Con un golazo “de otro partido”, Nacional tumbó a Olimpia por 1-0 en su Visera, confirmando su paternidad en el año sobre el Franjeado (3 victorias y un empate). Aunque fue un par­tido muy desordenado, fue el Tricolor el que –en el balance general– mereció el triunfo.

Olimpia inició el partido con una disposición táctica dis­tinta, con una línea de tres bastante arriesgada, que Nacional comenzó a explotar, principalmente, con las pelo­tas al vacío para Gaona Lugo. El extremo tricolor ganó todas por su velocidad, pero casi siempre decidió mal para habilitar. En contrapartida, al Franjeado le faltó fuerza en ataque porque Derlis aún no arriesga como antes de su lesión y el juvenil Páez nunca pudo recibir pelotas limpias o cuando la tuvo, fue superado por la marca.

Recién en el tramo final de la primera etapa se sucedie­ron las acciones más claras y a favor de Nacional. Fue tras una habilitación a Aguilar al que Espínola le sacó el gol e inmediatamente después, el arquero volvió a lucirse tras un cabezazo de Velazco.

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Arce metió cambios masi­vos para el segundo tiempo y Olimpia mejoró, pero no por ello afinó puntería en el tramo final. Nacional ya no tuvo los espacios del primer tiempo, pero casi siempre fue más punzante.

Parecía que el partido se iba sin pena ni gloria, pero bastó la inspiración de Mathías Martínez para definir la his­toria. El extremo metió un misil desde fuera del área para decretar el 1-0 a favor de la Academia y sentenciar el partido.

Olimpia, de mal en peor. A estas alturas, ni siquiera suma para tentar en el acu­mulativo.

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