Matías Almeida (18 años) siempre tuvo exposición mediática. Por ser nieto de Éver Hugo Almeida, hijo de Iván Almeida y porque su situación en Olimpia, de donde salió cedido a Tacuary, se dio en medio de algunos conflictos.
Sin embargo, en Tacuary encontró la paz y el lunes vivió su momento más feliz desde su debut en Primera División con el golazo (el primero) que le convirtió a Ameliano. De ahí que el festejo fue especial. Mati fue a abrazar directo a su técnico y padre como una forma de desahogo.
“Muy contento en el gol y más que el gol, en el festejo, cuando todos fueron a abrazarlo. Me dijo luego ‘pa ¿viste cómo todos me abrazaron?’”, refirió Iván a la 1080Am, sobre las sensaciones que tuvo su hijo tras marcar.
Si bien Tacuary solo pudo empatar (2-2), ese gol de Matías le va a ayudar muchísimo para serenarse y ser importante para el equipo, comentó Iván, quien remarcó que el delantero tiene condiciones para mejorar. “Las condiciones que mostraba en inferiores se vieron ahora en Primera”, añadió.
“Nunca dudamos de Matías Almeida, sabemos las condiciones, lo que puede rendir y estamos contentos con él como nuestro sub-18″, refirió por su parte Regis Marques, gerenciador de Tacuary.
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Golazo y gran clasificación
La selección paraguaya Sub-23 olímpica logró ayer su clasificación a los cuartos de final en los Juegos de París 2024, tras vencer a Malí por la cuenta de 1-0. El equipo que dirige Carlos Jara Saguier se puso muy rápido en ventaja luego de una gran jugada colectiva de la que participaron Fabián Balbuena, Julio Enciso, Marcelo Pérez y Marcelo Fernández. Este, tras recibir el pase y acomodar el balón, metió el zurdazo impresionante para desatar la locura albirroja cuando apenas se jugaban 4′ de partido.
El gol fue clave para darle tranquilidad a un equipo que mostró carácter, determinación y por momentos buen fútbol en el primer tiempo. Físicamente, el rival exigió muchísimo, pero aún así y gracias a la muy buena marca impuesta por los nuestros, el equipo paraguayo no sufrió en portería y por el contrario, pudo haber aumentado el marcador en un par de jugadas. Una de ellas, tras un gran arranque de Enciso, cuyo potente remate se fue apenas desviado.
Ese gran despliegue del primer tiempo pasó factura en el segundo periodo. Malí, apurado por el resultado, impuso su mejor condición física para acercar peligro al arco paraguayo. Pero ahí apareció la figura de Júnior Fernández para acallar el grito de gol en un par de pelotas muy complicadas. Jara Saguier refrescó su equipo con cambios para tratar de equilibrar el juego, pero lo consiguió a medias. De todas formas, la entrega encomiable del equipo en general, hizo que se mantuviera el resultado a favor hasta el final, que le dio su merecida clasificación.
Esta selección está volviendo a mostrar el carácter que había impuesto en el Preolímpico y ahora Egipto espera en cuartos para buscar meterse entre los cuatro mejores.
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Matías Rojas es el otro gran refuerzo
El Inter Miami fichó a otro paraguayo, ya que el primero fue Diego Gómez, quien actualmente está lesionado. El equipo estadounidense, que tiene en sus filas a grandes figuras como el argentino Lionel Messi, el uruguayo Luis Suárez y el español Sergio Busquets, hizo oficial la contratación de Matías Rojas, quien llega libre con contrato hasta el final de la temporada 2024 de la Major League Soccer, con opción de extensión para el 2025 y 2026.
Rojas, mediocampista ofensivo, refuerza al equipo luego de un corto paso por el Corinthians de Brasil, club del que se liberó por deudas. “Nos complace incorporar al mediocampista ofensivo Matías Rojas. Es un jugador habilidoso que cuenta con experiencia tanto a nivel de clubes como selecciones nacionales cuya versatilidad creemos ayudará al equipo. Creemos que esta incorporación fortalece nuestra plantilla conforme competimos por ganar títulos después de un buen inicio de temporada en la MLS”, dijo el director deportivo Chris Henderson.
“Estoy feliz. Llegar a un club espectacular como Inter Miami es un sueño hecho realidad. Estoy ansioso por competir y ayudar a mis compañeros a lograr los objetivos del equipo”, señaló Rojas de 28 años.
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Una maestra de todos
- POR MARCELO PEDROZA
- Psicólogo y magíster en Educación
- mpedroza20@hotmail.com
El ser humano constantemente aprende a conocerse, es un proceso continuo de aprendizaje. Es un desafío cotidiano que lo compromete a valorar lo que es. En esa gran tarea se inmiscuye a los efectos de crecer. En ese andar descubre las condiciones innatas, esas capacidades que lo hacen fuerte y seguro; detecta sus vocaciones y se atreve a formarse, por lo que ejercita su valentía y de manera audaz y honrosa emprende el camino de los sueños, esos que progresivamente comienza a vivirlos a través de los pasos concretos que realiza.
En el recorrido del tiempo cada año deja sus lecciones. Esas que se han materializado día a día, las que suceden de a una a la vez, dejando en claro que todo tiene un comienzo, que cada paso es elemental, que el primero es fundamental al igual que los que sigan sucediendo. Hoy expresa el ayer y se constituye en la base de lo que vendrá, por lo tanto, la causalidad siempre encuentra la manera de manifestarse. El porqué del presente tiene un sustento en el cómo del pasado. Por eso la vida es una maestra que siempre está dispuesta a contener en el dolor, a compartir lo que sabe, a recordar lo que aprendió, a valorar lo que se ha hecho, a disfrutar del logro, a saludar en cada amanecer, a explicar las veces que sean necesarias lo que enseña con paciencia, a comprender que puede desaprender y volver a aprender, a entender que las adaptaciones implican nuevas invenciones, a orientar las veces que así le requieran, a escuchar, a observar, a sentir lo que percibe en el instante que acontece.
Es la vida una maestra que siempre pregona por el bienestar. Su intención contundente se refleja en la firmeza con la que sostiene. Mientras haya vida, habrá bondad, tolerancia, compasión, honestidad, solidaridad, libertad y todos los demás valores y virtudes que emanan con su presencia. Es la vida una fuente poderosa de donde fluyen esas naturales esencias que le dan brillo a la humanidad.
Cada tiempo es especial, como lo es cada vida. En la intimidad de la vida el tiempo también es íntimo y allí un segundo puede ser eterno, ocasionando el acceso a los recuerdos y la bienvenida de las añoranzas, el flamear de las sensaciones que generan el mundo de lo sensible, permitiendo sentir los latidos del otro, identificando las lágrimas del corazón, admirando la fortaleza del prójimo, su esmero ante la adversidad y su ejemplo de progreso.
Un instante puede dimensionar una vida. La impresión de su impacto tiene la profundidad que el ser disponga, esa que transita por su integridad y se expande en pensamientos y acciones. Por lo cual, las lecciones nacen una y otra vez, persistiendo en brindarle al ser el acceso a que construya permanentemente su vida.
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El campeón se frena y lo festejan todos
Tacuary le pellizcó un punto de oro al puntero Libertad y lo festejaron todos los otros clubes. El campeón estuvo errático en la definición y perdió la ocasión de ampliar su liderazgo en la punta.
El inicio del partido tuvo al Gumarelo con la intención de hacerse protagonista, pero Tacuary se plantó, sobre todo en el mediocampo, con un gran despliegue físico de sus hombres. Así pudo sostener sin mayores contratiempos su arco. En la réplica, las pelotas eran recepcionadas por Camacho, que siempre que estuvo entero inquietó y generó.
Fue así que tras un ataque liberteño, la defensa despejó y se vino el contragolpe letal de Tacuary. La pelota le llegó a Camacho, que dejó en el camino el intento de corte de Luis Cardozo. Tras la corrida del zurdo, encontró el acompañamiento de Ferraz. Este esperó la llegada de Derlis Rodríguez, quien sin más trámites y tras recibir el balón metió el derechazo al ángulo de Silva. Golazo.
La reacción gumarela fue inmediata, pero Tacuary redobló esfuerzos y aguantó a duras penas el final del primer tiempo, con el resultado a su favor.
Sin embargo, en la reanudación, el predominio liberteño se amplió. Galeano no esperó mucho para el ingreso de Antonio Bareiro y Marcelo Fernández. Y en la primera que ambos intervinieron llegó el empate gumarelo. El juvenil estrelló la pelota en el poste izquierdo defendido por Espínola y, tras el rebote, Ramírez puso un centro que conectó de cabeza en forma impecable el Demonio.
Ya después se vinieron los cambios más ofensivos en Libertad, que lo tuvo entre las cuerdas a Tacuary, aunque sin éxito, ni siquiera en los nueve minutos de adición que otorgó el árbitro.