En un partido al que solo le faltó el gol y que terminó bajo una intensa lluvia, Ameliano y Guaraní igualaron en Villa Elisa. El resultado (0-0) no sirve de mucho para los dos. Al cuadro de barrio Jara porque le hubiera venido bien sumar de a tres para tomar respiro en el promedio y al de Tres Bocas para potenciar sus posibilidades en el acumulativo.
Pero ni lo uno ni lo otro. Porque Guaraní ya dejó atrás ese juego vertical y contundente de los primeros partidos bajo el mando de De Muner. Ayer sufrió de entrada por el mayor volumen de juego de los dirigidos por Humberto García al que le faltó ese toque final de calidad en su zona de ataque para sacar mayor beneficio de su mejor andar en el trámite.
En contrapartida, y si a Guaraní le estaba costando generar juego, el partido se le volvió más cuesta arriba al quedar con diez por la polémica expulsión de Néstor Camacho. El zurdo, en su sacudida por querer sacarse de encima a Marcos Benítez, que lo venía agarrando, terminó por manotear levemente a su rival. Esto fue interpretado como agresión por el árbitro Derlis Benítez, quien le sacó la roja directa. Aún cuando desde el VAR lo llamaron al considerar que la sanción debía reverse, el juez se mantuvo en su decisión y mandó a las duchas al talentoso de Guaraní.
Esto le restó aún más chances al Aborigen, que sufrió en el segundo tiempo. Ya a Ameliano le habían anulado bien un gol de Bareiro por falta previa. Pero siguió martillando en el segundo tiempo, por la velocidad de sus extremos Samudio y Vera, pero nunca encontró la fórmula para quebrar la férrea defensa aborigen.
Ya en el final, y bajo una intensa lluvia, otro gol anulado a Ameliano por mano de su autor, Thomás Gutiérrez, terminó sin bonanza para el que más propuso. Pero bueno, el fútbol se gana con goles y no por merecimientos.