El delantero albirrojo Jesús Medina es nuevo refuerzo del Spartak Moscú y genera mucha repercusión su operación de traspaso, que se concreta en 7 millones de euros por un contrato hasta junio de 2027.
El futbolista paraguayo deja el CSKA y despierta mucha atención entre las parcialidades de ambos clubes, son una rareza en sí mismas. El anterior tuvo lugar hace 30 años: en 1994, Valery Massalitin siguió este camino. En la temporada 2022/2023 de la Premier League rusa, Medina ha marcado 8 goles y 7 asistencias: solo Fedor Chalov (19+5) es mejor que él.
SALVA AL HOUSTON
El paraguayo Iván Franco selló el empate 2-2 entre el Houston Dynamo y el Sporting Kansas con un tanto en la última jugada del encuentro. El partido se disputó en el Shell Energy Stadium de la ciudad de Houston, Texas, por la fecha 22 correspondiente a la fase regular de la Conferencia Oeste de la Major League Soccer. Cuando parecía que era victoria del Kansas, Iván Franco apareció sobre 98′ para sellar el 2-2 definitivo.
Por su lado, Sebastián Ferreira ingresó a los 78′ en Houston en sustitución de Aliyu.
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Ucrania ejecuta el mayor ataque hacia Moscú, pero Rusia logra derribar 70 drones
Rusia derribó este domingo 34 drones ucranianos dirigidos a Moscú, informó el Ministerio de Defensa, en el mayor ataque contra la capital rusa desde el inicio del conflicto en 2022.
El ataque, que obligó al cierre temporal de tres aeropuertos moscovitas, hirió a una mujer de 52 años y provocó el incendio de dos viviendas en la localidad de Rámenskoye, en la región de Moscú , según las autoridades.
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Mientras que la capital ucraniana, Kiev, es blanco habitual de ataques masivos rusos con drones y misiles, los ataques contra Moscú son mucho menos frecuentes.
El Ministerio de Defensa informó de que la defensa antiaérea rusa había derribado un total de 70 drones ucranianos entre las 04:00 GMT y las 07:00 GMT en seis regiones, incluyendo 34 en la zona de Moscú.
Los drones iban dirigidos sobre todo contra los distritos de Rámenskoye y Domodédovo, al sur de Moscú, señalaron las autoridades.
El gobernador de la región capitalina, Andréi Vorobyov, declaró el domingo que el ataque con drones había sido “masivo”.
Indicó que la mujer herida había sido hospitalizada con “quemaduras en la cara, el cuello y las manos”
El Ministerio de Defensa ruso había declarado anteriormente que había derribado un total de 23 drones ucranianos sobre las regiones de Briansk, Rostov, Bélgorod y Kursk, todas ellas fronterizas con Ucrania y donde los ataques con drones son más frecuentes.
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Ucrania afirma que sus ataques, que a menudo tienen como objetivo instalaciones energéticas, son una respuesta a los bombardeos rusos sobre su territorio desde el inicio de la ofensiva rusa en febrero de 2022.
Fuente: AFP
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Bartimeo, un limosnero ciego, gritó: “Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!” Mc 10, 46-4
Al salir Jesús de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo (Bartimeo), un limosnero ciego, estaba sentado a la orilla del camino. Cuando supo que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: “Jesús, ¡Hijo de David, ten compasión de mí!” Varias personas trataron de hacerlo callar. Pero él gritaba mucho más: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!” Mc 10, 46-48
En años anteriores cuando la liturgia nos ha presentado este evangelio hicimos una reflexión sobre el sentido del milagro que Jesús hizo con el ciego que estaba al borde del camino. Este año aprovecho la oportunidad para continuar meditando sobre la oración que meditamos la semana pasada, agregando la iluminación del hodierno evangelio.
Él nos habla de un hombre con un problema muy concreto: era un ciego y a causa de esto estaba al borde del camino, marginado por su sociedad.
Aunque fuera un ciego, no estaba resignado con su problema. Era un hombre sin luz, pero él la estaba buscando. Esto nosotros entendemos porque el texto dice: “Cuando supo que era Jesús de Nazaret se puso a gritar.” Este gesto: “empezar a gritar” revela cuanto él deseaba ser sanado. Su acción pronta revela que él ya sabía quién era Jesús, que ya había escuchado hablar de él, y lo más importante: ya le tenía fe. Las palabras de su grito son una verdadera profesión de fe: “Jesús, ¡Hijo de David, ten compasión de mí!”
Es interesante recordar que muchos ya habían visto muchos milagros hechos por Jesús y escuchado sus palabras, pero que aún no creían que él era el Mesías, el Hijo de David, el rey prometido de Israel, como aquel ciego ya lo creía. Infelizmente, muchos de los que tenían los ojos buenos tenían el corazón endurecido.
Sin embargo, aquel ciego, aunque nunca había visto nada, solamente por haber escuchado hablar de Jesús, por haber oído los testimonios, ya había llegado a la clareza de fe. Él ya sabía que... ¡Jesús era el Hijo de David, era el Mesías prometido!
Fue con estas palabras que ha empezado su oración: ¡Jesús, Hijo de David!” Lo primero que hizo fue manifestar su fe. No ha empezado gritando: “¡Soy un ciego, ten compasión de mí!”; “soy un deficiente, un sufriente, ten piedad!” Lo más importante que tenía para decir era que él creía que Jesús era el salvador. Y si él creía en esto, era una consecuencia natural creer que Jesús tenía entrañas de misericordia. Él sabía que Dios es movido por la compasión. Él sabía que Jesús, el Mesías prometido, no sería capaz de hacer de cuenta que no le había escuchado, o que no le había visto en su dolor. Sabía que Jesús, el Hijo de David, no podría pasar por el camino y dejarlo allí como si nada. Él sabía que, si Dios escuchase su grito, no se haría del desentendido. Es por eso que se puso a gritar. El texto no dice que gritó solo una vez, pero nos da la idea de que gritó muchas veces.
A él también le llegó la tentación de suspender su oración. Muy concretamente, el texto nos habla que: “Varias personas trataron de hacerlo callar.” De hecho, siempre aparecen personas que nos quieren hacer desanimar. Lo interesante, es que eran personas que estaban allí, esto es, que caminaban atrás de Jesús, pero que igual querían persuadir el ciego a quedarse callado, a acomodarse y resignarse con su situación de ciego y marginado. Sin embargo, él no se dejó intimidar, nos habla el texto: “Pero él gritaba mucho más”. Él sabía que aquella era la oportunidad de cambiar su vida, de salir del borde del camino. Él no podía callarse, solo porque algunos le habían dicho. Algunos que tal vez ni entendían lo que estaba diciendo, o lo peor no aceptaban su profesión de fe.
Y Jesús lo escuchó, se detuvo y le preguntó: “¿Qué quieres que te haga?” Esta pregunta de Jesús es casi la misma de la semana pasada, cuando dijo a Santiago y Juan: “¿Qué quieren de mí?” Aquellos le pedían un disparate: “Concédenos que nos sentemos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda cuando estés en tu gloria.” Y Jesús les dijo: “No saben lo que piden.” Ya en el caso de Bartimeo, delante de su suplica (“Maestro, que yo vea.”) Jesús lo concede (“Puedes irte; tu fe te ha salvado.”)
Su pedido no era una superficialidad, no era fruto de su egoísmo, sino que era la súplica de un hombre que quería ver, que quería ser tocado por la luz, que quería cambiar de vida, que quería entrar en el camino. De hecho, el texto termina diciendo: “Y al instante vio, y se puso a caminar con Jesús.”
Creo que Bartimeo es para todos nosotros un lindo ejemplo de oración: en primer lugar, como manifestación de la fe, de lo que creemos en nuestro corazón, de la certeza de que Dios es impregnado por su misericordia; en segundo lugar, por su perseverancia y su insistencia; y en tercer lugar por su suplica tan concreta y sencilla, que pide a Dios para tener luz, esto es, nada más que la gracia de la conversión, la gracia de poder estar en su camino.
El Señor te bendiga y te guarde,
El Señor te haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti.
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la PAZ.
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Dictaminan a favor de transferir fondos para mejoras y puesta en valor de monumentos jesuíticos
La Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, en su reunión semanal otorgó el visto bueno al proyecto de ley “Que autoriza al Ministerio de Economía y Finanzas a transferir los saldos del aporte especial a los Municipios de Jesús, Trinidad y San Cosme y Damián, del Departamento Itapúa, por ser sedes distritales de los monumentos históricos de las Misiones Jesuíticas, de conformidad a la Ley N° 6.145/2018″.
Dichos fondos servirán para el mantenimiento y puesta en valor de los monumentos que son postulados como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
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De acuerdo al informe presentado por la titular de esta mesa asesora, la diputada colorada Cristina Villalba, esta normativa establece conceder un aporte especial a los municipios de Jesús, Trinidad y San Cosme y Damián, del séptimo departamento del país, por ser sedes distritales de las históricas “Misiones Jesuíticas”, y autoriza al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), a transferir saldos del aporte especial a los mismos.
A partir de esta transferencia de saldos, los municipios beneficiados con el aporte especial deberán coordinar con la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), las actividades de mantenimiento, restauración, conservación y mejoras de los monumentos históricos, según indica el proyecto de ley.
Al mismo tiempo, deberán presentar a la Dirección General de Inversión Pública, dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas, los proyectos de inversión con el detalle y la descripción de las obras a ser financiadas. El documento también establece que las rendiciones de cuentas sobre los recursos transferidos deberán ser presentadas ante la citada cartera de Estado y la Contraloría General de la República (CGR).
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“Yo soy el pan que baja del cielo. Si uno come de este pan vivirá para siempre” Jn 6, 51
- Por el Hno. Mariosvaldo Florentino
- Capuchino.
Después de haber multiplicado el pan y saciado a una gran muchedumbre, Jesús propuso un bellísimo discurso sobre la eucaristía, sobre el modo sacramental con que El perpetuaría su presencia en la historia. Prácticamente todo el capítulo 6 de Juan nos habla de esto.
Efectivamente, el hambre y la sed son dos experiencias que cotidianamente sentimos, saciándolas probamos un gran placer y si no lo hacemos nos pueden provocar un gran sufrimiento. Son dos necesidades básicas para la vida de las cuales nadie puede ignorar.
Por eso el comer y el beber tienen una gran fuerza simbólica, y las cosas relacionadas a estas dos acciones pueden adquirir significados distintos en nuestras vidas. Podemos decir, por ejemplo, que una persona es muy dulce; que la vida es muy amarga; que tenemos sed de justicia; que un producto tiene un precio muy salado; que tal persona tiene hambre de poder; que las preocupaciones están consumiendo mi paz... etc.
Siendo una experiencia de fundamental importancia para la vida y común a todos los humanos, ofrece la posibilidad de ser utilizada simbólicamente para hablar de modo sencillo y a la vez profundo de realidades sobrenaturales: como del amor, de los deseos más íntimos del ser humano y también de Dios.
Jesucristo, conociendo todos los secretos de los hombres, y queriendo ser entendido por todos, sean estos sencillos o intelectuales, encontró en el pan y en el vino, elementos básicos de la alimentación de los pueblos de su época, la materia ideal para ser signo sacramental de su presencia en el mundo.
Cuando él dice que “yo soy el pan bajado del cielo”. Les está hablando de un modo muy concreto de su persona y de su misión en nuestro medio, con una imagen que todos podrían entender con un poco de reflexión. No es difícil de comprender lo que quiere decir Jesús, aunque por más que queramos explicar, cada uno podrá ofrecer una interpretación diferente, pues el lenguaje simbólico permite una ilimitada interpretación. Es por eso que sobre la eucaristía mucho ya se escribió, y ciertamente mucho aún se escribirá, pues en cada momento se podrá hacer una nueva interpretación sin contradecir a las otras, ofrece una nueva luz sobre este misterio.
También nosotros estamos invitados a meditar sobre esta presencia del Señor en nuestras vidas. Y cada uno de nosotros, de acuerdo con su experiencia particular podrá aportar cosas muy bonitas. Piensa un ratito: ¿Qué significa que Jesús sea el pan de mi vida? ¿Cómo puedo entender que Jesús sea el alimento que satisface toda mi hambre y la bebida que sacia toda mi sed? ¿Será que ya descubrí en mi vida que el Señor es tan importante como la comida que me mantiene vivo? ¿Estoy, también yo dispuesto a transformarme en pan para la vida de mis hermanos? ¿O prefiero ser hiel? Pero, junto a esta fuerza simbólica que la eucaristía posee, debemos contemplarla en su realidad sacramental, pues es presencia real del Señor, que actúa con la fuerza del cielo en nuestras vidas.
Ciertamente en el plan de Dios está también el deseo de que suceda con nosotros lo que decían algunos filósofos antiguos: “nos transformamos en lo que comemos”, significa que a través de la comunión frecuente podamos despacito ir cristificándonos, transformándonos en Cristo, hasta que un día podamos decir como san Pablo, “¡ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí!”.
El Señor te bendiga y te guarde,
El Señor te haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti.
El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la PAZ.