El renacer albirrojo tiene el respaldo de GEN Albirrojo ueno, que transmite en forma exclusiva todos los partidos de las eliminatorias sudamericanas al Mundial 2026.
Toda la maquinaria técnica, profesional y humana prepara para hoy otra megacobertura en todos los canales y programas de Nación Media, para que la afición paraguaya disfrute a plenitud del selectivo, que pone en pantalla a grandes estrellas de las 10 selecciones que buscan los seis cupos directos al Mundial y un lugar en el repechaje.
La transmisión principal de la fecha por TV estará enfocado en el duelo entre Paraguay y Bolivia, a cargo de un selecto equipo de periodistas que lidera Kike Enciso en los relatos, Gustavo del Puerto, y el invitado especial, el excapitán albirrojo Paulo da Silva en los comentarios. Andrés Rolón será el relator por Universo 970 AM, con los comentarios de Ricardo Mendoza.
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¡Vamos! GEN celebra 1 millón de seguidores en TikTok
La cuenta de TikTok de GEN/Nación Media llegó al millón de seguidores este martes. El perfil, que suma más de 47 millones de “me gusta” y que lidera a nivel país con las cápsulas de noticias tituladas “En Un Flash”, llegó a la codiciada cifra de un millón de fanáticos y las reacciones no se hicieron esperar.
“¡1 millón de gracias! Llegamos al millón en TikTok y es gracias a cada uno de ustedes que nos sigue, comenta, comparte y nos banca todos los días. Esto es solo el comienzo, porque vamos por más. ¿Qué te gustaría ver en esta nueva etapa?”, se escribió en el perfil de TikTok de GEN/Nación Media.
El agradecimiento continuó con el escrito: “Esto es gracias a vos, que bancás cada video, cada locura y cada momento con nosotros. Sin ustedes, esto no sería posible. Seguimos creciendo, seguimos rompiéndola y esto recién empieza… ¡Nos vemos en la cima!”. Algunas de las reacciones por este logro fueron: “Se festeja como un gol”, “Felicidades GEN”, y “¡Bravo compañeros! Felicidades a todos”.
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Sobre GEN
A finales del 2017 se emitió por primera vez la señal del joven canal de televisión capitalino, GEN. Desde sus inicios, GEN pisó fuerte con una programación enteramente local, siendo parte de la grilla de todas las cableoperadoras del país y llegando al resto del mundo a través de la transmisión online de su web oficial: gen.com.py.
GEN se caracteriza por ofrecer una programación variada que incluye noticias, deportes y entretenimiento. Algunos de sus programas más conocidos son: “Arriba Hoy”, “Versus”, “Residentas”, “Universo Paralelo” y “Noche de Furia”. Cabe mencionar que posee una radio asociada, llamada Universo 970 AM, que emite en la frecuencia 970 AM.
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Las secuelas que dejó la pandemia en las sociedades
- Fotos: Emilio Bazán
En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al sociólogo Carlos Peris y al filósofo José Manuel Silvero para reflexionar sobre los cinco años de la irrupción de la pandemia del coronavirus en el mundo. Además del saldo de muertes y pérdidas económicas, los catedráticos advierten que la emergencia sanitaria generó una ola de desinformación que ha persistido, además de un miedo que ha socavado la confianza y polarizado a las sociedades.
–¿Cómo podrían describir lo que nos pasó como sociedad con la pandemia?
–CP: Ya pasaron cinco años y me parece que podríamos decir que la pandemia nos vino a mostrar las debilidades de nuestra sociedad en el sentido de que muchas veces vemos a nuestras sociedades como un todo armónico, racional, hiperconectado y de repente vino un virus que nadie sabe bien en dónde apareció y nos metió a todos en nuestras casas. Y lo segundo es que vino a acelerar un montón de procesos que ya estaban presentes, pero que con la pandemia se aceleraron como, por ejemplo, las noticias falsas, la sociedad que se divide en dos partes dicotómicas, irreconciliables. Las sociedades están más fanáticas, cada vez se dialoga menos. Eso no es evolucionar hacia tiempos mejores.
–JMS: La pandemia vino a demostrarnos la fragilidad de ciertos sistemas que, en función a ciertos relatos, eran casi indestructibles. Desde el relato podemos decir que todo está bien y luego cuando un hecho como una pandemia te confronta ahí te das cuenta cómo los relatos van cayendo. Y a mí especialmente me interesa reflexionar sobre el impacto que la pandemia pudo haber tenido o tuvo en cierta franja etaria, especialmente en los niños, que tuvieron que quedar confinados y el proceso de socialización, que es fundamental en cierta edad, se interrumpió y todo el sistema escolar a nivel mundial en gran medida tuvo que sostenerse gracias a la solidaridad, entre comillas, de grandes empresas tecnológicas.
Es decir, los Estados no estaban preparados para enfrentar esta pandemia. Estoy hablando de la educación, podemos trasladar luego a los sistemas sanitarios, pero en cuanto a la educación se impusieron ciertos criterios tecnológicos, tuvimos que aprender a convivir con ciertas lógicas que no eran propias de la didáctica y de las teorías que veníamos discutiendo y en un momento dado de la noche a la mañana todo cambió. Evidentemente no hemos podido construir una autonomía digital y en un momento dado nos dimos cuenta de que efectivamente ciertos desarrollos tecnológicos son indispensables.
RUPTURA DEL PACTO SOCIAL
–Esta pandemia ocurrió en un momento de máximo orgullo científico en el mundo médico, en el que prácticamente ya hay pocas enfermedades irreversibles. ¿Hubo una cuestión de frustración que fue muy marcante en este proceso?
–CP: Yo creo que fue volver a la realidad. Es cierto que ya había ciertos aires de la posverdad y quizá se pensó que se podía controlar y que iban a volver los discursos racionales, que otra vez iban a volver ciertas perspectivas de confianza en la ciencia. Después vino la pandemia y cuando se impone el discurso sanitario los propios médicos te decían “nosotros tampoco sabemos qué hacer, nosotros tampoco sabemos cómo actuar”. Es más, se estaban desarrollando múltiples vacunas y esas múltiples vacunas otra vez se iban a acelerar los pasos para que estén lo antes posible. Es decir, todo ese discurso que se tenía de la ciencia, del progreso, de cómo le vas a discutir a la ciencia, también vino la pandemia y de un hachazo cortó. Y volvimos a discutir absolutamente todo. Antes nunca habíamos discutido el censo, pero ahora tanto discutimos absolutamente todo que aparecen los discursos que dijeron que el censista se va a ir a tu casa a sacarte información personal para que utilicen las empresas de (George) Soros. Es decir, esos pactos sociales que nunca se discutieron, de creer que algunas políticas públicas tienen que llevarse sí o sí, ahora todo se discute. Eso tiene su origen en la pandemia. Es decir, la pandemia fue una vuelta a la realidad.
–Si tan solo fuera debate o discusión, estaría genial, pero estamos hablando de la polarización que hubo entre nada menos que entre creencia y razón, que es un problema.
–CP: Pero también nos viene a mostrar la pandemia cuánto cambiaron los medios de comunicación y los referentes de opinión en la sociedad. ¿Por qué? Porque probablemente si ocurría la pandemia hace 20 años, cuando no existían las redes sociales, cuando no existían los influencers, cuando no existían las plataformas que en un día te pueden llegar a tener 200 millones de vistas, entonces aparecían esos referentes de opinión en los medios de comunicación y en gran medida ellos imponían una visión que después bajaba a la opinión pública. Ahora el conspiranoico, el que duda de todo, el que tiene esa posición extrema, ya tiene su canal en Youtube, ya tiene su canal en Facebook, ya tiene su canal en un montón de plataformas, tiene un alcance global, tiene un alcance mucho más rápido, puede interactuar al instante y efectivamente que es un discurso que se expande mucho más rápido y que a lo mejor tiene más efecto que los medios tradicionales.
SHOW DEL YO
–Pero vamos al asunto de la comunidad mundial orgullosa versus el sopapo de la pandemia.
–JMS: La vacuna en gran medida nos ayudó a protegernos contra una enfermedad, pero la situación que hemos vivido de alguna forma ha multiplicado un verdadero ejército de idiotas y voy a ir al término. “Idiotes” en griego significa el que se ocupa únicamente de sus cosas y se desentiende de las cuestiones sociales y de las cuestiones políticas. Yo llegué a ver profesionales que te hablaban de que podías beber lejía para enfrentar la enfermedad y un montón de barbaridades. Y muchas veces esa actitud irracional, oscurantista, retrógrada si se quiere, violenta al mismo tiempo, está muy ceñida, muy ligada al show del yo, en función a esa necesidad de generar contenido de manera constante.
–¿Podés explicarnos cómo actúa esto?
–JMS: Hay una urgencia de que el yo esté constantemente en una especie de escenario siempre vigente. No se desarma ese escenario. En ese sentido, a mí me parece preocupante que la academia haya perdido fuerza. Que la comunidad de científicos, de todos esos profesionales que investigan, que trabajan y que han ayudado a que la vacuna se desarrollara, eso se vio confrontado por un verdadero ejército de charlatanes, de idiotas, que se ocupan solamente de sus cosas, que al mismo tiempo ganaron adeptos a una velocidad impensable en otros tiempos. Y en poquísimo tiempo empezamos a tener un grupo grande de jóvenes y adultos que se resistían a la fuerza de la ciencia, a la fuerza del conocimiento, a la fuerza de la razón, que históricamente ha sido motivo de orgullo de la humanidad. Por otro lado, yo creo que la pandemia también vino a acelerar ese proceso de adopción de ciertas tecnologías que rápidamente se convirtieron en hegemónicas y globales. No nos preparamos, eso significa que en el cálculo prospectivo hemos fallado, de que tenemos que insistir en imaginar escenarios. Necesitamos imaginarnos cómo sería la reacción de los Estados de aquí a diez años si vuelve otra pandemia. Pero esa imaginación tiene que empujarnos a prepararnos.
VIVENCIA DE LA MUERTE
–Hablemos del fenómeno de la muerte y cómo golpeó como fenómeno comunitario.
–CP: Hay un autor extremadamente interesante, Norbert Elias, que escribió un pequeño ensayo que se llama “La soledad de los moribundos”. Y él dice que el hecho de morir no es solamente el estar en los minutos finales de la vida, sino que es además también cómo le tratamos a los ancianos, es decir, el proceso de envejecimiento y luego el proceso final. Todo eso implica el hecho de morir. Él dice que las sociedades más desarrolladas están más lejos de la idea de la muerte, porque la muerte deja de ser cotidiana. En definitiva, si estás enfermo tenés un mejor sistema de salud, tenés más sistema de contención social, tenés más posibilidades de otros tipos de terapias y en el caso de que no se pueda los cuidados paliativos son más grandes. Ahora, en los países menos desarrollados se mueren los más jóvenes, se mueren los niños, se mueren los adolescentes, se mueren los presentes, pero en definitiva en las sociedades menos desarrolladas cualquiera se puede morir. Entonces, la muerte se vuelve más cotidiana y uno en definitiva se puede morir por cualquier cosa, por dengue, por agua en mal estado, etc.
En la pandemia no hubo ni sociedad desarrollada ni sociedad no desarrollada, porque trajo consigo una gran cantidad de muertes, les niveló a todos porque todos los sistemas de salud colapsaron y en todo el mundo la muerte se hizo cotidiana. En el punto más álgido de la pandemia fue noticia de todos los medios de comunicación el mostrar durante toda una mañana el lugar donde se iban a incinerar a los muertos. Esa es una escena que ni en guerra hay. Entonces, vino la muerte, se volvió cotidiana y nos niveló a todos.
–¿Y qué representa hablar de lo que no se habla en una sociedad humana?
–JMS: Tabú. La muerte en gran medida es un finiquito incómodo. La pandemia vino a mostrar nuestra fragilidad. La condición humana sigue siendo una condición de fragilidad. Ahora bien, desde hace más o menos 30 años hay un movimiento muy importante transhumanista que habla de la posibilidad de que el ser humano pueda vencerle a la muerte. Y es un movimiento que algunos consideran extremadamente fantasioso y otros sí lo están agarrando muy en serio. Tan en serio que hay un laboratorio dentro del conglomerado de Alphabet donde están investigando cómo prolongar la vida. Calico se llama el laboratorio y están invirtiendo mucho dinero. Estamos en una época en la que hay grupos de investigadores que creen firmemente que de aquí a 50, 100 años y ahora con la inteligencia artificial vamos a tener novedades con respecto a la muerte.
ESCENARIO FUTURO
–¿Y qué pasaría si en ese periodo enfrentamos otra pandemia?
–JMS: Yo no sé si ahí por el medio aparece otra pandemia cómo vamos a reaccionar, pero nos estamos entusiasmando con la posibilidad de que los seres humanos le podemos vencer a la muerte. La pandemia nos demostró de manera fehaciente los frágiles que somos. ¿Cuál fue la respuesta? Por un lado, investigadores trabajando en superlaboratorios y, por el otro lado, charlatanes que te vuelven a inundar de relatos donde el exitismo está en el orden del día. La fiesta ha subido el consumo de alcohol de manera considerable y la enorme cantidad de jóvenes y de niños incluso que se aferran a las ideas de youtoubers, influencers como grandes referentes de una sociedad y de una comunidad que está tratando de reencantarse. Después de tanta muerte, después de tanto sufrimiento, hay que reencantar el mundo. ¿Cómo lo estamos haciendo? A fuerza del show del yo, por un lado, por el otro lado invirtiendo más en tecnología en ciertos lugares del mundo, mientras que en otros lugares del mundo se están retirando los fondos para la investigación.
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No prospera propuesta para instar al Ejecutivo la destitución de ministra de Salud
El diputado Raúl Benítez presentó un proyecto de resolución en la cual se insta al Poder Ejecutivo y en consecuencia al presidente de la República, Santiago Peña, a destituir a la ministra de Salud, María Teresa Barán, por los últimos hechos ocurridos en el Hospital Regional de Villarrica y el sistema de terapia intensiva.
La propuesta tuvo una caldeada discusión por algunos minutos, donde el sector de la oposición nuevamente impuso un discurso de intolerancia y ofensivo, tanto entre colegas como hacia el Gobierno y sus actores. Benítez, en su acostumbrada postura desbordada y desafiante, pidió la destitución de la ministra Barán. “Que se vaya a su casa”, fueron sus expresiones.
Sin embargo, desde la bancada del oficialismo plantearon remitir la propuesta a las comisiones asesoras. “Creo que debemos analizar antes de tomar una decisión, y ver la posibilidad de invitarla (a la ministra) a la comisión, que venga a dar una explicación, pero me parece que no es correcto que nosotros exijamos la renuncia, que se la cambie o que se la saque del cargo”, indicó el diputado Yamil Esgaib.
El legislador refirió que está de acuerdo con varios de sus colegas sobre las falencias en el sistema de salud, pero que no está de acuerdo con posturas radicales. “Estoy de acuerdo con muchos de los colegas, pero no estoy de acuerdo con Raúl Benítez, que nuevamente está amenazando, atacando, denigrando a los colegas, tratándolos de cobarde”, cuestionó.
Tras varios cruces entre los legisladores, el presidente de la Cámara de Diputados Raúl Latorre, llevó al pleno a votación donde por mayoría de 33 votos, la propuesta fue derivada a las comisiones asesoras.
Cruce entre Fernández y Benítez
En medio del debate de esta propuesta, los diputados Raúl Benítez y Jatar Fernández, protagonizaron una fuerte discusión, donde este último cuestionó a su colega por no acompañar su propuesta de poner en circulación un ómnibus de manera gratuita en horario nocturno para varias zonas de Central.
Fernádez acusó al diputado Benítez de tener un doble discurso, y que no acompaña propuestas que realmente solucione las problemáticas de la ciudadanía. “Quiero dejar al descubierto la clase de legisladores que son estos que hablan de hacer algo por la gente solamente cuando es para criticar y cuando presentamos un proyecto para darle transporte gratis a la gente, no lo firman porque firmaron colegas colorados”, expuso Fernández.
La discusión entre ambos legisladores llevó al presidente Raúl Latorre a un cuarto intermedio de 10 minutos de la sesión ordinaria. Latorre también advirtió a sus colegas que no permitirá las ofensas y agresiones en el pleno legislativo. “Nadie se va a referir de manera despectiva a los colegas, respétense todos”, afirmó Latorre.
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Nación y paraguayidad
- Por Felipe Goroso S.
- Columnista político
Un pasado común, historias, mitos y epopeyas que los nacionales sienten como propias; un presente también común, marcado por los intereses que unen a los hombres y los desafíos que han de afrontar juntos; un futuro común en el que se resuelve la voluntad de mantenerse unidos.
Símbolos, ritos, imágenes, representaciones, usos, costumbres, tradiciones, historias, héroes, villanos, creencias, danzas, música, gastronomía, acentos, lenguaje, cultura llena de vida a la nación paraguaya y distinguen la especificidad del “nosotros” nacional frente al “ellos” extranjero. La paraguayidad es homogeneidad hacia adentro y diferencia respecto a lo de afuera.
La nación paraguaya fue, es y debe seguir siendo ante todo una unidad cultural con profundas implicancias con el ámbito natural con el que se identifica. La voluntad de quienes la integran de vivir en común y proteger su identidad hace que se active políticamente. La paraguayidad se da a sí misma un Estado que funciona como su unidad política sobre su territorio. A la par, y en la aspiración permanente de la felicidad y libertad de sus miembros, debe ser capaz de su propia autodeterminación, de vivir de acuerdo a su propia voluntad.
La Constitución Nacional y todo nuestro ordenamiento son y deben seguir siendo (incluso con los ajustes o modificaciones sobre los cuales no hay que temer debatir) una homogeneidad jurídica que mantienen unido a los distintos segmentos o grupos, más allá de las diferencias puntuales. Las leyes deben ser ante todo un efecto más que una causa, la expresión jurídica de nuestra manera de ser y estar en el mundo bien particular y nuestra. Esa manera de estar y de ser es la sustancia misma de nuestra nación que debe representar y latir paraguayidad.
La nación paraguaya es lengua y cultura, espíritu y genio particular. Debemos abandonar las abstracciones o banderas que no tienen que ver con nosotros, apartarnos de ellas y la frialdad que son más propias del globalismo y wokismo que están acogotando a tantas sociedades que se presentan como más evolucionadas, pero se encuentran en la oscuridad de la confusión y que han olvidado sus raíces y pasado que han sabido ser de gloria.
La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, se trata del ser nacional. De conjugar aquellos elementos que son tan propios y tan nuestros. De reatar el hilo de la historia, nuestras antiguas tradiciones y lealtades, de volver a adherir a nuestros grupos de identificación. Para eso necesitamos de políticas y políticos conservadores y de derechas. Que sean frontales en sus convicciones y un Estado presente que vele por quienes más necesitan.