca presentar al público paraguayo una muestra de la vari­ada oferta gastronómica de las diferentes regiones de España. En este contexto se están ofreciendo promo­ciones especiales.

La taberna está ubicada sobre la avenida Choferes del Chaco entre las calles Doctor Toribio Pacheco y Capitán Juan Genaro Lafranconi, en el barrio Mburicaó. Abre todos los días de 11:30 a 14:00, y de 18:00 a 23:00. Para más informes, reservas y pedidos tiene estos números: (021) 660-570 y (0983) 393-609.