En la mañana de ayer domingo, la abogada Nenia Teresa Martí­nez, representante legal de la escribana Carmen Ruiz Díaz, confirmó que fue hallado el cuerpo de uno de los menores que se encontraba desapare­cido desde el pasado jueves en Alto Paraná junto con su madre y una hermana, luego de que la mujer se arrojara al río Monday con los menores.

El hallazgo se dio en la zona del puerto Bertoni y las auto­ridades trabajaron en el res­cate del cuerpo y rastrillando la zona para agotar las posibili­dades de que el segundo menor se encuentre también en las inmediaciones del lugar.

“Las niñeras van a declarar, porque inclusive ellas fue­ron víctimas de la suegra de la doctora Carmen, porque esa señora las amenazaba, ingresaba a la vivienda y les decía qué tenían que hacer. La señora Carmen no tenía paz, no tenía tranquilidad en su hogar porque la señora irrumpía en este lugar y que­ría decidir sobre temas ínti­mos de su familia”, expresó la abogada Nenia Teresa Martínez a la 1020 AM.

En la siesta del sábado se confirmaba el hallazgo del cuerpo de la escribana Car­men Beatriz Ruiz Peralta (34) en zona de Puerto Irala en Alto Paraná, por parte de oficiales de la Armada Para­guaya. Los familiares con­firmaron la identidad de la misma basándose en los ras­gos físicos y las prendas de vestir con las que fue encon­trado el cuerpo que coinci­dían con las pertenecientes de la desaparecida.

Aparentemente, la escribana Carmen Beatriz Ruiz habría tomado la determinación de saltar a las aguas del río Monday por el hostigamiento continuo que sufría por parte de su exsuegra luego de que su pareja y padre de los niños falleciera. Según declaracio­nes de los familiares y tes­tigos, la mujer permanente­mente era blanco de ataques y atropellos por parte de la madre de su expareja e inclu­sive actualmente afrontaba un litigio judicial.

La mujer tomó un equipo de soldar y fue hasta la vivienda de la mujer para sellar las rejas.

El pasado sábado, luego de que se encontró el cuerpo sin vida de la escribana Carmen Ruiz Díaz Peralta, en aguas del río Paraná, se denun­ció que la exsuegra tomó un equipo de soldar y fue hasta la vivienda de la mujer para sellar las rejas. Dentro de la casa, aparentemente, estaba

la niñera de los niños. En redes sociales se viralizó el video en el que se puede ver las chispas del soldador, que estaba siendo manipu-lado por la exsuegra de la fallecida, Noemí Álvarez. El material audiovisual fue grabado aparentemente por la niñera de los niños, quien estaba en el interior de la casa. La denuncia fue rea-lizada por Karen Ruiz Díaz, hermana de la escribana fallecida, quien compartió el video y denunció que Álva-rez, con sus propias manos, soldó la reja de la vivienda en la que vivía Carmen con sus hijos.

“Ella tiene prohibido acercarse a esta casa”, ase-veró en entrevista con C9N. Resaltó que a la mujer no le importa la vida de sus nietos y que solo está pensando en lo material, lo que hizo que tome la decisión de sellar la casa. “A ella le importa más la reja que sus propios nie-tos que están desapareci-dos. Necesito que se haga algo ya, no puede continuar esta gente así”, puntualizó. Afirmó que lamentablemente la vida de su hermana tuvo este final y que esperan que tam-bién aparezcan sus sobrinos, que nunca pudieron estar en paz desde que quedaron solos, tras la pérdida del padre de familia. “No puedo velarle a mi hermana tranquila”, expresó.

La licenciada Elsi Ove­lar, directora del Ins­tituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), advirtió sobre la comercialización del cara­melo de la marca Ghost que intoxicó a una madre y tres niños. Confirmó que el pro­ducto no cuenta con registro sanitario, por lo que su con­sumo representa un riesgo para la salud. Inspectores de esta dependencia se encuen­tran realizando verificaciones en Asunción y Central a fin de decomisar la goma mastica­ble, de momento no se halla­ron unidades de la golosina.

“Se emitió un comunicado donde justamente hacemos una alerta diciendo que nin­gún producto alimenticio que no tenga RSPA no debería ser consumido”, dijo al programa “Arriba hoy”, del canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media. No se tiene datos de cómo ingresó el producto al mercado ni de la persona que estaría comercializando el caramelo con marihuana. “Lo que siempre estamos recal­cando es que el consumidor compre los alimentos de luga­res seguros. Entonces por eso, una vez más, hacer hincapié en que el producto tiene que tener el número de registro sanitario de producto alimen­ticio, el que nos da la pauta de que ese alimento pasó por la autoridad sanitaria”, puntua­lizó.

La profesional instó a los consumidores a estar siempre atentos y que puedan fijarse en el etiquetado de los alimen­tos antes de las compras. “El etiquetado del alimento tiene que estar en el idioma donde se comercializa. En este caso en el español, si es que todo el etiquetado está en otro idioma va a encontrar el consumidor una etiqueta suplementaria que está pegado al envase donde sí está toda traducida la información”, explicó. La fun­ción del INAN es en primer lugar registrar el estableci­miento, tanto sea un elabora­dor, fraccionador o importa­dor de alimentos. Esto con el fin de verificar si tiene las condiciones adecuadas, si está preparado para albergar todos los alimentos de acuerdo a la categoría. “Esto significa que si voy a comercializar pro­ductos refrigerados o conge­lados lógicamente que tengo que tener las condiciones. Entonces, eso es lo que pri­mero se verifica. Ahí obtiene la empresa el registro de esta­blecimiento y luego se regis­tran los alimentos que van a ser comercializados por esa empresa”, dijo Ovelar.

A través de un nuevo comu­nicado, el Ministerio de Salud dio detalles de la evo­lución de los menores de 11, 4 y 3 años que se encuen­tran internados en el Hos­pital Pediátrico Niños de Acosta Ñu. Estos fueron trasladados desde Ciu­dad del Este por un cuadro grave de intoxicación, tras el consumo de caramelos de goma masticables que contenían marihuana.

El menor de 11 actualmente se encuentra sin medica­ción. Por su parte, los niños de 4 y 3 años continúan en la unidad de cuidados intensi­vos pediátricos, con asisten­cia respiratoria mecánica. Hemodinámicamente están estables y presentan una evolución favorable respon­diendo al tratamiento.

Los menores ingresaron al Hospital Pediátrico con cua­dros sumamente graves, en especial los pequeños de 4 y 3 años, quienes en el Hospi­tal de Minga Guazú, donde se dio la atención prima­ria, debieron ser intubados a causa de la dificultad para respirar que presentaban y las convulsiones que logra­ron ser controladas.

Estos eventos tienen como finalidad unir a toda la socie­dad para apoyar a los niños y adolescentes que crecen en comunidades vulnerables en Paraguay, promoviendo oportunidades de supera­ción a través de la educa­ción. Al mismo tiempo, apo­yarán proyectos específicos para generar oportunidades de desarrollo integral para niños y jóvenes.

Con una población mayo­ritaria de niños y jóvenes en comunidades empobre­cidas, Dequení moviliza y articula recursos para gene­rar cambios positivos en la vida de los niños; son cerca de 8.000 niños que partici­pan de sus proyectos en los distritos de Fernando de la Mora, Luque, San Antonio e Ypané.

La Corrida Dequení está programada para el domingo 23 de junio en la Costanera de Asunción. Este evento deportivo contará con la participación tanto de empresas y organizacio­nes, a través de sus grupos de colaboradores, como de grupos de amigos, familia­res, ex alumnos de colegios y profesionales, todos unidos en un mismo propósito: apo­yar a los niños. Los corre­dores individuales también pueden participar, así como niños, niñas y adolescen­tes de 6 a 17 años, quienes competirán en una catego­ría especial con distancias adaptadas a sus edades.

• Por Karina Ríos
• karina.rios@nacionmedia.com

Los docentes siempre dejan marcas imbo­rrables en cada uno de sus alumnos y alum­nas. Todos en algún vago recuerdo tienen presente a un profesor o profesora que dejó una enseñanza para toda la vida.

Desde hace unos siete años, en Paraguay, las maestras mochileras dejan huellas en el día a día de niños de 0 a 5 años y sus familias, pues son las responsables de dar el primer impulso hacia la escuela.

En el Día del Maestro, qué mejor que conmemo­rar con aquellas profeso­ras que todos los días salen con sus mochilas a cuestas y van hasta las casas de sus alumnos.

El propósito es el de desa­rrollar las habilidades socioafectivas y brindar atención oportuna en la primera infancia. Además, acercan pautas de crianza positiva y la sensibilización en las familias.

La maestra Carolina Barosi sale a recorrer con su mochila cargada de mate­riales. Su trabajo es de lunes a viernes y recorre las calles del Bañado Norte, en zona de Tablada Nueva. Pese a ser un lugar caracterizado por su alta tasa de delincuen­cia, comenta que no tiene miedo porque las familias a las que asiste siempre la acompañan.

“Recorro todos los días a pie de 13:00 a 17:00, lo hago desde hace tres años con una compañera. No puedo negar que los primeros días tuve un poco de miedo por la zona, detalló en entre­vista con La Nación/Nación Media.

En su andar diario, se ganó el cariño y respeto de los pobladores. “La gente nos demostró su cariño y nunca nos pasó nada. Los padres ya nos esperan y nos acom­pañan hasta la ruta prin­cipal para que no nos pase nada”, siguió diciendo.

Agregó que sale de la escuela Juana María de Lara con las mochilas car­gadas de todos los materia­les que van a utilizar con cada familia y con muchas ilusiones de ver el progreso de sus niños y niñas apren­dices.

“Con la compañera tratamos de hacer el mismo camino, porque así nos acompaña­mos. Ser maestra mochilera es algo muy satisfactorio, no se compara con estar en aula”, señaló.

La profesional señaló que se trata de un servicio que invo­lucra a toda la familia, donde los cuidadores principales son los padres, pero siempre están los abuelos, herma­nos, tíos y primos, quienes trabajan en forma conjunta durante una semana para estimular el crecimiento como la educación del niño que así lo requiere.

“Todos los días nos reci­ben con mucha esperanza y cariño. Los chicos nos espe­ran con sus mesitas, juegos y con la ilusión de mostrarnos lo aprendido”, aseguró.

Agregó que los padres apren­den a desarrollar esa cone­xión mediante el juego con sus hijos, lo que es algo muy gratificante. “Nos esperan con muchas ansias de apren­der. Nos cargan con mucha esperanza”, manifestó.

La maestra Andrea Yanina Estigarribia es mochilera en la ciudad de Areguá, ella junto con otras docentes se encargan de llevar atención a los niños y niñas del barrio Las Mercedes. Busca llegar a los chicos que residen en zonas más difíciles de llegar a su querida comunidad.

“Hay muchos niños que necesitan y estoy solici­tando poder acceder a un rubro que está vacante para el turno mañana para llegar a todos. Mi propósito es lle­gar a niños que están más al fondo del barrio en una zona donde acceder es más difícil y son familias vulnerables, pero que necesitan más de nosotros”, relató.

Este año las maestras se enfocan mucho más en el desarrollo sicosocial de los niños y principalmente el vínculo con sus cuidadores principales.

La idea es que puedan acom­pañar la estimulación de sus hijos desde los 4 meses de vida y las actividades se vinculan con el entorno, por lo que usan materiales de las casas.

“Llevamos las propuestas y les dejamos una tarea para que ellos puedan desarro­llar a lo largo de la semana, de esta forma la crianza se ve más fortalecida”, comentó.

Agregó que cada maes­tra tiene 20 alumnos por semana. “Pero pasamos este número porque hay familias donde hay más niños y llega­mos a todos”, refirió al indi­car que no excluyen a nadie.

Andrea indicó que la mayo­ría de las maestras mochi­leras hacen el recorrido a pie, pese a que existe mucha inseguridad. El objetivo es llegar a las familias que siempre esperan con mucha ilusión. En su caso, logró comprarse una moto y puede llegar a cada casa un tanto más rápido como segura.

“Tengo la gran ventaja de contar con una moto, por­que en un día tengo cinco familias que visitar y en algunos casos excedemos el número”, dijo a La Nación/Nación Media.

Pero la tarea no acaba con las familias, pues también lle­gan a las plazas o parroquias “donde hacemos encuentro grupal y llegamos a más niños, pero siguen impe­rando los mitos que hacen que los padres se nieguen al servicio”, puntualizó.

Ambas docentes coincidie­ron en que este trabajo es muy satisfactorio y que ver el avance en cada familia hace que las ganas de llegar día a día junto a los pequeños sea lo más importante.

El trabajo es realizado junto con el Ministerio de Educa­ción y Ciencias (MEC), la Policía Nacional y el Minis­terio de Salud, que apoyan para realizar el diagnóstico como mapeo para acceder al servicio.

Maestras mochileras es un servicio educativo diversi­ficado en modalidad no for­mal, que inició con el pro­grama de Primera Infancia en el año 2017 con el apoyo de la Unicef.

La idea nació atendiendo a la necesidad de progra­mas educativos en algu­nas comunidades donde los niños de 0 a 5 años reque­rían un servicio adecuado. En algunos casos requieren de estimulación temprana y no tienen acceso por ser de escasos recursos económi­cos.

“Es una oferta del Ministe­rio de Educación que está ligada a una institución edu­cativa. Las maestras hacen un mapeo y de acuerdo a las necesidades de la zona encuentran a niños de 0 a 5 años, entonces elabora un diagnóstico más un plan de acción de visitas a las casas”, dijo Sonia Olmedo Dinatale, directora general de Educa­ción Inicial del MEC, en LN.

Explicó que la idea es crear un vínculo entre los niños y sus padres, abuelos, herma­nos mayores, tíos, para que cumplan sus roles en forma respetuosa y comprometida.

El servicio educativo uti­liza el entorno familiar para crear el ambiente adecuado con lo que se tenga en casa para estimular la creativi­dad del chico.

“A nivel país tenemos entre 500 a 600 maestras mochi­leras, cada una tiene 20 alumnos a su cargo, quie­nes empiezan su vida esco­lar. Los chicos que forman parte del servicio son ingre­sados al Registro Único del Estudiante (RUE), tienen un informe pedagógico y forma parte de historial educa­tivo”, detalló.

Olmedo detalló que se trata de un trabajo muy satisfac­torio donde se ve el progreso del niño día a día y donde los padres son parte muy impor­tante de este crecimiento de sus hijos.

“Desde varios países nos pidieron compartir la expe­riencia”, confirmó. Actual­mente, beneficia a 7.579 niños y sus familias. “El niño que formó parte del servicio ya adquiere hábitos y con­tacto social a la hora de ir a las instituciones educativas, el impacto es muy positivo. El proyecto en sí finalizó en diciembre del año pasado y se volvió a renovar por tres años más, pero con el com­promiso de que el MEC con sus propios recursos absorba el servicio”, puntualizó.